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Por favor enamórate de mí por Chiaki28

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Notas del capitulo:

Hola chicos!!

Esta es la masiva 14/15

Mil gracias a todas las personas que leyeron el primer especial de este fic, no saben como aprecio sus palabras porque le tengo infinito cariño a este fic.

Bueno lo hice para las hermanas yaoi, más especificamente por Yera *-*, espero que sea de tu agrado linda <3

Takano Pov

¿Existe el vivieron felices para siempre? ¿Realmente es posible encarnar ese maravilloso final de cuentos de hadas con el que tanto nos presionan en nuestra juventud? Hoy al compartir una maravillosa vida con el castaño después de tanto sufrimiento puedo decir que no; es imposible conseguir ese estado de éxtasis lleno de felicidad del que tanto se presume.

Porque la vida es más que eso; entre las páginas de la historia que construimos hay momentos de intenso dolor; esta la desesperación, el reflejo en el espejo de nuestro espíritu de los fantasmas que tratamos de borrar, las lenguas venenosas; la realidad es dolorosa, te golpea el rostro como si estuviera indignada con tu presencia, sin embargo, puede llegar a ser muy hermosa si tienes a alguien especial a tu lado.

Las cosas con mi pequeño castaño no han sido tan sencillas; él muchas veces se ha visto angustiado repasando las viejas páginas del anuario o acariciando con asco y desprecio esas oscuras cicatrices de un capítulo cerrado; me duele verlo de esa manera, saber que mi Ritsu sufre aun por culpa de los hipócritas, no obstante; sin importar la adversidad que se nos presenté no me moveré de su lado.

Jamás me apartaré de ese ingenuo chico cuyos ojos verdes encendieron mi destino y me consiguió rescatar de las llamas de un infernal desamor, nunca lo volveré a perder porque con cada segundo que pasamos juntos, cada tierna sonrisa que me entrega; cada palabra temblorosa, beso apenado más adicto estoy de él, más necesitado se vuelve en mi alma.

Cuando a Ritsu le ofrecieron un contrato permanente para trabajar en la universidad su sonrisa fue tan brillante que aun estremece mi mundo; una de las cosas que más me embelesan de mi pareja es que ama lo que hace y desempeña las cosas con una pasión imposible de describir en un par de flojas palabras.

Pero ese empleo que él tanto adora es el que está consumiendo su vida; mi lindo castaño trabaja bastante duro para satisfacer sus expectativas y ayudar a todos los estudiantes que puede; yo al no tolerar bien que se mantenga en vela tantas noches lo trato de ayudar, aunque no pueda hacer mucho más que auxiliarlo a corregir los exámenes una felicidad ahonda en todos mis sentidos al apreciar sus ojos encendidos por la gratitud.

Después de casi dos años de egreso aun me estoy esforzando por obtener un empleo decente y dejar aquella vieja librería, realmente me gustaría darle una mejor vida a Ritsu aunque a él no parece importarle la manera en que sobrevivimos a fin de mes con su humilde sueldo.

Las cosas como comer sin luz porque gastamos de más o tener que calentarnos entre nosotros ya no parecen afectarme, porque lo único que necesito es a ese chico para que mi demente espíritu continúe con sus desesperados latidos.

Me estiré en la cama con una tonta sonrisa ante esos pensamientos mientras removía los mechones de mi rostro con ilusión; no sé cuándo me permití que esto pasará pero ahora él era mi refuerzo; mi piedra angular, las brazos que me ayudaban a caminar cuando me ponía a flagelar, las manos que sostenían mi frágil corazón del cristal, el latido que me impulsaba a continuar con esta carrera sin sentido.

“Cada día estoy más enfermo de amor” Me dije a mi mismo con una nostálgica sonrisa sobre mis labios para mirar con cierto enfado la cama vacía a mi lado; me mordí el labio analizando si debía apenar a mi pareja o no.

Al escuchar el sonido del agua chocando en contra de la tina mis pies se movieron solos en aquel viejo piyama mientras con sutileza abría la puerta del baño; una tonta risa salió de mi boca al apreciar como el más bajo se encontraba escondido entre la espuma de la tina con sus cabellos mojados, los hombros descubiertos y las parpados presionados.

“Eres tan lindo” Musite consiguiendo que uno de mis pensamientos escapará; el menor abrió los ojos tensando todo su cuerpo con nervios.

“Takano-san” Me llamó con su armoniosa voz mientras doblaba sus piernas y las aferraba a su pecho como si tratara de esconder de mi  ese seductor sonrojo “¿Qué haces acá?” En su tono se percibía un ligero tartamudeo.

“¿Por qué te da tanta pena que te acompañe si ya te he visto cientos de veces de esa manera?” Le pregunte divertido quitándome la holgada polera con los pantalones ante la atónita mirada de mi acompañante.

“Porque eres tú” Musito bajando el rostro, angustiándose al percibir mi atento atisbo a sus movimientos.

“Siempre logras enloquecerme más” Musite para mí mismo desasiéndome de mi  ropa interior para meterme al frente del chico en la bañera consiguiendo que la espuma se desbordará y su estructura temblara ligeramente “Ritsu” Lo llamé provocando que alzará con timidez la cabeza.

“¿Qué?” Pregunto apenado sin rehuir de mi calidez, consintiendo que me acercara a su lado para abrazar su pecho.

“Te amo ¿Lo sabes?” Una tonta risa fue lo que pronuncié al apreciar las reacciones transparentes del menor con mis palabras; el castaño no fue capaz de devolverme la confesión tan solo presionó con fuerza sus ojos y asintió efusivamente.

Sin borrar mi tonta mirada de enamorado tomé una de las esponjas que se encontraba al lado del castaño para comenzar a recorrer sin vergüenza alguna su cuerpo; su perfecto y fino cuerpo de marfil, el mismo que se ha entregado incontables noches a mis deseos para fundirse con esta corrupta alma.

Ritsu con timidez seguía mis acciones con esos ingenuos ojos verdes mientras me dedicaba a repasar sus piernas y su pecho, subía por su vientre para acariciar sus delicados hombros con cuidado; aunque a él le enfade que sea tan precavido no quiero lastimar a quien ha salvado mi vida haciendo lo imposible por mi amor.

Tomé uno de sus brazos para comenzar a restregarlo desde el hombro hacia la muñeca, cuando acerque la esponja hacia la axila del castaño esté por inercia me arrebato la mano; si bien pretende simular que las cosas son perfectas aun le aterra que alguien lo toque en ese lugar.

“Lo siento” Murmuró presionando los puños con impotencia “Pero me da vergüenza que veas algo tan horrendo” Respondió con rabia hacia esas ennegrecidas marcas que aun adornaban su piel; ¿Por qué siempre es tan considerado conmigo?

“Ritsu” Musite con la voz ronca acunando sus mejillas entre mis manos “Para mi tú eres perfecto, amo cada centímetro de lo que eres, cada parte de tu cuerpo, cada rasgo de tu personalidad, cada uno de tus sueños, ante mis ojos eres perfecto” Pude percibir como la respiración del más bajo se agito intensamente mientras liberaba una tierna risa.

“Te amo tanto” Me susurro con la cara ardiendo sin romper el tacto visual.

“No te apenes ni te sientas mal por esas cosas” Le pedí acariciando de manera superficial sus labios con los míos “No me prives de tenerte”

“Takano-san” Murmullo escondiéndose en mi agitado pecho; descompasando mi latir y consiguiendo que mi piel hormigueara, lo único que pude hacer fue acariciar la espalda del más bajo mientras le daba la seguridad que me rogaba.

Después de un par de rápidas caricias y tiernos besos ocultos entre el vapor del agua me levanté de la tina enrollando una toalla a mi cintura para después tomar entre mis brazos el cuerpo de mi amante y cargarlo hacia la habitación ignorando sus infantiles reclamos; negando ligeramente con la cabeza al ver como sus manos cubrían su rostro por la vergüenza.

Deposité al menor con cuidado sobre las sabanas para darle un pequeño beso en la nariz antes de que nos comenzáramos a vestir con los tercos deseos de no llegar tarde a nuestro sospechoso compromiso.

Con un suspiro nervioso me empecé a colocar los pantalones de mezclilla junto a una de mis viejas poleras negras con mangas largas, mi atención se centró por inercia en el más bajo quien se abotonaba la camisa gris sin conseguir disimular su turbulento estado emocional.

“Si te sientes muy desconfiado no vayamos” Le indique acercándome a su lado para ayudarlo a cerrar la prenda.

“No quiero seguir huyendo Takano” Me dijo relajando los hombros “Tampoco quiero privarte de experiencias” Murmulló en un delicado hilo de voz que de igual manera logré escuchar.

“Pero una reunión de ex alumnos me parece demasiado sospechosa, yo no quiero que las personas te hagan daño” Mi pareja me esbozó una brillante sonrisa mientras con confianza sus manos recorrían mi rostro.

“Nadie me hará daño” Musito sin romper el toque visual “Además Haitani gasto todos sus ahorros pagando el salón para no cobrar entrada, sería descortés no ir y desperdiciar el dinero de las reservaciones” Se excusó consintiendo que mis manos acunaran las suyas.

“Si alguien se atreve a decir algo o te sientes incomodo me lo dices y nos vamos” Más que una petición mis palabras sonaban como una orden.

“Lo prometo” Musito asintiendo con la cabeza; temblando al sentir mis labios sobre la palma de su mano.

“Entonces nos vamos a ver a esos infelices” Murmullé para mí mismo sosteniendo a mi novio de sus manos para subirnos al taxi que nos esperaba impaciente en las afueras del edificio.

Con temor me aferré a la cintura del castaño quien parecía inmerso en sus pensamientos; sabía que esto a Ritsu lo incomodaba, que no le agradaba la idea de encarar a los demonios que tantos años le hicieron la vida imposible, sin embargo, como siempre acaba anteponiendo mis necesidades y con un ferviente valor se levanta a mi lado en la batalla.

Tengo miedo de que lo molesten, que se burlen de él por su pasado; sí esos cínicos tuvieron el valor para escribir esa clase de venenosas letras en su anuario no quiero pensar hasta que nivel puede llegar su rencor, me arde la sangre que ellos traten de destrozar así a mi Ritsu, él es la persona más dulce que pueden conocer.

Mire al castaño quien no se apartaba de mi pecho con los ojos cerrados, como si disfrutara del latir de mi corazón; yo nunca permitiré que nadie te haga daño, nunca te dejaré solo en las noches, cuando las cosas se pongan deslucidas no me acobardare, te sacaré de la inseguridad porque te amo y mi único deseo es que seas feliz; esa fue la promesa silenciosa que le hice con una afectiva mirada.

Mi respiración con cada uno de los movimientos del taxi se intensificaba, mis ojos no podían dejar de recorrer esas agraciadas facciones mientras permitía que su calor me envolvieran; sentía que podía pasar el resto de mi vida de esa manera.

Un quejido salió de los labios del conductor cuando llegamos; con cierta molestia le extendí un par de billetes para bajar del auto con Ritsu aferrado a mi brazo, mis ojos se abrieron con sorpresa al ingresar a una elegante recepción repleta de rostro vagamente familiares. El techo estaba adornado por algunas estrellas plateadas, las paredes repletas de fotografías de nuestro año y un par de hermosos ventanales.

“Es muy lindo” Dijo mi novio repasando con curiosidad la brillante pista plateada y las paredes marfiladas con elegancia.

“No sabía que Haitani tenía tan buena posición económica” Murmullé centrando mi atención en un escenario de suelo morado y luces blancas.

“¡Odita!” Antes de poder reaccionar mis manos habían liberado las de mi castaño mientras un pesado ególatra abrazaba con recelo el cuerpo de mi pareja.

“Kyo” Musito el menor correspondiendo el abrazo, ignorando mi enfada mirada con el rostro ruborizado.

“¿Te importaría respetar al novio de Ritsu?” Le pregunte con la sangre burbujeando de los celos y la mandíbula presionada ganándome una mirada de desprecio del más alto.

“Odita es mi mejor amigo y me quiere, no lo soltare solo porque no te gusta” Se burló repasando la espalda de mi novio sin pudor alguno.

“¿También te llegó una de las invitaciones?” Pregunto el castaño centrándose en los opacos ojos de su compañero quien se limitó a asentir “Fue una sorpresa de último momento que nos llamaran para esto”

“Es extraño que todavía hagan esta clase de fiestas pero no iba a desperdiciar la entrada gratis” Musito tomando la mano de mi Ritsu para sumergirse entre el mar de personas “Creo que vi a Chiaki por allá” Con un bufido lleno de fastidio seguí al de cabellos negros.

A mitad de la multitud la sonrisa del chico de mirada verde se ensancho al reconocer a su amigo de la infancia junto a su pareja hablar amenamente, los dos infantiles se abrazaron con fuerza ignorando las curiosas miradas del expectante público.

“No pensé que tú vendrías” Musito el castaño viendo a su confidente “Creí que Kisa y tú tenían mucho trabajo”

“Como Kisa no asistió a esta universidad él no pudo venir, pero me esforcé bastante por terminar a tiempo” El más alto posó una mano sobre los cabellos de Chiaki consiguiendo un fuerte sonrojo.

“Nos alegra haber podido venir” No comprendía mucho la historia de esos dos, sin embargo, Ritsu me confesó que hace seis meses entablaron una relación romántica; me alegra que se vean tan felices juntos.

“Oye Takano” La voz del insoportable de Ijuuin me sacó de mis divagaciones “¿No crees que es un poco riesgoso ya sabes?” Sus labios apuntaban a esos brillantes ojos verdes.

“Lo sé pero él quería venir” Musite liberando un agobiado suspiro “Siéntate en nuestra mesa” Le pedí en contra de todo mi orgullo; sus expresivas orbes grises se abrieron con sorpresa al igual que sus labios.

“¿Qué?” Balbuceó divertido “Tú me odias”

“Pero le entregas cierta confianza a Ritsu” Farfullé con pesadumbre tratando de disimular las náuseas en mi estómago al pedirle esa clase de cosas al hombre más desagradable que he tenido que enfrentar.

“Por Odita supongo que te puedo tolerar” Se burló mirando con calidez al castaño “Me siento bastante orgulloso de él, ha logrado muchas cosas en la universidad”

“Yo también” Murmullé con una alegre sonrisa para unirme con dificultad a la torpe conversación jugueteando con nuestros dedos.

Pasamos varios minutos inmersos en un cálido ambiente hasta que el chico de cabellos rojizos parándose al centro del escenario nos indicó que tomáramos asientos; sin apartarme del castaño nos acomodamos en una de las inmensas mesas con manteles blancos y centros floreados al lado de un par de desconocidos y los amigos del menor.

Una generosa porción de comida se puso al frente de cada uno; mire divertido como mi pareja batallaba por luchar con los nervios y comer con vergüenza aquellos alimentos, con la mera intención de apenarlo aún más comencé a ensartar el pescado para llevarlo a sus labios y dárselo ignorando las miradas de repudio de los desconocidos a nuestro lado.

Porque verlo feliz era todo lo que necesitaba, era la única razón para la que seguía viviendo; antes me habría acobardado e ignorado a mi novio  porque las apariencias lo eran todo para mí, sin embargo, ese vacío hace mucho él lo llenó.

“Takano-san quizás deberías dejar de hacer eso” Musito encogiendo los hombros y removiéndose en la silla “Las personas del frente nos están mirando mucho” Estaba consiente de esas burlas y murmullos pero poco me importaban.

“Quiero que todos sepan que soy tu pareja” Proclamé extendiéndole otro bocado que acepto con la angustia a flor de la piel.

“No quiero ser el que te causé más problemas” Musito con una repentina sumisión “No quiero que” Mis labios callando los suyos al rozarse en un suave tacto condenaron sus reclamos.

“Deja de preocuparte de esa manera por mi Ritsu y permite que te cuide” Sus mejillas fueron adornadas por un hermoso color carmín mientras una pequeña sonrisa era la que nacía sobre sus finos labios de miel.

“No se cómo consigues que cada vez me enamoré un poco más de ti” Murmullo para sí mismo con la mirada perdida en mis ojos.

“Realmente eres increíble” Musite aferrándome con más intensidad a su mano debajo de la mesa.

“Un minuto de atención” Todos los ojos se centraron en el escenario en donde se encontraba Haitani mientras el ruido de las conversaciones sin importancia eran silenciadas “Quiero agradecerles a todos por venir esta noche, comprenderán que como éramos tantos en la generación solo invité a los de personalidades más destacadas” Alcé una de mis cejas uniendo mis ojos con las grises orbes de Ijuuin.

“¿Personalidades destacadas?” Pregunte logrando que él encogiera los hombros en señal de incertidumbre.

“Ni idea” Respondió con aflicción.

“Hoy los quiero premiar por sus aportes en la vida escolar con una pequeña medalla” Pregono con orgullo enseñándonos una círculo dorado afirmado por una cinta verde con algo grabado en su interior “Comencemos”

Y así el resto de la velada transcurrió entre aburridas premiaciones como; el mejor compañero, el bromista más gracioso, el chico más cotizado, la chica con más admiradores mientras Haitani desperdiciaba todo su dinero en esa clase de superficialidades.

Con alivio en el corazón centré mi atención en el castaño quien tenía un tierno mohín sobre su boca mientras premiaban a las demás personas; la forma en como el más bajo liberaba suspiros, como no podía despegar su vista de ese escenario, como sus manos temblaban sutilmente; siempre tan transparente.

“¿Te gustaría una?” Le pregunte sacándolo de su trance.

“Me habría gustado obtener algo así como el mejor compañero o el más amable, pero que tontas fantasías” Murmulló sin borrar esa conmovida expresión.

“Odita esas cosas no sirven, a mí me dieron la del más aplicado cuando antes de que me enseñaras no sabía ni si quiera hacer un cálculo básico” El castaño cubrió sus labios al liberar una armónica risa que electrizo mi piel.

“Es cierto Kyo, aun no puedo creer que no supieras diferenciar los modos de hacer una ecuación de grados” Pregonó el menor relajándose en el familiar ambiente, olvidando a esos hipócritas en la mesa.

“Era difícil” Se quejó con un infantil puchero.

“Bueno yo tampoco era de los mejores” Murmullé revolviendo sus cabellos; antes de poder decir otra palabra la estruendosa voz del de orbes escarlata consiguió que un espasmo golpeara mi organismo.

“Takano Masamune” Él pronuncio mi nombre con una extraña y desagradable sonrisa “Se te entrega el premio al más popular de toda la facultad” Abrí mi boca confundido levantándome torpemente de la silla.

“¿Gracias?” Le pregunte permitiendo que el más alto me rodeara el cuello con ese hilo verde para que el círculo de oro falso golpeara mi pecho.

“Fuiste más cotizado de lo que crees” Se mofó indicándome que podía regresar a mi asiento con un gesto en la mano “Y para entregar el último traje a un invitado especial, sé que no se graduó con nosotros pero sí curso los años en nuestra amada generación y acabó al universidad hace un par de meses” Presioné con cólera la mandíbula al escuchar un par de imponentes pasos resonar por todo el salón.

“Muchas gracias Haitani” Musito con una sonrisa torcida cargando una medalla “Fue bastante difícil salir con esos profesores mediocres”

“¿Pero que hace acá?” Me pregunto el peli negro con angustia, tragando con dificultad.

“Él último premio de la noche; el más especial, el más importante” Sus palabras se escuchaban sarcásticas e ironías, sus labios se movían con tanta seguridad que lo único que hice fue apretar la mano de mi pareja “Este reconocimiento es para Onodera Ritsu por supuesto” Mi novio me miró con duda apretando con fuerza mi mano.

“Adelante” Se escuchó un grito en la multitud forzando al castaño a moverse con pasos inseguros hacia el escenario.

“Ritsu felicidades” Pregono el de cabellos rubios poniéndole la medalla “Tus méritos son tan destacables que has conseguido crear un premio” El castaño ladeó la cabeza con duda mientras trataba de encoger sus hombros como si se quiera borrar de ese lugar.

“¿Cual?” Pregunto en un murmullo.

“El más odiado” Respondió apoyando uno de sus brazos sobre sus hombros “El chico más detestado en toda la facultad, nuestro pequeño suicida, quien cambio al chico más popular por un cobarde homosexual, el corta venas” Con cada una de esas cínicas palabras más débil me parecía Ritsu; como sus piernas temblaban, como sus ojos se habían comenzado a cristalizar mientras bajaba la cabeza, como apretaba sus puños.

Eso me enfurecía, que lo trataran así, que se mofaran de él, que lo destrozara ¿Por qué carajo no lo dejaban en paz? Mi corazón se retorció de manera dolorosa al apreciar cómo se estaba desmoronando, como intentaba contener las lágrimas al sentir que esa sádica herida se reabría en su corazón, como sus alas se cortaban; no lo podía dejar así.

Con toda la furia hirviendo en mi sangre, la determinación encarnando mi voluntad y el coraje siendo arrojado en mi mirada me levanté para estamparle un golpe a la mesa “YA BASTA” Grite caminando hacia el escenario para separar al rubio y acunar al castaño en mi pecho.

“Takano-san” Me llamó con la mirada cristalina y una fugaz lagrima sobre sus mejillas “No te ridiculices por mi” Me rogó apretando con fuerza mi polera, con cólera presione mi mandíbula sin vacilar al tomar el micrófono de enfrente y encarar de una vez a Tsumori.

“¿Qué diablos es lo que pretenden con esta clase de bromas?” Pregunte jodido por esas risas, por esas burlas, por la manera en cómo nos apuntaban obteniendo silencio “¿Qué es lo que quieren conseguir al lastimar de esa manera a Ritsu?”

“¿Qué no es obvio?” Me pregunto la imponente voz del rubio “Él estropeó muchas cosas, inclusive nuestra amistad”

“Onodera Ritsu” Musite su nombre “Él es el chico más dulce que he conocido, es una persona increíble, es amable, es sincero, es tierno, es dedicado, sumamente inteligente, no guarda rencor, es decidido, es” La atónita mirada del nombrado me robó el aire “Es el amor de mi vida, es el hombre que amo” EL salón quedo en silencio.

“Takano bájate de ahí que das pena” Me pidió el de ojos cafés con cierta aflicción.

“No permitiré que hablen así de Ritsu, él es un chico fuerte al que llevaron a su límite y aun así está de pie hoy siendo mejor que todos, es alguien que superó cada una de las adversidades para  crecer en lugar de hablar mal del resto, es de quien me siento sumamente orgulloso; todos deberían aprender un poco de él” Pregone tomando su mano para alzar nuestro agarre “Estoy perdidamente enamorado de este hombre”

“Takano” Musito con el rostro ardiente.

“Po Dios, entra en razón” Me pidió quien alguna vez fue mi amigo agitando los brazos.

“En el anuario salieron ciertas cosas sobre mí que de seguro dejaron a muchos con dudas” Musito el castaño liberando mi mano para caminar más adelante “A veces las personas no medían el daño que le pueden hacer a los demás con esa clase de maldades” Murmullo con valor, poniéndose al frente de sus pesadillas para encararlas.

“No creas que te perdonare esto” Amenacé al rubio fulminándolo con la mirada.

“Sí lo quieren saber es cierto; el alumno de perfectas notas sí se lastimaba” Proclamo ganando la atención de cada espectador “Sus palabras si me dolían al igual que los insultos; me enfadaba que especularan de mi vida porque no sabían por lo que estaba pasando, que me empujaran al extremo, que me hicieran estallar, que me detestaran solo por ser yo; fueron días terribles, desesperantes pero no los detesto por nada de eso” Confesó con una débil sonrisa.

“Pero que” Balbuceó Tsumori.

“No les pido amistad porque no se le puede caer bien a todo el mundo ni es lo que pretendo hacer, lo único que les pido es que tengan consideración de sus acciones y antes de juzgar a los demás se den el coraje de conocerlos porque quizás ese chico tenga sus problemas, quizás esté sufriendo, quizás este solo” El menor calló sus palabras para tomar aire “Tal vez solo necesita un empujón para adquirir seguridad, no hagan daño porque sí, demuestren que son mejores personas, rompan este círculo sin sentido”

“Por eso lo amo tanto” Musite caminando a su lado para tomar su mano paralizándonos por el ruido de un par de aplausos, mi mirada se relajó al ver como Ijuuin se paraba de su asiento para comenzar un cálido aplauso que creció con los minutos “Siempre te has visto tan frágil cuando eres más fuerte que todos” Declaré con el pecho lleno de orgullo.

“Takano ¿Por qué sigues con esto?” Me pregunto el rubio  atónito al sentir que le arrebataba la medalla al menor para estamparla en su pecho.

“El único despreciable eres tú” Masculle con cólera “Si te vuelves a acercar a mi Ritsu dátelas por muerto” Ordené con gélido saliendo de la recepción.

Ambos caminamos por los inmensos patios adornados con fragantes árboles de cerezo hacia la salida principal rodeada por un hermoso arco blanco para detener un taxi y entregarle la dirección de nuestro hogar cubiertos por la leve luz de estrella.

“¿Ritsu te sientes muy?” EL más bajo no me permitió terminar mis palabras al rodear mi cuello con sus brazos y apoyar su rostro en mi pecho.

“Gracias” Musito con una tierna sonrisa “Gracias Takano, creí que me derrumbaría en ese lugar si tú no entrabas” Una calidez ahogando cada uno de mis sentidos me forzó a liberar mis pensamientos.

“Te protegeré siempre Ritsu, aunque quieran hacernos daño con esa clase de cosas, aunque se rían por envidia y nos humillen acá estaré, nunca me moveré de tú lado” Respondí retirando uno de sus rebeldes mechones detrás de la oreja.

“No sabes cómo te amo” Bastaron esas lindas declaraciones para que mi cordura fuera destrozaba y mis labios buscaran los suyos ignorando la pasmada expresión del taxista.

 Mi boca probó con recelo aquel único dulzor mientras mis dedos acariciaban sus calientes mejillas y nos recostábamos con lentitud sobre los mullidos asientos de ese vehículo; mis ojos se cerraron disfrutando el momento mientras nuestros labios se habían perdido en un excitable floreo.

Con deseos posesivos siendo los que ahondaban en mis sentidos mi lengua recorrió cada parte de su cavidad, lamí sus fríos dientes, me embelesé con el único sabor que tenía el caño, comencé a juguetear con su tímida lengua mientras podía percibir como mi corazón se descompasaba en el latir y la piel me hormigueaba.

Mi pecho se estremeció al estarlo besando con lentitud; como si todo lo demás desapareciera para que nosotros nos fundiéramos, mi ritmo cardiaco golpeo con fuerza mi estructura al percibir como sus manos se esforzaban por rodear mi espalda mientras nuestra pieles se rozaban sobre la ropa; jamás me sentiré tan enamorado como con este valiente hombre.

“Disculpen” La enfadada voz del taxista rompió el mágico ambiente, con un gruñido y el ceño completamente arqueado me separé del más bajo refugiándolo en mi pecho “Llegamos a la dirección”

“Gracias” Bramé con sarcasmo extendiéndole una cantidad al azar de billetes para subir a nuestro apartamento.

El menor con las emociones a flor de la piel y una notoria angustia siendo la que lo movía caminó hacia la habitación sin liberar mi mano; una torpe sonrisa se grabó en mi rostro ante su apenada expresión mientras se sentaba en el colchón de nuestro lecho de amor.

“Takano-san” Me llamó enloqueciéndome “Yo sé que mi pasado siempre nos seguirá, no quiero acabarte lastimando con esas cosas pero” Presione con uno de mis dedos los labios del ruborizado chico para irrumpir y limpiar su culpa.

“Eres el amor de mi vida Ritsu” Le recordé aumentando ese sonrojo “No me importa atravesar por todo esto para estar contigo, te amo ¿Qué no te ha quedado claro?”

“Pero” Balbuceó apretando sus pantalones de tela “No puedo evitar sentirme culpable al hacerte daño, eres lo que más me importa yo no quiero” Interrumpí con poderío.

“Yo no quiero irme de tu lado Ritsu, las opiniones de esos cínicos ya no me importan, ellos pueden ser tan infelices como quieran en su miseria” Pregone con seriedad recorriendo sus lindas facciones “Mi pequeño príncipe eres todo lo que necesito” Murmulle con la voz áspera “Contigo lo puedo hacer todo”

“Masamune” Esa era la primera vez que él pronunciaba mi nombre desde que éramos pareja, sin poder contener mis desbordantes deseos por poseerlo me arrojé a sus labios mientras nuestros cuerpos caían con un golpe sordo sobre las sabanas.

Con la estática aumentando entre nosotros mi lengua busco con lujuria la de mi adorable castaño mientas mis manos comenzaban a arrebatar los botones de su camisa; él siempre ha sabido manipularme para que me rinda ante sus encantos.

Pronto en la habitación lo único que se escuchaban eran nuestros necesitados jadeos y el sonido de la ropa resbalando por nuestros cuerpos, con el pecho encendido y las manos cosquilleando sostenía sus hebras  castañas para profundizar más aquel tacto.

Nuestras salivas ya se habían convertido en una; esos preciosos jadeos encendían mis deseos y aumentaban mi excitación cada instante, sus manos recorriendo mi desnudo pecho con un ligero temblor; estaba enloqueciendo, mi cordura pendía de un hilo por culpa de Ritsu; mi piel me ardía rogándome que lo sintiera.

Con lentitud separé nuestros labios mientras mi lengua se dedicaba a recorrer su boca de manera superficial; sonreí con satisfacción al abrir los ojos y ver un tenue hilo de saliva uniéndonos, con arrogancia llevé mi pulgar hasta la comisura de sus labios para retirarlo y juntar nuestras frentes.

“¿Puedo Ritsu?” Le pregunte como un ruego codiciando que él solo me perteneciera a mí.

“Yo” El castaño presionó con fuerza sus parpados intensificando el rubor de sus mejillas, sus labios dudaban en liberar aquel melodioso sonido.

“¿Todavía te duele por lo de ayer?” Le pregunte consiguiendo que me mostrará esas hermosas gemas con vergüenza.

“Puedes” Musito aferrándose a mi espalda “Puedes hacerlo porque eres tú” Repitió consiguiendo que todo mi interior cosquillará y ardiera.

Con aquella inocente aprobación mi lengua comenzó a saborear su fino cuello para remarcar las manchas con las que lo había proclamado como mío; mis dientes apresaron sutilmente esa seductora piel para tirarla y succionarla logrando que el menor se retorciera de placer entre mis brazos y todo su organismo se erizará.

Cegado por las exquisitas sensaciones que me recorrían descendí por su hombro para dejar una pequeña marca hasta sus pezones, una sonrisa maliciosa se armó sobre mis labios al encontrarlos erectos, me relamí la boca respirando sobre estos solo para observar las reacciones de mi pareja quien se limitó a desviar la mirada y morderse el labio.

Apresé entre mi boca uno de esos tentadores botones mientras con mi mano derecha estimulaba el otro causando un débil espasmo en el cuerpo de mi compañero, succioné ese sensible pezón; lo lamí, lo mordí, lo probaba sin vergüenza electrizando el cuerpo del castaño mientras una dolorosa opresión nacía en mi entrepierna ante esos jadeos que solo me enseñaba a mí.

“T…Takano” Suspiro apretando las sabanas mientras mis manos no dejaban de estimularlos.

“Eres realmente lindo” Murmullé descendiendo hasta sus pantalones para bajarlos por sus delgadas piernas y acariciar su hombría sobre la tela, besar aquel bóxer negro aumentando las ansias del castaño.

Ante la desesperada y apenada expresión de Ritsu detuve mis movimientos para bajarme los pantalones al frente de él quedando en condiciones similares, el sudor se apreciaba en el pecho del más bajo gracias al calor de nuestro encuentro.

“Quiero que me toques Ritsu” Murmuré apoyando mis brazos al lado de cada uno de sus hombros sobre el colchón “Quiero que me sientas” El más bajo libero un angustiado suspiro mientras sus manos dudaban en acercarse a mi ropa interior.

Tomé la mano de mi pareja para que acariciara mi hombría y la comenzara a masturbar con vergüenza; un gruñido ronco salió de mi garganta ante los movimientos del más bajo sobre todo mi miembro, la electricidad recorría cada uno de mis músculos mientras la sangre se me encendía.

Llevé mi mano hacia el miembro del menor liberándolo de su ropa interior, sin esperar que detuviera sus acciones comencé a recorrer con mis dedo toda su extensión; apreciando lo caliente y palpitante que se encontraba.

Uní nuestras bocas en otro lujurioso beso, se podía escuchar como el colchón comenzaba a crujir mientras la intensidad de nuestros movimientos aumentaban; los quejidos del más bajo morían entre nuestros tóxicos labios, su mano estimulaba la chispa negra de la pasión mientras yo lo masturbaba con intensidad.

Los labios del castaño me dejaron mientras echaba para atrás su cuello y temblaba liberando su esencia sobre mi mano “Lo lamento” Susurro con el rostro completamente encendido y los cabellos pegados a su frente.

“Te amo” Le repetí retirando su mano de mi necesitada hombría para separar sus finas piernas y rozar con mi miembro su entrada “Ritsu voy a entrar” Murmuré aferrándome a su vientre sin romper el tacto visual entre nosotros.

Con lentitud introduje mi duro miembro en la entrada de mi pareja, el castaño apretó con fuerza las sabanas mientras un jadeo ronco escapaba de mi garganta al sentir una agradable presión caliente sobre mi hombría.

El vientre me había comenzado  a cosquillar; mi codicia era la que me rogaba encender esa pasión; al ver como Ritsu se cubría los ojos sin moverme en su palpitante interior me incliné sobre él para tomar sus manos; unir nuestros dedos y apreciar como un par de finas lagrimas recorrían esas seductoras mejillas.

“Está bien” Me dijo con una media sonrisa acercándose para besar mi nariz; el corazón se estrelló con poderío dentro de mi pecho ante esa linda acción.

Apresé sus labios contra los míos sin liberar sus manos para calmar su dolor, sus piernas se comenzaron a relajar mientras sus parpados eran presionados para comenzar a disfrutar del caliente encuentro que llevábamos, cuando el más bajo trató de enrollar sus piernas en mi cintura y mover sus caderas supe que me estaba dando la libertad de llevarnos al infierno.

Comencé con un par de embestidas enloqueciendo por esa calidez alrededor mío “Eres realmente estrecho” Gruñí al separarnos solo para probar ese delicioso cuello y esparcir pequeños besos por su rostro.

El embriagante cuerpo del castaño me obligo a delirar recorriendo cada uno de sus centímetros con lujuria, su voz me convertía en el pecador de sus labios, el mar de sensación que azotaban cada uno de mis músculos y mis nervios me estaban destrozado.

Un ensordecedor fuego no se comparaba a mi sangre, la asfixiante atmósfera en la que codiciaba perecer junto a ese ángel me estaba consumiente, cada trozo de mi cuerpo acariciando el del castaño cosquillaba mientras que los que se mantenían en su lejanía me rogaban por alivio.

Mis manos comenzaron a masturbar su miembro sin dejar de embestir ese cuerpo, el ruido del colchón resonaba en la habitación junto a un par de eróticos jadeos, sus paredes se contraían sobre mi miembro excitándome hasta el punto de la locura.

La electricidad era indescriptible, como esos adictivos labios me habían hecho perder la razón, como los candentes latidos dentro de mi pecho me estaban despedazando, la fricción y el roce entre nosotros era algo único y poderoso; una dulce muerte dentro de toda la electricidad y estática.

“Y….Ya” Musito con el cuerpo bañado en sudor, las mejillas adornadas de escarlata, los ojos repletos de placer entre cerrados al igual que sus hinchados labios; antes de probar ese toxico veneno percibí como su esencia se derramaba en mi interior.

El castaño me apretó logrando que una tibia presión en mi hombría me hiciera perder la cordura, la estática, el tenso ambiente, esa sensual imagen al frente mío; pronto una electrizante presión explotó en mi interior consiguiendo que derramará mi esencia sobre mi novio quien respiraba agotado sobre la cama.

Sus piernas se relajaron permitiendo que saliera de su interior, con un infinito afecto en mi mirada tomé al castaño para recostarlo a mi lado en la desordenada habitación; acaricié con ternura los desordenados cabellos de Ritsu quien apenado trataba de encararme.

“Takano-san” Me llamó jugueteando con sus manos sobre las sabanas “Realmente agradezco que me hayas apoyado así” Musito con un lindo sonrojo sobre su rostro “Gracias por haber entrado en mi vida” Antes de responderle un vago recuerdo llego a mis pensamientos, me regañe mentalmente por mis descuidos para inclinarme sobre la cama y abrir la cajonera que teníamos al lado.

Los ojos de Ritsu seguían ansiosos mis movimientos; arrojando todo el miedo saqué una pequeña caja de madera con bordaros dorados y fundas rojas para abrirla al frente de sus ingenuos y brillantes ojos.

“¿Qué?” Balbuceó sorprendido mientras removía un pequeño anillo dorado y se lo ponía en la mano derecha.

“Sé que no estamos en las mejores condiciones económicas por todos esos libros que a veces te exigen en la universidad y que aun somos muy jóvenes pero” Detuve mis palabras para sostener sus mejillas y perderme en ese mar de inocencia “Quiero que estos anillos sean la promesa de que algún día te casaras conmigo” El castaño se quedó sin aliento mientras sus ojos se enrojecían.

“Si” Musito dejando que un par de lágrimas conmovidas fueran derramadas “Quiero que en un par de años lo hagamos” Murmullo sin borrar esa hermosa sonrisa para tomar el otro anillo y ponerlo en uno de mis dedos.

“Me has entregado los mejores días que he tenido, gracias por aparecer, por llenar el vacío del que no podía salir, por rescatarme, por restaurar esas ilusiones que tenía del amor” Besé con ternura su pequeña nariz “Gracias por enamorarte de ti”

No tuve respuesta en esas palabras; Ritsu lo único que hizo fue abrazarme con fuerza mientras un insistente latido era el que resonaba en la habitación; sin saber si era el mío o el suyo nos volví a recostar en la cama para abrazarle la cintura.

La vida es curiosa, jamás sale como tú la planificas, las personas y las relaciones no son como uno pretende o fantasea, pero si eres capaz de levantarte y confrontar los obstáculos, si adquieres el valor para desacerté de tus prejuicios y luchar con ese alguien que tiene tu corazón puede llegar a ser una preciosa historia de amor.

La única certeza que poseo es que nunca dejaré de amar a este castaño.

Notas finales:

Bien hay personas que nunca cambian, esas cosas yo mejor que nadie las sé; algunos se sienten superiores aplastando a los demas, cada quien crece y comprende las cosas a su ritmo y como vieron Tsumori esta lleno de rencor a Ritsu, eso no se va a borrar de un día para otro y no mejoro por haberlo tenido de profesor, por eso sigue en las mismas.

Uno aunque quiera superarlo cuesta, las palabras de los demas siguen doliendo porque es frustrante tratar de levantarte y que te recuerden las caidas, si...es muy frustrante; por eso Ritsu no pudo evitar romperse y temer.

Pero para eso siempre esta su Takano, su apoyo, cuando tienes a alguien asi en tu vida, cuando ya lo demas no importa, sabes que estas con la persona indicada, ellos dos son un soporte mutuo, lucharon mucho para estar juntos y no se van a separar ante los obstaculos.

Eso es lo importante, superar estas cosas lleva tiempo, no es facil, las cicatrices quedan ahi; pero el dolor se va si tienes a tu soporte; Ritsu se ha vuelto bastante fuerte al igual que Takano y aunque su relacion no sea la cosa más perfecta siempre se van a apoyar y de eso trata el amor.

Espero que les haya gustado


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