Ciel estaba pensando en cómo le diría a su demonio que hacía en la mansión Trancy y siendo más específicos en la habitación del estúpido de Claude. Todo el mundo sabía de la rivalidad entre Sebastián y Claude y cuál era el motivo de ese odio irracional.
~En qué demonios estaba pensando cuando decidí venir, necesito respuestas y sé que Sebastián no me dirá~ pensaba Ciel sintiéndose arrepentido por haber salido diciéndole que iría a ver a Lizzy, que mentira más absurda y lo que más le sorprendía era que le había creído; si Sebastián se llegará a enterar que le había mentido estaría en graves problemas.
~Bueno lo hecho está hecho, ya no puedo dar marcha a atrás~ el ruido de una puerta abriéndose lo sacó de sus pensamientos, él sabía perfectamente de quien se trataba por eso no se volteó a verlo.
-Bocchan- como odiaba escuchar esa simple palabra de parte de Claude, Es que acaso no entendía que sólo Sebastián podía decir esa palabra que encerraba tantas emociones? Simplemente aquél demonio no sabía de las dimensión de ésta.
~Bueno, ya es hora. A lo que vine~ pensó por último antes de girarse y enfrentar a Claude.
-Quién te permitió llamarme de esa manera? Demonio estúpido- dijo en tono arrogante con aires de superioridad.
-Que se le ofrece al perro guardián para honrarme con su presencia en mi humilde habitación? -dijo Claude fascinado con la presencia del pequeño.
-Quiero saber qué es lo que hacías está mañana en mí balcón- dijo de manera directa.
-Así que estaba escuchando? -dijo con voz sarcástica- a caso el estúpido que tiene por mayordomo no le enseña buenos modales? -Claude entró y cerró la puerta, se acercó lentamente hasta estar a unos 4 pasos de distancia. Ciel se pegó a la pared sin quitar la expresión de superioridad para que el demonio no notara que se estaba poniendo nervioso.
-Responde! -Tenía que terminar con esa plática lo más rápido que fuera posible.
-Sólo pasé a saludar, nada más
-Si es así porque no llamaste a la puerta? Tenía que ser precisamente ir a mi habitación?
-Realmente a que vino, porque esta excusa es muy insignificante hasta para usted.-dijo con sorna
-Te dejaré esto en claro de una vez, yo Amo A Sebastián y él me ama. Así que aunque hagas hasta lo imposible no nos separaras, así que por favor ten un poquito de dignidad. Es que no te das cuenta de que la persona que te ama esta a tu lado? -Ciel sentía lástima por Claude al no darse cuenta que Alois era quien más lo amaba en el mundo.
-Si era sólo eso lo que quería decirme, le pido de la manera más amable posible que se retire de mi habitación. -el demonio estaba furioso, como era posible que la persona a la que amaba le dijera que él amaba a otra persona?
-No, aún tengo algo más que decirte- espero hasta que Claude le hizo una señal para que continuará- eres tan imbécil que no te das cuenta que la persona que más te amaba, el que daría la vida por ti, el aguanta todos tus reclamos, el que te da todo su amor y cariño sin pedirte nada a cambio y sabes que es lo que estas logrando? Que él se canse de esperar a que tú le correspondas y entonces lloraras lágrimas de sangre por haberlo dejar ir.
-Es que nadie entiende que a la persona a la que es usted? Tan difícil es? Si no tiene nada más que decirme, le reitero que se retiré por favor- dijo controlando la furia que lo consumía por dentro.
-Esta bien- dijo dando un suspiro de cansancio- sólo piensa en lo que te dije.
Sin más Ciel empezó a caminar y justo cuando pasó a lado del mayordomo, éste lo tomó del brazo plantándole un apasionado beso; Ciel tenía los ojos abiertos como platos de la impresión y sin quererlo posó sus manos en el pecho del mayor. Quizás fueron segundos que duró el besó pero fue el tiempo suficiente para que alguien abriera la puerta y los viera en ese acto.
Hanna sin hacer el mínimo ruido cerró la puerta y después tocó la puerta. Ciel colérico se alejó del mayor dándole semejante bofetada haciendo que retrocediera.
-NO ME VUELVAS A TOCAR EN TÚ MISERABLE VIDA SINO QUIERES QUE LO SEPA SEBASTIÁN Y TE CASTRE!- la furia de Ciel era enorme por un momento Claude se sorprendió al ver esa reacción, lo único que sintió fue más deseo por poseer ese cuerpo.
Ciel salió encontrándose con Hanna y entendió que ella había visto el beso.
-Puedo explicarlo- dijo de forma automática
-No es a mí a quien le tiene que dar explicaciones. - Hanna tenía una mirada amable a pesar de lo que había ocurrido unos momentos atrás.
-Juro que yo no quise
-Vamos a la habitación del amo, quizás pueda decirle algo para que se anime.
Sin decir una palabra más Hanna llevo al menor a la habitación de Alois, ambos caminaban en silencio un silencio bastante incómodo. Para Ciel fue el trayecto más largo de toda su vida quería salir corriendo cuanto antes, no quería ver la cara de Alois no sabría como verlo a los ojos después deo que había pasado. Ciel sabía la verdad pero aún así no podía evitar sentirse culpable.
Al llegar enfrente de la puerta de la habitación del Conde, Hanna tocó suavemente la puerta tres veces la puerta.
-El joven Phantomhive está de visita.
-Que pasé- dijo Alois con voz quebrada.
Ciel entró sin ver a Hanna, cuando entró lo primero que vio fue que Alois estaba acostado en la cama dándole la espalda, en silencio se dio la vuelta para verlo a la cara.
Cuándo vio la cara de Alois no pudo evitar sorprenderse puesto que tenía los ojos enormemente hinchados y rojos, jamás lo había visto de esa manera.
Este se levantó y lo abrazó, fue un abrazo necesitado, urgente de cariño. Ciel podía sentir pequeñas gotas en su cuello y supo que estaba llorando. La culpa le golpeaba con demasiada fuerza, si él se llegará a enterar de que fue besado por Claude lo odiaría y eso no podría soportarlo.
-Oh Ciel, quiero morirme. Quiero dejar de quererlo, quiero desaparecer..
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