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Magician's Eternal Element por Estrella_Guardian

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Notas del fanfic:

Antes de que comiencen a leer la historia me gustaría aclarar unas cosas:

1-. Como pueden o podrán ver, la historia está ambientada en tiempos de guerra, por lo tanto habrá varias escenas de violencia y/o asesinatos, entonces es recomendable que las personas sencibles se abstengan de leer.

2-. Es posible que en algún futuro ponga alguna escena de smut (Creo que así se dice, pero Ojo: no estoy diciendo que pondré, solo estoy avisando que hay posibilidades).

3-. Tiene M-preg (embarazo masculino) pero solo será nombrado en un futuro, ósea que no se verá a ningún chico embarazado (por el momento) pero debo advertirlo de una vez.

4-. No tengo todos los capítulos listos, solo unos cuantos, por lo que cuando no tenga capítulos para subir estaré publicando apenas los tenga listos. ¿Qué quiero decir con esto? Que mis actualizaciones no tendrán una fecha determinada, pero trataré de no tardarme mucho.

5-. Me distraigo fácil, así que si les llega a gustar la historia deberán rezar mucho para que eso no suceda... O mandarme muchas amenazas de muerte, cualquiera de las dos opciones sirve jajaja.

6-. La historia está dividida en "libros" que corresponden a cada uno de los tipos Magicians existentes, siendo el primer libro "Magicians" al tratarse de todas las magias en general.

7-. No tengo pensado cuantos capítulos corresponderán a cada libro, puden ser solo cinco o incluso veinte, pero solo el tiempo lo decidirá.

8-. La historia la estoy subiendo al mismo tiempo en Wattpad como JuanD14, asi que tambien la pueden leer ahí.

Me parece que es todo por el momento, si llego a recordar otra cosa les aviso. Ahora si les dejo leer .

Introducción al libro 1: Magicians.

Desde tiempos antiguos el mundo ha sido habitado por diversas criaturas, entre ellas los humanos, personas sin ningún tipo de poder o habilidad especial; y los Magicians, humanos con la capacidad de dominar uno o dos tipos de magia: Agua, Fuego, Tierra, Aire, Rayo, Hielo, Naturaleza, Animales, Luz y Oscuridad. Los Magicians, desde el momento en que nacen, poseen en su cuerpo alguna marca que simboliza el origen de sus poderes.

Mucho tiempo atrás estalló una guerra entre los Dark, quienes querían gobernar a todos, humanos y Magicians por igual, y los Light, quieren deseaban que todo se mantuviera tal como estaba. Al ver que todos los demás Magicians se ponían del lado de los Light, los Dark comenzaron a expandir sus mentiras y engaños para provocar peleas y desconfianza en todos los demás Magicians.

Al caer en la trampa, los Magicians dejaron de confiar ciegamente en los que no fueran de su mismo elemento y, tiempo después, grandes poblados de Magicians se escondieron en alguna parte del mundo para poder entrenar su magia o para alejarse de la guerra que estaba por comenzar.

Otros tantos se quedaron para combatir unos contra otros e, incluso, aliarse entre sí para acabar a los demás “enemigos”. Pero, cuando la guerra entre los Dark y los Light estaba en pleno apogeo, sucedió algo que nadie podía entender o explicar: los Light dejaron de nacer y todos los que alguna vez existieron desaparecieron, dejando su magia casi en el olvido a través del tiempo.

 

 

 

1.-Ladrones de pan.

-¡Regresa aquí maldito ladrón! –Gritaba un sujeto mientras perseguía junto a otro a dos chicos.

“Oh, claro, como lo dice tan amablemente lo haré enseguida”. Pensaba de forma sarcástica un joven sin dejar de correr mientras que en un brazo cargaba a su hermano menor y con la otra sostenía una bolsa medianamente grande.

-¡Detente maldito mocoso! –Volvió a gritar el señor.

“¿Acaso no se cansan estos?”

Aquel chico, de nombre Dylan, siguió corriendo sin hacer caso a lo que le estaban gritando esos sujetos mientras esquivaban a las personas  y tiraba varias cosas que encontraba en su camino para dificultarle el paso a sus perseguidores.

Ya se estaba cansando de correr cuando entró dentro de un callejón. Casi lograba salir cuando uno de los sujetos que lo perseguía apareció de aquel lado. Al dar la vuelta para regresar por donde vino se encontró con el otro a varios metros de él. Estaba atrapado.

Dylan al ver la sonrisa de superioridad que tenía el hombre se enojó tanto que decidió hacer lo que lo que no tenía pensado. Dejó en el suelo a su hermano y la bolsa diciendo simplemente “cúbrete”. El pequeño solo levantó sus brazos con las manos hechas puños y, al hacerlo, el suelo a su alrededor se elevó y lo cubrió como si fuera una tienda de acampada. Dylan al ver que su hermano estaba a salvo  volteó a ver a uno de los hombres con una sonrisa al ver su cara asustada.

-Ya es hora de divertirse. –Dijo mientras una ligera capa de escarcha comenzaba a extenderse por todo el callejón.

En cuestión de segundos, todo el lugar se llenó de gritos pidiendo ayuda, pero por desgracia para ellos, ni siquiera los más valientes se acercaban por si terminaban con el mismo destino que ellos al ver el hielo que salía por ambas entradas del callejón. Dylan, una vez que terminó con aquellos hombres, sonrío con superioridad al ver los rostros aterrados de los otros dos dentro del hielo.

“Par de llorones, apenas les congelo los pies y ya están gritando”. Pensó burlonamente.

Se acercó donde se suponía que estaba su hermano y golpeó la roca tres veces, luego cinco y otra vez tres. Al escuchar los golpes, el pequeño colocó las piedras en su lugar, abrazó fuerte el peluche que siempre lo acompañaba y alzó un brazo para que su hermano mayor lo cargara. Enseguida el mayor lo sostuvo junto a la bolsa que había dejado en el suelo y apuntó hacia arriba para que el menor los elevara. El pequeño enseguida entendió y, creando fuertes corrientes de aire, los subió hasta el techo de un edificio.

Una vez que bajó a su hermano sintió una mano posarse sobre su hombro. El, con su curiosidad, volteó a ver quién estaba ahí arriba con ellos pero al hacerlo recibió un golpe que lo tiró al suelo y luego sintió como le aprisionaban las muñecas con unas esposas.

-Queda bajo arresto por abuso de sus poderes.

-¿¡Pero que mierda!?

... - … -…

-¿Cuál es la razón de su arresto?

-Agredió por medio de sus poderes a dos humanos sin razón aparente y, al parecer, después de eso les robó y trató de huir.

-¿¡Qué fue sin razón!? ¡Eso es mentira! –Comenzó a gritar Dylan histéricamente.

Después de aquel suceso en el callejón ya habían pasado varios días. Sacando a arrastras a ambos hermanos de aquella “cuidad” humana los transportaron hasta otra varias veces más grande en donde, por lo que se veía, vivían humanos y Magicians. Al llegar los llevaron a un edificio demasiado grande, los metieron en un tipo de celda y poco después llegó aquella persona preguntando lo que pasó.

-¿Qué tipo de Magicians son? –Preguntó el recién llegado sin hacer caso a los gritos de Dylan.

-Se sabe que el mayor es un Frost por como atacó, y posiblemente sea también un Air. Se desconoce si el menor posee magia.

Al escuchar eso aquella persona al fin pareció notar la presencia de los hermanos. Se acercó algunos pasos a la celda y, con voz autoritaria, exigió a Dylan:

-¿Dónde está tu marca?

-En el culo, ¿Qué? ¿Lo quieres ver? –Escupió con veneno a modo de contestación.

-Mocoso insolente. –Dijo el otro tratando de controlar su enojo.

-Y tú muy grandecito, ¿Verdad? –Replicó al ver que tenía seguramente la misma edad.

-Pues soy mucho más maduro que tú, ¿Qué? ¿Tus jodidos padres te enseñaron a robar pero no te dieron modales?

A los pocos segundos de haberlo dicho, aunque jamás lo admitiría en voz alta, se arrepintió al ver como el niño pequeño comenzó a llorar en silencio. Pero tan rápido como apareció ese sentimiento también se desvaneció para dejar paso a la irritación al ver como el otro chico se levantaba para patear y embestir con el cuerpo las rejas mientras le dedicaba todos los insultos y groserías que conocía. Tras eso, ya que no pudo soportarlo más, creó una bola de fuego en su mano y la lanzó contra Dylan, a quien le dio en el hombro provocando que cayera al suelo gimiendo de dolor.

A pesar de eso, aquel chico no dejó de ver al otro con odio, de hecho, comenzó a verlo como si ya lo hubiera matada varias veces en su cabeza pero aun así no fueran suficientes los asesinatos mentales en ese caso.

-Eres un jodido Fire. –Le acusó -. Apenas destruya estas putas esposas te mataré metiéndote en un iceberg.

-Inténtalo si quieres, pero no podrás romperlas con tu magia porque están hechas con biocristales, algo que hasta alguien como tú ha de conocer… O eso creó.

Claro que los conocía, ¿Qué Magician no los conoce? Ahora Dylan lo iba a matar por llamarlo estúpido indirectamente. Los biocristales, que tomaban la forma de diferentes joyas, eran capaces de provoca que los Magicians no pudieran usar cierto tipo de magia mientras tuviera contacto con ese objeto. Pero a pesar de eso, aquel chico intentó con todas sus fuerzas romper aquellas esposas sin éxito.

-¿Ya les dieron de comer? –Le preguntó el Fire al joven captor de los hermanos, quien durante la discusión de los otros dos permaneció en silencio.

El joven rápidamente negó con la cabeza y, después de recibir la orden, fue a buscar la comida que les darían a los “delincuentes”. Cuando regresó y abrió la celda para alimentarlos fue recibido con una patada proveniente de Dylan, lo cual dejó impactados a sus “carceleros” ya que no lo hiso para intentar escapar, sino para simplemente tirar la comida al suelo.

-¿Cómo sé que no le pusieron veneno, algún paralizante o somnífero? -Dijo como si fuera cosa de todos los días.

Aquello, aparte de asombrar al Fire, también hiso que se enfureciera todavía más si era posible ya. Cuando vio que el Frost tenía intenciones de volverlo a provocar decidió irse de ese lugar antes de que terminara calcinándolo.

… - … - …

-¿De dónde demonios sacas energía para discutir si no comes nada? –Le preguntó el Fire ese día harto. Como siempre.

Ya habían pasado varios días después de que llevaran a los hermanos a ese lugar, y  cada vez que les llevaban comida sucedía lo mismo: Dylan tiraba al suelo todo alimento con la excusa de que no sabía que podía tener.

Aquel chico, en vez de contestar a la pregunta del otro Magician, volteó el rostro ignorando al otro mientras comenzaba a silbar, o lo intentaba al menos ya que por lo que se veía no sabía hacerlo. El Fire, odiando ser ignorado por alguien como él, decidió agarrarlo por el cabello y lo levantó de esa forma para que lo viera a los ojos. Cuando estuvo a punto de decirle algo una voz sonó detrás de él parándolo y haciendo que soltara a Dylan.

-Capitán Rosewood. –Dijo cuándo volteó a ver quién era.

-¿Me podrías decir que está pasando aquí, Iñaki? –Preguntó amablemente.

-Lo que sucede es que… ¿Se pude saber que es tan gracioso? –Dijo cuando escuchó a Dylan carcajearse a todo pulmón.

-Tu nombre, ¿En serio te llamas Iñaki? Me suena más a nombre de Water que de un Fire.

“Al menos es un buen nombre”. Pensó el Frost sin querer.

Antes de que lograra crear una bola de fuego para lanzársela por burlarse de su nombre, el Capitán Rosewood se acercó al muchacho que se encontraba en el suelo, lo observo un momento y entonces notó algo que se encontraba al lado del niño pequeño: la bolsa que contenía lo que sea que hayan robado los hermanos, solo que con la diferencia de que ahora se veía como si tuviera menos cosas dentro de ella a comparación de días atrás. Llamado por la curiosidad, se giró en dirección a Iñaki preguntándole sobre el contenido que se encontraba en el interior de la bolsa, recibiendo en su lugar un gesto desdeñoso del otro mientras contestaba:

-No tengo ni idea, ni con la fuerza bruta hemos logrado que nos la entregara.

Todavía más curioso se volvió a voltear para decidir lo que haría. Al final decidió simplemente estirar el brazo y agarrar la bolsa; pero a medio camino de esa acción fue detenido por un fuerte mordisco en su brazo derecho, el que estaba estirando, de parte del Magician prisionero mayor. Al ver eso, Iñaki creó una bola de fuego en su mano dispuesto a lanzarla contra la cabeza de Dylan, pero fue detenido por un gesto proveniente del Capitán.

Dudando sobre si hacerlo o no, Iñaki fue apagando lentamente el fuego que había creado, no sin antes de darle una mortífera mirada de advertencia al chico que se encontraba en el suelo. Éste, al ver que posiblemente ese tal Capitán Rosewood no le haría nada en comparación del Fire, decidió liberar de su mordida al mayor y, cuando lo hiso, escupió sobre el zapato de éste, dejando sobre eso saliva y algo de sangre.

-Creo que eso es suyo, Capitán. –Le dijo con una sonrisa socarrona.

Riéndose un poco del comentario, siguió estirando el brazo consiguiendo esta vez la bolsa. Teniendo eso en la mano volteó a ver a Dylan para asegurarse de tener su aprobación para abrirla, pero no consiguió ni una afirmación o negación, solo un giro de cabeza indicando que le importaba muy poco lo que decidiera hacer. Antes de que el chico cambiara de opinión, Rosewood abrió la bolsa y, al momento de ver su contenido, comenzó a reír con ganas. Llamado por la curiosidad, el Fire se asomó por encima del hombro de su líder encontrándose con algo que no se esperaba ver.

-¿Panes? ¿Atacaste a dos humanos para robar panes?

-¿Qué puedo decir? Tenemos que comer algo de vez en cuando. –Contestó sin darle importancia -. Y no pensaba dañarles, pero esos jodidos idiotas me cabrearon y eso fue lo que se consiguieron.

“¿Cómo no te iban a cabrear si cargas con ese humor de mil demonios?”. Pensó Iñaki.

A diferencia de Iñaki, quien lo vio como si fuera un bicho raro, el Capitán Rosewood le miró con ternura, como si estuviera viendo a esos dos hermanos como si fueran sus propios hijos y, dejándose guiar por ese repentino sentimiento de querer protegerlos, le dijo a Dylan:

-Tú harías lo que sea por tu hermano, ¿Verdad? ¿Qué dirías si te digo que ya no tendrás que robar y que tendrás lo que necesitas?

-Capitán, ¿Qué está pensando? –Indagó Iñaki siendo ignorado por los otros.

-Diría que me gustaría escuchar su idea, señor Capitán.

-Llámame Robert, Robert Rosewood. No sé si sabes, pero te encuentras en el Cuartel Elements, aquí viven, conviven y entrenan todo tipo de Magicians que desean participar en la guerra contra los Dark; se les da el alimento y donde dormir, además de que se les paga cierta cantidad de dinero dependiendo de las misiones que hagan, así que…

-¿Le está pidiendo que se una a nosotros? ¿¡Acaso está loco!? ¡No puede…!

-Acepto. –Declaró Dylan mirando desafiante a Iñaki.

-Lo siento, pero no puedes entrar así como así, primero tienes que pelear contra alguien que ya esté dentro y…

-Pues te estas tardando en buscarme con quien pelear. –Le interrumpió el Frost de forma aburrida -. ¿Por qué no mejor nos dejas en paz y te vas a preparar todo antes de que te saque a patadas?

El Fire estuvo a punto de decir otra cosa cuando, pensándoselo mejor, decidió irse antes de que la poca paciencia que le quedaba desapareciera. Una vez que se aseguró de que Iñaki ya estaba lejos, el Capitán Rosewood liberó de las esposas a ambos hermanos y luego los sacó de ese lugar, los guío a través de varios pasillos hasta llegar a una puerta en donde los dejó diciendo que le esperaran ahí. Dylan sorprendiéndose a sí mismo hiso caso, de hecho, en ningún momento se le ocurrió tratar de escapar mientras llegaban hasta allá. Al atravesar la puerta se encontró con un simple dormitorio.

Cuando el Capitán Rosewood regresó iba acompañado, para desgracia de Dylan, de Iñaki, quien iba cargando con una bandeja con comida. Mientras iba dejando aquello sobre una cama que había en la habitación, el Fire le echaba una mirada envenenada al Frost y luego se mantuvo lo más alejado posible de él. El Capitán se sentó  cercas de la bandeja y, con un simple gesto, invitó a Dylan a hacer lo mismo; luego le indicó que él probaría lo que quisiera para asegurarle que no tenía nada la comida. Tal como dijo, fue probando un poco de la comida, pero cuando iba a tomar del jugo Dylan agarró el vaso por el borde de arriba y lo sostuvo en dirección de Iñaki.

-Que él beba esto.

-¿Cuál es la diferencia si…?

-Tómatelo y calla, Fire con nombre de Water.

Tratando de no quemar la mano de Dylan. Iñaki tomó el vaso y se lo llevó a la boca para tomarle un trago de forma brusca, pero después de haberlo hecho se le cayó el vaso al suelo y, al tratar de recogerlo, vio que le era imposible moverse. El Capitán solo podía ver eso de forma sorprendida mientras que Dylan disfrutaba de esa imagen con una sonrisa de superioridad.

-Para que veas lo fácil que es poner algo en la comida, pero descuida, el paralizante se quitara en una hora. Elías, ya puedes comer, todo es seguro. –Esto último se lo dijo a su hermano que, como siempre, se mantuvo en silencio a su lado todo el tiempo.

Notas finales:

Aquí está el primer capítulo, lamento si hay algún error o es un tanto confuso, a penas soy solo un principiante. Subiré el próximo capítulo cuando vea que en verdad le gustó a alguien que no sea mi mejor amiga. Hasta la otra.


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