Un pelinegro de piel blanca y gran altura, tenía pocos meses de haber cumplido la mayoría de edad, decidió una noche, a principios de enero salir algún bar, pasarla bien, disfrutar de su juventud, experimentar nuevas cosas. No hacía muchos días que regresaba de canadá, puesto que estar en su casa no era algo que le agradara, le gustaba practicar skate, rapear, bailar y demás cosas, era una persona muy activa, por ello su cuerpo a pesar de ser tan alto era perfecto, era delgado pero en la zona de sus brazos y piernas, era... ¿cómo decirlo? Exquisito. Ese día, esa noche, mostraría lo que tenía. Un pantalón de cuero ajustado apretaba sus largas y gruesas piernas, levantaba y marcaba sus redondas y bien formadas nalgas. Una camisa de cuadros negra con éstos rojos y blancos, y por supuesto sus típicas gomas anchas negras. Por ultimo, su cabello era largo pero no cubría su hermoso rostro.
La verdad es que a pesar de su edad era un poco tímido, no tanto como solía ser de pequeño, pero era un hábito que le caracterizaba.
Se encontraba ya a medianoche sentado en la barra de un bar que tenía buena pinta, era un lugar grande había mucha gente en la pista observando un pequeño escenario donde alguna banda de rock tocaba, había tanta gente aglomerada que apenas y se podría caminar, pero a pesar de ello la buena música, las luces de colores y el humo que salía algunas veces de la tarima, hacía cómodo el ambiente, una decoración presentable. Al haber tanta gente más las luces que lograban distraer a cualquiera, y el alcohol que ingería hacía mucho más fácil que las parejas se tocaran y besaran como quisieran. Era algo también que nadie juzgaría, ya que cada quien, en cada esquina, en cada mesa tenían su rollo, era un ambiente caliente ya de costumbre. JunHong ya había perdido la cuenta de cuantos tragos había tomado, el humo de las personas que fumaban a su alrededor hacía que junto al alcohol que corría por sus venas su vista perdiese un poco el foco, pero realmente no le importaba, seguía pidiéndole más y más al bartender que parecía coquetearle. Luego de rechazar a algunos vendedores que le ofrecían un poco de toxinas, extasis, o cualquier tipo de pastillas, notó como un camarero se acercaba y le ofrecía un tequila señalando inmediatamente a un costado del lugar donde en unas butacas se encontraban sentados un par de gemelos muy guapos que le saludaban con una seductora sonrisa que el maknae correspondió, levantó su copa en modo de agradecimiento y lo tomó a pecho ante sus miradas sin dejar ni una gota en aquella copa de cristal.
Zelo mordió sus labios y los relamió de una manera muy seductora, la verdad es que no lo había notado pero desde que entró al lugar los gemelos Bang siguieron cada uno de sus pasos como depredadores al acecho, inmediatamente lo miraron como su presa de esa noche, sí, sin duda alguna, el pequeño de piel blanquecina sería la presa de ambos, no podría escapar.
Los gemelos Bang salían, eran muy unidos y a pesar de parecer expertos en el caso de cazar y devorar juntos no lo eran, sólo era algo que se animaban hacer cuando estaban aburridos y desde luego juntos, cosa que ocurría de vez en cuando ya que el menor de ellos solía viajar mucho con su grupo de raperos "soul connection" tenían demasiado como equipo, como grupo, el hacer música era la mayor pasión de Yongguk, su gran amor.
El maknae dejó la copa sobre la barra, y se levantó dispuesto a caminar hasta la mesa donde éstos dos individuos encontraban, caminó de la mejor manera posible, dejando ver sus piernas, queriendo seducirlos, cosa que desde luego logró sin si quiera proponérselo.
—¿A que se debe aquel obsequio? —Cuestionó el pequeño levantando un poco la voz para ser escuchado, y colocó ambas manos sobre la mesa que se encontraba en medio de la butaca logrando inclinarse y estar casi a la altura. Cada uno se encontraba en una esquina, dejando el medio vacío, JunHong detalló las facciones de cada uno, realmente se parecían, solo que uno lucía un poco mas joven, uno limpio y otro con tatuajes, uno mas "relajado" rockero, y de otro más undergroup, rapero.
—Nada en especial, solo que, te veías aburrido solo.—Mencionó el mayor en la mesa, desprendiendo superioridad, mirando al chico de pies a cabeza, arrasándolo con la mirada. —¿Esperas a alguien? —Preguntó a lo que el chico solo negó.
—Vine a divertirme, si traía amigos, o a quien sea no podría hacerlo del todo.
—Entonces puedes quedarte y ser nuestra compañía. -agregó el otro chico, dejando escuchar su ronca voz, que a pesar de la alta música logró penetrar los oídos del maknae. —Te divertirás con nosotros.
JunHong formó una ladina sonrisa al igual que ellos, si quería divertirse, ¿que mejor que hacerlo al doble? Y siendo sincero consigo mismo, éstos chicos eran tan misteriosos, tan jodidamente sexys que le excitaban de solo verlos. —No veo el porqué no hacerlo. —Mencionó con confianza. Sentándose y arrastrandose por la butaca, pasando por encima del menor de los gemelos, sentándose en su regazo para así poder sentarse luego en el medio de ambos.
Yongguk fascinado de haber sentido aquellas acolchonadas y duras pero suaves nalgas gruño de hambre, ese pequeño de verdad sabía como jugar.
—Mi nombre es Yongnam. —Se presentó el mayor para romper la tensión entre su hermano y el chico, evitando ser olvidado. —El mío es Yongguk. —Sonrió notando lo amenazado que se sentía su hermano mayor. —¿y tú, hermoso?
—JunHong. —respondió seco, pero sin poder borrar aquella sádica sonrisa. Yongnam llamó a uno de los bartender, pero al ser ignorado decidió levantarse para ir por unos tragos para todos. —No empiecen la diversión sin mí.
Yongguk al verselas solas aprovechó el momento, y discretamente llevó una de sus manos para acariciar el muslo del menor de arriba hacia abajo, su pierna lucía apretada, diablos que quería adueñarse de ella. —Dime JunHong, ¿que edad tienes?
El menor sintió su piel erizarse ante el contacto, se podría decir que ambos mayores le llamaron la atención, pero este, Yongguk lo tenía embobado, algo en él le llamaba mucho más la atención, tal vez por su vestimenta, que le hacía saber de sus gustos musicales. —¿para que quieres saberla? Conformate con saber que soy mayor de edad. —Le guiñó el ojo luchando por no brincarle encima y devorar aquellos carnosos labios. Se agradecía mentalmente, ya que gracias a tanto alcohol su maldita vergüenza no haría acto de presencia. —¿Y tú? Me agrada tu estilo.
—Mnhh. —Gruñó apretando su pierna con su mano, sonriendo divertido por su rebelde actitud. —Conformate con saber que soy mayor que tú, y que debes de respetarme. —Mencionó con autoridad acercándose al menor, deslizándose sin problema, rompiendo la poca distancia que los separaba. —A mi me gusta lo apretada que luce tu ropa, ¿a que juegas? ¿quieres seducir pequeño? —Susurró en su oído, pasando la punta de su lengua detrás del área mencionada a lo que obtuvo como respuesta un suave quejido del menor. —Delicioso... —Llevó su mano más a su ingle, acercándose peligrosamente a su intimidad, pero su logro no duró mucho, ya fueron interrumpidos por el mayor de los tres.
—Vaya, vaya, ¿no pudieron aguantarse un poco más? —Inmediatamente al ver al pequeño en dicho estado de sumisión, de ojos cerrados, y labios entreabiertos, dejó las bebidas sobre la mesa y se apresuró en sentarse para también disfrutar de aquel joven, no dejaría que su hermanito se llevase todo el premio. Yongguk sonrió ladino y descendió su rostro para llegar al pálido cuello del chico y comenzar a besarle, desciendo las caricias por lo largo de su pierna. Las caricias del mayor se agregaron, en su pierna libre, mientras que se concentraba en pasar la punta de su lengua desde su sien hasta su mandíbula para besarla con hambre. JunHong jadeaba de ojos cerrados, el calor en su cuerpo iba rápidamente en aumento, inconscientemente comenzó a separar sus piernas, a lo que los gemelos aprovecharon, fue Yongnam quien tomó la delantera y con su dedo índice repaso por su intimidad, queriendo que despertase de una buena vez. Yongguk por su lado seguía devorando su cuello, mordiéndolo, succionándolo, introduciendo la mano por debajo de su camisa, sintiendo lo marcado que estaba su abdomen, logrando percibir también como la piel ante las atenciones se estremecía. Rápidamente llegó a sus pezones y comenzó a estimular el mas cercano, disfrutando de las palabras sin sentido que mencionaba la víctima. Nam cansado de sólo conformarse con morder su mandíbula, con su mano libre tomó al menor por el mentón para voltear su rostro y así poder besarlo. De un solo golpe introdujo su lengua ágil dentro de su cavidad bucal; comenzó a explorar sin control alguno, el maknae ahogaba sus jadeos y correspondía torpemente. Pecho, cuello, intimidad, y ahora boca. JunHong se sentía en el cielo, ambos eran expertos para él, porque dios, tenían su cuerpo a su disposición. Nam disgustaba al menor sin descaro, le encantaba su sabor, no se cansaría de besarle nunca, de compartir saliva. Yongguk se apartó de su cuello para observar la escena, le excitaba ver a JunHong tan entregado, su actitud le hacia lucir ardiente. Sin previo aviso apretó con fuerza su pezón, el menor se estremció y dio un leve respingo. Ahora era Guk quien se sentía fuera de lugar, así que tomó la mano del pelinegro para llevarla a su intimidad, y que así el pequeño se diera cuenta de cuan excitado estaba, Zelo sin dejar de corresponder al beso comenzó a acariciar y apretar el sexo ajeno que lograba sentir a pesar de la ropa.
Yongguk mordió su labio al disfrutar de como el pequeño atendía tan bien su hombria aun cuando su hermano parecía querer comerlo, y así sin más carraspeo y jaló a la presa del brazo para separarlos, cosa que hicieron y agitados comenzaron a gemir por la falta de aire, inmediatamente voltearon, JunHong curioso, Yongnam molesto. —¿Que les parece si brindamos por esta noche? —Mencionó tomando una copa, a lo que después los otros dos siguieron tomando las suyas. —Y así de una vez podemos ir bailar un rato. Sería el pago por el primer trago.
Entre gemelos se miraron, ambos odiaban bailar, no eran muy buenos, pero con la música de ambiente que ahora sonaba, sabían perfectamente a lo que con "bailar" se referían. Así que los tres brindaron y se tomaron a fondo blanco la copa entera de champaña. Bang sin esperar a nada tomo al menor de su mano y lo sacó de donde estaba, Nam por su puesto los siguió, tomándolo de la mano libre al salir para no perderlos en lo que pasaban entre tanta gente hasta llegar al centro de la pista. Al su alrededor todos estaban perdidos en sus mundos, unos borrachos, otros drogados, algunos haciendo lo que ellos mismo iban, algunos bailaban, tocaban, besaban, otros simplemente bailaban, solos, alucinando.
Yongguk se colocó al frente, nam a sus espaldas, JunHong se colgo del cuello de éste y fue él quien se animó a besarlo como anteriormente lo había hecho con su hermano mayor, pero con aún mas salvajismo. Nam colocó una mano en la cintura del alto y la otra la llevó hacia adelante, para sin previo aviso, colarla como pudo entre su apretado pantalón y al parecer nada mas que ello, ya que no llevaba boxers. Nam sonrió ladino por su descaro, y comenzó a frotar su erección contra su trasero y a besar su nuca, saboreando su piel, y lo que alcanzaba de su cuello. Yongguk despegó en su nave al ser besado con tanta intensidad por el menor, claro estaba lo excitado que se encontraba, aterrizó de nuevo cuando el mismo pequeño buscaba nuevamente acariciar su erección, esta vez copiando lo que hacia el mayor de los tres, colándola por su ropa. JunHong comenzó a gemir en la boca del mayor, ya que Nam había encontrado la manera de masturbarle. Al intentar mover sus cadera hacia adelante y atrás para sentir una mayor fricción de su mano contra su miembro lograba chocar con mayor intensidad su trasero contra el miembro ajeno y a la vez chocar su propia erección con la de Yongguk. Se separó por unos segundos de los labios de este para respirar y gemir, su cuerpo estaba al borde del clímax, el ambiente ayudaba a la situación, la mano de nam sobre su erección adquiría velocidad, y ahora eran jadeos de los gemelos que se aceleraban ante el desespero del menor al intentar tocar el cielo con el orgasmo, que consiguió al cabo de un rato mas. Yongnam sacó su mano pegajosa de los pantalones del maknae y llevó sus dedos a la boca de su hermano. —¿Que tal Guk? —Preguntó el mayor con voz morbosa.
—Mnh, diablos que delicia. —Respondió al saborear detenidamente de los fluidos ajenos. JunHong a pesar de no saberlo ni de los otros notarlo se ruborizó ante la escena que le regalaban los Bang. —Creo que ya es hora de ir a la recámara que alquilamos ¿eh Nam? .. —Sí, será lo mejor. —Sin importarle nada más Nam jaló al menor de su brazo y caminaron hasta unas escaleras en forma de caracol al final del salón. Los tres subieron, Yongguk aprovechaba para nalguear y jugar con el trasero ajeno a lo que el menor sonreía y relamía sus labios, el mayor buscó su llave mientras iban caminando por el pasillo lleno de puertas encontrando la que tenía el mismo número que el llavero indicaba. Al entrar Yongguk cargó a JunHong haciendo que con sus largas piernas lo abrazara por su cintura y con sus brazos por el cuello, sosteniéndolo de los muslos. Lo fusionó nuevamente en un intenso beso, ahogándose con sus lenguas extasiados, mientras lo llevaba a la habitación. Nam los seguía mientras se relamía los labios y se quitaba la camisa.
Una vez los 3 en la cama. Yongnam nuevamente se colocó detrás del maknae, y Yongguk de frente para trabajar en "equipo" Guk abriendo los botones de la camisa negra del pequeño mientras besaba su pecho, y Nam retirándola desde atrás, sacándola con cuidado de sus brazos para lanzarla al suelo. Guk se inclinó al mantener el recorrido por todo su torso, le parecía algo irreal, tan suave y pálido, delicioso. Llegó a la zona de sus pantalones, y pasó su lengua por sobre su intimidad, logrando percibir algo de los fluidos absorbidos por el cuero. JunHong gimió y arqueó su espalda, fue cuando aprovecharon para darle la vuelta y dejarlo en cuatro sobre el colchón. Yongguk retiró su pantalón y fue cuando el cuerpo de su presa quedó completamente expuesto. Ambos se deleitaron ante tal vista, sus nalgas eran dos murallas, y en su espalda se marcaban los nudillos de su columna, su piel nívea que hacia contraste con su cabello, todo, era perfecto.
—¿Esta de moda no usar ropa interior? —Los gemelos rieron a lo que el maknae se ruborizó y descendió su rostro sin moverse de la posición, inmediatamente se desvistieron y quedaron todos iguales, como vinieron al mundo, Nam rozó su erección contra una de las mejillas ajenas, JunHong sabiendo lo que quería, buscó con su boca aquel trozo de carne, inició con pequeñas lamidas para luego introducirla en su cavidad y comenzar a masturbarle, siendo el mayor quien marcaba el ritmo. A la par, Guk jugaba a azotar aquel trasero blanquecino que inmediatamente tomaba un color rojo vivo. Separó sus nalgas para pasar toda su lenga por la subdivisión de éstas, haciendo énfasis en su entrada, donde poco a poco fue penetrando con aquel músculo buscando humedecer y lubricar al mismo tiempo. El pequeño comenzó a ahogar su gemidos nuevamente y dio inicio a un vaivén buscando que le llenase más, cosa que el segundo gemelo entendió, Nam llenaba la recámara con sus gruesos gemidos, mantenía sus manos en los cabellos del pelinegro, follandose su boca sin consideración, Yonnguk de igual manera soltó un gran gemido al ser su sexo apretado por aquellas estrechas paredes de su recto. JunHong mordió del pene en su boca y gimió desesperado, pero continuo con su labor, sin esperar a acostumbrarse, inmediatamente se movió insitando al rapero a follarle como la bestia que era.
Las embestidas resonaban en el lugar, el chillido de la cama también se agregaba, mezclándose con las agitadas respiraciones y gemidos de los individuos. Yongnam al borde del orgasmo tensó su cuerpo y jaló del cabello ajeno en lo que dejaba liberar su esencia, el pequeño buscó tragar todo sin ahogarse para evitar la vergüenza, y desde luego relamió sus labios. Pero no era todo, Nam se recostó delante de él para lamer sus comisuras, su mentón, y el semen que goteaba por su cuello, disfrutando de verle gemir y retorcerse de placer al ser penetrado de la forma en que su hermano lo hacía, ambos estaban al borde del placer, su cuerpos ya perlados por el sudor comenzaron a sentir los espamos y cosquilleos en su cuerpo, lo que hacían que su desespero aumentase al igual que el ritmo marcado, Nam se colocó al lado del menor para buscar su pene y con su mano masturbarle, ayudándole a conseguir el tan ansiado orgasmo que al efectuarse hizo su espalda arquearse y su entrada contraerse, haciendo que el sexo hinchado de Yongguk se acorralara más hasta también correrse dentro del recto del pequeño.
Al Yongguk salir, el menor pudo sentir como sus fluidos corrían por sus piernas, al normalizar todos sus respiraciones se acomodaron y cambiaron de lugar, JunHong se recostó en la cama y esta vez era Nam quien se acomodaba entre sus piernas, mientras Bang se inclinaba a masturbar el sexo sensible del mas chico con su boca, y a la vez, JunHong hacia lo mismo con el suyo, puesto que Guk estaba sobre él... Y así estuvieron por horas, hasta el amanecer, ya que su diversión empezó a altas horas de la madrugada. Luego de varias secciones de sentir el mundo en sus manos, con sus cuerpos completamente exhaustos cayeron en un sueño profundo, todos sudados, revueltos en la cama, con un desastre en el cuarto, puesto que también jugaron. Sí, los gemelos iban preparados, con juguetes y demás cosas que a JunHong le encantaron. Sin duda fue la mejor noche que había tenido hasta ahora, y por supuesto, que se repetirían.
Al menor comenzar a removerse notó que el espacio en la cama era mas grande, así que con pesadez abrió sus ojos y se encontró solo en aquel cuarto. Sonrió inmediatamente al ver como su ropa estaba regada por todo el cuarto, mas las sabanas, almohadas, y demás cosas se encontraban en el piso. Cerró sus ojos y suspiró relajado al recordar con detalle lo que había ocurrido, pero tan rápido salió de sus sueños, se levantó, con algo de dolor en su trasero, pero no le dio importancia. Fue a la mesa que estaba junto a la salida, donde estaban las llaves, sus pertenencias y lo que esperaba, una nota, con un numero de teléfono y un escrito. —"Espero no sea la ultima vez que nos veamos. Que esto se repita, desde luego, solo nosotros dos. Bang Yongguk. "—. JunHong formó una tenué sonrisa y guardo inmediatamente el número entre sus contactos. "—Gemelos Bang." susurró para sí mismo, por su puesto que se repetiría, todas las veces posibles.