Desde qué me convertí en demonio todo era lindo, risas, besos, regalos sorpresas y puro romance y pasión junto a Sebastian, poco a poco todo fue cambiando, ya no me daba un beso cada vez que se iba o cada vez que se levantaba de la cama, ya no me abrazaba por sorpresa y me decía que cada día se enamoraba más de mi, todo era realmente aburrido lo mismo de siempre, despertaba, comía, recibía una que otra llamada de Alois presumiendo su hermoso romance lleno de sexo salvaje con Claude y al final del día dormir para luego volver a repetir lo mismo. Que vida tan loca llevaba ahora.
Cada vez que me miraba al espejo me desesperaba, odiaba verme del mismo tamaño sin ningún centímetro más y ni un centímetro menos, nunca me crecía el cabello (Entre otras cosas más que no me crecían) las uñas por ejemplo.
El reloj de la casa marcaban las cuatro en punto, hora que Alois nunca desperdiciaba para llamar y preguntarme en que posición estuve con Sebastian, como siempre le dije que el y yo no somos unos adictos al sexo como lo eran mi "amigo" rubio y su amante. Y como si fuera sorpresa hay estaba la llamada de Alois, conteste ya que nunca tenía planes, Sebastián nunca me sacaba de estas paredes siempre me tenía bajo llave mientras el si podía salir a donde quisiera y la verdad que siempre he querido saber a dónde va, a veces se peinaba más de una hora y salía muy guapo aunque, nunca me preocupe porque confiaba en el, hoy era uno de esos días en los que se miraba al espejo moviéndose el cabello con el peine de un lado al otro buscado un estilo apropiado para el, sin prestar mucha atención a lo que Alois me decía e interrumpiendo le pregunte.
-Ahm... Alois ¿Puedo preguntarte algo?.
-Si tiene que ver con posiciones sexuales creo que la que más excitaría a Sebastian sería...
-¡No idiota eso no!- Le dije gritándole al teléfono, Sebastián me miró de reojo y siguió peinándose. Al no escuchar a Alois hablar proseguí preguntándole.
-Cuándo Claude se tarde en salir del baño y se arregla demasiado para salir ¿Tu que es lo primero que piensas?
-¿Es una broma Ciel?- Dijo para luego reír sonoramente a lo que mi duda se hacía más grande.
-Jamás dejaría salir a Claude sólo, el sale conmigo o no se va a ningún lado, no seas tonto Ciel, si Sebastian hace eso es obvio que se irá a encontrar con alguien ¡Tienes que detenerlo!-
Al escuchar eso último vi como Sebastian salía de la habitación ya arreglado y perfumado, cuando lo vi alejarse pude sentir mi sangre arder
-Oh no ¡Tu no te irás a ninguna parte sin tu cadena perro asqueroso!
Colgué el teléfono y desesperado salí en busca de ese demonio antes de que fuera demasiado tarde.
Corriendo por el pasillo pude verlo bajando las escaleras, apresurando el paso caí escalones abajo y llevándome a Sebastian conmigo en la caída.
Sobando mi cabeza me percate de que había caído encima de Sebastian, llevando a cabo mi plan posicione mis manos alrededor de su cabeza acorralandolo a lo que el sólo iba a reclamar, antes de que lo hiciera yo hable.
-¿A dónde crees que ibas y sin tu dueño? Imbécil.
-¿Yo?- Dijo como si no hubiera sido demasiado obvio que era para el -Iba a salir a vagar por hay, pero arruinaste mis planes.- Lo dijo lo más serio posible, la caída de las escaleras lo había despeinado y su traje ahora estaba desarreglado, reí en mi interior ahora si no te irías a ningún lado.
-¿A vagar? ¿Y con el permiso de quien?
-Con mi permiso, ahora muévete que no me dejas salir.
Quedando en shock por lo que había escuchado me levanté y el así también lo hizo, sacudiendo su traje y arreglándose el cabello lo mejor que pudo se dio media vuelta, pensando lo peor las lágrimas comenzaron a hacerse presentes en mis ojos.
-Ahora entiendo todo... ¡Tienes a otra persona!- Lo había tomado por sorpresa mi comentario, pude adivinarlo por la cara de no entender nada que el había puesto.
-¿Cómo puedes creer que yo tendría a otra persona? Ciel ¿Ya no confías en mi?
-¡NO ME VENGAS CON ESAS IDIOTECES DEMONIO INFIEL! TANTAS CHICAS HERMOSAS EN ESTE LUGAR ¡ES OVBIO QUE ME CAMBIARÍAS POR UNA DE ELLAS!- Le grite para luego perder el control y lanzarle todo lo que tenía a mi alrededor, desde adornos y velas hasta platos y sillas.
-No Ciel, tu no entiendes, déjame explicarte...
-¿Explicar? Ya no hay nada que explicar, me has traicionado ¡A mi! A Ciel Phantomhive, está si no te la perdonare idiota ¡Ya dime quien es esa cualquiera con la que te revuelcas!
-No... Agh, por favor escúchame, yo...
-¿Es ese shinigami pelirrojo verdad? Ese... Ese tal Grell- Mis ojos se abrieron por la sorpresa, aún no cabía en el asombro por haber descubierto tal verdad. Más enojado que antes me le acerque y lo comencé a golpear, por mi baja estatura mis golpes fueron directos a su pecho y a su abdomen.
Sebastián cansado de mis celos y el problema que le estaba armando me agarró de las muñecas, llevándome a la pared más cercana y acorralando me en ella, las lágrimas no cesaban y mi respiración estaba más agitada por el enojo que sentía, juntando mi frente con la de el me hizo mirarle a los ojos.
-Ciel, yo no te engañaría ni aunque la mujer más deseada del inframundo se me acercara, yo sólo soy tuyo, entiéndelo yo te...
No pudo completar esa confesión por que el timbre comenzó a sonar. Sebastian suspiró cansinamente y se dirigió a la puerta, pensando en lo que me había dicho ni siquiera me importo ver quien nos visitaba a estas horas.
-Buenas, permiso... ¡Uf! ¿Qué es este desastre? ¿Qué le hiciste a mi pequeño Ciel?
Reconociendo la voz del rubio levanté la cabeza, encontrándome con la mirada de sorpresa de Alois, era obvio sorprenderse viendo el desastre que había y para colmo viéndome a mi sentado en el piso y con los ojos cristalizados, por como era Alois sabía de antemano que lo culparía a Sebastian por mi estado.
Claude me miraba con enojo aún parado junto a la puerta, debe ser porque Alois corrió a abrazarme y a consolarme para que me tranquilizara, yo correspondí el abrazo sólo para que Sebastian se sintiera mucho más culpable.
-Ciel te sientes bien?- Pregunto después de unos segundos de silencio- Si quieres puedo hablar con Sebastian...
-¿Enserio lo harías?- Pregunte secándome algunas lágrimas.
-Claro, haré todo para que entre en razón- Dijo con la sonrisa más amplia que había visto de el. Asentí con la cabeza mientras Alois se separaba de mi corriendo hacia Sebastian y jalandolo del brazo llevándoselo a la cocina. Claude me miraba cruzado de brazos.
-Amor, por favor hazle compañía a Ciel- Grito Alois desde la cocina. Se acercó hacia mi y se sentó en uno de los escalones, suspirando.
-Ahora Ciel, dime tu versión de la historia.- Dijo Claude rompiendo el silencio, estaba ubicado a un metro de mi. Buscando las palabras exactas me prepare para hablar.
-Bueno... Verás, Sebastián sale muy a menudo, bien arreglado y cuando regresa, dos o tres horas después, siempre llega cansado, a tal punto de que sólo llega a cambiarse y se va a la cama, cuando le pregunto a donde ha ido me cambia de tema ignorando mi pregunta, varias veces lo he dejado pasar pero hoy ya no podía aguantar y tenía que saber a donde se dirigía, aunque sea que hacia cuando se iba.
-Uhmm... Ya veo...- Añadió Claude mientras se acomodaba los anteojos.
-Y ahora ¿Que hay sobre este desastre?-
-Ah... Bueno, estaba muy enojado y comencé a lanzarle cosas a Sebastian y eso paso.
Claude iba a decir algo más cuando escuchamos los pasos de Alois y Sebastian regresando hacia nosotros, mi rubio amigo llevaba una enorme sonrisa mientras que Sebastian una cara de asombro y miedo a la vez ¿Que le habrá dicho Alois en la cocina?
-Bueno Claude tu y yo no tenemos nada que hacer aquí, hasta luego Cieeeeel...- Dijo halando del brazo a su pareja -Apúrate idiota y déjalos solos urgente...- Le susurro a Claude aunque logre escucharlo con claridad. El último sonido que escuche fue la puerta cerrarse. Pasaron unos pocos segundos hasta que me decidí a mirar hacia donde estaba Sebastián que me miraba con culpa "Con cara de perro arrepentido" Fue cuestión de segundos cuando sentí que Sebastian venía hacia mi, abrazandome con dulzura, correspondí porque la verdad nunca me gustó estar peleado con el, aspire ese aroma que tanto amaba abrazándolo con más fuerza.
-Sebastian....
-Aunque creo que ya te aburriste de mi quiero que sepas que te amaré por siempre...-Dije armándome de valor, sintiendo las lágrimas caer de nuevo por mis mejillas.
-Ciel... Quiero que sepas que no importa todos lo años que pasen, yo siempre te amare, aún con tus celos y tu loca mente, nunca lo olvides.
Me miro a los ojos fijamente mientras acariciaba mi rostro limpiando mis lágrimas con sus manos mirándome con esos ojos que yo pensé que nunca volvería a ver, sin soportarlo más lo bese haciéndole saber a través del beso que el sólo era mío y que nadie más podría hacer lo que yo hago con el ahora, el sólo estaba para mi y para nadie más en este horrible infierno.
-Por cierto... ¿Qué te dijo Alois?- Pregunte, separándome de el por un momento, su rostro se tornó nervioso por un momento.
-N-nada muy interesante- Dijo riendo nerviosamente, aunque no estaba totalmente convencido por su mala actuación, sabía que después podría preguntárselo a Alois.
*FlashBack*
Al llegar a la cocina siendo arrastrado por el molesto amigo de mi Ciel, este me soltó el brazo, agradecido por eso trate de hablar con el para que se fuera lo más rápido de mi casa, quedando frente a mi, de su mano derecha sacó un cuchillo apuntandome con este a la garganta, Alois me miraba con una sonrisa aún cuando me apuntaba con eso, tragué en seco, la verdad eso no me lo esperaba.
-Escucha bien Sebastian, sólo lo diré una vez- Decía mientras apretaba más el cuchillo a mi garganta.
-Si tu te atreves a hacerle daño a ese niño me las vas a pagar muy caro, si me vuelvo a enterar que el ha derramado una lágrima más por ti, te dejare sin tu "amigo" ¿¡ENTENDISTE!?
-Si, entendí pero aleja eso de mi.
-Te lo tienes bien merecido por idiota... Ahora dime a donde te vas cuando sales?- Mientras volvía a guardar el cuchillo en una de sus mangas.
-¿La verdad? Al mundo humano, a ver si hay algo interesante que hacer.
-Ja, y por ese jueguito que hacías Ciel se puso mal ¿Estas consciente del daño que le hiciste?- Me reclamo sacando de nueva cuenta un cuchillo más grande que el anterior, ahora entendía porque Claude nunca salía de casa cuando lo invitaba, ese niño está demente.
-S-si ya se... Mira Alois te prometo que si te vas hablare con Ciel y arreglaremos esto- Estaba aún más nervioso de que sacara otro cuchillo el triple de grande que este, que gran suerte tenía Claude de estar con el, Ja.
-Este bien, salgamos... ¡Actúa normal!- Mientras me jalaba el brazo sonriendo de nueva cuenta y llevándome a rastras a donde estaba mi amado.
*Fin del FlashBack*
Sin más preguntas nos volvimos a mirar, con esa cara enamorada que yo prometí que nunca pondría, hay estaba mi promesa rota.
-De ahora en adelante prometo que te avisare a donde vaya todos los días, y también prometo que ya no te haré dudar de mi amor por ti-
Sonreí ante las cursis palabras de Sebastian, besándolo y sellando esa promesa entre los dos.
-Te dije que algún día me servirían estos cuchillos de juguete- Dijo un alegre rubio mirando desde una de las ventanas de la sala, mientras recordaba la cara de susto de Sebastian y riéndose al pensar que este se había creído que eran cuchillos de verdad.
-Bueno ya se arreglaron, ahora ya podemos irnos?
-Ash que poco romántico eres.
Discutían mientras caminaban agarrados de la mano. alejándose de una de las ventanas.
(No puej fin xd)