Pajarito del amor.
Ando buscando un pajarito del amor
Que solía volar a mí alrededor
Que me daba besos al volar
Y me quería tanto hasta reventar
Se encontraba sentado, sin nada que hacer, con hojas regadas por muchas partes, no dejaba de pensar en lo mucho que se arrepentía ¿Por qué se tuvo que volver así? ¿Por qué con él? ¿Por qué con la única persona que tanto amaba y que recibía amor a cambio? Millones de preguntas así, pasaban por su cabeza.
Ese pajarito me recuerda a ti
Y siempre te busco al dormir
Despierto y me pongo a pensar
Donde y cuando tú volverás…
Su relación al principio fue hermosa, una donde los besos, las caricias, los regalos y todo lo que las personas desean en sus relaciones, era así, perfecta, pero después de varios meses, Takanori comenzó a cambiar, se volvió frío y seco, el bajista tratando de arreglar la situación, al final de cuentas, terminaban peleando.
Reita para dejar esta situación en paz, decidió dar por terminada la relación que tenían, para el más bajo, aquella noticia no le había dado mucha importancia, dolía, sí, pero no tanto como Reita creía.
Después de varios meses, el más bajo sentía la ausencia del más alto, no lo quería junto a él, no no, lo necesitaba junto a él, que al abrir la puerta apareciera el extendiendo sus brazos para ir corriendo y abrazarlo, sintiendo su calor, la protección que le brindaban aquellos brazos.
Yo sé yo tengo la culpa
Yo sé te debo disculpas
Yo sé fui perdiéndote
Yo sé yo tengo la culpa
Yo sé ya no hay excusas
Yo sé, sigo amándote
Decidió salir, no iba a estar encerrado todo el día, necesitaba respirar y aclarar su cerebro, olvidar un rato aquel hombre, tomo a su chihuahua Koron y partió camino hacia el parque cercano a su casa. Se sentó en una banquilla, leyendo un libro que hace tiempo había dejado aventado entre su “basurero” estaba muy concentrado en su lectura hasta que escucho los ladridos de su perro –Hey, Koron deja de…-
Caminas seguido en mí pensar
Y te miras tan guapo al pasar,
Buscando una solución yo se
Que ya soy parte del ayer
Sus ojos se agrandaron al verlo, ahí caminado, lo veía distinto, había cambiado, si, lo recordaba un tanto delgado pero ahora su cuerpo era físicamente bien formado, dios, con ese tipo de hombre sería la envidia de muchas chicas (incluso por algunos hombres) Se quedó contemplando aquel hombre, que amaba, no, todavía seguía amando, con lo más profundo de su ser. Se armó de valor y se acercó a él…-Rei… Reita.- Lo dijo –literalmente.- en un susurro audible para el mayor.- Al escuchar aquella voz conocida, sonrío –Hey… Taka… Hace tiempo no te veía por aquí.- El más bajito se quedó quieto sin hacer ningún movimiento. –Tengo… Algo que decirte.-
Tuve una gran oportunidad
Pero moría de nervios no podía ni hablar
-Claro te escucho.- Le sonrío el bajista… ¿Por qué tienes que sonreír? ¿Por qué esa sonrisa que me enamora? Maldita sea, no lo hagas, sufro… « Dile… Vamos… Abrázalo y dile lo cuanto que lo quieres en tu vida, que sin él la vida no es lo mismo, dile que lo amas…»
Reprimí lo que sentía
Y termine sin ti en mis días
-So… Solo quería decirte que… Espero que te vaya muy bien en tu vida, te deseo lo mejor. Akira.- Dio la mejor sonrisa que pudo dar. El otro solo se quedó callado y le devolvió la sonrisa –Gracias y también te deseo lo mejor.- El más bajo tomo a su perro se despidió del sin nariz y se marchó por donde vino.
«Vamos… ¿Por qué no me persigues? Solo dame un abrazo…» Las lágrimas se hicieron cada vez más notorias y con la cabeza gacha sollozaba el nombre de él…
Yo sé yo tengo la culpa
Yo se te debo disculpas
Yo sé fui perdiéndote
«Ven y abrázame con esos brazos que me dan calor»
La lluvia se hizo presente, pero esta fue demasiado fuerte, comenzando a empapar al más bajito.
«Di que… todavía me amas…»
Yo sé yo tengo la culpa
Yo sé ya no hay excusas
Yo sé… Sigo amándote…