El Antifantasía por basementBitch

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Notas del fanfic:

One Piece no me pertenece.

Este fanfic tiene el fin de involucrar al lector como una parte de él, usted ya entenderá cuando tenga que entenderlo.

—Buenos días, hoy, primer día del año, llegamos con una triste noticia a nuestros televidentes. —Luffy no podía seguir la lectura, tampoco era capaz de articular bien las palabras.

Estaba siguiendo el guión, un guión que expresaba erróneamente lo que debían decir. El canal tenía miedo de decir lo que era cierto, estaban callándolos a base de muertes y nadie podía decirlo porque deseaban evitar a toda costa la pérdida de más colegas.

Estaba mal. Mal. Mal. Quería gritar la verdad, era un periodista, su deber era sagrado ya que era mantener al tanto de todo a la población, era informar para prevenir y para saber qué sucedía en la actualidad.
Nada de cortinas de humo, ni falsa información.
Nada de lo que estaba a punto de hacer.

—Lamentamos informarles que... —observó triste a los papeles que tenía en la mesa. «Torao me odiaría si lo hago... Ace también». Apretó los puños y se mordió el labio inferior.
Sintió una horrible, horrible impotencia que se transformó en ira.

—Informarles que el gobierno está podrido. Es una cuna de caviares corruptos, sucios, políticos que demuestran su falta de ética profesional enviando a dormir con los peces a quienes dicen la verdad sobre su asqueroso sistema. —tomó las hojas y las rompió, poniéndose de pie, ignoró por completo al staff, quienes lo miraban aterrorizados.— En el intento de censurar al único canal que no se deja influenciar por este reinado de terror e indiferencia para el pueblo, el estado ha asesinado a sangre fía en un atentado a nuestros compañeros de las noticias nocturnas. Quince familias afectadas, dos viudas y cinco huérfanos.

Sus manos temblaban. Un programa en vivo, televisión nacional. Cualquiera podría estar viéndolo desde la comodidad de su casa, oficina, sillón presidencial...

—Eso es todo por ahora, pueden ver sus noticias mediocres en otros programas, pero no en este. —hizo una pausa para calmarse. — La prensa debería estar de luto. Quince compañeros- no, amigos muertos por la vida egoísta de quienes deberían velar por el país.

El silencio fue incómodo hasta que se rompió con los aplausos de los presentes en el set.

Durante esos cortos 2 años de experiencia, nunca había estado tan nervioso.

Usopp y Nami le sonrieron desde la cabina de iluminación. Lo animaron a seguir.

—Buen día.

Y acabó la transmisión.

*

Escuchó pasos dentro de su camerino, luego de todos los reproches y gritos, ya estaba acostumbrado. No sería una sorpresa que llegara alguien más a decirle lo mismo.
Dijo la verdad, ¿tan malo era eso? El presidente no merecía piedad y las cosas por su nombre: lo que había pasado con el grupo de su hermano era homicidio en masa y el único culpable era el líder de esa fuerza opresora a la que llamaban gobierno.

Tocaron la puerta. Solo habían dos personas que hacían eso al entrar en su espacio.

« Ace... »

—El productor quiere hablar contigo, Luffy.

Era Zoro, no su hermano. Su hermano estaba muerto. Fue encontrado carbonizado de los pies hasta la cintura, una escena espantosamente perturbadora. Y ahora estaba reducido en cenizas y velado en la casa de su familia.

Quería gritar, llorar y golpear a estúpido gobernador.

—Voy. —contestó conteniendo sus ganas de desahogo.

—Bien, te espero. —replicó su compañero. Se conocían desde la secundaria y Zoro aún no era capaz de dejar de tratarlo como un niño.

—Oye, Zoro, ¿Crees que Torao haya visto el-

—¿Lo hiciste por él? —interrumpió el otro. Sonaba molesto.

¿Qué demonios? No era por él, era porque pasó 5 años estudiando dentro de los valores que todo reportero debía tener, Zoro lo sabía, él estudió con Luffy, después de todo.

—¡Por supuesto que no! No mezclo mi profesión con lo personal, no soy de esos. —se defendió, mostrando indignación ante tal insinuación. — Y de todos modos, si hubiera sido por una persona, tú y yo ya sabemos quién. Fin del tema.

La puerta se abrió violentamente.

—Supongo que sabes bien lo que acabas de hacer una hora atrás, y que te pueden hacer algo. —el peliverde se acercó a él, pasó la yema de sus dedos por debajo del ojo izquierdo del contrario, limpiando maquillaje y dejando a descubierto una cicatriz. — Esto —dijo refiriéndose a la misma cicatriz—, esta herida fue una advertencia cuando fuimos a cubrir sobre el banquete en el palacio del gobierno... ¿No ves que el viejo ya te tiene marcado? Si el jefe no quiere callarnos es porque piensa igual que nosotros, pero no puedes seguir así, nadie se hará responsable si apareces en un callejón siendo comido por ratas. Yo me preocupo por ti, Ace lo hacía, todos lo hacen. Tienes un gran camino por delante, una vida por delante.

«Tiene razón, pero... »

—Pero no podemos dejar que nos oculten, no podemos mentirles a la población. Hay gente que muere de hambre, que paga impuestos injustos que van directo a las arcas personales de esos idiotas. Yo trabajaría gratis con tal de que mi país sepa que acontece dentro de él. —desvió la mirada. Estaba decepcionado. Pensó en hablar de esto con cualquiera, menos con Zoro. — Si muero, moriré con un mártir del verdadero periodismo, así que no habrá problema.

Zoro mantuvo silencio, pero culminó con algo que quedaría en el joven profesional hasta el final de sus días.

—Eres el mejor idiota que pude conocer. —dio la espalda y fue retirándose, cuando llegó al marco de la puerta se detuvo:— Cuídate mucho, por favor... En fin, ¿nos vamos? Akagami quiere hablar contigo.

No tenía la menor idea de qué responderle. Era una situación... Peculiar.

—Vamos.

*

Cuando llegó, Law estaba dormido entre informes, copias de documentos, cálculos y latas de café vacías en el escritorio. Bepo y Chopper dormían también. El departamento era un desastre y puede que esa palabra le quedara chica, aunque realmente no importaba porque quizás ordernar (cosa nunca hacía) podría tranquilizarlo, por lo menos un poco.

Luffy fue retirando las latas de café por miedo a que en un movimiento involuntario su novio se lastimara con estas, sobretodo por esa mala costumbre suya de doblarlas al acabarse el contenido, a veces se rompían y tenían aberturas tajantes en los dobleces. Law se había cortado más de una vez con ellos, irónicamente.

Observó el trabajo de el mayor. Era un artículo sobre el atentado de ayer.
Era extenso, parecía como si hubiera estado escribiendo desde el momento en el que se enteraron de la bomba en el estudio. No había visto a su novio desde que se enteró que Ace estaba ahí, así que no podía estar seguro de cuándo empezó con el artículo; de lo que sí estaba seguro es que había trabajado muy duro mientras él la pasaba afuera.

«Torao... »

Fue en busca de una manta y lo cubrió.

—Gracias por preocuparte.

Besó su cabeza y se retiró para seguir ordenando.

El otro sonrió una vez que el joven se fue.

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