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Collige, virgo, rosas por Jawith

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Notas del fanfic:

Collige, virgo, rosas (Corta, virgen, las rosas...) es el tópico literario que enmarca el carácter irrecuperable de la juventud y la belleza: invitación a gozar del amor (simbolizado en la rosa), antes de que el tiempo robe nuestros mejores años.

TEMÁTICA HOMOSEXUAL, LEES BAJO TU RESPONSABILIDAD

El frenesí que emanaba mi cuerpo me exaltaba con locura. Con las caderas posicionadas, apegué aún más nuestras anatomías; la mía y la de aquella rubia cuyo nombre no recordaba o bien ni pregunté, el hecho estaba en disfrutar.

Acerqué el objeto vidrioso con mi otra extremidad. Mientras sujetaba a la chica, hice beber a mi boca de aquel líquido exorbitante y púrpura.

Que deleite. La combinación perfecta, dos drogas emergiendo y llegando al clímax. La mente viajaba y nublaba todo, los problemas se deshacían como la boca de ella sobre mí.

Puta imagen. Puta reputación.

Reí con vehemencia.

 —Eh Friedrich, —. Revoloteé un fajo de billetes por toda la barra—. me largo.

Agité las llaves de mi Lamborghini  mientras me habría paso entre la multitud. En un abrir y cerrar de ojos, una horda de imbéciles babeaban mis pies y me seguían hasta la salida.

¿Futuro diputado? Vete a la mierda.

Pisé el acelerador y hui de ahí con 6 almas en vela.

Poco a poco la velocidad fue aumentando, las luces destellaban borrosas y las sienes me reventaban. Escurrí la gota de sudor de mi frente y esbocé una sonrisa lívida.

Todavía lo recuerdo.

El coro de A Sky Full Of Stars batiéndose en al aire, dos enormes luces apareciendo, encandilándome por completo. El sonido del impacto…palpable, el ruñir de metal y carne, también.  

De ahí en adelante todo se tornó negro.

***

Con una última embestida, Rick y yo llegamos al límite.

—Te amo—dijo él recostando su cabeza en mi pecho. No contesté.

Ya me estaba cansando de esto. Al principio parecía divertido: escabullirme con él y quebrantar las normas, lo prohibido era excitante. Al cabo de un tiempo el sexo con mi primo perdió su chispa, Rick se volvió latoso y controlador.

Nuestra relación cayó en la monotonía.

Mi primo gritaba como gata en celo, y ni de coña pensaba hacerle a la zoofilia. Yo era homosexual pero no zoófilo.

Sin tapujos, se lo dije.

—Me buscaré a otro, Rick. Me cansé de ti —. Mierda, sonó muy brusco. Diré algo para remediarlo —. Hacían una bella pareja con Lizzy, creo que ella aún te ama.

Me vestí con semblante neutral y salí de la habitación lo más rápido que pude.

Me cargaban los lloriqueos de marica.

Dispuesto a bajar, cogí el ascensor. Mientras silbaba una cancioncilla, el celular en mi bolsillo comenzó a vibrar, lo saqué del pantalón y vi la llamada entrante.

Suspiré.

—Papi.

Sabía de mi condición sexual y cada vez que tenía la oportunidad, aprovechaba para fastidiarlo.

—L necesito que te vengas, es urgente.

—Vale—colgué.

Menuda novedad, “señor director” y sus asuntos importantes, ¿Cuándo no?

Llegué en menos de diez minutos. Elite College me aguardaba con las puertas abiertas. Antes de bajar del coche, fijé la vista en el retrovisor: ropa desarreglada, cabello alborotado y mechas sudorosas. Sonreí de medio lado. El chico de ahí había tenido buen sexo.

Apenas ingresar al despacho, “señor director” me dedicó su mirada despectiva.

—Papi—utilicé nuevamente. Dio resultado, juraría haber visto una mueca de asco.

Aguanté la risa. Seguí en el plan hijo-salido-del-closet y crucé las piernas al sentarme. Él me devolvió un métete-de-vuelta pero forzó una sonrisa.

—¿Y bien?

—Yagami Light, hijo tercero del reconocido Yagami Soichiro.

¿Light? Me encogí de hombros. — ¿Qué puedo hacer por él?

—Acaba de salir de un accidente, necesito que te encargues de su persona. Es un grano en el trasero para el candidato a diputado, tú sabes a lo que me refiero. —Viejo, si pillo la indirecta. —Haz que se sienta cómodo, pero mantenme al tanto de todos sus movimientos.

¿Cómodo eh? La especialidad de la casa.

Poniéndome de pie, acaté: —Entendido.

—Concordé tus clases con las de Light. El colegio reinicia a partir de mañana—Hice una mueca, detestaba el colegio. Un padre como director podía traer ciertas ventajas pero no suprimía el tonel de obligaciones que cargabas sobre los hombros.

Para nada. El estereotipo de hijo perfecto no calzaba con la de chico gay.

Antes de salir, agregó: —Ah…y L, no lo eches a perder.

Había un doble sentido escondido en sus palabras.

Da igual, sonreí. Ambas opciones me gustaban. 

Notas finales:

Agradecería que me dieran su opinión al respecto. Toda crítica constructiva será bien recibida.


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