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Maestro y Discípulo por waka-yukari

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Notas del capitulo:

:3c ya les traje lemon, ¡sucias! 

Todo había pasado tan rápido, Will había pronunciado palabras que lo degradaban a querer sentir placer como una mujer, tenía que hablar con su erástes y aclarar todo esto. Por su culpa ya no habían podido ir a pescar, era demasiado tarde para eso ya pero al día siguiente irían de pesca. Will bajo las escaleras de la casa señorial y llegó al comedor. En el centro estaba una mesa larga llena en su totalidad de platillos, bebidas, postres, frutas, dulces y al final en la cabecera su maestro. Will tomó asiento al otro lado de la mesa y tomó una copa de vino.

-¿Qué sucede Will? Te noto un tanto molesto o inquieto- el ardor del vino hizo que se ahogara y su garganta le molestara.

-Si estamos solos en la isla ¿quién prepara todo esto?- Hannibal arqueo la ceja

-Will, detrás de esta isla hay otra donde está la casa de los sirvientes. Viene cada cuatro horas a preparar nuestros alimentos y Hesper sabe cuándo la llamo- le sonrió y degusto la carne que tenía en su tenedor- Pero eso no es lo que te inquieta ¿verdad?- el moreno abrió la boca para responder- Pero antes de que me respondas, he venido a esta isla para demostrarte mi confianza y que todo lo que te he dicho ahora es verdad y ver qué es lo que nos depara el futuro Will.

-Oh yo…es más o menos por ese camino Maestro- agacho la mirada y apretó sus manos sobre su regazo

-Hannibal, Will, por este fin de semana dejemos las formalidades y hablemos de hombre a hombre, no de maestro a discípulo- Will rápidamente levanto su mirada sonrojado y sorprendido. Dioses necesitaba más oxígeno.

- Hannibal, hace unas semanas atrás tú…tú me tocaste eso, eso es normal entre erástes y un erómeno pero no es normal ni bien visto lo que mencione en ese momento. Quiero disculparme fue el calor, no quiero que tengas esas idea errónea de mí. El compararme con una mujer y ser un…pasivo. Y que quiero todo lo demás…solo fue el momento…- Hannibal se puso de pie y camino hasta donde estaba su alumno temblando, se colocó de tras de él y puso sus manos sobre sus hombros, Will pego un brinquito y su respiración se detuvo.

-Will, respeto las leyes de los hombres y delante de sus ojos las cumplo, no estoy forjado como todos los atenienses ni romanos. Lo que pase dentro las cuatro paredes de mi casa, se queda en mi casa, tengo una forma de pensar muy diferente a nuestros tabúes modernos. Y sé que ese día hablase sinceramente y con la verdad, deseas con toda tu alma que yo haga realidad todos tus apetitos prohibidos y que los satisfaga hasta perder la razón, llamando un nombre.

-Yo…no sé qué decir ¿qué pasa si alguien se entera?- Hannibal se agacho y su aliento rozo la piel de gallina de Will.

-No digas nada, solo hazlo. Lo que pasa en mi casa, nunca nadie lo sabe ¿por qué crees que nadie sabía de mí ni sabe tanto de mí? Es todo un desafío pero tengo el poder suficiente para hacerlo real- Will temblaba bajo el toque y el aliento de su maestro.

-Confió y creo en usted maestro, gracias por aceptar y entender- Hannibal rozó con su nariz el cuello perfumado de su compañero.

-¿Tienes el regalo que te deje antes de partir?- Will se sorprendió por la voz ronca de su maestro, y su polla reacciono a la vibración de la voz.

-S…Sí ¿quiere que me lo ponga?- Hannibal deslizo sus manos hasta los antebrazos de la silla y al imaginar a Will con su regalo apretó el cuero del asiento con todas sus fuerzas para contenerse.

-Hannibal…Will, entiende…- Will vio las manos blancas de su maestro por la presión.

-Hannibal ¿quieres que lo use?- el rubio cerró los ojos y curvo sus labios en una sonrisa ladina.

-Juguemos, quiero que me muestres tu verdadero yo Will, lo que desea tu cuerpo en verdad. Ve y usa tu regalo, estaré esperando en el estudio: trataras de seducirme- los ojos verdes de Will se abrieron de par en par. Rápido, giro su cabeza pero su erástes ya no estaba en el comedor.

Nervioso y excitado, el castaño subió a su cuarto. En la cama estaba la caja con el regalo que Hannibal le había dejado antes de partir en el barco. Lo tomó y se visitó detrás del biombo. La puerta se abrió y Will se deslizo lentamente por ella. Su cara estaba roja como un tomate; su pecho estaba descubierto pero sus brazos y manos adornados con joyas finas, su cintura por un faldellín y sus pies con brazaletes en los tobillos. Entro al estudio y vio a Hannibal tomando vino.

Hannibal se quedó pasmado al ver tal belleza, su pecho subía y bajaba pesadamente, sería una noche larga.

-No sé qué hacer Hannibal, yo…lo siento…aún- Hannibal camino hasta él y lo tomó de la cara con ambas manos

-Está bien Will, espero en un futuro poder ser cómplice de tus pecados- la tensión crecía entre ambos hasta que sus labios se rozaron para luego volverse en un beso apasionado y lleno de lujuria. La lengua de Hannibal delineo los labios de Will y luego sus dientes para luego con la punta de su lengua degustar la lengua de su compañero. Ambos caminaron hacía la pared más cerca, unidos por el beso, hasta topar con ella. Hannibal puso los brazos de Will sobre su cabeza y separo sus piernas con su rodillas, así rozando su polla con su ante pierna, sintiendo la humedad del pre semen en su pierna desnuda.

-Ungnhh…ahhh- gimió Will al fin poder tomar un poco de aire- un beso…es maravillosos, más- suplico el castaño, sonrojado y jadeando, sus ojos brillaban.

-Te daré más Will, ve y espérame en nuestra habitación, subiré en un momento- Will con un puchero accedió a separarse de ese calor. Cuando Will salió Hannibal miro la carta que tenía terminada per sin firmar, la firmó y la sello. Llamo a Hesper.

-¿Si?- Hannibal se la entrego- Oh, ¿es hora?- Hannibal asintió – bien, me marcho- la joven salió y detrás de ella el rubio. Subió hasta el cuarto y cuando abrió la puerta, delante de la cama adornada con cortinas de seda negra esta un Will desnudo, se había despojado de su única prenda de vestir pero se dejó todas las joyas. Giro un poco su cabeza y por el rabillo de su ojo vio a Hannibal quien caminaba lento hasta él. El castaño volvió su mirada a la cama y unos segundos después unas manos le acariciaron sus hombros y brazos. Pudo sentir entre sus nalgas como Hannibal restregaba su erección entre ellas, era grande y duro.

Las manos del erástes se deslizaron por el pecho, parando en los pezones de su erómeno, acariciándolos y apretándolos entre sus dedos. Will arqueo su espalda y apoyo su cabeza en el hombro de su erástes. Después de estimular los pezones deslizo sus manos hasta el abdomen y cuidadosamente con su mano libre tomo el miembro erecto de Will y comenzó a estimularlo, acariciándolo de arriba abajo.

-Hannibal…mis piernas- Hannibal le beso el lóbulo y lo mordió sin lastimarlo.

-Soporta Will, un poco más solamente- Hannibal soltó la polla para rociarse un poco de aceite y luego volver su atención a él, ahora acariciando la cabeza y apretándolo en la base; como casi siempre lo hacía. Aumento la velocidad de su mano, arrancado gemidos y jadeos de su amante, lamió lo largo de su cuello y deposito besos cálidos a lo largo de él. Al fin joven, toda la sangre de Will se concentró en la ingle dejando a la vista su pene duro como una roca y ancho, no era tan largo pero ese ancho era exquisito, con la cabeza rosada y brillosa por el semen. Sabía que pronto Will se correría, se separó de él y lo guio hasta la cama donde abrió de par en par sus piernas y devoró con el calor de su boca el miembro entero. Will aferraba sus manos en las sabanas de seda negra, su cabeza echada hacia atrás y mordías sus labios. Gemidos llenaron el cuarto.

-Me voy a correr, me corro…yo…- Will levanto su cabeza y vio cómo su miembro desaparecía en la boca de su erástes, Hannibal encontró su mirada con la de él y se la sostuvo hasta que el castaño se corriera. Will se dejó caer por el éxtasis, abrió sus ojos al sentir como su cuerpo era cubierto por otro, totalmente desnudo. Hannibal lo besó.

-Te dije que la próxima vez que probaras tu esencia sería mejor, sabes delicioso Will, dulce y caliente, como la miel- Will se sonrojo. Hannibal deposito besos a lo largo de todo su estómago hasta llegar de nuevo a su ingle y levantar sus piernas. Admiro el agujero rosado, contrayéndose por demandar ser llenado por su dueño, bajo su boca e inserto su lengua, la movía en forma de círculos para dilatar la entrada, succionaba como si se tratase de sacar la pulpa a un mango. Insertó el primer dedo, haciendo que el anillo de músculos cediera sin prisa hasta que todo el dedo estuvo dentro, repitió los círculos y luego metió otro pero esta vez tijereando la entrada, una vez que supo que aceptaría fácilmente el tercero roció loción. Hannibal lubrico su polla y alineo sus caderas contra la entrada.

-Will ¿estás listo? Voy a llenarte ahora- Will asintió con los ojos cerrados y mordiéndose los labios.

El rubio penetro lentamente la entrada del castaño, dando pausas con cada centímetro que penetraba. Espero a que su amante se acostumbrara a su tamaño hasta que finalmente estuvo totalmente dentro de él. El culo de Will lo recibía fácilmente y pareciera que su polla había sido diseñada para llenar cada centímetro del culo de Will exactamente. El calor dentro del erómeno era sofocante pero placentero, se derretía, estaba a punto de correrse con solo llenarlo.

La pasión lo invito a moverse, lento y espaciado, sacaba y metía su polla. Era todo un espectáculo como el ano de Will lo tragaba y luego devolvía sin ninguna queja. Le dio estocadas fuertes y quietas, sin moverse para luego poco a poco aumentar el ritmo hasta tener penetraciones erráticas.

-¡HANNIBAL! ¡MÁS POR FAVOR, MÁS DURO! ¡LLENAME TODO DE TI! ¡POR FAVOR!- Hannibal sonrió y justo cuando iba a correrse dentro de Will, salió de él, se tiro en la cama y guio a su alumno a sentarse a horcajadas de él para que lo montara. Todo el peso de Will cayó sobre su abdomen- tu polla…está tocando… ¡cielos!- Hannibal lo tomo de los brazos y lo atrajo a su boca para besarlo y así comenzar una montura llena de excitación y necesidad. Las penetraciones se volvieron salvajes pero deliciosas. Antes de que terminaran su beso, Hannibal apretó muy fuerte con sus manos las muñecas de Will en señal en que se correría. Cuando se corrió, rompieron el beso y Will grito su liberación, sobre todo el pecho de su maestro, llenándolo de caliente y espeso semen.

-Bien echo Will, lo recostó sobre su pecho y salió de él- Will se quejó por el abandono- es hora de dormir, debes descansar y recuperar tus fuerzas- beso su frente y ambos se rindieron en los brazos de Morfeo.


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