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Teach Me por Nielie

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Narra Jonghyun

Lo había golpeado.

Aún se repetía una y otra vez aquellos momentos, esos momentos en los que no quería creer lo que estaba pasando frente a mí, no quería admitir que se estaba escapando de mis manos, incluso después de la muerte de mi padre, justo ahora que pensaba las cosas irían mejor sin su presencia, pero nada de eso había pasado, como si aún siguiera jodiendome la vida estaba ahí, tratando de alegar lo poco que me hacía feliz en la vida, lo que había encontrado por casualidad y no quería apartar de mi por ningún motivo.

¿Tanto remordimiento tienes? Puto hipócrita.

Oh no, aquella voz de nuevo.

Lo has golpeado ¿Qué harás ahora? ¿Ir detrás de él y llorarle para que vuelva?

No, yo no hago esas cosas, nunca.

Entonces ¿Por qué estás llorando? ¿Qué haces en tu pieza acurrucado en un rincón oscuro llorando por él?

No lo hago, no lloro por él, déjame en paz.

No me hagas reír, eres un debilucho, por eso nuestro padre te dio aquel escarmiento, ¿Qué haces volviendo a sentir? Sabes que los sentimientos son para los débiles.

Cállate, no soy débil, ¡no lo soy!

Sí lo eres, eres un puto marica que no sabe qué hacer ahora que su juguete se ha ido.

No, él no se ira.

Lo ha hecho, te ha dejado por algún otro que le complacía mejor.

Eso es mentira, él nunca lo haría.

¿Eres tonto o qué? Te lo ha dicho en la cara.

Era una mentira, podía verlo en sus ojos.

¿Una mentira? ¡Ja! Como quieras verlo, aun así te dejo, eres tan débil que no pudiste mantenerlo a tu lado.

No, no. Yo lo buscare, sí, lo buscare de nuevo, y volverá a mí, estaremos juntos de nuevo, olvidaremos esto y seremos-

¿Felices? ¡JA! Por favor ¿Crees que puedes ser feliz? ¿Qué lograste queriendo ser feliz hace doce años atrás? ¿Qué logro nuestra madre pensando que sería feliz?

No hables de ella, no te atrevas.

¡NADA! Eso logro, solo una muerte dura y fría. Eso es lo que causa la felicidad, solo dolor, nosotros no la necesitamos, no necesitamos ese sentimiento tan inútil.

Yo…

Flash Back

-¿Qué sucede? ¿Por qué todos vamos al salón? –Iba tomando la mano de mi madre mientras ella me guiaba por el camino-

-Tu padre nos ha llamado. –Respondió suave con una sonrisa una hermosa mujer de largos cabellos negros-

-No quiero verlo, él es malo, mejor vamos a la casa de verano, me gusta estar ahí.

-No digas eso de tu padre, él te quiere mucho.

-No es verdad, solo quiere que aprenda a pelear, y no me gusta hacerlo.

-A mí tampoco me gusta que lo hagas, he estado hablando con él, al menos tratare de hacer que lo posponga hasta que seas un poco más grande ¿sí?

-No quiero, volvamos a la casa de verano, podemos estar los dos tranquilos ahí, prometiste que jugarías conmigo.

-Y lo haré, tan solo espera un poco –abrió la puerta del salón, mi padre estaba sentado en una silla al lado de la ventana- Lo siento cariño, demore un poco.

Mi padre nos dedicó una mirada molesta, sobre todo a mí que me ocultaba un poco tras mi madre.

-Lo tienes muy consentido, no vaya a convertirse en un debilucho –se quejó-

-No lo será, además aprende muy rápido, deberíamos ponerle tutores privados, estoy segura de que su inteligencia supera la promedio.

-¿Tutores? –Bufo molesto- ¿para qué? –Se acercó a mi madre y pude sentir como dos de los hombres que estaban en la sala se acercaban a mí por detrás- ¡¿para qué te revuelques con ellos maldita zorra?! –grito y la tomo del cabello, mi madre solo gritaba de dolor. Antes de que pudiera moverme a tratar de ayudarla aquellos hombres que estaban detrás mío me agarraron fuerte, pataleaba y trataba de zafarme, pero era muy débil para poder hacerlo, solo le gritaba a mi padre que la dejara ir-

-Por favor cariño –dijo de nuevo ante otro tirón- no delante del niño –mi padre rio y la arrastro lejos de mí-

-¿Cariño? ¿Te atreves a decirme así todavía? ¡Eres solo una puta barata que se acuesta con quien se le cruce por delante! ¿Crees que no lo sé? ¡Te acuestas con el hijo de perra de la mafia del este! ¡De mi enemigo!

Solo ira recorría mi cuerpo mientras veía como mi padre maltrataba a mi madre, las lágrimas no se demoraron en salir, tan solo quería que la dejara ir.

-¿Tú también? –Me miro- ¿Por qué lloras? ¿Por esta perra? ¿No sabes que se acuesta con mi enemigo? ¿Con tu enemigo? No es más que-

-¡Cállate! –Grite fuerte- ¡Déjala ir! ¡Déjala en paz!

Su mirada se tensó por un momento y tiro a mi madre al piso, sin antes darle una patada en el estómago y caminar lento hacia mí.

-¿Quién te crees? ¿Crees que por ser mi hijo puedes gritarme? –arrugue mi cuerpo esperando un golpe que no llego, levante mi mirada y lo vi caminar hasta llegar de nuevo donde mi madre-

-¿Mamá? –la llame esperando me respondiera y así saber que aún seguía viva-

-Arreglare dos problemas a la vez –la agarro del cabello haciendo que se arrodillara, de su boca estaba saliendo un poco de sangre, debido al golpe de antes- esta será una lección para mi pequeño hijo –me miro con una sonrisa mientras sacaba una pistola de su saco, mis ojos abriéndose a mas no poder- solo espero nunca vuelvas a cometer un error tal como albergar amor o algún tipo de sentimiento por algo –apunto a la cabeza de mi madre- espero que me odies mucho por esto, eso te hará bien.

Grite cuanto me daba la garganta esperando que no lo hiciera, que parara y tan solo la dejara, mis lágrimas corriendo sin parar mientras veía la sonrisa en su rostro. Ella me sonreía como siempre incluso estando en estás circunstancias.

Un fuerte sonido golpeo mis oídos, mi respiración paro mientras veía como salía sangre de su cabeza, como mi padre la soltaba y caía pesadamente en el suelo. Los hombres que me sujetaban me soltaron, solo pude caer de rodillas, mi cuerpo quieto, mi respiración dificultosa, mis ojos llenos de agua.

Me dejo solo, me dejo solo con ese demonio.

Fin flash back

Será mejor que busquemos un nuevo juguete ¿No crees?

¡Cállate!

Solo doy ideas, o ¿Piensas buscarlo?

Que comes que adivinas.

Definitivamente no lo dejaría ir, él es mío, y solo mío, no dejare que algún otro estúpido lo separe de mí, él no se alejara de mí.

Había mandado a llamar a L.joe luego de haberme recuperado y estar como siempre.

-¿Qué paso aquí? –Pregunto cuando entro a aquella sala en la que anteriormente Daniel y yo habíamos estado, mirando los muebles fuera de lugar-

-Ve a buscarlo, tráelo aquí aunque sea a la fuerza. –Ordene tranquilo desde la silla que antes pertenecía a mi padre-

-¿Qué estás diciendo? Changjo explícame que paso.

-Nada, solo discutimos un poco, ahora ve a buscarlo y tráelo a la mansión.

-¿Por qué? –Se acercó hasta quedar frente a mí- cuéntamelo Changjo, sabes que puedes confiar en mí, te puedo ayudar.

-Él se fue… -tome aire para poder tranquilizarme- dijo que no quería estar conmigo, que no lo volviera a tocar…-levante la mirada hasta cruzarla con la de mi amigo- pero no es verdad, lo sé, no me dejaría nunca, es mío… ¡No puede irse con nadie más! … L.joe, por favor, ve a buscarlo, sé que a ti te escuchara, tráelo de nuevo a mí.

-Yo… Changjo… ¿estás seguro?

-¿Cómo no poder estarlo? Lo necesito a mi lado, tiene que estar a mi lado.

-Lo haré, iré a hablar con él, pero… ¿puedes pensarlo? Si él está así es por alguna razón fuerte, trata de ponerte en su lugar ¿sí?

-Está bien, solo ve.

Y desapareció por la puerta. ¿Pensarlo? ¿Qué debía de pensar? Daniel es mío eso es un hecho irrefutable y no hay nada más que pensar.

Narra Daniel

No sé cuántas horas estuve rondando por las calles hasta volver a mi hogar, pero las suficientes como para caer inerte en el sofá de mi casa. Ricky me había ido a ver, pero no tuve fuerzas para levantarme, tan solo quería estar solo.

-¡Daniel! –Escuche de lejos- entre por atrás, ¿Cuántas veces te he dicho que cierres bien esa puerta? –Lo escuche más cerca hasta oír sus pasos llegar al living- ¿Qué te paso? –Levante perezosamente la vista hasta encontrarme con mi amigo, quién se acercaba a mí, se arrodillo y me acaricio el cabello, las lágrimas volvieron a salir de mis ojos-

-Termino –respondí entre lágrimas- lo deje, Ricky lo deje –agarre la mano de mi amigo y me protegí en ella, este me cubrió en un abrazo. Me hacía mucha falta uno-

-Tranquilo Daniel, fue lo mejor –me consolaba, pero yo sabía que no era así, aun no podía sacarlo de mi corazón-

-No puedo sacarlo Ricky, no puedo olvidar que lo amo –levante mi mirada en busca de ayuda en la suya- ¿Qué hago?

-Daniel… -su mirada estaba llena de pena, seguramente me veía como la persona más penosa del mundo en esos instantes-

Estuvimos varios minutos en silencio, yo seguía llorando en su hombro, y el solo estaba ahí haciéndome apoyo, quería pensar en algo, cualquier cosa, pero no podía, mi mente era una burbuja que amenazaba con reventar en cualquier momento.

-Vete a otro lugar –escuche decía a mi amigo- ¿Tus padres están en Japón cierto? Ve con ellos, seguramente estarán ahí unas buenas semanas, podrás pensar mejor las cosas, un ambiente nuevo hará que olvides todo esto ¿sí?

-Pero…

-Nada de peros, te vas con ellos, llama a tu madre ahora mismo, seguro estará más que contenta de tenerte haya. –Trato de levantarme del sillón, pero no tenía fuerzas, así que trajo el teléfono de la casa hasta mí y me lo puso en la mano- Daniel esto será lo mejor, solo hazlo.

-No quiero –decía endeblemente- no puedo.

Aunque tuviera algún tipo de salida, por mí mismo no tenía las fuerzas de hacer algo, solo quiero volver a su lado, aunque él no me corresponda, lo necesito, quiero estar con él y seguir fingiendo una historia feliz.

-Dios Daniel…Oh, ¡cierto! ¿Recuerdas aquella apuesta? –sonrió mientras me tomaba el rostro con las manos y trataba de que lo viera- Daniel, ¿la recuerdas? Me debes un día completo de obediencia, y ahora lo vas a cumplir, vas a llamar a tu madre, le dirás que quieres ir a Japón y te iras en el vuelo más próximo ¿entiendes?

-Ricky tú –las lágrimas salían de mis ojos sin parar, pero mi amigo me había dado un motivo, aunque fuera esa estúpida apuesta, y era hombre de palabra- ¿Estarás bien sin mí?

-Sobreviviré, pero ahora lo más importante eres tú –volvió a abrazarme y solo pude sonreír-

Habían pasado unas dos horas desde que llamé a mi madre, y como Ricky había predicho estaba encantada de que fuera con ella. Mi vuelo salía en tres horas más, mi amigo me ayudo a empacar unas cuantas cosas y tratar de quitarme la cara de zombie que tenía puesta.

-Vamos Daniel, no quieres que tu madre se preocupe mostrándole ese horrible rostro ¿no?

-Lo siento, solo necesito descansar un poco. –volvió a sentarme en el sofá, tenía todo preparado, tan solo faltaba que llegara la hora del vuelo-

El sonido del timbre interrumpió mi descanso, pero mi amigo fue a atender en mi lugar.

-No esta –escuche que mi amigo decía en la puerta- se fue de viaje, lo siento, no creo que vuelva en unos meses.

¿Quién era?

-No puedo decirte eso –me levante para poder saber quién era, aunque sea escuchar más de cerca para poder oír su voz-

-¿Entonces qué haces tú en su casa? –oí una voz arrogante que ya había escuchado antes-

-Me la dejaron para cuidarla.

-¿Seguro?

Era L.joe, ¿Qué hacia él aquí?

-Muy seguro, si quieres puedo dejarle tu recado.

-Prefiero dárselo yo mismo.

Sentí como se iba, pero no pude soportarlo y salí de la mi escondite.

-¡L.joe! –Lo llame-

-Lo sabía –dijo mientras se volteaba- no me iba a comer lo del viaje –sonrió- tengo que hablar contigo Niel.

….

Los tres no hallábamos en el living de mi casa, una fuerte tensión había por parte de mi amigo que no se confiaba de L.joe.

-¿Qué es lo que querías decirme?

-Te está buscando.

-¿Qué?

-Me mando a buscarte, “tráelo aquí aunque sea a la fuerza” fue lo que dijo –suspiro mientras se recostaba en el sillón- la verdad es que no pienso obligarte a hacer algo que no quieres, pero si yo no te llevo mandara a alguien más o vendrá el mismo.

-¿Está loco? –Interrumpió mi amigo- ¿Piensa usar la fuerza?

-No lo piensa, lo hará –le respondió a mi amigo y luego me miro- tienes que hacer algo, él no te dejara ir tan fácil.

-Está loco  -dijo mi amigo de nuevo- lo bueno es que te irás de aquí ¿No tengo siempre buenas ideas?

-Supongo que fue una buena idea –sonreí nostálgico-

-¿A dónde iras? –pregunto el rubio-

-No tienes que saberlo –respondió mi amigo por mí- quizás se lo digas a tu amigo, no pienso arriesgar la seguridad de Daniel.

-No se lo diré, tampoco arriesgare la seguridad de Changjo –ambos se miraban ferozmente-

-¿Su seguridad dices? Pero si es él es el loco que quiere llevarse a mi amigo por la fuerza –reclamo-

-Se porque dijo las cosas, Changjo es capaz de arriesgar su propia integridad por saber dónde estás, necesito que me digas donde estarás así lo mantendré lo más lejos posible de ti –volvió a mirarme- créeme, yo acepte tu decisión, y mi amigo ahora mismo no es consciente de sí mismo.

-Está bien –respondí tranquilo, creía en L.joe, a pesar de todo lo que pase por él, sentía que podía confiar en él, ya que más que protegerme a mí está protegiendo a Changjo-

Después de contarle todo, y de que me diera su número, y luego destrozar mi móvil para que Jonghyun no pudiera localizarme por ese medio –que por cierto me sorprendió y casi le di un golpe- me encamine al aeropuerto junto a Ricky.

-Volverás para visitarme, ¿cierto? –decía mi amigo con los ojos cristalinos-

-Claro que sí, de todos modos te contactaré cuando tenga un móvil nuevo –lo abrase- cuídate mucho Ricky.

-Tú también, y trata de olvidarlo ¿sí?

Nos separamos y tome mi vuelo, ahora solo tenía que despejar mi mente, olvidarlo y seguir con mi vida, tan solo esperaba que él pudiera estar bien.

Notas finales:

Nos queda poco >-<


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