Capitulo 2.
¿Cosas comunes o puntos a favor?
Es increíble, mi profesor, mi amor prohibido me ha dado su número telefónico -Siendo honesto, ni yo mismo me lo creo.-. Ahora me viene una pequeña pero muy problemática pregunta... ¿En qué situación debería llamarlo? Como es que no pensé en ello antes. Podre tener su número pero no tiene caso alguno si no lo puedo usar. Ya se me ocurrirá algo...
Volviendo a la "realidad". El salón estaba totalmente vacío, debía de irme, pero la emoción y felicidad que produjo ese momento me detiene. Era como si quisiera pasar el resto de mis días ahí, en el lugar que cambio mi opinión, de amor imposible a posible. De verdad considere quedarme ahí, sin embargo, el encargado de cerrar las aulas me desalojo. Fui el último en abandonar las instalaciones, solo quedaban los encargados de la limpieza y algunos profesores que se encontraban checando su hora de salida.
El camino, tanto de la escuela a mi casa como de mi casa a la escuela, es un poco corto -Generalmente tardo de 20 a 25 minutos en ir de un lado a otro.-.
Les dije que mis días son rutinarios y que mi rutina es: asistir a la escuela, regresar a casa y finalmente, hacer mis tareas. Nunca mencione a mi familia, si ellos estuvieran incluidos en mi vida, tal vez -Solo tal vez.- mis días no serían tan rutinarios. Soy hijo único y mis padres se la viven en su trabajo -"Así que gracias ello, no me hace falta nada", esas son sus palabras.-, nunca ha habido tiempo para mí en su muy, pero muy ocupado horario -No me molesta, ya me acostumbre a ello y además recuerden, no soy demasiado sentimental. Si lo fuera, prácticamente mi vida sería demasiado triste y yo me encontraría en depresión todo el tiempo; para mi suerte no lo soy.-.
Como mis padres se encuentran en su trabajo la mayoría -Ósea todo el tiempo.- del día, la casa se encuentra totalmente sola hasta que yo regreso del colegio, que más o menos es por las 2:30 -Tal vez ya pueda ser considerado como alguien independiente.-. Al recordar todo esto me surge una pequeña idea, tal vez esto ya es bastante -Demasiado.- común para mí, sin embargo, mi profesor no sabe nada de esto; puedo usar esta situación como pretexto para llamarle y escuchar su suave y acogedora voz, además de hablarle de mis "problemas" familiares. Tal vez no me encuentre distraído en su clase por esto, más bien, ¡¡por el!! pero puedo usar eso a mi favor.
Si lo vemos como un juego -Que no lo es, de lo contrario supongo que ya habría ganado.-, esas cosas que son comunes para mí ahora serian mis puntos a favor.
Y aquí estamos, por fin en casa de nuevo, probablemente no haya nadie -Más que probable es... seguro.-. Para empezar ¿Por qué pensé que podría haber alguien?, nunca lo hay y nunca lo habrá -Supongo.-.
Tal y como lo pensé, la casa se encontraba vacía, ni una sola alma había cruzado por ahí en al menos 7 horas -El tiempo que estoy en la escuela.-. No me sorprende demasiado, hace mucho que deje de esperar algo de ellos. Ellos son así y así siempre serán, nunca van a cambiar -Eso se escuchó como persona deprimida.-.
Mi estómago comenzó a hacer ruidos extraños y a la vez comunes, ya los conocía demasiado bien; mi estómago me imploraba de rodillas por un alimento. Debo admitir que no soy demasiado bueno cocinando, me pueden "salir" los platillos y todo eso, pero la mayoría de las veces el sabor es... horrible -Por no decir asqueroso.-. Aun así lo cómo, de otra manera ya hubiera muerto de hambre hace mucho.
Prepare un poco de arroz y unos cuantos brócolis que en encontré en refrigerador -No soy vegetariano, pero los brócolis me encantan.-. El brócoli quedo de maravilla, totalmente delicioso -Es lo único que al "cocinar" no lo arruino, después de todo solo es hervirlo.-, sin embargo el arroz no tuvo tanta suerte, quedo un poco -Bastante.- salado, hasta para mí era demasiado; tuve que tirarlo.
Una vez que termine de "comer", me dirigí a mi habitación para comenzar a hacer mis tareas. Casi siempre las hago, excepto cuando lo olvido como hoy... aunque haberlo hecho tuvo su recompensa.