El frío recorrió su espalda, rodo sobre su espalda y extendió su mano para recorrer el otro lado de la cama, encontrándolo vacío. Sus ojos vagaron por toda la habitación hasta llegar al balcón con las ventanas abiertas, el aire cálido y suave ondeaba las cortinas y entre ellas pudo ver de pie a Will. Desnudo, solamente cubriendo su cuerpo con una sábana por encima de sus hombros; su cara era pasiva, su piel brillaba con energía, revitalizada y con luz. Su cuerpo había cambiado, se había tonificado como un adulto.
Hannibal no deseaba dejar la comodidad de su cama pero el deseo por recorrer esa piel era más grande que su confort. Se puso de pie y caminó hasta donde estaba Will, observando el amanecer, un aura violeta y naranja lo rodeaban, el astro rey se veía alzándose a lo lejos en el mar. Cuando llego con él, lo rodeo con sus brazos y beso esos hombros suaves y tórridos. Will miro por el rabillo de su ojo y sonrió satisfecho. Las caricias arrancaban pequeños gemidos de su boca.
-Buenos días, Hannibal- el rubio escondió su cara entre el cuello y el hombro de su amante
-Deberíamos acostumbrarnos a darnos así los buenos días, después de una buena follada, claro. Todas las noches- Will se sonrojo y lo golpeo en el estómago con su codo
-¡HANNIBAL!- este besó su cuello y camino de espaldas junto con él hasta el borde de la cama donde deslizo la sabana de los hombros de Will y lo beso en cada rincón que alcanzara. Sus manos jugaban con los rosados y duros pezones. El erómeno pudo sentir el miembro de su erástes duro y caliente entre sus nalgas. Apretó los muslos de su maestro y se mordió los labios, se dejó llevar por el placer; de un instante a otro Will se puso de pie y de su entrada saco un tapón anal. Hannibal se quedó asombrado por la sorpresa
-Sabía que antes de irnos, tendríamos otra ronda, así que me estiré para ti- Hannibal bajo su mano y comenzó a masturbarse.
-Ven, móntame Will- el castaño separo sus nalgas y acomodo la polla en su entrada, lentamente bajo por todo su peso, los dedos de sus pies se arquearon y la sensación de que se correría lo invadió – respira hondo, será rápido- Hannibal paso sus manos por debajo de las rodillas de Will y alzo sus piernas, el peso de Will estaba en los muslos de su amante. Sus caderas subían y bajaban a un ritmo rápido, con esta posición Will sentía más placer y su próstata era estimulada.
Unas cuantas estocadas más y Hannibal se corrió dentro de él, Will vio luces detrás de sus parpados. Se corrió, manchando el piso. Se recostó de espalda contra el pecho de su maestro, lo miro con ternura y luego lo besó.
-Deberíamos pararnos sino, nunca saldremos de aquí- Hannibal rio bajito
-Tomemos un baño y luego bajemos a comer para luego ir a pescar- Hannibal se separó de Will pero lo tomo de la mano para guiarlo al baño, donde follaron de nuevo.
La comida estaba lista y servida, Will necesitaba llenar su estómago y recuperar todas esas energías que habían perdido si quería tener una pesca productiva. Unos pasos se escucharon por el pasillo, alguien corría con mucha prisa. Abrieron la puerta de golpe. Era Delhar
-¿Delhar? ¿Qué haces aquí?- pregunto el castaño. Hannibal frunció el ceño molesto, ya que todos los sirvientes sin excepción deberían pedir permiso para entra a un cuarto cerrado y este había entrado como si nada.
-Amo…- Delhar se dio cuenta de su impertinencia, miro a Hannibal y este al ver la urgencia en sus ojos lo dejo pasar- disculpe mi mal comportamiento pero traigo malas noticias. Su amigo Obelix…- la sangre se le dreno a Will. La atención de Hannibal se posó en la reacción de su erómeno.
-¿qué pasa con él?- Delhar se acercó a su amo y lo tomo de la mano, Hannibal pasa sus ojos del uno al otro con recelo.
-Al parecer trato de suicidarse…no sé si esta con vida o no, estaba muy mal cuando partí a mitad de la madrugada para acá- Will miro a Hannibal
-¡Hesper!- la chica apareció de repente en la puerta- que preparen el barco, tenemos que llegar a Cytera lo más pronto posible- la joven asintió y se fue- Will, deja tus cosas, luego mandaré por ellas. Debemos partir ya.
Cuando llegaron al puerto el barco estaba listo, partieron un poco antes de mediodía. Hannibal entro al camarote y vio a Will quien observaba por la ventana la isla de Cytera a lo lejos, haciéndose un poco más grande a medida que avanzaban.
-Will ¿estás bien? ¿Sabes que paso?- Will con los ojos vidriosos miro a su maestro
-Delhar dice que fue por su erástes…lo negó como su alumno y lo desamparo para casarse con una mujer de la cual estaba enamorado. Todo este tiempo le hizo creer algo que no era cierto, solo busco el placer y el estatus a costa de Obelix…- Hannibal lo tomo de las manos
-Lo siento Will pero son cosas que a veces pasan lo primero es saber si tu amigo esta con vida y luego saber que paso en realidad con ellos dos- Will apretó sus puños
-¿Harás eso conmigo?- Will trago su llanto
-No Will, nunca. Hay un lazo muy especial entre erástes y erómeno, a veces no solo es enseñar, puede que algo más nazca entre ellos dos con el paso del tiempo- Will curvó sus labios
-Entonces ¿me estás diciendo que soy por mi erástes? – un golpe al corazón dejo quieto a Hannibal
-Yo…- tocaron a la puerta.
-Adelante- Will quito sus manso del agarre de Hannibal, sabía que algo estaba mal ¿terminaría como Obelix? ¿Tanto…amaba a Hannibal? ¿Amor? Dioses, no era una mujer no se podía permitir eso. No era correcto ni lo más sensato.
-Ya casi llegamos, Amo- Will salió del camarote.
Una vez llegaron a Cytera, fueron transportados a la casa de Obelix. Todos sus amigos esperaban a fuera de la casa. Anker estaba sereno, lagrimas recorrían su cara y miraba hacia la nada. Estaba furioso por dentro.
-¿qué sucede Alcander? ¿Dónde está Obelix?- Alcander no respondió y el estómago de Will cayo, su sangre se helo y su presión bajo. Alcander le cedió el paso a la casa y en medio del patio estaba el cuerpo cubierto de su amigo. Will horrorizado cubrió su cara.
Le había pasado esto a su amigo por ilusionarse y creer en el amor entre erástes y erómeno y él acababa de hacer lo mismo con alguien que tal vez no le escuchaba. Sintió su corazón romperse y que su vida se derrumbaba. Hannibal se había ido a hablar con el ex erástes de Obelix. Los pies de Will lo llevaron de nuevo hasta el bosque.
-Vaya, vaya, cuanto drama en la vida de Will Graham- se escuchó una voz detrás de Hannibal quien salía de la sala del erástes de Obelix, giro su cabeza y pudo ver a Matthew con una sonrisa de cinismo.
-¿Qué haces aquí? Y ¿cómo conoces a Will?- Matthew cruzo sus piernas y con un chasquido de sus dedos un racimo de uvas apareció en sus manos.
-Oh, los chismes corren muy rápido Hannibal…no me digas qué… ¿no te ha contado de mí?- Hannibal frunció el ceño confundido
-Tú…- Matthew se chupo el jugo de las uvas en sus dedos
-Oh sí, yo era ese ciervo el cual Will pensó que mato pero al final no lo hizo. Mírame, aquí estoy vivo y frente a ti- Hannibal se acercó a él amenazadoramente
-No te atrevas a ponerle un dedo encima- Matthew soltó una carcajada
-Ya puse mis ojos en él, Hannibal, una vez que quiero algo lo tengo aunque tenga que matar. Además tu alumno no es apreciado por muchos en esta isla-
-¿Qué traman tú y Murasaki?- pregunto casi gruñendo
-Oh nada, solo divertimos un poco solamente, no somos compartidos y somos muy celosos. Me voy, cuídate- se esfumo en un abrir y cerrar de ojos, Hesper apareció detrás de él.
-Eso es malo ¿verdad?- Hannibal miraba hacia la nada, temeroso de lo que pudiera pasar sabiendo de la alianza de estos dos.
-¿Dónde está Will?- Hesper se puso a un lado de Hannibal mirándolo como si no fueran sirviente y amo
-Tuvo una crisis y corrió al bosque, su amigo está muerto. Delhar fue por él y ahora están en su casa, cuidándolo y vigilándolo. Debe descansar, lo más sensato es que tú también lo hagas-
-No, debe de estar bajo mi protección, no puedo dejarlo solo-
-¿Ya sabe algo? ¿Le has dicho algo? ¿Con que derecho lo llevas a tu casa? ¿Con que excusa?-
-Es mi alumno, tiene que estar bajo mi cuidado-
-Dudaste, no le dijiste que “sí” era escuchado Hannibal. Will piensa que solo haces lo mismo que el erástes de Obelix le hizo a él. Deberías de hablar con él antes de que sea muy tarde.
-Iré a quedarme en su casa, ahí lo cuidaré- el rubio dio la media vuelta y se marchó.
Era de noche, Will abrió sus ojos y se pudo dar cuenta que había dormido. Lo de Obelix era real, no fue un sueño. Vio varios pergaminos en su escritorio, tenían e puño y letra de su maestro pero no estaba en el lugar. Camino durante unos minutos en la soledad y quietud de su casa hasta que llegó al jardín.
Debajo de un "Plataniotissa” mirando la luna pero una sombra se deslizo por la tierra y luego trepando por el cuerpo de Hannibal hasta que tomo la forma de una mujer.
-Oh Hannibal, te he extrañado tanto-Hannibal se la quitó de encima bruscamente. Murasaki se quedó pálida y sin saber que pasaba.
-Sé de tus planes con Matthew, si le ponen un dedo encima, arderán en el Hades-
-¡DEJALO! ¡DEJA A ESE MORTAL! ¿POR QUÉ ÉL? ¿POR QUÉ TE AFERRAS A ESTE LUGAR MALDITO? Ya sabe ¿la verdad? ¿Se lo has dicho?
-Le quiero y cuidaré de él hasta el día de mi muerte-
-¡tonterías! La muerte te temé Hannibal, tú no estás aquí por Will, tú estás aquí por el recuerdo de su padre. Amas el reflejo de su padre, no a Will- Hannibal escuchó un ruido y giro su cabeza para ver a Will correr
-¡ARDERÁS EN EL HADES SI ALGO LE PASA!- corrió detrás de él
Will corría lo más rápido que podía hacia el bosque, cuando entró en él su pensamiento fue Céfiro, una y otra vez.
-Céfiro, ven, te necesito, no puedo con mi vida…no quiero vivir- Will corrió y de repente se detuvo en seco.
Hannibal podía ver a lo lejos la silueta de Will, corrió más rápido pero cuando lo alcanzo su cuerpo no se movía y poco a poco caía de rodillas, dejando ver la cara de Céfiro delante de él con una sonrisa cínica y de placer. La sangre comenzó a manchar la túnica de Will, Matthew lo había atravesado.
-¡WILL!-