Yo nunca había pensado en esto, y ahí me encontraba preguntándome sobre ello, era consciente de que soy una persona egoísta, soy la clase de persona, que considerarían como alguien “malo” pero yo no me veía de tal manera, de cierto modo aquella consideración si era cierta, al ser consciente de lo egoísta que era. Si era alguien “malo”. ¿Cómo llegue a esa conclusión? Eso fue demasiado simple, no quería, no me gustaría que otras personas me considerasen egoísta, solo yo podía considérame así de mí mismo, “solo yo, solo yo puedo” era la afirmación más grande del egoísmo de mi persona.
Solo yo puedo verme así, solo yo puedo velar por mis intereses, solo yo esto, solo yo aquello , solo yo, quizás tenía un significado incorrecto de “egoísmo”.
Recuerdo una de tantas veces en las que me encontraba rodeado de tantas personas, las multitudes no eran mi fuerte, no me gustaba socializar con la personas, agobiaban, detestaba las multitudes tanto como detestaba el sol. Aquel día era uno de los que tanto odiaba resumiendo era un día con una multitud de personas bajo un sol abrasador, que podía ser peor que aquello? , obviamente había un sinfín de situaciones peores que aquella, pero yo no encontraba en aquellas situaciones, yo me encontraba entre multitudes que hacían compras para la celebración de fin de año, bajo un sol que no hacía nada más que resplandecer y tenía que dar lo mejor en ello.
El año estaba en sus últimos días la navidad ya había pasado, era la última semana de diciembre y el comienzo de los ajetreos para esperar el fin de año y en ese ajetreo me encontraba junto a mi hermana mayor , aunque si por mi fuera no lo estaría. Aquel:
-no quiero ir sola a hacer las compras, de mi hermana y la mirada seria que me dirigió mi padre fue suficiente para comprender que tenía que acompañarla , aquella mirada no era un pedido era una orden a la cual respondí:
- espérame me cambio y vamos.
Y así como fue que termine en aquel tedioso lugar.
Al cobo de algunas horas acabamos las compras y nos dirigíamos a tomar un taxi estando ya en la salida de los comercios , comenzó un aguacero , si hubiese estado en casa, hubiera sido lo mejor, después de un solo extremo, pero no estaba en mi casa , tampoco me encontraba en mi habitación, sino más bien me encontraba en un acera bajo un pequeño alero de un negocio de telas, procurando que las compras no se mojasen junto a mi hermana junto a ella muchas personas buscaban algún tipo de refugio.
El aguacero calmo, las gotas de la lluvia habían disminuido en tamaño y precipitación, alrededor nuestro todo trataba de volver a su ritmo inicial.
En la acera de enfrente pude notar algo que no había notado, por el simple hecho de que no estaba ahí. Se trataba de una pequeña caja de cartón de la cual un pequeño gato hacía su mejor esfuerzo por salir de ahí, alguien en la conmoción de la lluvia debió de dejarlo ahí.
Las personas pasaban indiferentes a aquel ser, nadie se detuvo a verlo, por un instante pensé que sería más fácil cruzar la calle, tomar al gatito, llevarlo a casa, pero la realidad era distinto a aquello y aquello era lo más fácil, claro si tanto como mi madre y hermana menor no les tuvieran alergia.
-Oye, apura toma las cosas y vamos, aquel taxi está desocupado.
La voz irritada de mi hermana me trajeron de vuelta de mis pensamientos e de manera inmediata hice lo que había dicho.
Solo necesité segundos para observar para observar como alguien en mi misma situación, se detuvo ante la pequeña caja de cartón hizo algunas maniobras con sus bolsas y tomó en brazos al pequeño gato en dirección a un automóvil de color bronce, del cual bajo una niña de unos seis añitos con un impermeable rosa para tomar un al gatito entre sus manos y cobijarlo en una bufanda, ahora ambos juntos guardaron sus cosas en la parte trasera de vehículo, montaron en este y partieron.
-apura! No tenemos todo el día.
La irritada voz de mi querida hermana, hizo mella en mí y marche todo lo rápido que mis pies daban.
Los charcos de agua estaban por todos lados, mi hermana los saltaba con facilidad con sus bolsas y todo, mientras que yo hacía un intento nulo por imitarla, fallando en cada intento.
Caer en cada charco existente me ponía de mal humor y maldecía internamente mi baja estatura.
El trayecto hacia la casa fue tranquilo en un casi silencio, si no fuera por las indicaciones que daba mi hermana al conductor.
Al llegar a casa, mamá fue a nuestro encuentro ayudándonos con las cosas y haciendo algunas burlas hacía mí, por estar casi un poco, demasiado empapado mientras mi hermana no tanto.
-ella es una jodida jirafa de piernas largas, ella tranquila puede dar zancadas y así evitarse todos los charcos de agua.- repuse para defenderme.
-y tú eres un jodido duende.- dijo ella mientras mamá se carcajeaba
- ya basta los dos, me hacen sentir mal, me hacen sentir como si hubiese parido fenómenos. Ve a bañarte, secarte o lo que sea, estando todo mojado te puedes enfermar.- la voz de mamá era dulce con tono aun burlesco.
Subí a mi cuarto para tomar un baño, la verdad el clima había cambiado de un instante a otro y empezaba a refrescar.
Luego del baño el día transcurrió y se volvió noche y está a la vez madrugada y la madrugada e hizo de si un nuevo día.
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Hoy es el último día del año, en casa hay mucho movimiento, todos van de aquí pa’ lla y viceversa.
En casa había ciertas costumbres para la fecha como limpiar y cambiar todo como sábanas, cortinas, alfombras ya que según mamá uno debía de deshacerse de todas sus energías negativas y así esperar el año nuevo.
La cena de cada dos años de reunión familiar se llevaría a cabo en casa, la casa no era demasiado grande pero era del tamaño adecuado para toda la familia, que por cierto no éramos una familia tan grande, según mis abuelos de parte de mamá solían decirme cuando era pequeño, que el destino de la familia era ser pequeña, la mayoría de los integrantes de la familia al formar la suya propia no lograban tener muchos hijos, siempre han sido uno o dos y lo mismo sucedía con la familia de papá.
La reunión de toda la familia se llevaba a cabo cada dos años por cuestiones de que algunos familiares vivían en el extranjero y siempre andaban muy ocupados, por cuestiones de agenda y negocios y algunos familiares más jóvenes como en el caso de algunos primos por el simple hecho de que preferían ir a alguna lujosa fiesta en algún hotel o pub entre sus amistades.
Por sugerencia de mis primos la cena por “obligación” sería hasta las 1 a.m. y después de ello podías irte donde quisieras.
Y así fue cuando fueron las 00:00 a.m. subí a mi habitación para apreciar los fuegos artificiales. Abrí las cortinas, luego las ventanas y entonces una brisa demasiado fría para el clima actual recorrió toda la habitación, después de ello fue como si saliera de la misma manera de la que entró, por la ventana.
Aquella brisa me asustó un poco estando en el cuarto a oscuras. Decidí marcharme, di la espalda hacía la ventana en el preciso momento cuando se fue la luz en la zona en la que vivía, lo único que alumbraba el lugar eran los fuegos artificiales, el azul cielo estrellado junto una luna llena.
La zona queda en silencio, logro moverme por la habitación con la luz del móvil, consideré que lo más prudente era salir al balcón. Estando ahí puede apreciar de mejor manera todo desde el cielo hasta los fuegos artificiales. Lo que me sorprendió no fue lo que vi, sino lo que oí a distancia.
Lo que oí a distancia era el solo de una guitarra lo cual me sorprendió yo había investigado por la zona y casi nadie escuchaba ese tipo de música y preferían llamar verdadera música a sonidos absurdos.
Prendió en mí la curiosidad por saber de quién disfrutaba de buena música, y por instantes me alegre de no ser el único que escuchaba ese tipo de música.
Salir a andar en una zona oscura era un poco peligroso, la zona en si no era insegura, pero hubo excepciones alguna vez, pero yo no iba a salir solo así que fui en busca de mi amigo fiel amigo de cuatro patas, Vamp asi se llamaba el era de la raza Schipperke de un hermoso color negro.
Vamp se encontraba en una habitación donde los fuegos artificiales no lograban escucharse, pues estos alteran su mecanismo nervioso y por su salud decidimos dejarlo en aquella habitación y cada hora iba a verlo.
Tome a vamp entre mis brazos y salimos de manera sigilosa la luz en la zona volvió pero todos estaban demasiados distraídos y al parecer no se iban a dar cuenta de nuestra ausencia.
Seguimos el sonido por dónde provenía, el sonido cada vez estaba más cerca, más cerca, más cerca y llegamos, era un galpón uno bastante amplio y oscuro la luz de las farolas de la calle no alumbraban lo suficiente omitiendo el hecho de que algunas no servían.
La música era estridente, protegí a Vamp lo más que puede con unas orejeras que había logrado comprar en la clínica veterinaria y entramos a aquel oscuro galpón.
Lo primero que note fueron las luces de neón azul, rojo y morado, unas improvisaciones de mesa y un intento de escenario. Había una pequeña multitud delante de está moviéndose al son de la música.
Sobre el improvisado intento de escenario había una banda tocando una canción que jamás hasta ese entonces había escuchado, aun así era buena. La voz del cantante era tan rasposa pero todo lo que cantaba era una hermosa melodía, el chico de la guitarra tenía el torso descubierto y el cabello largo y oscuro tocaba con tanta energía que era demasiado contagiosa, junto a él se encontraba una chica con un bajo de cabello largo y ondulado tal parece que el color de su cabello era gris o blanco o podría ser un color rubio ceniza, con la luz de neón no se podía distinguir demasiado y por último se encontraba el chico de la batería este tenía una camiseta sin mangas blancas que por las luces moradas hacia que se viera azul y el cabello oscuro y largo.
Disfrute de la música poco más de una hora hasta que un imperfecto técnico, tantos los micrófonos como los amplificadores dejaron de funcionar dando lugar a vitoreos de parte del público.
El baterista comenzó un solo improvisado logrando así calmar los ánimos de los presente, el solo era demasiado bueno la verdad, me gusto demasiado duro alrededor de diez minutos y entonces boom!, estallo el caos, yo no entendía lo que pasaba hasta que caí en cuenta, por ley todas las fiestas debían de durar hasta las tres y media y ya era cuatro, los guardias de seguridad irrumpieron en el lugar con el fin de cumplir dicha ley. Los que pusieron fuerza fueron apresados y llevados a la comisaría, bueno supongo. Trate de escabullirme del galpón lo más sigiloso que pude y lo logre esquivando desde sillas, botellas y latas de cerveza, cuidando a más no poder de Vamp.
Estando fuera todo lo sucedido dentro parecía tan irreal, afuera todo esta tan tranquilo y Vamp también lo estaba, hasta que:
-cabrón apura.-grito alguien.
Por instinto gire mi cabeza para ver a quien se dirigía y lo vi, a quien se dirigía era al chico de la batería, la tenue luz de las farolas alumbraron lo suficiente para distinguir las facciones de su rostro y joder aquel chico era jodidamente guapo, todos los chicos que alguna vez considere guapos no eran nada al lado de él, sus facciones sus no tan delgados labios, su cabello se llegaba hasta un poco más debajo de sus hombros.
El baterista se acercó hacia una pila de hojas secas, sacando un encendedor y les prendió fuego. Luego corrió hacia la camioneta y entro en ella.
Al ser consciente de la situación acomode de mejor forma a Vamp para que fuera más fácil correr y marche a toda prisa hacia mi casa.
Llegue a casa algunos familiares estaban rondando por ahí pero nadie me dijo nada, mis padres ya estaban descansando y bueno después de todo deje a Vamp durmiendo en su pequeño sillón y fui a tomar un baño, seque mi cabello, mire el reloj y eran las 4:30 a.m. y me dispuse a dormir.