Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Night and Day por LadyDarkness

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Siempre había querido conocer a un vampiro en persona.
Había oido hablar de éstos seres mucho, hasta el punto que sabía ttodo acerca de ellos, pero sin haber visto nunca uno de verdad. Supongo que eso se debe a que mi padre nunca quiso que conociese a ninguno para matenerme a salvo.
Y esa es la razón por la que fundó el instituto.
El instituto es un lugar creado para mantener a salvo a los jóvenes estudiantes durante sus años de juventud, lejos de la ciudad y protegido las 24h del día. 
Mi padre es el director, y yo superviso todas las clases y a todos los alumnos, haciendo de sus estancias más cómodas.
Nunca se ha dejado entrar a ningún otro ser que no sea humano al instituto, pero aquel año fue totalmente diferente.
Esa mañana Rei, mi padre, me había pedido hablar en su despacho, así que allí estaba, de pie frente a su escritorio.
—¿Qué era eso tan importante que tenías que decirme? —le pregunté con algo de prisas ya que aquella mañana era bastante ajetreada.
—Yumi, sabes que yo nunca te pondría en peligro—me pareció bastante raro que comenzara de esa manera, pero me limité a mirarle con el ceño un poco fruncido—. Ni a ti ni a mis estudiantes —hizo una pausa de varios segundos antes de volver a hablar—. Pero... Esta es una ocasión especial, un favor hacia alguien muy importante.
Realmente no entendía nada de lo que quería decirme.
—Por ese motivo, —prosiguió— quiero que conozcas a alguien.
Justo al acabar la frase, pude escuchar a mi espalda como alguien abría la puerta y pasaba dentro del despacho, asi que me giré a mirar.
Y me llevé un gran impacto.
Un chico alto, mucho más alto que yo ya que me sacaba dos cabezas -aunque mi estatura es bastante baja-, estaba parado frente a la puerta. Su pelo era de color rosa muy claro, casi blanco, y caía en forma de cascada por su cabeza. 
Su tez pálida y sus ojos, color rojo intenso y profundos como dos pozos oscuros, estaban clavados en mí. Se podía ver un brillo siniestro en éstos.
Enseguida me giré hacia Rei
—¿Estás loco? —le pregunté un poco intimidado por sentir los ojos del chico en mi espalda
—Yumi, se lo que parece, pero no es como los demás...
—Rei este edificio está lleno de humanos, ¿sabes lo que podría pasar si...?
—No lo hará, me ha dado su palabra. Además, Mei puede ayudarle a conseguir alimento. —suspiró— Yumi, se mejor que nadie que esto es arriesgado, pero debes confiar en mí.
Le miré a los ojos. Hablaba como seguro de lo que estaba diciendo, así que decidí darle una oportunidad.
—De acuerdo... —dije, aunque no estaba demasiado convencido. Me giré a mirar al joven, que no se había inmutado y seguía mirándome— ¿Cómo te llamas?
—Es Kenji —respondió Rei— Me gustaría que le enseñaras todo esto.
Asentí y me acerqué a la puerta, pasando junto al joven.
—Sígueme —fue lo único que le dije 
y salí del despacho.Sorprendentamente, Kenji me siguió sin reprochar, sin decir nada. Escuchaba lo que le decía sin una palabra, lo que me pareció un poco incómodo.
—Y... eso es todo. Supongo que me ayudarás al mantenimiento de todo esto... —le miré— ¿Alguna duda?
Pero él miraba hacia una pequeña caseta de madera un poco allá del edificio.
—¿Qué es? —se atrevió a decir por fin.
Su voz era un tanto extraña: era suave y melodiosa, pero algo grave también... Era estraña pero... bonita.
—El... cobertizo —le observé un poco con más detenimiento ahora que podía verle mejor con más claridad.
Estaba claro que no era humano, por su tez pálida y sus ojos. Pero había algo en él que me llamaba la atención. Creo que era su forma de observar las cosas... Lo hacía una forma tranquila y detenida...
Entonces me di cuenta que hhabía dejado de mirar el granero, y que en su lugar me miraba a mí. 
Aparté avergonzado la mirada rápidamente
—Bueno, esto... te enseñaré tu habitación... 
Comencé a caminar con cierta prisa, algo nervioso. Había pillado mirándole con cara extraña seguramente, y comenzaría a pensar cosas extrañas.
Con todos estos pensamientos en la cabeza conseguimos llegar a las habitaciones. 
Entré en ella seguido de Kenji.
—Supongo que compartiremos habitación... —comencé a señalarle dónde estaban todas las cosas, para orientarle.
—Hn... —lanzó un pequeño sonidito, lo cual entendí por un "gracias"
Me despedí y salí de la habitación para seguir con mis cosas. 
Cuando se hizo denoche volví a mi habitación, pero me sorprendió un poco verle allí, tumbado sobre la cama.
—Ho-hola —le saludé y él me lanzó un sonidito a modo de saludo.
Realmente era de pocas palabras.
Me di cuenta entonces que estaba leyendo uno de mis mangas.
Enseguida le ruboricé y me acerqué a él para quitárselo, pero fue mas rápido y lo apartó a un lado, fuera de mi alcanze
—¿Q-que haces leyendo eso? —le pregunté nervioso y realmente avergonzado
—Lo entontré bajo tu cama —dijo solamente
—¿Nunca que te han dicho que no es bueno rebuscar las cosas ajenas?
—No.
Aquella respuesta tan corta me dejó un poco descolocado. Me acerqué un poco más a él para intentar quitarle el manga pero él lo alejó más.
—Dámelo —le pedí mirándole.
Su rostro estaba muy cerca del mío, y desde tan cerca pude apreciar bien el color rojizo de sus ojos. 
Sin saber muy bien por qué me aparté rápidamente de él, notando como me ardía la cara. Quedé sentado a su lado en la su cama, un poco alejado de él.
Me miró directamente a los ojos, lo que me puso mucho más nervioso.
—¿Eres homo? —preguntó sin vacilar.
La pregunta tan directa me puso más nervioso aun.
—¿Q-qué?
—Estos mangas... Van sobre parejas de hombres. Si los tenías escondidos, supongo que no querías que nadie las encontrara.
Agaché la cabeza, queriendo que me tragara la tierra. No sabía que decirle ya que había dado totalmente en el clavo, y eso me asustó. ¿Que pensaría de mí ahora?
Pero entonces noté como colocaba un dedo bajo mi barbilla y me hacía subir la cabeza para mirarle.
He de admitir que me sobrecogió la delicadeza con que lo hizo, ya que siempre había tomado a los vampiros como seres brutos y muy fuertes.
Me quedé totalmente paralizado, mirándole, incapaz de moverme. No porque me tuviera sujeto, ya que solo sujetaba con delicadeza mi barbilla, sino porque sus intensos ojos rojos estaban clavados en los míos, observándome de todas las formas posibles.
—¿Te asusto? —me preguntó con voz suave, casi susurrando
Negué con la cabeza. Nunca me han dado miedo los seres como él, pero sí algo de respeto. Y tener a uno tan cerca lo hacía más notable.
Fue entonces cuando se acercó a mí lo suficiente para que sus labios rozaran los míos. 
Fue un roce frío, como si te pasaran un cubito se hielo por los labios. Pero a pesar de eso, intenso.
Noté un fuerte latido y me aparté enseguida
—¿Q-qué haces? —pregunté notando las manos temblorosas.
El frunció el ceño, como si la pregunta hubiese sido estúpida.
—¿Nunca has besado a nadie?
Claro que no. Nunca había besado a nadie ni nunca nadie había querido besarme. Aquello era una locura.
—¿Por qué lo has hecho?
—Quería hacerlo —dijo encogiéndose de hombros y volviendo a acercarse a mí.
Yo me eché hacia atrás, acabando tumbado. Pero para cuando quise incorporarme Kenji ya estaba encima de mí, juntando sus gélidos labios con los míos.
Fue una extraña sensación. Era mi primer beso con otro chico. A decir la verdad eera mi primer beso con alguien. Nunca he tenido novia ya que no me atraían las chicas, y nunca me atreví a salir con un chico.
Por lo que era una sensación nueva para mí. Sus labios eran suaves y carnosos, todo lo contrario a lo que parece a simple vista...
Puse una mano en su hombro intentando apartarle, pero las fuerzas me habían abandonado y me sentí bastante desprotegido.
Pero una parte de mí disfrutaba con el beso, ya que mi corazón latía con fuerza.
Se apartó de mis labios, acercando su rostro a mi cuello, lamiéndolo de arriba a abajo.
Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo al sentir su lengua recorrer mi cuello. Y un cierto miedo también.
Pude ver como sus colmillos sobresalían de sus labios, peligrosamente cerca de mi cuello, y su rostro se había ensombrecido. Pero poco después de apartó bruscamente de mí, evitando mirarme.
Me incorporé un poco, totalmente avergonzado por la situación. Le miré. Noté que estaba tratando de tranquilizarse.
Aquello debió de ser duro para él, estar tan cerca de un humano.
—Lo siento... —realmente no supe por qué me disculpé, pero lo hice.
Me levanté de su cama y me tumbé en la mía, de cara a la pared, con el corazón aun latiendo con fuerza.
Intenté cerrar los ojos y descansar.        

    

Notas finales:

Espero que os haya gustado, si es así seguiré subiéndolo, pero solo si me lo pedís :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).