De todos modos, creí que era necesario seguir buscando, porque parecía demasiado simple aceptar que la vida era un acto de suerte, que todos teníamos un destino que estaba escrito, por mientras había que sentarse y esperar que llegue la persona indicada
¿Esa era la idea?
No. Él no aceptaba la idea que el amor llegará solo, creía que había que salir al encuentro, que nada valía esperar paciente, pensaba que sus mejores años pasarían y cuando por fin se haya enamorado iba a estar viejo, bueno; aunque tampoco era la idea enamorarse siendo un anciano que apenas se iba a poder su espalda, sosteniéndose de un bastón de madera de roble, que daría pasos de tortuga, con una visión nublada, usando unos lente gigantescos para su cara envejecida, imaginándose no ser capaz de apreciar la belleza de su mujer y menos haberla tocado, ni mucho menos haberle hecho el amor.
Por eso cedió a conocer a varias chicas, que hace tiempo se le insinuaban con salir a dar un paseo o tomar un café. Quizás con más de alguna intento hacerla su novia, pero es que ninguna era capaz de acelerarle el pulso aunque sea una pulsación más por minuto, entonces terminaba la corta relación que hayan sostenido en aquel lapso de tiempo.
Su sorpresa fue, cuando una estudiante de unos cinco años mayor que él, le dijo que ella había sido asignada en ayudarle con la materia donde estaba más débil, inglés, por lo que todas las tardes después de clases, se quedaba en la biblioteca a estudiar con la chica de apodo Min, quien tenía un perfecto acento en el idioma extranjero, quedando impresionado. Cada clase con ella era emocionante, ella tenía una hermosa sonrisa, pero le molestaba que ella sonriera tanto mostrándole a todos su hermosa sonrisa, sin saber que aquella chica le estaba empezando a gustar más de lo normal.
Hasta que se dio cuenta de su situación, como un niño se había enamorado de su profesora particular, como una historia de esas románticas, esas que leen las chicas. Analizo, e ideo la manera de conquistarla, planeo absolutamente todo para confesarse, estaba nervioso y ansioso, durmió pensando que Min aceptaría sus sentimientos, antes de quedarse dormido plácidamente, envió un mensaje a su teléfono celular, diciéndole que si podía venir a su casa a enseñarle, ya que le habían encargado cuidar de su hermanita pequeña de apenas un añito de edad.
Después de clases, Hyuk junto a Min caminaron a casa del menor, al llegar los padres del chico se despidieron de ambos, contándole que su hermanita Hara dormía y que ellos regresarían a la media noche.
Era increíble, pasado unos minutos, Han había dado el primer paso. Min al enterarse de los sentimientos de Hyuk se había quedado anonada, sin responder nada, para luego sonreír de la manera más angelical posible, para decirle que ella se había enamorado de un chico menor que ella, que nunca pensó decirle debido a la diferencia de edad, para terminar contándole a su oído que el niño caprichoso que le había robado el corazón era él.
Aquella historia de amor era parte de su pasado, un pasado que había finalizado hace unos dos años atrás, con la partida de Min a Estados Unidos, para perfeccionar su inglés, también incluía quedarse para el resto de su vida establecida en ese país, para poder cumplir su sueño, una meta que desde muy joven deseo con el corazón, y Hyuk siempre fue consciente de ello, por eso la dejo ir.
Ahora era distinto, con ella aprendió a amar y ser amado, aun así él no estaba acostumbrado a esa soledad, pues como dicen hay personas que no soportan estar solas, buscando por todos medios.
Y hyuk se sentía así.
Había entrado por fin a la universidad, para estudiar artes, pasaba desapercibido de los demás universitarios, no como en su antiguo colegio, que era popular. Se sentía pequeño, mientras muchas personas mayores pasaban a su alrededor sin mirarlo, sin percatarse si quiera quien era, solo conocía a sus compañeros y amigos de facultad, el resto era gente desconocida.
Caminaba tranquilamente por un pasillo, cuando noto como un chico de cabello negro azulado, conversaba con sólo una chica de un montón de gente, otros intentaban hablar con él, pero no lo lograban, debido a que su atención estaba en la mujer enfrente de él. Al parecer no tenía ganas de hablar con personas que no le interesaban, aun así era cortes al ignorarlos, mientras lo veía de la cabeza a los pies al sujeto, este sin querer volteo donde él, cruzaron miradas por unos segundos, pero después se desvanecieron.
Hyuk esperaba en el paradero cerca de su universidad, cuando percibe que un chico alto se gana a su lado, sin darse cuenta que era el mismo chico de hace unos días. Aburrido, comenzó a hurguetear en su teléfono, abriendo aplicaciones de juegos, para matar el tiempo. Estaba cansado, el día martes era el más agotador, tenía más ramos y por ende más horas que estar en aquel establecimiento, así que salía casi cuando empezaba a oscurecer.
Oye WonSik –escucho una voz de hombre que cada vez se oía más cerca- ¿Te vas a ir así nada más? –Interrogaba atónito-
Sí –decía el chico a su lado, en un tono enojado, con voz ronca-
¿Sí? –Repetía sin creérselo- Si sigues con esa actitud perderás un montón de chicas lindas, como la chica de hoy –refunfuñaba el contrario-
A ti que te importa –alzaba la voz el chico de cabello negro azulado. Hyuk había levantado su vista de su celular, para ver aquella discusión- No me gusta, además no me puedes obligar a salir con cada chica que se me acerque.
¡Hombre! –Gruñía su amigo-
Pareciera que no fueses mi amigo –comentaba desilusionado. SangHyuk sintió enternecerse su corazón, al ver la expresión triste del chico a su izquierda-
Disculpa Ravi –respondía el contrario, mirando cabizbajo- Pensé que salir con chicas, te ayudaría…
¡No seas idiota! –Le dio un golpe en la nuca a su amigo, quien se quejó exageradamente- N, lo dices porque tú eres un casanova, pues a ti te hará feliz salir a cada rato con chicas, pero yo no. Además, yo soy capaz de buscarme una chica si quisiera, pero eso será cuando yo quiera ¿Ok? –levanta una ceja inquisitivamente-
Ya, entendí, comprendo –se cruzaba de brazos el chico apodado “N”- Después no vengas diciendo “HakYeonnie consígueme un chica” –bromeaba divertido, recibiendo otro golpe en su nuca-
Sabes que no lo hare –protestaba Ravi, observándolo con ganas de romperle su hermosa cara-
Pues ya lo veremos querido Kim Won Sik, sabes que cuando lo instintos te dominan eres incontrolable –susurraba al oído de su amigo- te conviertes en una bestia –mascullaba débilmente, mientras lentamente poso sus brazos alrededor del cuello de Ravi, acercando sus cuerpos, regalándole una sonrisa pícara cuando sus rostros se encontraron cerca. El chico de cabello azulado empujo por el abdomen al más bajo, quejándose en leves murmureos indescifrables-
Hyuk los miraba sospechosamente, al parecer ocultaban algo esos dos, seguían riñendo en ese paradero hasta que su autobús llego y desaparecieron por el camino, dejando con la incertidumbre al chico que estuvo con ellos.
Tres meses de haber pasado su primer semestre en su carrera, venían a anheladas vacaciones de verano, pensaba disfrutarlas al máximo, pero su familia escaseaba de dinero, por lo que se vio obligado a trabajar tiempo completo, en una de las piscinas más concurridas en el verano, en una especie de local dentro del lugar, donde se preparaban refrescos mayoritariamente, entre otras cosas, y Hyuk era encargado de tomar el pedido de las personas y entregárselos.
Unos de los días que en el Sol ardía con furor, la piscina estaba plagada de gente, un montón de niños alborotados jugando, familias disfrutando del agua y SangHyuk repleto de trabajo.
¡Hey! Quiero dos jugos
¡Mozo! Me puedes traer unas hamburguesas
Quisiera pedir unas bebidas
Así era todo el santo día, soportando inclusive a personas molestas e irritantes, hasta coqueteos y toqueteos de mujeres imprudentes.
¡Niño! –Grito un chico de pelo rojo- Perdón, mesero.
Anda tu Minwoo, por favor, estoy agotado –le decía hyuk a su compañero de trabajo-
No puedo, enserio estoy atendiendo unas cinco mesas mas –respondía, yéndose a dejar otro pedido, mientras Han camino hacia el chico quien lo seguía llamando-
¿Qué van a ordenar? –sonrió amablemente-
Queremos cuatro jugos –hablo un chico de pelo largo-
También papafritas, por favor –pidió una chico castaño, sus amigos lo veían sorprendidos- Tengo hambre…
Si recién has comido –refuto un rubio- Bueno, yo pediré una hamburguesa, por favor –esbozo una sonrisa, mientras Hyuk anotaba en su libreta, miro a aquel chico, sin saber el porqué, se puso nervioso, resbalándose el lápiz de entre sus manos-
¡Oh! –Exclamo exaltado y al instante se agacho a recoger su lápiz, pero vio que cayó más cerca del chico rubio, quien lo cogió entre sus manos devolviéndoselo-
Toma –Hyuk se levantó y extendió su brazo hacia el rubio quien tenía su lápiz-
Gracias –pronuncio tiernamente- ¿Qué había ordenado? –pregunto, reclamándose a sí mismo por lo despistado que estaba siendo-
Una hamburguesa –volvió a decir el rubio, para que el mesero volviera a escribir en aquella pequeña libreta-
Vale, que más van a ordenar –miro a todos, entonces se percató que el pelirrojo lo observaba-
Que tierno eres –rio bajito- Mírenlo chicos, en un chico muy tierno ¿No creen? –Inquirió emocionado por su descubrimiento-
Déjalo N, te gusta molestar a las personas cuando trabajan –dijo el de cabello largo, mientras el menor se sonrojaba cada vez más-
¡Ah! No tienes por qué sonrojarte –siguió N hablando del pequeño mesero, ahora los cuatro chicos tenían su vista plantada en Hyuk, quien ya no podía sonrojarse más-
Creo que eso vamos a pedir, gracias –alzo la voz el rubio, sonriéndole a Hyuk, quien asintió y se marchó caminando apurado- N, nunca aprendes…
No seas así Ravi, yo solo decía nada más, no he cometido ningún pecado –abultaba sus labios, haciendo un puchero, como niño reprendido-
No vez que pones incomodo al pobre mesero –interrumpió el pelinegro-
Apoyo a Leo –levanto su mano el castaño-
¡Ken! –grito N al que había hablado anteriormente- Se supone que tú debes apoyarme a mí.
Creo que hoy tengo ganas de apoyar a Leo –rio, observando al eludido, quien sonríe victorioso-
Cuando Hanghyuk tenía lista la orden de aquellos cuatro chicos, se dijo a sí mismo no sonrojarse porque le digieran que era tierno, y atender con eficiencia.
Permiso, les traigo su orden –dijo seguro, colocando la bandeja sobre la mesa, para luego tomar cada vaso de refrescos y dejarlos frente a cada uno.
Te ayudo –dijo el rubio- Toma tus papasfritas Ken –el castaño las tomo contento, para empezar a devorárselas-
Cuando ya solo quedaba las hamburguesa que Ravi había encargado, Hyuk atino a tomarla para dejársela cerca, el rubio también se había aproximado a cogerla, cuando ambos se encontraron demasiado cerca del rostro del contrario, viéndose fijamente, un escalofrió recorrió por sus cuerpo. Desconcertados ante tal invasión del espacio personal, se separaron rápidamente, el mesero logro colocar la dichosa hamburguesa a la persona quien la había encargado, para alejarse sin decir palabra alguna.
Ambos chicos desearon que la tierra se los tragara, sus respectivos compañeros los molestaban, aun así se habían atrevido a intercambiar algunas miradas cómplices, regalándose sonrisas avergonzadas, e inevitablemente pasaron examinar al otro, a ver como actuaba el contrario, una extraña inspección que realizan con su vista, curiosos por aquella inesperada sensación de conocerse.
Sin embargo, cuando el cuarteto de jóvenes se fue, Hyuk se sintió mal, porque le había tomado cariño a ese chico rubio, camino hasta la mesa a recoger su propina, había un papel que estaba escrito, que decía:
“Perdón por la incómoda situación que te hice pasar, disculpa, pero es que no me puedo contener cuando veo a una persona que emana ternura. Además me has agrado, si quieres nos juntamos un día, mi numero lo he dejado al reverso de la hoja, bueno que tengas un buen día.
Cha Hak Yeon
Pasadas las vacaciones de verano, era hora de volver a la universidad, los primeros días para Hyuk fueron un fastidio, este semestre era estresante, quizás se la pasaría estudiando todo el tiempo y la sola idea le provocaba estrés.
Se dirigió unos de los patios, ya que tenía unas horas de descanso, decidió leer un libro sentado en las bancas del lugar, cuando sintió la voz de un hombre que al parecer le hablaba a él.
¿Mesero? ¿Eres tú? –preguntaba un chico delgado, bien vestido, sonriendo con ánimo, pelo oscuro-
¿Hak? –pronuncio rememorando como era el nombre escrito aquel papel que recordaba-
Si –susurro despacio- ¿Desde cuándo estudias acá? –camino donde el chico pelinegro-
Desde este año, estoy estudiando artes ¿y tú? –dejaba de lado su libro, interesado por saber de aquel desconocido prácticamente-
Estudio danza, voy en mi tercer año… ¡Que coincidencia! Yo espere tu llamada para juntarnos, pero nunca llamaste –contaba ofendido-
Es que el papel se me perdió –invento una excusa rápidamente-
Bueno, ya eso paso y… ¿Qué edad tienes? ¿Cómo te llamas? Nunca te pregunte como te llamabas –rio estrepitosamente ante su poca formalidad-
Me llamo Han Sang Hyuk y tengo 18 años… te toca –se acomodó en el asiento dejando un espacio para el contrario, quien se sentó ante el gesto-
Mi nombre es Cha Hak Yeon y tengo 23 años, pues entonces soy tu hyung y tu mi donsaeng, así que de ahora en adelante dime N –dijo risueño- no hyung –miro amenazante- ese es mi apodo, acá todos me conocen por N.
Conversaron todo el tiempo libre que tenía el menor, cada uno contaba su historia de vida, emocionados por aquel encuentro, quedaron en que Hyuk iría a ver a N bailar en un evento que organizó su facultad, asi que le regalo unos entradas, para que pudiera invitar ya sea a sus amigos o familiares, el menor estaba agradecido y prometió ir si o si, pues HakYeon era muy simpático.
El día del evento, Hyuk decidió invitar a MinWoo y Yoo Ara, con quienes trabajo de mesero, también llevo consigo a Hara, su pequeña hermanita que ya tenía cuatro años, era toda una hermosura y no se soltaba de su hermano en ningún momento, acurrucándose en su pecho.
¿A qué hora empieza esto? –comento Yoo Ara entusiasmada-
En unos minutos –las luces se apagaron, para después iluminar el escenario- Ahora –sonrió Hyuk, abrazando a su hermanita, que estaba sentada en sus piernas viendo al hombre que animaba-
Duro dos horas el espectáculo, dos horas que las personas admiraron la calidad de los bailarines, quienes por dos horas que maravillaron al público presente.
Cuando Hyuk vio a N bailar, se sorprendió por la habilidad de este, era tan sutil y ágil al moverse, que estaba boquiabierto viéndole. Aunque toda su vista se enfocó a un chico de aspecto rudo y frio, quien entraba a bailar a junto a HakYeon, este era más brusco en sus movimientos, no tan preciso como lo era N, pero este chico tenía algo especial.
¿Les ha gustado? –se levantó de su asiento con un pequeño dolor en su trasero-
Si –respondieron al unísono Yoo Ara y Minwoo-
Y a ti pequeñita ¿Te gusto? –pregunto Minwoo a Hara, quien se escondió detrás de su hermano-
Es tímida –comento Hyuk- Vamos Hara, ¿Te gustado como han bailado? –se inclinó dándose vuelta para ver a la menor-
Sí… Si, cuando grande quiero ser bailarina –murmuro tiernamente a su hermano mayor, quien tomó en brazos, acunándola en su pecho-
Que tierna –se acercó YooAra a la menor para jugar con sus mejillas, pero la pequeña no se dejó-
Bueno, Hara no se da con cualquiera –acaricio el pelo de la niña, quien risueña, hizo un gestito adorable, para después inflar sus mejillas como lo había visto hacer a muchas niñas-
Hola Hyuk -hablo un chico de cabellera oscura, sonriendo en demasía- Pues viniste…
Tu qué crees N –respondió con sarcasmo-
¿Qué acaso eres un chico de palabra? –dijo irónico-
Eres muy inteligente –rio- N, lo has hecho muy bien, no pensé que ese cuerpo tuviera tanto talento –bromeo Hyuk, es que naturalmente se le daba hablar con el mayor-
Eso es solo un pisca de mi talento –dijo engreído- Oye… no me has presentado a tus invitados, que mal educado eres donsaeng –regaño a Hyuk quien apunto a su amigo-
Ellos son mis amigos, Minwoo y YooAra –ambos hicieron una reverencia de noventa grados, al igual que N- Y esta pequeña bebe, es mi linda hermanita Hara –la bajo, ya que estaba cansado de sostener por mucho tiempo a la menor-
¡Oh! –Exclama enternecido- Que linda, dime oppa N –le dijo HakYeon a la pequeña, quien permanecía inmutable-
¿N? –murmura sin entender-
SI, N oppa dime –se apuntaba, moviendo su boca para que la niña lo imitara, pero Hara no hizo nada, solo se dedicaba a observar-
Creo que los niños no me quieren –dijo triste, ya que la hermanita de Hyuk permanecía inmutable-
¡N! –Grito un chico, quien llevaba el cabello azulado- ¿Dónde dejaste mi teléfono? –inquirió molesto aquel chico, sin darse cuenta que los demás lo miraban fijamente por interrumpir-
Yo lo tengo –hablo con desesperación- Lo tengo en mi bolsillo –metió su mano en el bolsillo trasero de su pantalón para sacar el celular- Ves, aquí esta –se lo entrego feliz, ya que creía haberlo tirado por algún lugar desconocido, y verse obligado a comprarle uno a su amigo-
Oppa… -susurro despacio Hara, desviando la atención de todos a la pequeña que se acerca a ese par de amigos-
¡Me dijiste oppa! –se sobresaltó N, pero su felicidad duro poco cuando esta se dirigió donde su amigo, para jalar su pantalón débilmente- ¿Le dices a Ravi? –Se quejó Hak-
Oppa… -se abrazó automáticamente a la pierna del nombrado, quien se exalto, inclinándose un poco para que soltara su pierna, ya que no lo dejaba moverse-
Disculpas…-musito Hyuk, para tomar a su hermanita, pero esta se aferraba fuerte de aquel chico- Hara…vamos, suéltalo, se va enojar… -explico Sang, pero ese no fue un argumento firme para derribar la terquedad de la pequeña-
No me voy enojar, si me abraza una chica tan linda –contradijo Ravi, paralizando a Hyuk con sus palabras- ¿Puedo cargarla? –pregunto al chico pelinegro que estaba intentando sacarla a la menor, quien asintió tímido- Ven –indico a la niña, poniendo sus manos a los costados del cuerpo de la pequeña, quien alzo sus brazos para después rodear el cuello de Ravi, abrazándolo de una manera reconfortante, como los niños saben hacerlo-
Que tiernos se ven juntos –comento N, pasmado con esa actitud de Ravi con los niños- Creo que serás un buen padre, Kim Won Sik –asintió meditando sobre ello, dándole palmaditas en la espalda-
Por otro lado, Hyuk suspendido en sus pensamientos, buscando alguna imagen parecida, donde Hara abrazara tan reconfortante a una persona que fuese ajena a la familia, eran muy pocas. Los niños suelen percibir mejor a las personas, y Hara no era la excepción, tenía un buen sexto sentido, nunca se equivocaba, por eso mismo, es que Han Sang Hyuk, le tomo un poco de afecto a ese tal Ravi.
Hara –llamo su hermano a su hermanita- Suéltalo, o si no me pondré celoso –chillo angustiado-
Ya hermanito –pronuncio con pena, soltando su agarre del cuello del mayor, pero antes le dio un cariñoso beso en la mejilla a Ravi, quien sonrió conmovido-
Eres una pequeña roba corazones –vocifero encantado, tocando juguetonamente la pequeña nariz de la menor- Anda, ve donde tu hermano –la bajo con cuidado, besando su diminuta frente con amor, para que la niña volviera a los brazos de su hermano-
Eres muy bueno con los niños –expreso YooAra- Cualquier mujer desearía tener a alguien como tú –hablo con facilidad, haciendo sonrojar a WonSik ligeramente, quien solo emitió un “gracias”-
Siempre eres tan amable con los niños… ¡¿Y conmigo?! –Lanzo con cansancio N- No le crean su faceta de “buen padre”, le dura poco, pues se los digo porque lo conozco, vivo peleando con Ravi…
¿Enserio? –Sonsaco Minwoo, algo entretenido-
Si –HakYeon miro enojado a WonSik, quien solo sonreía ampliamente- ¿Qué es tan chistoso? –lo fulmino con la mirada, aunque contara que su relación no era color de rosas, ellos se amaban y estaban en las buenas y en las malas-
Es que es chistoso que le estemos contándose esto a personas que apenas conocemos –dijo alegre- No se preocupen nosotros somos así –se acercó a N por detrás, para abrazarlo por la cintura, para que se le pasara su enfado momentáneo-
En realidad es verdad –hablo Minwoo-
Qué relación más turbia llevan –dijo YooAra sarcástica-
Entonces a Hyuk recordó una escena en un paradero, unos chicos discutiendo, luego susurrándose cosas al oído y la frase estúpida que se grabó en su mente como un cliché “- te conviertes en una bestia…”
Su cara había enrojecido ante un pensamiento mundano y sucio que cruzó por su cabeza, creyendo que solo era su imaginación, aun así él había adivinado parte de una historia, pero no toda la historia.