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Feliz San Valentin por Watson

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Notas del capitulo:

Empecemos con el GTOP 

Disfruten. 

Estaba a media hora del 14 de febrero y seguía sin tener puta idea de que sería el mejor regalo para su amado hyung y novio de hace 8 años.

Definitivamente tenía que ser algo sorprendente y diferente, tenían bastante tiempo de no haberse visto, pues él había estado promocionando GOOD BOY junto a su mejor amigo y el mayor haciendo comerciales con algo o alguien llamado “Syrup” o algo así, tan mal novio era que ni se acordaba en que andaba el mayor, pero con todo el trabajo encima le era un poco difícil.

Pero volviendo al problema original ¿Qué putas le iba a regalar a su novio?

Dejó el trabajo de lado, total desde hace rato que nada fluía por su mente, y comenzó a jugar con su celular, más bien a investigar en internet, poniendo en el buscador lo típico “ideas para este 14 de Febrero” saliendo un montón de opciones, la mayoría de cosas hechas a mano, manualidades, repostería, poemas, cartas, etc.

Veía y descartaba, sabía hacer un poco de origami, pero solo eso, no aquellas manualidades que aunque hubiese repetido cinco veces el video, seguía sin  entender como hacerlo, y la repostería quedaba totalmente descartada, era un milagro que las sopas instantáneas no se le quemaran porque solo había que echarle agua caliente, y aunque no quería al parecer iba a tener que comprar algo, no quería, quería que su regalo fuera inolvidable para su chico, quería que en un futuro recordara aquella fecha, porque en sus ocho, casi nueve años de relación, habían “celebrado” al menos 3, quizá 4 veces el tan esperado y odiado San Valentín, si uno no estaba de viaje trabajando, era el otro, sino ambos en conciertos o eventos especiales para las fans y terminaban olvidado que día era, o terminaban muy cansados como para intentar hacer algo, o por sus apretadas agendas olvidaban que la fecha se acercaba hasta que el manager hablaba sobre algún evento referente a esa fecha; definitivamente aquella ocasión debía ser especial, además tendría los próximos días libres gracias al maknae entrometido que había logrado cambiar sus agendas.

 

Finalmente desistió de seguir buscando en internet, pues todo se enfrascaba en lo mismo, ¿Por qué no había cosas más originales? Ni siquiera en esta ocasión la mercadotecnia y sus miles de productos lo habían convencido.

Un insistente dolor apareció en el lado derecho de su cabeza, anunciando una migraña segura. Levantándose de la incómoda silla, tomo sus cosas guardándolas en su bolsa…mochila de hombre para después colgársela en el hombro.

Ya era pasada medianoche y ya tenía medio listas tres canciones, había que hacerle varias modificaciones, pero ya era un gran avance, así que si se tomaría muy en serio eso de “Días de descansos”, así que creando un improvisado sobre con las hojas donde tenía las letras y metiendo en esta la memoria usb con sus mezclas, lo dejo en aquel escritorio con una nota dirigida a Teddy, donde decía que no lo molestaran los próximos cuatro día de descanso que bien merecido se los tenía.

Con celular y llaves del auto en mano salió de la empresa, con el único objetivo de llegar a su casa, preparar un baño de burbujas, tomar vino, quizá un sándwich e ir a dormir, si definitivamente aquello sonaba como un plan demasiado perfecto que esperaba llevar a cabo de inmediato.

 

Espero unos segundos a que las puertas automáticas de la cochera se elevaran para poder entrar y estacionar su auto, en cuanto el auto estuvo dentro las mismas puertas comenzaron a bajar solas. Con pereza se dirigió a la puerta que lo trasportaba de forma directa a la sala de su casa, dejando sin cuidado lo que llevaba con él con la intención de aventarse en el sillón y descansar un poco y después llevar a cabo su plan de relajación, pero un fuerte sonido de estar golpeando algo lo hizo detenerse; aquel ruido provenía de la cocina. Algo asustado Ji Yong tomo lo primero que encontró y con pasos lentos comenzó a caminar a la cocina, ¿La señora de la limpieza? Lo dudaba, ya era demasiado tarde, ¿Su mamá? No, demasiado tarde ¿Su hermana? Posiblemente….no, estaba de viaje. ¿Un ladrón? O peor aún una fan sasaeng que había logrado burlar la seguridad. Lo más conveniente era hablarle a la policía, pero como siempre su curiosidad le ganaba. Intentado no hacer mucho ruido comenzó a acercarse a la cocina, y cada que se acercaba más, los sonidos de estar golpeando cosas eran más fuertes.

Tal como si fuera una película de acción, se pegó a la pared, esperando algún otro ruido que no tardó en llegar y recurriendo a su inexistente valentía, empujo la puerta de la cocina haciendo que esta se azotara contra la pared a la que estaba empotrada, haciendo acto de presencia mientras sostenía en alto y con supuesta amenaza el objeto en sus manos, pero lo que vio ahí realmente no se lo esperaba:

 

- ¿Seunghyun? – el nombrado se giró quedando frente al menor.

 

- Ji Yong, llegaste –sonrió de forma amplia, pues sus hoyuelos se hicieron presentes.- ¿Qué se supone que haces con ese teléfono inalámbrico? –pregunto algo confundido el chico mientras una de sus espesas cejas se levantaba.

 

Si no fuera por el buen equilibrio del mayor, posiblemente ambos estarían en el piso. De un momento a otro, Ji Yong había soltado el aparato y había corrido, literal, hacia su novio envolviendo de inmediato en un fuerte abrazo.- Hyung ¿Qué haces aquí?

 

- ¿Me estas corriendo? Para irme, tal parece que no te gusto mi sorpresa –era claro que estaba bromeando, pero el menor no se lo tomo de aquella forma, así que lo apretó más en sus musculoso brazos y elevándose sobre sus puntas se acercó al rostro de su chico, mordiendo le la barbilla.

 

- Ni se te ocurra irte Seunghyun –la mirada amenazante del líder no se hizo esperar y una sonrisa en los labios del mayor tampoco.

 

- No lo hare Yongie, tranquilo –dejo un suave beso, sonriendo al sentir como el menor dejaba salir un suspiro de al parecer satisfacción, la verdad él también había extrañado aquellos labios, y después en un suave movimiento se separo de este, no pudiendo evitar reír al ver el lindo puchero que se había formado en aquellos labios, y aunque lo estuvieran tentando a tomar de nuevo los labios del chico, lo que se cocinaba en el sartén necesitaba de forma más urgente su presencia.- ¿Cómo te fue en el trabajo?

 

- No has respondido mi pregunta, ¿Qué haces aquí? Y no, no te estoy corriendo –aclaro antes de que su pareja decidiera dramatizar.

 

- Salí temprano –una suave sonrisa se formó en sus labios, mientras movía la carne en el sartén.- Y decidí venir a visitar a mi mal humorado novio y prepararle la cena, además…-iba a seguir hablando, pero se vio interrumpido al sentir unos suaves pero fuertes brazos enredarse alrededor de su cintura, sabiendo de inmediato a quien pertenecían.

 

- Ere un bingu….-el menor escondido el rostro en la espalda del hombre entre sus brazos, sintiendo como esta vibraba por la risa que escapaba de aquellos lindos labios.- A pesar de los años, aun me haces sentir como en los primeros días, dices cosas cursis y haces que mi corazón se acelere, también mi estómago se revuelve como si algo volara dentro y haces que mi cara se sienta caliente….eres un bingu.

 

- Pero soy el bingu que más amas –dijo el mayor, mientras una suave sonrisa adornaba sus labios, la carne ya estaba lista, así que apago el sartén y dio vuelta entre los brazos del chico para también atraparlo en un fuerte abrazo y después juntar sus labios con los ajenos en un suave beso, sin dobles intenciones, solo labios rozándose entre sí para recordar la sensación.- Vayamos a cenar, tienes la boca blanca y eso es señal de que tienes hambre.

 

- No tengo hambre –habría sonado convincente aquellos si su estómago no hubiera decidido hacer acto de presencia con estruendosos sonidos, provocando un suave sonrojo en el afectado y una sonrisa de victoria en el espectador

 

- Claro, ¿Quieres el arroz con salsa de soya? –soltó al chico mientras caminaba por la cocina con total naturalidad y comenzaba a servir arroz en dos tazones, asegurándose de echarle suficiente salsa de soya, tal como le gustaba al menor.

 

*********

A pesar de ser pasadas las dos de la madrugada y de que ambos estuvieran demasiado cansados por el trabajo, la charla seguía siendo amena, la comida había estado deliciosa como siempre y los platos ya estaban lavados y guardados, y el vino seguía llenando las copas, simplemente no querían desaprovechar la oportunidad de estar juntos, tenían tanto sin verse que sentían como si hubiera pasado una eternidad.

 

- Ji, deberíamos de ir a dormir, ya van a ser casi las tres y sé que estas luchando para no quedarte dormido –sentencio el mayor de los dos mientras se terminaba el contenido de la copa y volvía a colocar el corcho a la botella de la cual habían estado bebiendo.

 

- No hyung, casi nunca te veo y cuando podemos, solo tenemos una corta charla

 

- Puedo ver como se te cierran los ojos. Ji, te conozco a la perfección, anda, vamos a dormir, al cabo tenemos días libres, gracias al maknae

 

- Si, deberíamos de ver como compensarle eso –de verdad que no quería irse a dormir, no cuando había tenido tanto sin ver a su novio, pero su cuerpo le estaba exigiendo aquel descanso

 

- No seas necio

 

- De acuerdo, esta vez me has convencido –se levantó de la mesa, saliendo de la cocina con el mayor a su espalda, subiendo ambos a la habitación del menor.

 

- ¿Te importa si me doy un baño? –el menor negó mientras sonreía de forma suave, ¿En serio el mayor le preguntaba si podía usar el baño? Vamos que eso ya no se peguntaba después de tanto tiempo.

 

El rapero mayor no espero más y comenzó a quitarse la ropa, y cuando estuvo en ropa interior se metió al baño, dejando en el cuarto a un dragón con la respiración agitada ante tal espectáculo y con las ganas de ver más.

 

- Tranquilo Ji Yong, no es como si fuera la primera vez que lo ves de esa forma –definitivamente no era la primera vez, pero después de tanto tiempo, vamos era un hombre con necesidades.

 

 ********Tras pensarlo por un buen rato, se comenzó a desvestir y una vez desnudo se adentró en el baño, siendo envuelto de inmediato por el vapor que salía de la regadera. Intentando no hacer mucho ruido, camino hasta la regadera, soltando un suave jadeo ante el espectáculo que se le era mostrado a través de las puertas de vidrio.

 

Con los dedos un poco temblorosos, abrió la puerta, adentrándose de inmediato y caminando unos cuantos pasos, pues la verdad la regadera era bastante amplia, se acercó al hombre que se mantenía con los ojos cerrados, sosteniéndose de la pared con una mano y con la otra sostenía su erecto pene el cual parecía estar masajeando con cierto ahínco.

 

- Tardaste mucho, por un momento creí que no ibas a entrar –la ronca y agitada voz del mayor resonó en el amplio baño creando un suave eco que hizo temblar al menor.

 

- Lo hiciste a propósito

 

Una suave risa escapo de los labios del rubio, mientras se giraba sobre sus talones quedando frente a su pareja.- Por supuesto, se cuáles son tus debilidades, mi amor –aquel “mi amor” se había escuchado jodidamente sensual, sobre todo cuando era susurrado en su oído y una muy dura erección se clavaba contra su estómago.

 

Sus bocas chocando entre sí creaban eco en el lugar, lenguas chupándose, labios succionándose, dientes mordiendo, el sonido era demasiado alto y muy erótico, tanto que ya estaba haciendo efecto en el castaño, su dormido pene comenzaba a llenarse de sangre, el apasionado beso y los manos del mayor paseándose por su cuerpo eran suficientes para hacerlo reaccionar.

 

Un erótico y agudo gemido escapo de los labios del menor al sentirse atrapado entre el cuerpo de su amante y el frio mármol de la regadera.- Esta frio –susurro contra los delgados y rojos labios de su hombre.

 

- En un rato dejaras de sentirlo –otro gemido escapo de los labios del menor al sentir los dientes del platinado enterrarse en su cuello, tenía la intención de reclamar por aquello, pero solo un gemido escapo al sentir como su semi erecto pene era tomado por esas enormes y un poco callosas manos, sintiendo las piernas temblarle como si fuera un venado recién nacido, la sangre correr a un solo lugar, el calor aumentar en él, y un increíble y relajante placer pasarle por el cuerpo.

 

Ahora no era su cuello el atacado, sino sus sensibles pezones que eran atacados por la experta boca, podía sentir como el otro chupaba como si quisiera sacar algo de ahí y le encantaba, era succiones duras y bruscas que solo aumentaban su excitación, y el órgano entre sus piernas ya habían tomado su mejor forma entre las manos del ajeno.

 

La verdad le había dolido un poco cuando su cara choco contra el duro y frio mármol, pero la verdad le había excitado más la rudeza con la que había sido cambiado de posición.

Su respiración se había hecho más agitada, no podía pensar en nada mas que no fuera en aquel pedazo de carne que se movía entre sus glúteos con amenaza de enterrarse en cualquier momento.- ¿Qué es lo que quieres, Ji Yong? Vamos, hazle saber a tu amo lo que quieres, vamos pequeña zorra, dile a tu amo que es lo que quieres  –un suave gemido escapo de los labios del menor ante aquellas palabras, le encantaba cuando el otro le hablaba tan sucio, y le gustaba mucho más aquel juego de amo y esclavo, ser sometido por el actor era algo para llevarte al Nirvana y desear nunca irse de ahí.

 

- Lo quiero a usted, amo. Quiero que me la meta por el culo y me dé tan duro, hasta que sangre y no pueda caminar. Quiero sentir su verga llenarme, por favor amo, hágalo, penétreme ya.

 

- Eres una maldita zorra caliente, ¿Lo sabías? –volteo al menor, haciendo que quedaran de nuevo frente a él, y tomándolo de los hombros lo obligo a ponerse de rodillas.- El amo te partirá el culo, pero primero quiero una mamada, y más te vale que sea la mejor, sobre todo si vas a querer correrte, es un derecho que te tienes que ganar, vamos perra, abre la boca y toma a tu amo –el rubio tomo su erecto pene y lo dirigió a los rojos labios del chico, siendo recibido de inmediato por esa húmeda y caliente cavidad, echando la cabeza hacía atrás por el agradable placer que le otorgaba aquella juguetona lengua.

 

El menor se dedicaba a lamer con gula aquel palpitante pedazo de carne, tomándolo de la base para un mejor manejo, y más que nada para evitar ahogarse, cuando el placer era grande para el mayor le embestía la boca sin consideración, no le desagradaba para nada aquello, pero los siguientes días se encontraba bastante ronco y con molestia de garganta. Abría la boca tanto como podía, a veces dejaba de tomarlo con la mano para intentar tomar de él tanto como pudiera con su boca, a veces le provocaba arcadas, pero eso solo aumentaba el placer del mayor, la vibración de las arcadas le llegaba hasta los testículos, haciendo que estos se tensaran y de su boca salieran más impropios hacia el chico de rodillas, pero a este no le importaba, de hecho lo excitaba y lo mostraba con el rápido movimiento que hacia su mano sobre su propio miembro.

 

De un momento a otro sintió como aquel delicioso pedazo de carne era alejado de su boca, dejando al rapero menor desconcertado, pues pensaba que lo estaba haciendo bien, ¿Lo habría lastimado sin darse cuenta?.- ¿Quién te ha dado permiso de tocarte ¡Eh! , zorra?  ¿Crees que te mandas solo? Vamos levántate y muéstrale el culo a tu amo, mereces un castigo.

Un morboso gemido resonó en el baño, un gemido que provino del castaño, el cual con algo de dificultad se levantó del suelo, tenía las piernas algo dormidas por la posición en la que había estado así que le había sido algo difícil, pero había logrado ponerse como el “amo” le había indicado.- ¿Así, amo?

 

- Cállate, no tiene derecho de hablar y  más cuando me has desobedecido –un agudo grito hizo eco en el lugar junto al ruido de piel siendo azotada, el mayor le había dado una fuerte nalgada al hombre de baja estatura que levantaba el culo contra él. La piel se había tornado roja justo donde había golpeado, dejando perfectamente la silueta de su mano marcada en la blanca piel. Esa era una de las razones para que el mayor amaba la blanquecina piel de su amante, se marcaba fácilmente, así el mundo podía saber fácilmente que tenía dueño.

Otra nalgada resonó en el lugar,  y después otras tres.- Espero que hayas aprendido la lección, sino la próxima no seré tan considerado. - se acercó al menor, metiendo su pene entre los glúteos de este, dejando el glande bastante cerca de la entrada del bajo, pero sin empujar o tener intenciones.- Pero hoy estoy de buen humor, y te voy a recompensar por haber aceptado tu castigo sin quejas, bien sabes cuánto me gusta que me obedezcan. ¿Listo para tu recompensa?

 

****

Ahora el grito había sonado algo desgarrador, pero si se escuchaba con atención también había ciertos matices de profundo placer. El rubio se había empujado con fuerza hasta adentrarse en el chico, ni siquiera lo había preparado, pero ese era el punto del juego.- Tan estrecho, ¿Has extrañado a tu amo? Puedo sentir como me succionas la verga Ji Yong, un poco más y me la puedes arrancar –tomándolo de las caderas, comenzó el insistente vaivén, en ningún momento fue lento, más bien, eran embestidas rápidas donde apenas salía del interior del chico.- Estoy enterrado hasta los huevos, ¿Puedes sentirlo? –otra nalgada fue a parar al rojo glúteo de menor.- Responde

 

- Si amo, lo siento y aghh...joder….joder…me encantan, más duro amo, mas –le había dolido al principio, pero joder que bien se estaba sintiendo ahora, caliente y frio a la vez, el dolor y el placer combinándose.

 

- Eres una perra sucia –susurro en el oído del chico, mientras tomaba el lóbulo y lo chupaba, su diestra jugaba con los pezones del chico y la izquierda lo sostenía con fuerza para evitar que el menor cayera, podía sentir como las piernas del ajeno temblaban, sabía que si lo soltaba este caería de inmediato al suelo.

 

 

- ¡AHÍ! Por favor, ahí amo, deme más ahí –aunque el juego seguía en pie en sus palabras, en sus movimientos ya no estaba tan presente, el peliplata se dedicaba a penetrar a ese pequeño cuerpo con fuerza, pero asegurándose que fuera placentero, sobre todo por la forma en que había entrado, el juego era rudo, pero aun así se preocupaba por el amor de su vida. Había encontrado el lugar especial, así que procuraba que las embestidas dieran siempre ahí, además para aumentar el placer en el chico, tomo su abandonado miembro, creando un lento vaivén, muy distinto a lo que eran sus embates.- Amo, siga por favor, ya casi me vengo.

 

- Aguanta un poco más Ji Yong, quiero que lo hagamos juntos –el tono rudo y posesivo había desaparecido, el placer era demasiado como para seguir con el juego de roles, Seunghyun podía sentir como la sangre corría con mayor insistencia a la zona sur de su cuerpo, sus testículos comenzaban a tensarse, y ni qué decir del menor, estaba en la misma situación, faltaba poco.

 

- ¡SI! ¡Si! ¡Joder! No pares –hilos blancos y espesos comenzaron a caer por la mano del mayor y parte de los azulejos, y poco después sucedió lo mismo en el interior del castaño.

 

Las respiraciones eran demasiado agitadas, el calor se expandía de forma agradable a través de sus cuerpos, sentían la cabeza darles vueltas por el intenso placer, el Nirvana era maravilloso.

 

************

 

- ¿Estás bien?

 

- Si amor, tranquilo –una suave risa escapo del castaño, era quizá la décima vez que su novio le preguntaba aquello. La verdad le dolía todo el cuerpo, en especial su entrada, pero eran dolores llevaderos y sobre todo placenteros, porque le recordaban lo bien que se lo había pasado.

 

- No te creo

 

- No me creas pues –dejo un beso la barbilla del mayor, volviéndose a separar para dejar que terminara de secarle el cabello, intentando no quedarse dormido.

 

- Listo

 

- Gracias amor –con algo de dificultad se levantó de la cama, recargando una mano en el desnudo torso de su pareja y la otra en las piernas cubiertas por aquella vieja pantalonera.- Estoy bien ¿De acuerdo? Pero mañana deberás traerme el desayuno a la cama, ¿Okey? –soltó una suave risa, para después dejar un suave beso en los finos labios del actor.

 

- Perdón….

 

- ¡Deja de disculparte!

 

Un puchero, como los que rara vez veía, apareció en el rostro del mayor. Acciones como esas hacia dudar a Ji Yong sobre la edad de su pareja.

 

- Espera aquí, tengo algo para ti –se separó del rubio para dejar que este se levanta de la cama, mientras el permanecía parado, así era menos doloroso, además por llevar solo una playera larga y nada debajo, le entraba suave brisa que calmaba un poco su zona intima.

Espero de forma paciente, mientras suaves bostezos se le escapaban, viendo como su chico rebuscaba entre las bolsas de la ropa con la que había llegado hace momentos, riendo un poco al ver como el rubio gritaba “Eureka” al encontrar lo que sea que hubiese estado buscando.

 

- Feliz San Valentín –el asombro de hizo presente en el rostro del rapero menor, mientras recibía una pequeña caja blanca con un listón negro.- Espero te guste –la sonrisa del mayor era enorme.

 

- Seunghyun…-la voz del menor sonó algo baja, triste y muy apenada

 

- ¿Qué pasa? Preguntaría que si no te gusto el regalo, pero ni siquiera lo haz abierto

 

- No es eso, es que yo no te compre nada –se mordió de forma suave el labio inferior, se sentía muy mal por aquello, pues hasta su extremadamente distraído novio si había logrado conseguirle un regalo y él ni siquiera unos chocolates había comprado.

 

- Yo no quiero nada, ya me diste mi regalo haya dentro del baño y quizá mañana vuelva a reclamarlo.

 

Un suave sonrojo apareció en su rostro, bastante irónico, porque dentro del baño la vergüenza nunca había hecho acto de presencia.- Vamos ábrelo.

 

El menor asintió y abrió la caja, encontrándose con una llave, no tan grande como la de una casa o carro, pero tampoco tan pequeña como la de los candados que venían en los candados de los diarios, además tenía una forma particular, la punta inferior solo tenía dos dientes, como la llave que abría algún baúl, y la parte superior tenía la letra G.- Es lindo –sonrió de forma suave, acercándose a su pareja para rodearle por el cuello y dejar un beso en sus labios.
Volvió a guardar la llave, dejando la caja sobre su tocador, tomando después la mano de su pareja para guiarlo hasta la cama, donde ambos se recostaron, uno pegado a otro.

 

- Ji….

 

- Uhmm…

 

- Espero cuides muy bien esa llave. Esa llave abre algo muy importante.

 

El sueño estaba más que presente en el cuerpo mas bajo, pero ahora tenía curiosidad de las palabras del mayor.- ¿Abre algo en especial? –el mayor simplemente asintió con la cabeza, esperando a que el chico volviera a recostarse entre sus brazos.- ¿Y que es lo que abre? –como siempre la curiosidad, su mejor aliado y también el peor.

 

- Cuando termines tu servicio militar lo sabrás

 

- ¿¡Que!? ¿Por qué? Falta mucho para eso, vamos Seunggie dime que es.

 

- No te lo diré – y finalmente decidió cerrar los ojos con la intención de cortar el tema.- Solo puedo decir que tiene mucho que ver con tu gusto por aquella iglesia frente a la plaza principal.

 

El menor estaba sorprendido por aquello, su mente le indicaba lo que aquello significaba, pero su novio era tan bingu que hasta para las indirectas solía ser torpe, así que no sabía que tanto creerle a lo que su mente se había imaginado.- Ya duerme Ji, no es tan complicado de entender, pero debes ser paciente

 

Ji Yong solo asintió con la cabeza, volviendo a recostarse en su lugar favorito, y ese era los brazos del mayor.- ¿Seung…?

 

- Uhmm…

 

- Te amo

 

- Yo te amo más.

Notas finales:

Espero les haya gustado, esperen por los proximos, me apurare lo más que pueda para terminar este y no dejarlos a medias como mis demás fic, que poquito a poquito he ido retomando, porque la verdad quiero primero terminar de escribirlos, para simplemente preocuparme de subirlos, contestar rw [donde me dejen sus carpichos, quiero dedicarme a crear one-shots para quien me los pida] y si algún día mi imaginación regresa completa, hacer más fics con interesantes temas, y sobre todo drama, a Watson le encanta el drama. 

 

Bueno, ya me emocione escribiendo, see you later. 


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