-Espera, ¿Qué? –no podía creer su cambio de actitud tan repentina-
-¿No lo recuerdas?, no me digas que ¿olvidaste todo lo que paso ayer? Pensé que sería algo inolvidable para ti –se levantó y se acercó lentamente a mí-
-Espera, espera –no debía dejar que se acercara mucho- ¿Por qué el cambio?
-¿Cambio? ¿Cuál cambio? –Se sentó frente a mí.-
-Cómo que ¿Cuál cambio? El que acabas de tener ahora mismo.
-No sé de qué me hablas –rio por lo bajo, conteniendo más risa-
<Lo estaba haciendo, se estaba burlando de mí de nuevo.>
-De pasar de un chico normal y tranquilo, hasta incluso algo amigable, a él ególatra molestoso de ahora.
-Ah, eso, solo he recordado el juego que dejamos a medias.
-¿Recién lo has recordado? –dije algo dudoso, ¿era enserio?-
-Vaya ¿es que querías que lo recordara antes? Que insaciable eres Nieli, pero no te preocupes que podemos empezar de inmediato – mis ojos se abrieron como platos al escuchar eso, y retrocedí al sentir que se intentaba acercar a mí, no dejaría que jugara conmigo - ¿te haces el difícil ahora?
-No, no, nada de eso, me puedes explicar porque sigues con lo del “jueguito”, me sentía mucho más cómodo como estábamos antes, cuando hacías tu papel de tutor. – no mentía, era un buen ambiente aquel, y además entendía-
-¿Si?
-Sí.
-Creí que te darías cuenta que todo lo de antes era una actuación barata.
-¿Actuación?
-Exacto, pero como dije antes, eres un poco lento.
-¿Desde que llegaste has estado actuando?
-Sí
-Y ¿ha que exactamente? ¿Al tutor perfecto? ¿Al chico perfecto? ¿A un sabelotodo?
-¿Cuántas veces te diré que cuides tus palabras? –se acercó un poco más a mí-
-Es que no te entiendo de nada – intentaba defenderme - ¿Por qué actuabas?
-Porque así es el juego, simplemente por eso.
-¿A si?, supongo que ¿las clases terminaron por hoy?
-Supones bien –me miraba entretenido-
-Entonces – me levante y me dirigí a la puerta, pero el agarro mi muñeca cuando pase por su lado-
-¿Qué haces? –Me solté de su agarre y seguí mi camino-
-Si han terminado las clases, puedes irte –abrí la puerta-
-¿Me estas echando? –volteo a verme aun sentado-
-Algo así, pero es bastante simple, las clases terminaron, por lo que debes de irte ¿No es lo común?
-Supongo –rio y se levantó, caminando hacia mí, pero no hizo lo que me esperaba, cerró la puerta y me tiro en ella, sacándome un pequeño gritillo de molestia por el golpe- pero no quiero irme –me cerco con sus brazos sobre mi cabeza-
-¿Qué haces? –Temía de la respuesta-
-Seguir el juego, aun no escucho salir de tu boca que te gusto.
-¿Vas a seguir con lo mismo?
-Hasta que lo digas –de acerco peligrosamente a mi rostro-
-¡Ya! ¿Por qué? –trate de pararle y funciono-
-Por qué me divierto – su sonrisa no se iba, al parecer hablaba muy enserio, es más nunca me ha dicho algo que sea mentira, en el poco tiempo que llevamos conociéndonos-
-Y porque no te vas a divertir con alguna de tus admiradoras ¿he? ¿No sería mejor? Al menos a ellas si les gustas, supongo que han de rogar porque siquiera las mires.
-No las necesito, encontré algo mucho mejor.
-¿Yo? No me hagas reír.
-¿No te hace ilusión que seas mejor que todas ellas?
-¿Qué?
-He estado con muchas mujeres, muchas. – No sé por qué pero eso me hizo sentir una leve opresión en el pecho-
-Que bien por ti, deberías de seguir así… supongo – tampoco es que sea bueno el ser tan mujeriego, y menos a su edad, si él no me lo estuviera diciendo me sería difícil de creer por muy guapo que sea-
-¿Supones?
-Es mejor que estar con un chico ¿no? –Me sentí intranquilo diciendo eso de alguna manera- Además tienes muchas a tu disposición, solo toma una, y déjame tranquilo.-aquello lo dije casi en un susurro bajo-
-¿Quién te dijo eso?
<¡Mierda! Se supone que yo no sabía eso.>
-Lo supe por ahí –mire a otro lado-
-¿Qué?
-Por ahí, por ahí, ¿sí?, no creo ser el único que sabe de tus rumores en el Instituto.
-¿De qué hablas?
-¿He?
-Te estaba preguntando por otra cosa antes, pero me has dicho algo aún más interesante – acerco su mano a mi rostro para tomar mi barbilla con algo de rudeza- Ahora ¿Cuáles son aquellos rumores de los que hablas? – no podía ser verdad ¿no sabía sobre ellos?-
-¿No los sabes?
-Si los supiera no te estaría preguntando ¿no?
-Hmm… -¿debería decírselo? ¿Y si me preguntaba quién me los conto?, no delataría a Ricky-
-¿O quizás deberíamos terminar nuestro juego?
-¡No! –grite, no quería que volviera a pasar lo de ayer-
-Entonces vas cantando Nieli, aunque el juego lo terminaremos luego si o si, ahora, canta.
-Pero ¿podrías soltarme?
-Oh, que bruto soy, claro – me soltó y se alejó, sentí un alivio en mi interior, camine hasta mi cama y me senté en la orilla cerca de la cabecera, mientras que él se iba a sentar en el suelo-
-Puedes sentarte en la cama si quieres.
-Gracias Nieli, que amable eres –me dijo burlón, y me traje el coraje, sabía que no me gustaba que me llamaran así, pero no acabaría con el poco buen ambiente que había, bueno no tan bueno, pero era mejor que nada.-
-Bueno, no es que sepa mucho, solo sé que son rumores. –Se sentó en la parte baja de la cama-
-Rumores de los cuales no sabía de su existencia.
-Bueno… uno es que eres un casanova, cosa que no dudo, que varias chicas te esperan delante del Instituto a la entrada y salida de clases, con regalos y cosas por el estilo, que cada semana se te ve con una chica nueva –termine-
-Así que por eso era el reclamo de antes –dijo una corta risita, me hacía gracia las cosas que posiblemente pasaban por su cabeza- Bueno, eso es cierto.
-Entonces ¿Por qué no estas con la chica de esta semana? ¿He? –dije alto molesto-
-¿Celoso?
-Ja-ja-ja, no me hagas reír, solo pensé que sería mucho mejor estar con una chica ¿no?
-¿has estado con una?
-¿Ha que viene esa pregunta? – Creo que me había ruborizado, porque sentía aquel calor en mi rostro-
-Solo responde.
-N-no –mire a otro lado-
-Que sorpresa, eso significa que… Yo ¿he sido tu primer beso? –Se relamió los labios-
-No me lo recuerdes –un temblor me invadió al escucharlo, y me masajee la sien, me daba un dolor de cabeza solo pensarlo-
-Me siento alagado ¿Soy especial Nieli?
-¡Claro que no!
-Eres tan adorable –le mire con sorpresa- Déjame decirte algo, nunca sentí con las muchas mujeres con las que estuve, lo que sentí ayer, fue completamente diferente, fue mucho más placentero – mi rostro ardía a más no poder tratando de no recordar lo que había pasado ayer, recogí mis piernas y me subí a la cama, quedándome casi en posición fetal sentado sobre ella, trate de esconder mi rostro entre mis rodillas, no quería que él me viera así- Tampoco me mal intérpretes, no soy gay, no por ahora, simplemente me gusto.
-¿Te gustó? –Seguía con mi rostro entre mis rodillas – si es así, ¿no deberías estar planteándote el ser gay?
-Podría ser, aunque serlo no me molestaría en absoluto, son simplemente gustos, todos los tenemos diferente.
-¿Gustos? –una de las interrogantes que me había planteado antes volvió a mi mente-
-Sí
-Entonces, ¿Yo te gusto? –levante mi mirada y busque la suya, encontrándomelo mucho más cerca mío ¿en qué momento se acercó?-
-Lo de ayer me gustó mucho –el calor volvía a mí, y mi corazón me amenazaba con bombear mucho más rápido de lo normal- pero no podría asegurarte que me gustas Nieli.
-Aaa… ¿A qué hora te acercaste? ¿Sabes del espacio personal?
-Cuando escondías tu lindo rubor Nieli –creo que aquel rubor volvía a mí con más fuerza- sentí la necesidad de estar cerca de ti ¿tú no?
-Claro que no –se rio a lo bajo-
-Sígueme contando.
-¿He?
-Sobre mis rumores, ¿Hay más?
<¿Debería decir lo siguiente?, por lo que me conto Ricky no sería bueno.>
-Mejor no –recosté de lado mi cabeza en mis rodillas mirando al lado contrario de él-
-Vamos, aún tengo una hora.
-Lo haré si prometes no hacerme nada –volví mi cabeza hacia su lado-
-¿Tan malo es?
-Algo así, supongo, solo promételo.
-Prometo no hacerte nada… malo.
-Hmm, bueno, es algo extraño, la verdad no entendí demasiado bien –era increíble como estábamos hablando normalmente, bueno casi normalmente, y me sentía bien hablando con él- solo que, al parecer hay algo detrás en el motivo del porque entraste al Instituto –su mirada se tensó un poco- y… que al parecer te molesta que te llamen por tu apodo –termine, muy atento esperando que algo pasara y estaba listo para defenderme si eso pasaba, pero nada, estaba tranquilo como antes, hasta aquella tensión de antes se había ido-
-¿Sabes cuál es aquel apodo?
-Hmm…Sí.
-¿Te gusta? –sonrió de manera curiosa-
-Bueno… Sí, es un buen apodo –mire a otro lado- ¿Por qué-
-Qué bueno –me corto antes de terminar la pregunta-