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El llanto del banshee por HitchNoDanna

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Notas del capitulo:

Hola, hola!! Cómo están? Heme aquí con la segunda entrega de este nuevo proyecto. Gracias a Usami Tenshi, loca por yaoi, stri sarm y Jemi-chan por sus reviews, y perdón si no los contesto, pero desde mi cel es una lata (ni siquiera con la aplicación se puede, mi cel se traba).

Bueno, sin más qué decir ¡a leer, se ha dicho!


Disclaymer: Los personajes de Junjou Romantica pertenecen a su creadora Shungiku Nakamura-sensei, pero el fic sí es de mi autoría.

II.-


Los años siguieron transcurriendo. Como ya no había vuelto a escuchar esos lamentos desde entonces, aquel suceso se volvía cada vez más difuso en su memoria, hasta el punto de quedar relegado al olvido, o ser confundido con un sueño o fantasía de antaño. Asimismo algunas otras cosas habían ocurrido en la vida de Akihiko Usami, como la llegada de su medio hermano, Haruhiko Usami; su nueva amistad con un chico llamado Takahiro Takahashi; el inicio de su carrera como novelista; su partida de esa jaula de oro a la que alguna vez intentó llamar hogar…


—¡Sensei, deja de papar moscas y ponte a trabajar!

—¡Rayos, Aikawa! ¿Te gusta j*derme, verdad?

—¡No te j*dería si entregaras todo a tiempo!

—¡No fastidies!


Así se habían vuelto sus días desde que Aikawa Eri se volvió su editora. Asimismo ya había publicado varias novelas, todas ellas exitosas. Sí, tenía todo lo que cualquier otro pudiera desear: atractivo, fama, la admiración de todos, dinero de sobra… todo obtenido por su propio esfuerzo. Sin embargo le faltaba algo: el amor de su actual amigo Takahiro. Hacía algún tiempo se había dado cuenta de que tenía sentimientos más allá de la amistad por él, pero para cuando lo supo ya era demasiado tarde: su amigo ya se había casado y no tuvo más opción que quedarse callado. Por otro lado, pocas personas sabían que esa personalidad atrayente era sólo una fachada; pocas personas sabían del carácter altivo, consentido y desinteresado del escritor.


En fin, el resto de la tarde la pasó entre los regaños de su histérica editora, y después de otro bizarro episodio de su vida, se dedicó a flojear un buen rato. Sin embargo escuchó sollozos ahogados, tan tristes y desgarradores que por primera vez sintió unas enormes ganas de llorar… pero no lo hizo. Su intriga por saber de dónde venían esos lamentos podía más, así que se puso a buscar por todo el complejo de apartamentos que compró, y en los alrededores, pero no encontró nada. No recordaba con exactitud si en su niñez los había escuchado o si sólo era su imaginación, pero intuía que no era la primera vez que los oía. Dándose por vencido, decidió descansar. Al día siguiente, sin embargo, recibió una llamada de Tanaka-san: el abuelo Usami amaneció muerto, y además del entierro, se haría lectura de su testamento y debía asistir. De mala gana salió en su flamante auto deportivo rojo. No era que le interesara la herencia, o ver a su padre y a su odioso hermano, sino que aún le guardaba cierto aprecio a Kaoruko, a pesar de ser tan temperamental e irritante. Únicamente era eso —o eso creía—. Toda la familia se encontraba ahí. Más parecía una fiesta familiar que un funeral, y eso de cierta forma le repudiaba. Entre ellos se encontraba Miriam-sama, aunque en principio no la reconoció sino hasta que entonó otro canto. Entonces, cual epifanía, recordó el funeral de la madre de Kaoruko, el llanto que precedió a aquella pérdida, la puerta que jamás fue abierta… incluso creía haber oído esos lamentos en alguna época todavía más lejana que esa. Pasada la ceremonia mortuoria, se hizo lectura del testamento, en el que todos los integrantes —incluso el ilegítimo, como Akihiko se refería a Haruhiko— salieron beneficiados. Sin embargo una carta fue la que causó más revuelo en el peli plata que todo lo que heredó.


»Querida familia Usami:

Si se encuentran leyendo esta carta, significa que ya estoy de camino al Mundo de los Muertos.

El motivo de esta carta es simplemente para revelar un secreto de la familia Usami, un secreto que debía ser conocido por todos, pero que Fujuhiko y yo ignoramos porque quisimos. Mis dos hijas, Beth y Alicia (1) nos habían advertido ya, pero no hicimos caso. La noche anterior a la muerte de Beth, escuchamos un llanto: ella me advirtió que era una banshee la que anunciaba su muerte, pero yo no le creí, ni siquiera cuando amaneció muerta. Asimismo Alicia intentó decirme algo similar, precisamente el día que nació Akihiko… pero no la escuché. Sin embargo anoche he oído a la banshee: era un canto triste, desgarrador, penetrante, pero cargado de sentimiento y dolor sincero. Tanaka es quien puede decirles algo más sobre todo esto, pues según lo que me contó Beth la noche de su muerte, todo se encuentra tras la puerta que su familia y él han mantenido cerrada bajo las órdenes del Coronel Usami (2) desde que esta mansión existe. Fujuhiko, no espero que me perdones por no decírtelo antes, ni yo mismo lo creía. Supongo que ahora más que nunca, aquellos sueños tuyos han cobrado sentido…«



El resto de la carta ya no tenía demasiada importancia para Akihiko. Si bien era cierto que ahora ya conocía el origen de esos llantos, e incluso se había oído uno el día de su nacimiento, ahora su mente tenía más dudas que anteriormente, y Tanaka era la clave para obtener respuestas. Al término de la lectura, la agitación de la familia Usami no se hizo esperar.


—¡¿En serio esperan que crea semejante patraña?! —el viudo de Beth Usami fue el primero en protestar.

—¡Ya oíste lo que dijo el abuelo! ¡Hay que preguntarle a Tanaka-san! —alegó Kaoruko.

—Crédulos —murmuró Haruhiko con desdén.

—¡Tanaka-san! ¡Ven aquí de inmediato!


No tardó mucho en llegar el fiel mayordomo, quien fue puesto al tanto sobre la carta y la actual situación. Ahora mismo los guiaba hacia el objeto de la curiosidad infantil de ese entonces Akihiko.


—…realmente nunca vi a una, pero mi abuelo decía que fue el mismo Coronel el que les dio cabida precisamente en esta habitación, como pago por su fidelidad —explicaba el hombre.

—¿Cómo que fidelidad? —inquirió Fujuhiko.

—Sí, ellas sirven únicamente a la familia Usami. Nadie conoce el por qué, pero ellas han advertido las muertes de todos los integrantes desde entonces, sin falta.

—¡¿Y por qué esperaste hasta ahora para hablar?!

—Porque Beth-sama me lo pidió… ustedes eran unos niños apenas —respondió el mayordomo—. De saber la verdad entonces, hubiera sucedido lo que a ella en su niñez.

—¡¿Qué ocurrió?!

—La abuela de Beth-sama, Sayuri-sama, murió cuando ella era una niña… ese mismo día se enteró de este secreto —dijo, refiriéndose al ahora difunto—. Oyó a la banshee y entró a la habitación sin pedir permiso ni tocar… no supe muy bien lo que pasó, para ese entonces yo aún no servía a la familia, pero… mi abuelo decía que las banshee, así como son de fieles y serviles, pueden ser muy vengativas si se les intenta atrapar o hacer daño a ellas o a sus compañeras… por desgracia Beth-sama fue víctima de ellas… al volver de ese cuarto ya había perdido el habla, y no la recuperó hasta varios años después.


Justo en ese momento se encontraban frente a la puerta al final del pasillo. Los segundos en que Tanaka-san demoró en tocar la puerta eran aplastantes para la familia Usami, pero toda impaciencia se fue cuando adentro respondieron un suave, casi susurrante, adelante, y el mayordomo abrió la puerta. Casi se les salió el alma del cuerpo a todos los presentes cuando vieron que el interior de ese espacio no tenía los muebles propios de una habitación, ni siquiera una ventana o iluminación eléctrica. En su lugar se mostraba una especie de valle, uno muy lúgubre: naturaleza muerta, rocas y desfiladeros en los alrededores, algunos cráneos tanto humanos como de animales, incluso un cielo gris, un viento gélido y un río sin principio ni final, cuyas aguas oscuras (3) le daban un aire más frío al lugar. Segundos más tarde unos siniestros, desgarradores y espeluznantes alaridos, como de lobos, urracas y personas agonizantes, como si los estuvieran matando, fueron suficiente para erizarle la piel a todos los Usami, y el grito de pánico desmesurado de Miriam-sama advirtió que ya no debían mirar más. Sin embargo, y antes de que la mujer cerrara la puerta de golpe, Akihiko alcanzó a ver un par de pequeños destellos verde esmeralda.


—¡Dios mío, Dios mío, Dios mío…! —repetía Miriam-sama como posesa, con el semblante pálido y los ojos tan abiertos que parecía que se le saldrían en cualquier momento.

—¿Qué rayos fue eso? —Haruhiko, por primera vez, perdía el estoicismo en su tono.

—¡Tanaka-san! ¡Explícanos! —exigió Kaoruko— ¡¿Qué fue eso?!

—N-no sabría d-decírselo, señorita —titubeó el mayordomo—. C-como dije antes, realmente nunca revisamos dentro… sólo seguíamos las órdenes del Coronel. Incluso las veces que la mansión se reconstruyó, por alguna razón la puerta siempre estaba abierta al iniciar las obras, y el cuarto estaba vacío pero… una vez finalizadas, ellas volvían y la puerta siempre permanecía cerrada… como si ellas lo supieran con anticipación.

—Ya veo…

—Lamento no serle más útil, señorita, pero es todo lo que sé.


Mientras la familia compartía sus impresiones de esa horrenda visión, Akihiko sólo podía pensar en ese par de destellos verdes y preguntarse si sería alguno de esos seres.



CONTINUARÁ…

Notas finales:

1. Beth y Alicia están inspiradas en un par de guerreras, hermanas gemelas, del manga Claymore. Estas vendrían siendo: http://fc05.deviantart.net/fs71/i/2013/125...iii-d4voi59.png

2. En el capítulo anterior mencioné que habría algunos OC’s, entre ellos éste. La neta no sé mucho sobre historia de Japón, así que decidí dejarlo como Coronel, pero si alguien sabe sobre rangos militares y todo eso, por favor hágame saber si me he equivocado, para realizar la corrección en los capítulos que ya llevo avanzados.

3. Se sabe que el agua de río debería ser incolora o ligeramente turquesa debido a las partículas suspendidas en ella y a la poca profundidad (es decir, la densidad y volumen de un río no son suficiente como para cambiar la dirección de la luz y por ende apreciar que se hayan absorbido las radiaciones rojas, amarillas o verdes que componen la luz blanca, o bien se hayan reflejado las azules, a diferencia del mar, donde éste fenómeno sí se puede observar). Sin embargo la percepción del color del agua también depende de las horas o las estaciones, pues la absorción de los rayos tiene lugar de forma distinta, según la oblicuidad o inclinación, o si el clima es nublado o soleado. Para el caso de éste lugar que describí, el color oscuro, casi negro, se debe precisamente a eso: no hay suficiente luz solar, además que está bastante profundo (a mayor profundidad, la luz va disminuyendo).


Sí, sí, ya acabé con mi perorata. Tal vez publique la semana que viene, o a lo mucho en diez días. Gracias por leer y chaito.


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