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The Mad Proffesor por algodon Sibyl

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Notas del capitulo:

<o< Hola!

*miradas asesinas*

o.oU perdonenmen linduras n.nU 

Bueno, antes de que me maten y me descurtizen por no haber actualizado rápido les diré dos cosas:

1.-Sí, habrá más de Harada en este episodio, no se desesperen ésta es una parte necesaria en la historia

2.- soy una atrasadora (Qué chingados significa eso sibyl (?) Pues ni yo sé! D:<

3.- Me gusta enumerar las cosas <o<

*disculpen, a la autora le dio un arranque de esupidez transitorio...

¬¬ 
En fin, sólo lean Si QUIEREN!! 

*Ya cálmate <..<

Órale pues... -3-

¡Jóvenes! ¡Alinéense por cintas! El profesor Cristoff daba  la clase se notaba más molesto que de costumbre, cosa que no pasó desapercibida por Hipo.

Los miembros de “furia nocturna” obedecieron inmediatamente, todos acomodados por el color de su cinta.

¡Escúchenme bien! Llamó el profesor. Mañana  es un día muy importante para muchos de ustedes, así es, por fin será la entrega de cintas negras. Los chicos se miraron  unos a otros entusiasmados. Vendrá alguien muy importante, así que manténganse firmes y sean obedientes.

Hipo tenía su mente en blanco, recordó lo que Jack le había pedido y no podía dejar de pensar en ello. Al finalizar la clase salió apresuradamente, entró al estacionamiento de profesores y distinguió su objetivo: Daichi Harada, quién se dirigía a su auto con su rostro sin expresión de siempre.

Tragó saliva, dudando un poco; recordó todo lo que era capaz de hacer por su albino favorito, así que corrió a su auto, siguiendo a Harada. Cada que paraba en alguna señal de alto, su corazón se paralizaba, temiendo que el profesor se percatara de su presencia.

Entrando a una avenida transitada, pasaron unos minutos en los que Hipo se sintió completamente aliviado. Sintió que todo estaba saliendo a la perfección; Cuando, de repente, Harada se metió en una carretera algo oscura, a cada metro que recorría, la luz al igual que otros rastros de civilización humana iban desapareciendo poco a poco.

Hipo tuvo un mal presentimiento, pero no se dio por vencido y siguió el auto rojo del profesor. Sudaba a pesar de que el clima era demasiado frío para hacer algo como eso.

Pasó más o menos media hora donde la tensión aumentaba a cada segundo, algo le decía que el loco del auto de enfrente se había dado cuenta de que alguien lo estaba siguiendo, pero esto no le importó, ya que en lo más profundo de su mente sabía que debía seguirlo costara lo que costara, en eso sus pensamientos fueron interrumpidos por el auto que seguía el cual se giró bruscamente a la derecha entrando a un terreno baldío donde se detuvo.

Acto seguido  Hipo estacionó su auto a unos metros de él, mirando como éste bajaba de su auto y se posicionaba en medio del terreno. En este punto de la carretera no se podía notar ni rastro alguno de presencia humana, sólo el sonido de los pájaros, las pocas estrellas que salían alegres a brillar y el color del cielo que anunciaba la llegada de la noche. El terreno era bastante amplio, era como ver un campo completamente solitario, algo realmente precioso. Harada se adentró y se quedó parado mirando el cielo como si estuviera esperando a alguien… …y así fue.

Hipo miraba con algo de temor como un hombre con máscara y vestido en su totalidad de negro llegaba y se paraba detrás del mentor; no podía escuchar, pero creía que así era mejor.

Llegas a tiempo… Comentó el hombre de la máscara.

Yo siempre… Contestó Harada con una sonrisa maliciosa. El hombre sacó algo de su chaqueta y se lo entregó a Harada.

Muy bien señor puntual, será mejor que no cometa una estupidez, sabe lo peligroso que puede ser llevar algo así en la calle…

Descuida, no soy idiota.

Claro… El hombre caminó alrededor de Harada. Dime algo Daichi, ¿Qué planeas?

¿Mh? ¿A qué te refieres? Preguntó el aludido fingiendo confusión.

Sabes a lo que me refiero, no tienes un objetivo fijo ¿verdad? Haces sólo lo que quieres, sin ninguna meta y eso a veces perturba. Lo miró fijamente.

El interlocutor emitió una risa seca. Oye Yokai, dime una cosa, ¿Acaso la doctrina de Sócrates fue aceptada en su tiempo?

¿A qué viene ésa pregunta? El mencionado parecía confundido.

A eso voy… Escondió el objeto y se giró hacia Yokai. Nadie comprendería si lo llego a decir, incluso si lo hago perderé la vida como el gran Sócrates… …aún no estoy listo para ello, aunque debo decir que la muerte no me aterra como al resto de la gente.

¿Estás diciendo que todos en el mundo son unos descerebrados?  

Por favor, no me malentiendas. Hay cosas que sólo uno mismo puede entender.

Muy bien, entonces dame una pista.

El mundo perfecto Yokai, ¿Qué es para ti el mundo perfecto?

Yokai parecía que lo miraba fijamente. No sé qué demonios tratas de decirme, ni sé la respuesta que deseas escuchar, así que dime ¿qué es “el mundo perfecto” del que hablas?

Buena respuesta; todo el mundo tiene un “mundo perfecto”, el mío… …sólo digamos que pronto lo sabrán… Sonrió de forma curiosa. Yokai no decía nada.

Bien señor perfecto, nos vemos… Se giró para salir del baldío.

Adiós Yokai… Se despidió Harada quedándose más tiempo en el terreno.

:D

Elsa llegó a su casa bastante exhausta, dejó su chaqueta y cosas en un sofá y fue a acostarse a su cama. En eso la puerta principal se abrió, dejando ver a un chico albino y a una chica castaña platicando animadamente.

¿Entonces qué te dijo? Preguntó Anna con curiosidad.

Dijo que luego de que hiciera su trabajo pediría su recompensa. Respondió Jack girando a otro lado evitando la mirada de Anna.

Uy… me pregunto cuál será esa “recompensa” Comentó Anna  dedicándole una sonrisa pícara a su primo.

¿Qué?

No, nada, es sólo que… … ¿Has visto cómo te mira? Algo me dice que no quiere dinero… Soltó una risita.

¡Déjame! Se defendía Jack poniéndose rojo.

¡Jajaja! Elsa los escuchaba desde su cuarto y sonreía, le encantaba escuchar esa risa emanada desde los hermosos labios de su hermana.

:D

Hipo había seguido a Harada hasta su casa, estacionó su auto a unos metros, por suerte éste no se había percatado de la presencia del chico castaño así que se sentía algo seguro pero no podía negar que estaba nervioso, algo en ése hombre le causaba mucho miedo.

El aludido se metió a su casa, que estaba en un lugar bastante apartado de la universidad, lo que hizo que Hipo se preguntara cómo es que no se cambiaba a otra escuela más cerca. Suspiró pesado.

Recuerda Hipo, esto lo estás haciendo por él… Pasaron diez minutos luego de que su objetivo se resguardó en su hogar, acto seguido Hipo se escabulló y miró por la ventana; Harada estaba parado en la sala sin moverse. De un movimiento se quitó su saco negro y su camisa blanca, dejando al descubierto su bien tonificado torso que al parecer tenía demasiadas marcas en su espalda, pero la que más sobresalía era una enorme quemadura que abarcaba la mitad de su espalda. Hipo no quería admitirlo pero ése tipo era bastante atractivo, incluso su físico haría babear a cualquiera.

Harada movió unos botones en su estéreo y de repente comenzó a sonar “Season of change” del grupo Stratovarius, el sonido estaba bastante alto, por lo que no pudo escuchar lo que Daichi decía cuándo comenzó a mover los labios.

Hipo estaba más nervioso ahora, pero se alivió que éste subiera a su cuarto.

Abrió la ventana y entró sin dificultad, miró a su alrededor, contemplando como la sala de estar estaba completamente limpia, a pesar del volumen alto, se percató del chorro de agua que caía del baño.

Comenzó su trabajo; primero revisó el saco del profesor, recordando lo que la persona con la que se encontró en el terreno le había dado, pero no logró encontrar nada.

Revisó los estantes y cajones donde se encontraba el estéreo. Sólo quedaba una cosa por hacer: ir al segundo piso.

Al subir las escaleras comenzó a temblar, tenía un muy mal presentimiento de esto.

Luego de unos minutos la canción terminó abriendo paso a la siguiente: "Stratosphere". Se acercó sigilosamente al cuarto que quedaba al lado del baño, al parecer el de Harada.

Pasó saliva y abrió la puerta, su corazón se detuvo al no escuchar la llave del agua, quedándose estático en su lugar; falsa alarma, la llave se abrió de nuevo.

Abrió su armario, encontrándose con algo realmente sorprendente: fotos de Hiro en todos los ángulos posibles, sacó su celular y tomó fotos a diestra y siniestra.

Abrió los cajones del armario encontrándose con bastantes fotos donde estaba Hiro con otro chico mayor que él, Hipo no pudo reconocer de quién se trataba por la escasez de luz, al abrir el último cajón se encontró con una libreta llena de anotaciones, por un momento creyó que era del trabajo, al darle una hojeada sus ojos se abrieron de par en par, el sudor caía a cada segundo que pasaba, la música, fuerte y poderosa no hacía más que ponerlo más nervioso.

La llave de la regadera seguía cayendo por suerte para él, esto significaba una cuenta regresiva.

Temblando tomó su celular y fotografío las páginas del cuaderno, sudando frío, esperando que en cualquier momento la silueta esbelta y bien tonificada del profesor Daichi Harada lo esperara en la puerta del cuarto.

Se llenó de terror al oír que de nuevo la llave del agua se cerró, la música aún no paraba, estaba en el estribillo. Su corazón a punto de salirse… ...cuando escuchó la puerta del baño que se abría…

 

 

Notas finales:

Por cada review que dejen, vacunaremos a los niños con una dosis de buena musica para que no caigan el terror del raeguetton 

La canción que escuchaba Harada:

https://www.youtube.com/watch?v=KPZ47_qMqYA

El álbum se llama "episode" del grpo Stratovarius, como mencioné antes <o<


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