Narra Daniel
Un golpe duro me volvió a la realidad, la cabeza me daba vueltas un poco y veía borroso, pero al cabo de unos minutos logre ver con claridad. Aún estaba en el departamento de Jonghyun, pero eso ahora mismo no era algo bueno, recordé el golpe y trate de levantarme de donde sea que estaba, pero no pude, busque con la mirada, recorrí todos los lados, y en mi rostro se formó un ceño fruncido al saber mi situación actual.
Estaba atado a la cama de Jonghyun, parecía una equis tirada en ella, mis muñecas y tobillos atados de una manera ni tan ligera, ni tan fuerte, pero muy bien amarrada. Y para ponerle la guinda a la torta, un rubio chico estaba sentado frente a mí en una silla con una media sonrisa.
No sabía bien que decir en aquella extraña situación, así que solté lo primero que se me vino a la mente.
-Suéltame. –Exigí, pero al parecer aquello le causo gracia al rubio, ya que su sonrisa creció-
-Hola, yo también me encuentro bien –rio- que grosero eres Niel, deberías saludar primero.
Solté un bufido, no tenía que pensar mucho para tener una idea de la situación.
-Solo suéltame.
-Lamentablemente no puedo. Pero sabes, eso no es del todo malo, al menos para ti.
-¿De qué hablas? Solo suéltame.-trate de liberarme, pero era imposible-
-¿Solo quieres irte y ya? ¿No quieres saber porque estás aquí? ¿Por culpa de quién sufrirás?
Mi respiración paro durante unos segundos, ¿Qué intentaba decir?
-Nunca debiste meterte con el hijo de un mafioso en primer lugar Niel, cualquiera sabe que es peligroso ¿Nunca lo pensaste?
La voz del chico sonaba tranquila, casi dándole a la poca conversación un aire normal.
-Claro.
-Entonces ¿por qué corriste a penas viste aquel mensaje? Creo que solo fueron unos veinte minutos desde que lo envié.
-¿F-fuiste… tú?
-¿Quién más? Niel, niel, niel –casi canto- ¿No lo entiendes? ¿No te lo había advertido antes?
-¿Qué me quieres decir?
-Un juguete más, solo eso. Uno que ahora ya no le sirve, se aburrió de ti, ya no te necesita, ha de haberse encontrado uno mejor.
Las lágrimas amenazaron con salir de mis ojos, pero las retuve, sin embargo mis ojos se cristalizaron y aquel rubio lo noto.
-No deberías llorar por él, supongo que ya lo has hecho mucho o… ¿me equivoco?
Las palabras no salían de mi boca, había recostado mi cabeza en la almohada de la cama, cerrando mis ojos y mordiéndome los labios, aquellas anteriores palabras me dolieron mucho.
-Eres un buen chico Niel, uno muy bueno para él. Lo note la primera vez que te vi, y sentí pena por ti, pena por saber que alguien tan bueno iba a ser marcado por Changjo.
Sentí como se paró de aquella silla y camino hacia mí, su peso bajando levemente la cama al lado mío. Abrí mis ojos en sorpresa cuando sentí sus dedos acariciar mi sonrisa.
-¿Qué haces?
-Te pareces un poco a ella.
-¿Ella?
No podía creerlo, aunque otro era el contexto y no debía pensarlo…Por Dios, otro idiota que se atreve a confundirme con una chica.
-Pareces tan puro como ella, tan perfecta –un leve deje de tristeza se notó en sus ojos-
Y lo recordé, aquella historia que me había contado Jonghyun, sobre aquella chica que los separo.
-No me compares con aquella zorra. –Dije entre dientes, aun tenia rabia guardada hacia la chica que ni conocía, pero que le hizo daño a Jonghyun-
-¿Qué dijiste? –Sus dedos alrededor de mi cuello apretándolo mientras me miraba con rabia- ¿Qué es lo que sabes? ¿Cómo te atreves a llamarla de esa manera?
-¡P-porque lo es! –Trataba de hablar con todas mis fuerzas mientras sus dedos se hundían dolorosamente en mi cuello- ¡es una zorra que los hizo separarse! ¡No me compares con ella!
-Pensaba dejarte ir, pero has cavado tu propia tumba Niel –ambas manos en mi cuello, de a poco el aire faltaba en mis pulmones, cuando de golpe me soltó y yo solo supe toser y tratar de tomar aire, se había levantado y comenzó a golpear las cosas en la habitación-
-Lo sabes verdad… -dije bajo, pero me escucho y paro en seco su acción- lo sabes.
-Silencio.
-¿Se lo has dicho?... a Jonghyun, que lo sabes. –se rio casi con paranoia-
-¿Saber qué? ¿Que aquel que una vez llame amigo me traiciono? Claro que lo sé. –Volvió su mirada a donde yo estaba y se acercó, una sonrisa se formó en su rostro, una que tenía algo detrás de ella-
Lo siguiente que vi fue como se despojaba de sus ropas hasta quedar en ropa interior e hizo lo mismo conmigo, a pesar de resistirme, no pude hacer mucho en mi posición, y para dolor mío, me había roto los pantalones con una navaja, ya que no podía quitármelos atado, unas leves líneas de sangre recorrían mis lados, por mis piernas y también por mi torso, ya que mi polera sufrió el mismo destino que mis pantalones. Mi rostro estaba rojo y lleno de miedo ¿Qué debía hacer? No podía correr, no podía defenderme, estaba postrado sin poder hacer casi nada. Obviamente había gritado, esperando los vecinos me escucharan, pero todo esto fue una cruel trampa, el edificio entero estaba vacío.
-¿Qué crees que pasara ahora Niel? –soltó mientras se subía encima mío-
-¡No me toques! ¡Aléjate y déjame ir! –Me movía frenéticamente lo poco que podía en mi posición-
-No creas que hago esto porque me agrada, simplemente he recibido una orden y esto es lo más gentil que se me ha ocurrido.
-¿Gentil? ¿Gentil? ¿Crees que esto es ser gentil? ¿Qué harás? ¿Vas a violarme?
-¿Me creerás un monstruo si lo hago? ¿Me odiaras por haberte violado?
-¡Por supuesto! ¡No te atrevas a tocarme!
-Entonces seré lo mismo que Changjo, a él no lo amas ¿verdad? No debería de desagradarte tanto entonces mí querido Niel –su mano comenzó a explorar mi cuerpo de una manera no muy sana-
-No lo hagas, por favor –rogaba, no podía hacer mucho en aquellos instantes- por favor.
-¿Crees que él tuvo composición de ella también? ¡Pagarás por el dolor que tuvo que sufrir ella, lo sentirás en carne propia! –pude ver un rastro de locura en sus ojos antes de que abordara mi boca con la suya, claro yo me resistía, pero él no se quedaba quieto, no se rendía. Lagrimas salieron de mis ojos al sentir cada caricia brutal en mi cuerpo, cada mordida.
Rogaba, una y otra vez, pero aquel rubio chico simplemente había perdido la razón, mi ropa interior había sido eliminada y la de él también.
-Pagarás por él –me susurro al oído antes de marcarme-
Luego de que aquel horrible acontecimiento pasara, soltó mis tobillos y una de mis muñecas. A pesar de estar casi por completo libre no podía levantarme de la cama, estaba cubierto solo por aquellas sabanas que antes me habían tapado junto con quién amaba. De mis ojos solo podían salir silenciosas lágrimas, todo mi cuerpo dolía, me sentía sucio, sucio y eso era todo lo que recorría mi mente.
Te he traicionado… ¿me perdonarás?
Mientras yo era una bola de lágrimas y lamento, aquel rubio chico estaba sentado al borde de la cama con su pantalón puesto y su cabeza gacha.
-Lo siento…
Salió en un susurro por su boca, muy endeble, pude notar en su tono que su voz se estaba quebrando.
-Lo sabía… lo siento, yo… yo lo sabía, pero…
No sabía que sentir en ese momento ¿Rabia? ¿Pena? ¿Debería levantarme y golpearlo? No. No me sentía con la fuerza suficiente como para levantarme y verle la cara.
-Él… mi mejor amigo, ¿Sabes cómo me sentí cuando supe la verdad?
No iba a responder aunque estuvieran las palabras en mi boca, mi garganta no podía, si decía algo iba a romper en llanto y no quería que me viera así.
-Pero no lo puedo aceptar, aún después de todo este tiempo, yo… yo de verdad la amaba… ¡mierda! ¡La amaba tanto! Y-y ella me hizo eso… Yo-yo la primera vez que la vi, pensé que un ángel había caído del cielo…
Me sorprendí un poco al notar que su voz era llorosa, dirigí mi mirada a él, aún seguía con la cabeza gacha.
-Cuando reía conmigo, cuando me decía que era especial… no puedo creerlo…simplemente…
-Está bien –respondí bajo, había tomado aire muchas veces para responder, sabia de ante mano que no tenía por qué estarlo consolando cuando él me había hecho algo… algo tan horrible, pero estaba sufriendo, era el mejor amigo de la persona que amaba, y por culpa de malas intenciones su amistad se había roto… pero aquello podía volver a unirse ¿verdad? Yo mejor que nadie sabía lo que un amigo podía significar.
-Lo siento… de verd-
-Está bien –le interrumpí, quizás seguir oyendo como se hundia con cada palabra que salía de su boca me estaba entristeciendo más de lo que ya estaba- no tienen la culpa, solo fueron víctimas de una trampa –mi voz era baja, pero lo suficientemente clara para que él escuchara- tú… ¿le dirás que lo sabes? Quizás puedan volver a ser- -me interrumpió con su risa, una risa que estaba perdida entre el lamento de sus lágrimas-
-¿Crees que me perdonaría después de haber violado a su…bueno a ti. Si tenía posibilidades de volver a tener algo de él, las he arruinado todas hace poco.
Un dolor en mi pecho. Jonghyun se enteraría que yo… que estuve con otro hombre, estaba marcado por alguien que no era él ¿pensaras que estoy sucio de por vida? ¿Volverás a mí de nuevo? ¿Por qué no has venido a salvarme?
-¿Él lo sabe?... Sabe que tú y yo… –no sé de donde tome fuerzas para sentarme en la cama y acércame a él y tomarle el hombro, pero el miedo de saber que Jonghyun sabría esto me llenaba de inseguridad, me aterraba. El rubio no respondió- ¡Contéstame! ¿Lo sabe?
-No… pero lo sabrá cuando llegue en una hora más.
-¿Qué? Él, él ¿vendrá?
-Tres horas, solo le tomara eso llegar aquí, y ya han pasado dos.
Mi mente llena de miedo. ¿Cómo se lo explicaría?
Por otro lado… el viene, no pude evitar posar una nostálgica sonrisa en mi rostro, el viene por mí.
Pero me vería así, ultrajado, sucio.
-Lo siento.
Escuche una vez más, levante mi mirada para encontrarme con la del chico.
-Puedes irte –se acercó a soltarme la muñeca que aun tenia atada- cuando llegue será en mí en quién desatara su ira, pero tú puedes irte. Quizás suene egoísta viniendo de mi parte, pero no vuelvas con él, si no soy yo alguien más vendrá y no será tan… bueno simplemente te matará. –lo mire con sorpresa por su advertencia- Él tuvo prohibido verte o contactarse contigo… no debería haberlo dicho, pero creo que este será mi último día con vida –rio- pero quizás aquel obstinado te busque de nuevo, quizás tú seas… -sacudió su cabeza- simplemente no te acerques de nuevo a él, no corras ese riesgo de nuevo.
-Yo…