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Teach Me por Nielie

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Notas del capitulo:

Segundo capítulo~

subire el tercero también hoy mismo~

 

Miércoles. 19 Nov

Narra Daniel

 

Eran las once de la mañana, todos teníamos nuestros uniformes deportivos puestos, no hacia tanto calor, pero me molestaba el sol.

Miré hacia mi derecha y vi como el profesor observaba su móvil con una estúpida sonrisa, desde hace una semana tenía una novia, y no había momento en el que no lo gritara cada que podía, estaba muy orgulloso de ella, por los rumores al parecer era una chica verdaderamente hermosa.

 

Vi como un chico se le acercaba y le hablaba, después de un tiempo el profesor le mostro la pantalla de su móvil, y mi compañero abrió los ojos y la boca a más no poder. Después de reírse con el profesor volvió a donde estábamos todos juntos y con una tonta sonrisa empezó a hablar.

 

—¡Chicos! ¡Chicos! ¿A que no saben que acabo de ver?

 

¡Claro que no estúpido!, me estaba cabreando de estar en ese lugar junto con ellos, y mucho más de lo normal, ya que Ricky no había venido ese día, al parecer se sintió mal del estómago. Y me dejo con este montón de trogloditas.

 

—Suéltalo, ¿que viste? —dijo otro.

 

—El profesor me acaba de mostrar una foto de su novia, no se imaginan que mujer ¡Uy! Si está súper buena.

 

Y más encima calentorros, ven la foto de alguna chica y se ponen como perros en celo, creo que estar en una Instituto solo de chicos les afecta un poco ahí abajo, y como no; arriba, donde no esperaba tuvieran mucho.

 

La verdad es que a mí me vale, cuando salga de este Instituto conoceré a alguna bonita chica, pero no me apresurare en nada, no estoy tan interesado en el amor o en cosas por el estilo.

 

De pronto vi que el profesor se ponía a hablar por móvil dándonos la espalda, mi mirada se dirigió rápidamente hacia los pasillos vacíos, no pensaba quedarme ahí aburriéndome, más cuando el profesor nunca notaba mi existencia en la clase.

 

Aprovechando que todos estaban alrededor del chico que llego con las “noticias”, me escabullí y me adentre en los pasillos, subiendo las escaleras, llegando hasta la azotea, ahí podría estar tranquilo, matando el tiempo.

 

—¡Al fin paz! —cerré la puerta de la azotea y abrí los brazos sintiendo la brisa pasar por todo mi cuerpo, moviéndome los cabellos suavemente— ¡Ahí se quedan estúpidos! ¡No pienso andar con una tropa de imbéciles como ustedes! —grite, nadie podría escuchar lo que decía y era el lugar perfecto para desahogarse.

 

—Oye, ¿Puedes bajar tu voz? —sentí una voz detrás de mí.

 

<¡Mierda! Había alguien más ahí y yo gritando como un tonto.>

 

—¿He? —me volví para identificar quién estaría en aquel lugar conmigo.

 

—Que bajes la voz, intento leer.

 

Y lo vi, estaba sentado  un poco más allá de la puerta apoyado en la pared, con una pierna recta y la otra flectada apoyando el libro que sostenía en sus manos en ella, sus ojos fijos en el libro; negros, cabellos igual de negros, su piel era blanca, algo bronceada, tenía un lunar cerca de sus labios a la derecha y otro pequeño a la izquierda cerca del fin de su nariz. No sé por qué, pero mi mirada comenzó a viajar por su rostro hasta su cuello, tenía los primeros tres botones de la camisa abiertos, la corbata suelta le daba un aire rebelde. Mi mente estaba perdida, no sabía bien porque, ¿Será por la sorpresa?, mis ojos se quedaron contemplando su cuello desnudo, donde podía ver con toda claridad la forma de su clavícula, en ella había un lunar a su derecha, era tan sexy… Un momento ¿Qué?

 

—Sabes, acostumbro ver el rostro de las chicas ruborizados mientras se me quedan viendo, pero el tuyo se lleva el premio. —Pegue un leve salto, llevándome la mano a la cara para taparme lo más posible— Eres un chico curioso…

 

¿Cómo pudo ser posible? No me había dado cuenta de aquello, ¿De verdad me había ruborizado?  O ¿solo lo dijo por molestarme?, es cierto que sentí un poco de calor, pero ¿Rubor? ¿En serio? ¿Por un chico?

 

—So-solo me sorprendiste. —me di vuelta para poder tomar aire sin que lo notara, no entendí bien que me estaba pasando.

 

—¿En serio? Vaya, vas a ser el primero que conozco que se ruboriza de esa manera al ser… ¿Sorprendido?... O será que…  

 

—¡Nada de eso! —me volví hacia él ya estando normal, aunque mirarle me ponía algo nervioso— Ya te dije que solo me sorprendí… Además ¿Qué haces aquí? Son horas de clases, deberías estar en la tuya. —intente cambiar el tema.

 

—Estaba leyendo hasta que un chico apareció de la nada y empezó a gritar como un loco. —cerro su libro y se levantó, comenzó a arreglarse la camisa y la corbata, hasta hacer desaparecer ese aire rebelde que le había visto hacia poco, ese aire que me había dejado paralizado.

 

—Lo siento, no sabía que alguien más estaba aquí. —dije con la mirada baja, tratando de no cruzarme con la suya.

 

—Sabes… —sentí como comenzaba a caminar hasta mí, pero no levantaría la vista, no hasta entender por qué me ponía nervioso con tan solo mirarle— Visto desde atrás tienes aire a chica.

 

—¿QUÉ? ¿Una chica? —levanté mi mirada encontrándome con la suya a unos diez centímetros de la mía, sus ojos me examinaban, sentí ese calor de nuevo crecer en mí, lo más seguro era que aquel rubor volvía a mi rostro otra vez— ¿Qu-qué-qué haces…?

 

—Solo se me paso por la mente que podrías ser una chica vestido de chico, ya sabes, cómo en esas historias de amor donde el chico se enamora de esta chica pensando que es un chico y eso… —con una de sus manos me tomo la barbilla, sin quitarme los ojos de encima, de seguro parecía un tomate maduro— ¿No crees?

 

—¡Claro que no! —quite de un manotazo la mano que sostenía mi barbilla y retrocedí unos pocos pasos— ¡Yo soy un chico!, ¡No me tomes por una chica! —ya suficiente tenía con aquel extraño sentimiento dentro mío, para que más encima me digiera que parezco una chica, como los retardados de mis compañeros.

 

—Vale, lo siento, me ha quedado claro. —Se disculpó con una pequeña sonrisa en el rostro— Solo fue una suposición.

 

—Hmp. —lo miraba con mala cara, debía salir de ahí ahora mismo, así que me encamine hacia la puerta— Eres extraño ¿Sabías? —Le dije mientras pasaba por su lado y llegaba a la puerta.

 

—Tú también. —gire la cabeza para verlo, y estaba en el mismo lugar de antes, dándome la espalda.

 

—Hum. —refunfuñe mientras cerraba de un portazo aquella puerta.

 

¡Pero qué tipo más extraño! ¿Quién se creía para decirme esas cosas? Si ganas de haberle dado un buen golpe no me faltaron… pero mi mente era un lio, tenía dos grandes incógnitas en ese momento. La primera; ¿Por qué no le di un buen golpe apenas me dijo que parecía una chica?, como si no lo hubiera hecho antes ya con otros tarados que se atrevieron a decir lo mismo, y la segunda, la que más me molestaba era… ¿Por qué me quede embobado mirándolo? ¡Es un chico! Pero me quede mirándole como una chica viendo a su príncipe azul, ¿Era enserio? ¡Hasta me ruborice! Ruego porque solo haya sido una mentira para molestarme, pero sus palabras sonaban todas muy enserio. Está bien, no pensaré más en ello, no quiero si quiera que se me pase por la mente el hecho de que podría tener alguna tendencia extraña, siempre me han gustado las chicas, y eso no cambiaría. Solo espero no volver a cruzármelo hasta salir del Instituto.

 

-

 

El timbre de salida sonó y no podía estar más nervioso, desde que lo vi no he podido sacármelo de la cabeza, aunque me dije que no volvería a pensar en ello, ahí estaba en mi mente, con esos ojos profundos y esa mirada tan atrayente ¡Por Dios! Tenía que llegar a casa para quitármelo de la cabeza con la televisión, el internet, o cualquier otra cosa.

 

-

 

—¡Mamá! Ya estoy en casa. —dije mientras entraba por el umbral de mi puerta y me dirigía a mi cuarto, quizás dormir un poco me alegara los estúpidos pensamientos de este día.

 

—¡Nieli! —Me llamo mi madre.

 

—¿Qué? –Dije con desgana, arrastrando la palabra, mientras paraba a mitad de camino en las escaleras, no me gustaba que me llamara de esa manera.

 

—¡En una media hora estará aquí tu tutor, ordena tu pieza cariño!

 

—Rayos. —reclame a lo bajo—¡Si mamá! —Había olvidado que el tal tutor vendría hoy a joderme el día.

 

Subí a mi cuarto y me cambie el uniforme por una camiseta blanca sin mangas y unos jeans, luego me tire a mi cama cansado, solo quería dormir.

 

De la nada me vi de nuevo en aquella azotea, en la del Instituto, tal y como estaba en la mañana de hoy, me di la vuelta y ahí estaba él, leyendo tranquilamente su libro, ¿Por qué estaba ahí? Me quede viéndole como antes, y de repente sus ojos levantaron la vista del libro y los tenía fijos en mí, sentí ese calorcillo devorarme por dentro de nuevo, cerré mis ojos y me di la vuelta tratando de no verlo, de hacer que desapareciera de mi vista, los abrí de nuevo esperando encontrarme con la vista hacia las rejillas, pero no, ahí estaba él a escasos centímetros de mi rostro, mis ojos se abrieron a más no poder y trate de retroceder, pero de la nada me tomo de un brazo impidiéndomelo, baje mi mirada hacia aquel agarre y luego sentí como con fuerza me tomaba la barbilla con la otra y hacia que mi rostro quedara fijo delante del suyo, sus ojos taladraban en los míos, no podía decir nada, de mi boca no salía palabra alguna, y aquel calor iba en aumento. Más aun cuando de poco empezó a acercar su rostro al mío, tanto que podía sentir el calor de su aliento sobre mis labios, desvió por un momento su mirada de mis ojos y los posó en mis labios, para que luego se le formara una sonrisita picara. Mientras volvía a mirarme a los ojos, sus labios empezaron a moverse, no entendí que quería decirme, no podía escuchar sus palabras, movió su rostro al lado del mío, acercando sus labios a mi oreja, ahora podía sentir su aliento chocar contra mi oído y parte de mi cuello, por lo que mi cuerpo reacciono soltando un leve temblor por todo mi ser, y lo escuche: “Despierta”

 

De un salto desperté en mi cama, sentándome en ella, con un poco de sudor en mi rostro y la respiración agitada.

 

<¿Qué mierda ha sido eso?>

 

No podía entenderlo, es que… es que… ¿Me estaban empezando a gustar los chicos? ¿Cómo es que pude haber tenido tal sueño? Y con aquel chico que apenas he visto hoy.

 

<No, no, no, no. Debía darme una ducha fría y sacármelo de la cabeza.>

 

—Nieli. —sentí como mi madre tocaba la puerta de mi habitación.

 

—¿Qué sucede mamá? —Respondí ordenándome el cabello.

 

—Tu tutor ya ha llegado, ¿Has ordenado?

 

—Claro… bueno…  —mire a mi alrededor, estaba un poquito desordenado— Espérame cinco minutos. —dije mientras me levantaba y ordenaba todo tan rápido como podía.

 

—Disculpa, él no siempre es así. —escuche a mi madre del otro lado de la puerta, seguro se lo decía al tutor.

 

—No se preocupe señora. —Esa voz, la reconocía de algún lugar.

 

—¡Listo mamá! —Dije mientras me dirigía a la puerta— Está todo ordenado. —verifique mirando a todo lados, y abrí la puerta— Ya puedes pas… —mis ojos se abrieron a mas no poder al ver a la persona que estaba al lado de mi madre.

 

—Este es Jonghyun, tu tutor de ahora en adelante —sonrió mi madre, mientras yo me hallaba paralizado con la mano en la perilla de la puerta sin decir palabra alguna.

 

—Hola Daniel, espero nos llevemos bien —dijo tranquilo, como si nunca antes nos hubiéramos visto.

 

—Hijo, ¿estás bien? —me pregunto mi madre y de a poco me fui reincorporando.

 

—Sí, sí, estoy bien, un-un gusto Jonghyun…  —estaba nervioso, pero trataba de disimularlo.

 

¿Qué se supone haga con esta situación? Acabo de tener el sueño más raro con el chico que tengo justo frente mío ¿Qué se supone debo hacer ahora? Esperaba fuera un sueño de nuevo, porque  tenía unas tremendas ganas de despertar.

Notas finales:

Gracias por leer ^^


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