Povs. Claude
No sé qué hacer, sé que siento algo por ese chiquillo insolente.... Pero recordarlo a él hace que pierda todas las fuerzas de enfrentarme a este sentimiento que me inunda cada vez más. Ahora Sebastian no me ayudará en nada y cuidará de la relación de Alois y el imbécil de Robert. Como quisiera deshacerme de él, todo sería más fácil... Pero entonces Alois me terminaría odiando más.
- Deberías aclarar tus sentimientos antes de sólo ilusionar a Danna-sama -escuché la voz de Hannah a lo lejos-
-Que haces aquí? A caso no eres lo suficientemente eficaz para cuidar de ese niño engreído? -solté serio-
-No vine precisamente por él.
-Entonces vete
-Claude....no eres él mismo que conocí, no sé qué está pasando pero de alguna manera enferma quiero que regrese el antiguo Claude. Aquel que sólo le importaba su trabajo
-Vete de una vez
-Claude....
-Que te largues! No entiendes?! -grite molesto- eres tan estúpida que no puedes entender cuando te piden que te vayas?! -respiraba con dificultad por la furia contenida-
-Lo dicho, no eres el mismo -pronunció con tranquilidad sentándose a su lado-
-Qué? -pregunte confundido por la actitud de Hannah-
-El antiguo Claude me tuviera en el piso después de darme una golpiza y me estaría recordando que sólo soy la funda de una espada y que soy fácil de reemplazar -me miro con simpatía-
-Quieres eso? -pregunté volviendo a mirar al lago-
-Realmente no
-Entonces?
-Sólo quiero saber la verdad. Sientes algo por Danna-sama?
-Lo mismo quiero saber yo –confesé-
Después de eso Hannah sólo se quedó en silencio, pensé que seguiría insistiendo en una respuesta que aliviará todas sus dudas y miedos....pero como puedo hacer eso si ni siquiera conozco yo mismo las respuestas a todas las nuevas emociones que me embargan. No se cuánto tiempo pasó hasta que ella se fue, no sin antes advertirme que llegará para la cena y que por lo menos dejará a Alois y a su prometido en paz.... Bueno quizás necesito eso para poder tranquilizarme
Povs. Alois
Robert se comportó de lo más amable y comprensivo. Sentí que al fin había encontrado a esa persona especial. Estuvimos todo el día juntos, me llevo a la cuidad a comprar cosas que necesitaba. Y de paso compre unos cuantos libros y quería remodelar la mansión. Sin duda quiero que Robert este conmigo por mucho tiempo más.
Cuando estaba con él todo encontraba su orden, cada vez que sonreía sentía que era demasiado perfecto como para que yo tuviera la oportunidad de estar con él.
Terminando las compras regresamos a la mansión donde todo parecía perfecto hasta que apareció él anunciando que la cena estaba lista y que pasáramos al comedor. Robert en ningún momento dejó de tomar mi mano y eso se lo agradezco mucho. Cenamos en silencio e invite a todos a que nos acompañarán, incluso a él pero denegó la oferta y me sentí más aliviado.
Casi a media noche me dio una sed inmensa que tuve que bajar a la cocina por más agua, era tanta mi necesidad que me acabe casi dos jarras mas. Todo estaba bien hasta que escucho que abren la puerta.
-Que hace aquí Danna-sama? -pregunto Claude mientras entraba con ropa de dormir-
-Danna-sama? Quien eres y donde está Claude? -pregunté burlón-
-Soy Claude, Danna-sama. Si quería agua pudo haberme llamado para que la llevara a su habitación
-A mi habitación no entras nunca más
-Oh, a su prometido no le gustaría la idea? Créame que sólo hago mi trabajo, en cuanto se cumpla el contrato todo terminará.... No se olvide de eso, no haga planes a futuro ya que este es algo incierto -dijo con cierto tono de superioridad-
-Ahora te importa el contrato? Si mal no recuerdo, no estabas muy animado por tener que devorar un alma tan sucia como la mía -dije serio- y su hago planes a futuro con mi futuro esposo, no es algo que un simple mayordomo deba saber. Ahora retírate que verte me ha dado demasiada pereza -salí lo más rápido que pude sin evidenciar mi miedo-
Ya en la habitación intente volver a dormir pero las palabras de Claude tenían mucha razón... Yo no podía tener un futuro junto a Robert... El momento de terminar el contrato llegaría tarde o temprano....
- Lo siento -susurre dejando un beso en la mejilla del mayor-