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Por favor enamórate de mí por Chiaki28

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Notas del capitulo:

Hola bueno primero dejare acá mis últimos lloriqueos, un saludo especial a Romina Fujoshi y a Meyagatha que han estado ahí para mis desahogos nivel Nakamura y me han sacado más de una sonrisa.

Pero ahora a ponernos serios es el capítulo final, no saben las miles de veces que lo escribir, enserio es la 5 por eso me demore dos días más de lo que tenía previsto, y ya mañana regularizo los fics que deje en “Pausa”, espero que les guste.

Ritsu Pov

Luego de que entre los dos lográramos que Chiaki aceptara su encuentro con su “Misterioso acosador” Kisa me guio hasta su habitación para darme una pequeña bolsa blanca de papel con algo de ropa para que me pudiera cambiar, apreté entre mis manos la fina textura esperando a que el peli negro saliera de su pieza y así cambiarme en paz, antes jamás me desvestía en público por temor a que alguien se diera cuenta de las marcas debajo de mis brazos, supongo que conserve la costumbre aunque ya no lo haga.

Una vez solo, con curiosidad husmee el pequeño paquete encontrándome con una nota, la cual abrí guiado por mis dudas para ruborizarme ante el mensaje “Ritsu sé que nada compensara el daño que te hice pero hoy quiero que sea el primero de muchos de nuestros días juntos” Mi corazón palpito desenfrenadamente ante esa nota, mi cuerpo se estremeció al percibir el aroma de Takano-san en aquella bolsa.

¿Por qué será que con él me siento de esta manera? ¿Por qué a pesar de las lágrimas que derrame con él, son las sonrisas las que más cuentan para mí? ¿Por qué su rostro no desaparece en mis noches? Sin él todos mis días fueron más solitarios y vacíos, mi cama era dura y frívola, mi corazón amargado, la comida acida, los estudios irrelevantes, toda mi existencia sin el azabache estaba completamente vacía, suspire sabiendo perfectamente que la respuesta yacía frente a mis ojos, porque jamás me volveré a enamorar de esta manera, porque me niego a perderlo aferrándome a su cariño rogando algún día ser correspondido.

Intentando dejar de lado mis pensamientos vacié la bolsa encontrándome con una camisa verde olivo y un par de pantalones vaqueros algo ajustados, una tímida sonrisa se dibujó en mi rostro al saber que el oji miel había elegido esto para que yo me sintiera más cómodo, con detalles como estos no puedo evitar fantasear con que soy alguien especial en su vida, no puedo evitar soñar con ser correspondido.

Me vestí intentando que mi desaliñada imagen se viera un poco más decente, mi belleza no se asemejaba con la ex pareja de Takano-san, yo era alguien bastante simple en comparación, sin embargo, si alguna parte de mi es del agrado del más alto, no importa que tan exótico me vea ante el espejo porque para esos ojos miel estoy bien y por ende para mí también soy de mi agrado, la única opinión que me importa es la suya.

Salí de la habitación de Kisa hacia el comedor para encontrarme con mi amigo sentado en el sofá, quien se silbo como piropo al verme tan bien arreglado yo fruncí el ceño molesto intentando ocultar mi angustiada expresión debajo de mi flequillo, sin tener éxito alguno al sentir como el oji café no despegaba su mirada seductora de mi apenada complexión.

“Ritchan te ves muy guapo” Declaro el mayor acercándose a mí para examinarme de todos los lados posibles “Si te ves así de lindo dudo que Takano se vaya a contener contigo” El aire se fue de mis pulmones ante las descaradas y desvergonzadas palabras del peli negro, el cual solo se limitó a reír ante me ceño fruncido.

“Kisa no digas esas cosas” LE pedí cubriendo mi rostro con mis manos como si estas me pudieran proteger de las burlas del más bajo.

“Pero si es la verdad, si yo no tuviera pareja y tú tampoco incluso te podría considerar” Solté una pequeña risa al escuchar la ridícula declaración que logro aligerar el ambiente entre nosotros, mire con nostalgia las brillantes orbes cafés del mayor alegrándome de no haberlo sacado de mi vida agradeciendo que él y Chiaki me quisieran tal como soy, de jamás haberme juzgado por mi dolor ni haberse alejado a causa de este “Claro que eso lo consideraría si es que no me cocinas, no quiero morir de una intoxicación”

“No seas tan cruel, he sobrevivido hasta ahora” Me defendí con el orgullo destrozado nuevamente, suspire cruzando los brazos agradeciendo mentalmente a Kyo por haberme dejado una guía básica de cocina para el futuro.

Antes de que Kisa me pudiera contestar y derrumbar mis argumentos se escuchó que llamaron a la puerta, mi cuerpo se tensó al imaginar quien seria, mi respiración se agito, mis mejillas se calentaron debido a la sangre que se acumulaba en ellas, el peli negro me sonrió tocando mi hombro con confianza “No te pongas nervioso, si él te ama como creo que lo hace no tienes porque tiritar” Musito para después irse a su habitación dejándome completamente solo con aquellos torturantes golpes en la puerta.

Cerré los ojos, inhale con fuerza para después exhalar, camine hasta la entrada, tome la perilla encontrándome con una enorme ramo de rosas rojas en frente de mis ojos, un gran ardor recorrió mi cuerpo ante ese tierno gesto, levante la mirada encontrándome con esas penetrantes orbes miel que me roban el sueño cada vez que están lejos.

“Son para ti” Con torpeza tome entre mis manos las preciosas flores de color escarlata para regalarle una sonrisa al azabache en gesto de agradecimiento “¿Te gustaron?” Apreté con fuerza el ramo para que este no cayera de mis manos por lo temblorosas que estas se encontraban ante esa ronca y sugestiva voz.

“Si, gracias Takano-san” Susurra apenado mientras él me tomaba de la cintura para que comenzáramos a caminar fuera del edificio hasta un lugar que yo desconocía, pero eso poco me importaba, no me interesa a donde estemos siempre que él vaya a mi lado, siempre que me sostenga y reconforte con su calor.

Los dos caminamos ante las miradas de las personas los cuales murmuraban cosas a nuestro alrededor, supongo que es extraño ver caminar a dos hombre abrazados con un llamativo ramo de flores, aun así, sabiendo eso, elegí ser egoísta y no separarme de él, porque estos meses me hizo tanta falta su calidez, su aroma, su gentileza, aunque no se hay admitido a nadie debido a la reciente herida no pude conciliar el sueño con el mayor lejos de mi ¿Cuándo se habrá vuelto más indispensable que el mismo aire?

Levante mis ojos hasta el sonriente rostro del azabache, un golpe ataco mi pecho al ver esa serena expresión que llevaba sin soltarme de su protector agarre como si estuviera confrontando al mundo para decirle a todos que estábamos juntos, era muy diferente a las múltiples veces en que se sintió apenado porque yo era su compañía, cuando me negó enfrente de Tsumori y los demás, esta vez parecía ser lo contrario.

Después de un rato llegamos hasta un acogedor restaurant, el cual tenía en lugar de sillas; butacas rojas, iluminación cálida, una gran mesa café de madera barnizada, el piso de una reluciente baldosa blanca y un gran candelabro colgado del techo, una amable muchacha de cabellos negros nos guio hasta nuestra mesa, yo mire el menú tragando con fuerza sintiendo como el sudor caía desde mi frente al estar en un local de comida.

Cuando la joven regreso y nos preguntó lo que deseamos el azabache respondió por ambos “Dos bebidas de cola, dos  porciones de pescado acompañada de arroz, y una porción de torta de trufa para el final” La mujer sonrió tomando los pedidos para después retirarse, yo mire asombrado al más alto sin ser capaz de emitir sonido alguno.

“Esa es tu comida favorita ¿Cierto?” Yo asentí por inercia sin ser capaz de acortar la naciente intimidad que entre nosotros germinaba.

“¿Cómo es que tú lo sabes?” Pronuncie con dificultad dejando que la mano del más alto tomara la mía encima de la mesa.

“Porque yo presto atención a todas las cosas que tú haces, recuerdo que cuando íbamos a comer al casino después de clases tu siempre pedias ese platillo cuando te sentías desanimado para subirte los ánimos, además sé que no sabes ordenar comida, y no quería que te sintieras incomodo con nada” Una inmensa felicidad ataco todas mis emociones cubriéndome de un nuevo éxtasis, yo si le importaba, el si se fija en las cosas que hago al igual que yo en él, de lo único que fui capaz de hacer fue de entrelazar nuestros dedos para no soltarlos.

Cuando la joven regreso con  nuestro  pedido comenzamos una agradable conversación sobre lo que había sucedido en todos estos meses, le conté lo de la gira, lo de mi posible trabajo permanente, los proyectos con Kyo sonreí al ver como inconscientemente fruncía el ceño cada vez que lo nombraba, ahora sé que esos si son celos.

El más alto me narro como no pudo conseguir empleo luego de egresar, que ahora se encuentra atendiendo una librería mientras que espera una bacante en alguna empresa, como no pudo dejar de pensar en mi cada momento, lo que paso con Akihiko y sus merecidas vacaciones en el extranjero junto a Misaki, los reclamos de Kisa y Chiaki sobre ese nuevo manga que entre los dos intentan sacar adelante, sonreí al saber que todo estaban creciendo peo no cambiando porque la esencia siempre se mantiene.

Pagamos la cuenta para ir al departamento nuevo del oji miel, el cual me informo que ayer se había cambiado para poder vivir mejor, yo solamente me limite a contemplar su resplandeciente apariencia durante todo el trayecto, deseando que esto no fuera solamente uno más de mis amargos sueños.

Al llegar al edifico el azabache me guio hasta la habitación con el numero 28 indicándome que ese era su nuevo hogar, con timidez ingrese encontrando una pequeña nota en el piso, con curiosidad la levante para entrelazar nuestras miradas en una armónico baile del cual nuevamente era presa, cuando se trata de él jamás me he podido contener o mentir porque lo amo demasiado como para poder reprimirme.

“Takano-san” Susurre con dificultad aun cargando el ramo de rosas entre mis brazos “Esto estaba en el suelo quizás uno de los empleados de la mudanza lo dejo por accidente” El mayor me arrebato las rosas para dejarlas en la mesa y abrazarme de la cintura depositando su cabeza en mis hombros mis latidos no podían correr más rápido, no sabía cómo ocultar lo nervioso que me encontraba ante ese repentino agarre.

“Sigue el camino de notas hasta el final” Susurro seriedad respirando en mi cuello, yo me sobresalte al percibir su frío aliento con aroma a menta, cerré los ojos, lo aparte aspirando por última vez su fragancia para seguir sus instrucciones.

Sin mirarlo abrir el pequeño papel “Ritsu tú me has dicho que quieres una prueba de que mi amor es verdadero” Tome un gran bocado de aire caminando hacia la siguiente nota que estaba a mitad del comedor, con cuidado la acune entre mis manos para leerla “Pero yo no te puedo dar una prueba concreta porque el amor que siento por ti es algo que no  puedes ni medir en palabras o ver con tus hermosos ojos”

Con mi mirada busque la siguiente nota encontrándolo en el marco de la puerta, sin despegarla la leí “Te mentiría si te dijera que te olvide en estos meses porque fuiste el único pensamiento en mi mente” Camine un poco más encontrándome con  varias en la misma pared “Te mentiría si te dijera que no llore amargamente por haberte lastimado” “Porque fuiste lo único que necesite en mente para continuar luchando” “Porque eres la razón de que mis días ya no sean negros, eres mi rayo de sol que me ha salvado de la demoledora obscuridad, el único que se ha atrevido a tomar mi corazón entre tus pequeñas manos para parcharlo” Mordí mi labio intentando contener las ganas que tenia de gritar de felicidad, lleve mis manos hasta mis ojos limpiando esas fugitivas lagrimas que escapaban sin mi consentimiento.

Camine por el oscuro pasillo para encontrar más de sus notas, me costaba respirar, ahora si empezaba a dudar de mi conciencia, quizás había enloquecido y todo esto era uno de mis delirios de los cuales desearía jamás poder salir para sumergirme en esta locura “Aun recuerdo cuando me pediste que por favor me enamorara de ti ¿Sabes lo que pensé en esos momentos?” Camine hasta la última habitación de la casa encontrándome con una última nota “¿Quieres saber de lo que me di cuenta?”

Yo busque con la mirada el resto del mensaje sin tener éxito alguno “De que hace mucho yo ya me había rendido ante esa mirada tuya” Mi cuerpo tembló al escuchar la armónica voz del azabache, me di vuelta para poder verlo de frente “De que has sido el único del que me he podido enamorar, fuiste tú él que ínsito a crecer, el único que no me dejo abandonado siendo un completo desconocido” El más alto camina con seguridad sin borrar ese resplandeciente expresión de su rostro para acercarse hasta abrazar con sus gentiles manos mi espalda.

“Takano-san ¿Esto es?” Antes de que pudiera seguir hablando el depósito un dedo en mis labios, provocando que una corriente eléctrica recorriera nuestros cuerpos.

“Todos estos meses, en ese trabajo he ahorrado para comprarnos este lugar a los dos, sé que no te puedo dar una prueba concreta de mi amor, jamás te podré entregar un gráfico con las estadísticas de mis emociones pero si te puedo garantizar de que entre tus dulces manos sostienes mi frágil corazón, el respaldo de eso es que no ha habido día en que no te haya extrañado, ni momento en que no te haya deseado, quiero que te conviertas en alguien grande, como debe ser y estar siempre ahí a tu lado para levantarte” Con una inmensa sonrisa lleve mi mano hasta su rostro tocándolo con ternura ¿Esto es real? ¿Enserio me esta pasando? No lo sé, sea lo que sea me quiero quedar aquí a su lado.

“Te amo tanto” Susurre con un notorio rubor en mis mejillas buscando refugio en el gran cálido pecho del más alto el cual jugueteaba con mis cabellos para después tomarme del mentón  y unir nuestras narices en un tímido roce.

“Aún no he acabado” Reclamo con falsa molestia “Ritsu, eres la persona que quiero a mi lado, porque jamás te pude olvidar sé que no te merezco, pero te amo por eso tengo el descaro de pedirte que seas mi pareja, así que por favor sal conmigo” Mis ojos se abrieron impactados, mi corazón golpeaba desenfrenadamente mi pecho, mis ojos se cristalizaban, la respiración se agitaba, el sudor caía por mi frente ante esa expectante mirada, yo solté una pequeña risa aferrándome a su espalda, por fin todas las miserables dudas se borraban, todo estaba claro para mí, finalmente era correspondido, quizás siempre lo fui, eso me dio a entender con sus cariñosos gestos, pero he sido tan ciego que solamente lo note hasta ahora.

“Si quiero” Susurre por primera vez olvidando la vergüenza para ponerme de puntas y darle un tierno beso, en el cual no hubo nada de lujuria, solamente nos envolvimos transmitiendo todo el afecto que nos teníamos mutuamente, el más alto acaricio mi espalda mientras los dos sin separarnos nos sentábamos en la cama, cuando nos separamos, el azabache tenía una sincera sonrisa llena de plenitud al igual que yo.

“Ritsu” Takano-san pronuncio mi nombre con tanta dulzura y nostalgia que no pude evitar que todo mi cuerpo se estremeciera ante esa mirada tan brillante, resplandeciente y apasionada que me brindaba “Entreguémonos una vez más” Mi respiración se cortó ante esa petición, me sentía bastante nervioso, exaltado, intranquilo, aun así logre vencer a las confusas emociones que se desataban en mi interior para aferrarme con mis temblorosos brazos al cuerpo de mi azabache, anhelando poder revivir y encender una vez más la ardiente pasión  de esa perfecta unión en las que atamos a nuestras almas sometiéndolas a un sincrónico baile en el cual deseaba poder estar por siempre, para nunca tener que sepárame de él.

“Tómame una vez más y no me sueltes nuca” Susurre abrazado a su espalda percibiendo como mis latidos cada vez se hacían más apresurados, como si mi corazón intentara escapar de mi pecho para refugiarse en el del hombre de penetrante mirada color miel, quien logra derribar todos mis muros con una de sus sonrisas.

El más alto tomo con gentileza mi rostro con esas manos tan suaves como la seda mientras acercaba sus labios  hasta mi frente para depositar en ese lugar un pequeño beso, cerré los ojos al notar como la temperatura de mi cuerpo se elevaba ante la cercanía, lo había extrañado, aquel varonil aroma, su cálido toque, su aterciopelada voz, la manera en como nuestros cuerpos parecían encajar a la perfección, lo extrañaba todo de él.

Takano-san dejo un pequeño camino de besos desde mi frente, bajando por mi nariz hasta llegar a mi boca, uniendo sus dulces labios contra los míos en un apenas roce, como si estuviera pidiendo permiso para poder invadir mi espacio y recrear aquella esencia que tanto necesitaba en estos momentos, aquel tentador sabor que puedo degustar al estar a su lado, intentando contener mis lágrimas para no llorar en frente de él, para que no sepa que en todos estos meses el que más lo necesite fui yo.

Con vergüenza percibiendo como mis mejillas se teñían de un tono escarlata abrí mi boca dejando que él mayor me poseyera mientras que sus manos se enredaban a mis cabellos, fusionando nuestros cuerpos nuevamente, me estremecí al notar como el oji miel mordía mi labio inferior mientras que con su lengua acariciaba tiernamente el superior, aprecié como en mi estómago las cosquillas se hacían presentes ante la cercanía de Takano-san, ante ese lento y armónico baile en el cual nuestras lenguas danzaban en un melancólico reencuentro reconfortándose con el aire que escaseaba en nuestros pulmones, comenzando con una dulce tortura de la cual no quería escapar jamás.

Temiendo que esto solo fuera uno de mis recuerdos me aferre con mis manos al rostro del mayor, recorriendo con timidez su fría piel, intentando unificar nuestro calor, dejando que aquel beso absorbía mi energía y trasmitiera mis emociones desbordantes a través de esa celestial degustación que se creaba entre nuestro sabores, tan dulce, tan nostálgico y amargo a la vez, el miedo a que él se fuera, a despertar nuevamente en mi solitaria cama con el corazón congelado siempre estaba presente en mi pecho.

EL más alto se separó lentamente de mi dejando un pequeño hilo de saliva como prueba nuestro necesitado y abrazador encuentro, el azabache al ver mi expresión me regalo una de esas mágicas sonrisas que bloqueaban mis pensamientos para después poner uno de sus dedos en mis labios delineándolos, mientras él mordida su boca para acercarse con lentitud a mi cuello respirando sobre este, permitiendo que yo me embriagara con ese aroma de menta, que me provocaba a aferrarme con todas mis fuerzas a sus hombros, para poder perderme en su esencia mientras el saboreaba mi cuello como si de una exquisitez se tratara.

Intentar reprimir mis gemidos era inútil, sentía como hasta mis orejas se calentaban mientras que mi cuerpo comenzaba a rehilar al ver como el azabache con una sonrisa llena de satisfacción bajaba desde mi rojo cuello hasta mi pecho para seguir marcándome como suyo.

Yo no era uno más de sus objetos, sin embargo, me entregaba al mayor sin vacilar porque le pertenezco desde primer momento en que nos vimos, desde el instante en que mi corazón experimento sensaciones de las cuales nunca pensé ser mártir, solté un suspiro delirando al notar como mi camisa era arrebatada por esas grandes manos que recorrían sin pudor mi abdomen, yo sonreí al notar que era una víctima más del amor.

Con torpeza, intentando regular mi acelerado palpitar, lleve mis temerosas manos hasta el perfecto pecho del azabache para quitarle esa prenda que nos impedía sincronizar latidos, no obstante, mis nervios me delataban con movimientos inseguros, aun así decidí no rendirme hasta que logre mi cometido, recorriendo con timidez y pena aquella blanca piel, rosando su pecho hasta llegar a su corazón en donde me decidí quedar.

“No me provoques de esa manera” Me susurro en la oreja para después morderla logrando que mis jadeos escaparan “No sabes lo difícil que fue vivir sin ti todo este tiempo” ¿Acaso esas palabras eran reales? ¿Realmente esto estaba pasando? Sin poder contener la emoción sentí como mis ojos se cristalizaban, con vergüenza cubrí mi rostro con ambas manos escuchado una traviesa risa para después sentir como un cariñoso beso se posaba en mis dos manos, las cuales eran arrebatadas de mi cara para poder contemplar aquellos ojos, los cuales pese a la lujuria estaban llenos de una calidez indescifrable.

“No me prives de la imagen más bella” Me pidió con esa seductora voz para después seguir con su trabajo estimulando mis pezones con sus manos, logrando que los espasmos poseyeran mi cuerpo para que este se vieran envuelto en una nueva y placentera sensación, lo único que pude hacer fue llevar mis manos hasta mi pecho tocando mi agitado corazón intentando regularizar sus latidos, controlando el éxtasis del momento.

Arquee la espalda al sentir como la lengua del mayor saboreaba todo mi cuerpo, aquella húmeda lengua me quemaba, cada lugar en donde el oji miel recorría comenzaba a arder, envolviéndome en el  dolor más dulce que he experimentado, en una lenta muerte llena de pasión, transformando mi sangre en un intenso ardor que provocaba en mi más ansias de que me tomara, de que nos uniera una vez más para jamás separos.

Levante las caderas permitiendo que el más alto me quitara los pantalones y la ropa interior, suprimí con fuerza mis impulsos de rogarle que se detuviera, que no me mirara, que se alejara por lo apenado que me encontraba, no obstante, al percibir como mis piernas ardían decidí levantarme para contemplar como el mayor acariciaba con ternura mis muslos mientras depositaba un par de besos en ellos, los cuales quemaban sin pudor mi piel con aquellos labios con los que tanto tiempo soñé.

Takano-san me miro antes de acercarse a mi miembro para repetir la acción, introduciéndolo con cuidado en su boca, recorriéndolo con su juguetona y traviesa lengua sin despegar la mirada de mi avergonzado gesto, mis mejillas se encendieron ante la acción, una corriente eléctrica atravesó todo mi cuerpo logrando que yo comenzara a jadear, siendo presa de un intenso incendio que se desataba en mi interior.

Cuando él me toca de esta manera, cuando me mira con ese brillo no puedo evitar que todo lo nuestro regrese, no puedo evitar revivir nuestra primera noche y volver a sentirme especial, único entre sus manos, como si estas solo quisieran recorrer mi cuerpo y esas atrayentes orbes miel anhelaran mirarme solo a mí, olvidándonos de todo el resto del mundo, borrando cada uno de los pequeños problemas.

Apreté con fuerza la sabana gimiendo sin poder regularizar mis latidos o los poderosos espasmos que atacaban a mi cuerpo, sentí una última corriente para después terminar en la boca del más alto el cual lo trago con una sonrisa victoriosa.

Con fuerza logre levantarme apenado para llegar hasta su rostro y acariciarlo “Lo lamento mucho” Susurre desesperado esperando que no llegara a odiarme por no haberme podido controlar, el azabache al percibir mi inseguridad rozo mi nariz para posteriormente inclinarla a un lado y apresar nuevamente mis labios en un tímido y torpe beso que intente corresponder, relajando con cautela mis hombros.

“Ritsu quiero hacerte mío” Musito el mayor tocando mis sonrojadas mejillas con aquella mano que me quema carcomiendo mi alma, eliminado en donde alguna vez hubo dolor para remplazarlo con este infinito amor juvenil, con esas ilusas promesas que anhelaba poder creer, besando cada uno de mis cortes para que estos cicatricen y en lugar de perecer en ellos nazca una semilla que espera algún día convertirse en la flor del perdón, en un amor devoto a ese hombre que roba mis miradas y a mí misma persona tan lastimada.

“Takano-san yo ya soy tuyo” Susurre con una temblorosa sonrisa, apretando fuertemente los ojos, dejando que me recostara con cuidado en la cama, tome una gran probada de aire, solté mi frío aliento y mordí mi labio reprimiendo mis gritos al sentir una húmeda, fría y gran presión en mi entrada, me dolía, me lastimaba, era desgarrador, pero aun así, estaba bien porque era el azabache quien lo hacía, el único que podía ser dueño de mis lágrimas y mis lamentos, de mis sonrisa y mis miradas, porque ambos nos pertenecíamos mutuamente.

Cerré con fuerza los ojos percibiendo como las lágrimas caían, las grandes y protectoras manos del mayor se entrelazaron con las mías “Mírame solo a mi” Obedecí a sus órdenes abriendo mis ojos para encontrarme con esos preciosas orbes miel y esa cálida sonrisa, las cuales eliminaron todo rastro de malestar, mientras sus manos limpiaban mis lágrimas.

Por inercia mis caderas se movieron pidiendo más, rogando por fusionarnos nuevamente, porque mis ojos vieran esa sonrisa placentera, lujuriosa, seductora pero a la vez cariñosa y sincera, la imagen más sublima que he podido contemplar.

El mayor con cuidado me sentó en sus piernas abrazando mi desnuda espalda, logrando que la estática entre nosotros creciera, el azabache comenzó a penetrar mi cuerpo, el cual recibía con calidez el gran miembro del mayor.

Me veía preso por un grato dolor y un envolvente placer, el poder sentirlo tan cerca mío, profundizando cada vez más en mis rincones como si deseara conocer todo de mí, es algo que no logro explicar.

Las embestidas se hicieron más rápidos al igual que mis gemidos, con desesperación busque los labios del más alto para unirnos en un exquisito beso mientras mis uñas se clavaban en su perlada piel, las corrientes entre nosotros se intensificaban al igual que los electrizantes jadeos que liberábamos, su lengua recorría mi labio para después morderlo con suavidad como si me estuviera incitando a dejarlo entrar.

Mi mente se nublo, sentía como el resto del mundo desaparecía y yo comenzaba a delirar entre sus brazos, intentando saborear el momento, dejando atrás los miedos y las barreras para quedar vislumbre, desnudo y expuesto al más alto, para poder entregar todo lo que era rogando ser aceptado.

Enrolle mis piernas en su cintura, mientras que él me atrajo con sus manos recorriendo mi torso hasta llegar a mi espalda baja, acariciando aquel lugar tan íntimo, yo me sobresalte separado abruptamente nuestro labios, me sorprendí al ver como Takano-san me miraba deseoso con su lustroso cabello alborotado, mientras su piel era adornada por una finas gotas de sudor “No tengas miedo, no hay ninguna parte de ti que no ame” Con esa declaración deposite mi cabeza en su cuello dejando que sus manos recorrieran toda mi piel.

“Está bien porque eres tú” Susurre mientras mi rostro se veía aprehendido por un tierno color carmín al dejar escapar uno de mis pensamientos, los cuales excitaron aún más al azabache el cual aumento el ritmo de las estocadas, la sangre cada vez más me ardía, las cosquillas en mi estómago se descontrolaron, mi voz lo único que era capaz de pronunciar era su nombre entre un par de jadeos, mis manos se aferraron aún más a su espalda aumentando nuestra cercanía.

Las estocadas van más profundas y brusca, sonreí al notar como en mi pecho debido al contacto entre nuestras pieles podía sentir los acelerados latidos del corazón del más alto, tan agitados como los míos, cerré con fuerza los ojos,  mi espalda se arqueo gracias a un poderoso espasmo que provoco que me viniera entre nuestros vientres, caí cansado en el hombro del más alto depositando un tierno beso en aquel lugar, sintiendo como toda su esencia llenaba mi interior, finalmente era suyo.

El mayor me abrazo con dulzura depositándome en la cama arriba de su pecho, permitiendo que mis oídos se deleitaran con la música de su palpitar, avergonzado lo mire a los ojos dejando que sus manos recorrieran dulcemente mi espalda, borrando cada una de mis cicatrices, eliminando mi sufrimiento para que en su lugar crecieran unas hermosas alas que me permitirían alcanzar mis sueños a su lado.

“Tengo miedo a perderte” Musite dejando escapar mi mayor temor, deseando que el tiempo entre nosotros se detuviera para quedarnos por siempre en esa perfecta escena.

“¿Por qué me dices eso mi Ritsu?” Me pregunto el más alto abrazando delicadamente mi cuerpo para acercar su rostro al mío, logrando que nuevamente mis mejillas se tiñeran de escarlata por nuestra cercanía.

“Porque no estoy acostumbrado a poder ser feliz así de despreocupado, temo a que esto solo sea pasajero, que un día vuelva a despertar y tú ya no estés, a que rompamos y pases a ser solo recuerdos” El azabache me sonrió cálidamente acariciando mis cabellos con gentileza, nuevamente mi respiración se entre cortaba por tales gestos que me enloquecían, temía tanto que se fuera de mi lado, porque jamás me volveré a enamorar de esta manera, porque sin él no quiero seguir avanzando.

“Jamás me iré de tu lado, fue una tortura no poder verte, arrepentirme por haberte mentido cuando lo único que he deseado desde el momento en que me di cuenta de lo mucho que te necesitaba es declararte mi incondicional amor” Mis ojos se abrieron impactados al ver como el más alto tomaba una de mis manos para depositar un pequeño beso en esta “Te juro por mi vida que pasare el resto de mis días a tu lado y que mi corazón se detendrá si alguna vez me permito perderte, porque si te vas de mi lado mi respiración perderá el sentido de ser” Yo sonreí tímidamente, decidido a arrojar esos temores lejos de mi interior, porque si no me logro arriesgar me estaría traicionando al no confiar en quien más me importa.

“Takano-san yo te amo” Musite para acurrucarme en su pecho deleitándome con su calor, sin poder despegar aquella infantil sonrisa de mi rostro.

“Ritsu yo también te amo” Solté una pequeña risa sin poder contener mis lágrimas, al sentir como su cabeza reposaba en mis cabellos, lo que me confirmaba que esto no era una mera fantasía, ahora era mi realidad.

En mi vida he sufrido mucho, pase por muchas cosas sumamente dolorosas, tuve que lidiar con el rechazo de todo el mundo por intentar crecer, tuve que soportar que me aplastaran al pretender tocar las estrellas para bajarlas y convertir mis sueños en algo tangible, tolere el repudio de mi propia familia, deje que todos me convencieran de que yo no valía nada, de que era alguien patético sin nada que ofrecer, existió un momento en que me odie a mí mismo marcándome en lo más profundo de mi alma, intentando acabar con mi sufrimiento, cada vez me hundía más en esa oscuridad dejando que me absorbiera para que pulverizaran mi inocencia.

Pero en medio de mi infierno llego Takano-san para iluminarme y enseñarme un espejo que reflejaba quien era en realidad, apagando todas esa molestas voces para que continuara con mi camino, levantándome cuando me caí para lograr mi tan anhelada meta, enseñándome a amar, llenándome de sensaciones que antes eran desconocidas, acaparando todos mis pensamientos con una de sus miradas.

El amor duele, te lastima, a veces te destroza, sin embargo, ese mismo sentimiento es capaz de hacerte cambiar y convertirte en una mejor versión d ti mismo, si no arriesgas no ganas nada, si no abandonas los temores, ni eres capaz de lanzarte con una venda al vació, nadie te atrapara, yo tuve la fortuna de que Takano-san jamás dejo de pensar en mí, me continuo amando pese al paso del tiempo, al igual que yo a él.

No sé qué habrá en nuestro futuro, tal vez nos defraudemos, quizás no congeniemos, posiblemente formemos una familia, o también mañana ambos podríamos dejar de respirar, no sé qué es lo que pasara en nuestro porvenir, lo único de lo que estoy seguro es que lo quiero vivir a su lado, tomando esa cálida mano, acurrucándome por siempre en su pecho para nuevamente llenarme de su mirada y jamás tener que separarlas porque nosotros nos pertenecemos, aunque por ventura tan solo somos un par de ilusos enamorados.

Notas finales:

Primero soy un asco en el lemon, les juro que pensé o si va a ser super candente y quedo cursi, dios mi mente es malévola, y bueno si se peguntan que paso con Tsumori, pues él tuvo una cita con Alice-sensei cerca de un pequeño barranco y nunca nadie más supo de él, jaaj perdón se lo debía de hace mucho.

Bueno un trabajo acaba, inicia otro, los invito a leer conexiones reales, todos saben que soy pésima en los resúmenes pero denle una oportunidad.

Dejando de lado mi auto publicidad me gustaría decir algo más, este fic para mi significo mucho porque es la historia más personal que he contado, así que a los que lean esto les pido por favor jamás juzguen a esa personas que aparentan ser perfectas, porque no lo son, no critiquen a la gente por las calificaciones, el sexo, la edad , los gusto, simplemente no critiquen porque todos tenemos demonios personales con los cuales tenemos que lidiar y no es necesario que alguien nos dé más peso en esa carga.

No les pido que sean super héroes y defiendan al más débil, simplemente no se unan a la masa, porque pucha que las cosas hubieran sido más fáciles si no todo el mundo se hubieran dejado llevar, no fomenten esas situaciones, porque son más dolorosas de lo que pude llegar a describir y si algún día ustedes están lastimado a alguien más quiero que piensen en cómo se sentía este Ritsu ¿Les gusto como lo maltrataban? Y reflexionen eso.

Gracias a todos los que me acompañaron en 35 largos capítulos, quizás algún día pueda subir un especial o algo así porque me da pena que Takano quede solo así y bueno ya saben las personas cambian por como los forma la vida, así que espero haberles mostrado algo desde un nuevo punto de visita y los que se sintieron identificados no todo está perdido siempre hay una salida de ese oscuro túnel.

Muchas gracias por todo, lo amo y espero que me dejen un último comentario en este fic


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