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La Dernière Danse por sehunnie swift

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Notas del fanfic:

Hola <3


¿recordáis cuando prometí que os traería un nuevo fic Myungjong por navidad? bueno pues es por año nuevo, pero técnicamente tengo vacaciones de navidad, así que cuenta xD

por si alguien decide leerlo, y has leído los anteriores, o no, bueno pues espero que te guste ♥

Notas del capitulo:

¡A leer!

La nieve caía con fuerzas por las calles de Seúl.

Era una fría tarde de domingo. Los comercios estaban abiertos debido a las fechas en las que se encontraban, y grandes masas de gente se movían de aquí para allá, comprando regalos de última hora o, simplemente, admirando el ambiente que les rodeaba. Las luces de navidad, de numerosos entramados de diferentes temáticas, inundaban las calles y las hacían resplandecer aún más de lo que ya lo hacían habitualmente.

En una de las calles más transitadas de Seúl, haciendo esquina, se encontraba una pequeña cafetería. Estaba decorada, por supuesto, al estilo navideño. Diferentes guirnaldas y luces de colores verdes y rojas se encaramaban a la pared principal como si fueran una enredadera. Desde los cristales se podía apreciar un gran árbol de navidad que había en su interior, casi al final de la estancia. Las mesas estaban casi llenas, ocupadas por familias o por parejas que decidían pasar la tarde juntos allí.

Sungjong se quitó el flequillo sudado de la frente. Podría ser invierno, pero nadie le quitaba el calor que llevaba encima debido al aire acondicionado, al jersey de lana, y al ir y venir constante llevando vasos de chocolate caliente y café a los clientes.

Cuando tuvo un pequeño descanso, se apoyó sobre la barra y suspiró.

Hacía un día precioso para salir y dar una vuelta por Seúl. ¡Incluso estaba nevando! Pero en cambio tenía que pasar la tarde allí pues, al ser festivo, trabajaba horas extras. Por supuesto, luego compensaba, pero aún así seguía sintiendo ganas de salir y hacer angelitos de nieve en el suelo.

Volvió a suspirar cuando recibió una llamada de una muchacha que estaba sentada cerca de la cristalera a la derecha del local, pidiéndole que fuera.

“¿Me podrías traer una taza de chocolate y una hojaldrina rellena de crema?”

“Por supuesto.”

Se dio media vuelta y fue hacia el mostrador. Preparó una taza de chocolate y, en un plato, colocó una de las hojaldrinas. Cuando se lo llevó a la muchacha, vio que había entrado un cliente nuevo.

Llevaba una bufanda de color beige oscuro. Bueno, más bien era un bufandón. Era tan grande que le daba dos vueltas al cuello y parecía una tortuga. Además, incluso después de las dos vueltas, todavía le llegaba por la cadera. Tenía el pelo negro como el azabache y un jersey blanco de punto. Colgada en el hombro, llevaba una cámara profesional que Sungjong no tenía ni idea de cómo se llamaba ni de cómo funcionaba.

Esperó a que el chico se sentara y se acercó para atenderlo.

“¿Qué desea tomar?” le preguntó, esbozando una sonrisa.

El chico levantó la mirada y Sungjong sintió como el calor que ya tenía se multiplicaba a velocidades vertiginosas. Podía sentir cómo sus mejillas ardían y llevó la mano a una de ellas, comprobándolo. Vaya, efectivamente, estaba ardiendo.

“Me gustaría tomar un gofre y un rosco de vino, por favor.” respondió, con una pequeña sonrisa.

Sungjong sentía que iba a salir ardiendo en cualquier momento.

“Está bien.”

Se iba a dar la vuelta cuando sintió cómo la mano del chico lo sujetaban y le daba la vuelta.

Sungjong enarcó una ceja al ver que estaba ligeramente sonrojado.

“Y un batido de fresa también.”


***


Había pasado un mes desde que el chico entró por primera vez en la cafetería y resultó convertirse en un cliente habitual, y Sungjong había conseguido acostumbrase más o menos a su presencia. No sabía nada de él excepto que era fotógrafo, porque siempre llevaba la cámara consigo. Aunque quizás era solo un hobby.

Por alguna extraña razón, Sungjong quería conocerlo más. Empero, por otro lado, el trabajo y la universidad apenas le dejaban tiempo mas que para ducharse y quizás, si eso, dormir.

Aquel día era un viernes por la tarde. No había venido mucha gente y su jefe había prometido dejarle salir dos horas antes, para que disfrutara un poco más de su tiempo.

Sobre las 7, cuando Sungjong iba a recoger, el chico entró en la cafetería y, tras sacar su portátil para trabajar, pidió su habitual café con leche.

Sin embargo ese día, al irse, dejó una servilleta de la cafetería en la mesa, con algo escrito en ella.

Sungjong arqueó una ceja mientras la cogía para leerla.


Hace un tiempo demasiado bonito cómo para que pases todas las tardes aquí encerrado. ¿Te apetecería ir al parque del centro mañana conmigo? Por la tarde, sobre las 8. Te estaré esperando. ~ Kim Myungsoo.”


“Kim Myungsoo.” Sungjong probó el nombre del chico y, por alguna razón, el calor volvió a acumularse en sus mejillas.



***


No podía creer lo que estaba haciendo pero, era sábado y eran las 7 de la tarde y ahí estaba él, preparándose para acudir a una cita con alguien a quien no conocía en absoluto. Solo sabía el nombre y lo había averiguado ayer.

Tenía el pelo recién lavado y se pasó los dedos entre las hebras rosadas para cepillarlo y dejarlo liso. Había llevado ese color rosa durante ya casi 3 meses, así que estaba replanteándose el volver a cambiarlo. Tras haberlo secado, se enfundó en un jersey blanco calado de punto, una bufanda azul de lana y un gorrito de color grisáceo, también de lana, terminado en un pompón. También cogió un par de guantes, porque de verdad que hacía mucho frío.

Cuando quiso acordar, ya casi eran las 8 menos cuarto y, si quería estar a tiempo, más le valía salir ya. Cogió las llaves y las guardó en el bolsillo del pantalón junto con el móvil y, después, cerró la puerta de su apartamento. Su compañero de piso, Sunggyu, había salido temprano en la tarde a casa de su novia y Sungjong estaba bastante seguro de que no le vería el pelo hasta el día siguiente.


***


Llegó al parque justo a tiempo.

El sol ya se había ocultado hacía bastante rato y ahora era cuando más gente comenzaba a pulular las calles. Los sábados era su día libre y no tenía de idea de cómo Myungsoo sabía eso.

El parque era enorme y Sungjong hizo una mueca. ¿Cómo lo iba a encontrar ahora? Ni siquiera tenía su número.

Juntó las dos manos y suspiró, exhalando vaho helado.

Quizás no había sido una buena idea venir.

Estaba seriamente considerando la posibilidad de llamar a un par de amigos e ir a ver una película en su casa, cuando lo vio aparecer.

Llevaba exactamente el mismo conjunto que usó el día que entró por primera vez en la cafetería. No es que Sungjong le hubiera dado mucha importancia, pero es que el bufandón era inconfundible.

Myungsoo parecía terriblemente aliviado de verlo allí.

“No sabes cuánto me alegra verte.” sonrió. “ De verdad pensaba que no ibas a venir.”

“La verdad es que no sé ni por qué lo he hecho.” Sungjong le devolvió la sonrisa. “No nos conocemos en absoluto.”

“Bueno, eso es lo que pretendo cambiar.”

Y, dicho esto, sujetó a Sungjong de la muñeca y tiró de él hacia delante, para que se pusiera a su altura y comenzaran a caminar juntos por el parque.

Sungjong sintió cómo el calor se acumulaba de nuevo en sus mejillas y dio gracias a que la bufanda estuviera correctamente colocada y lo camuflara.

Notas finales:

Prometo que las siguientes partes serán más largas lmao

si queréis que actualice pronto (si alguien lo lee xD), dilo en un review


hasta pronto <3


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