~Nathaniel~
En compañía del pelirojo y bajo la luz de la luna obviamente no me siento nada cómodo, sentía miradas de su parte aunque seguro no le apetecía acompañarme hoy sin embargo es muy amable por su parte pero me gustaría saber el ¿Porqué? ¿Porqué me acompañaba? La verdad no lo sé, es extraño ya que Castiel no suele ser así conmigo. No lo soporto más, voy a preguntarle. Así me armé de valor, tomé aire y le pregunté -Castiel, ¿Porqué decidiste acompañarme a casa?- Dije rascandome la cabeza mientras miraba a otro lado para ocultar los rubores en mi rostro. No recibí respuesta en los seguidos 30 segundos y me pareció extraño asi que volteé y parece que... ¡¡¿¿C..Castieeel??!! ¡¡¿¿Con un mínimo sonrojo apenas visible??!!.. Esperen, mejor no confundo las cosas quizás es sólo el reflejo de su cabello rojo no lo sé.
-Pues... Es tarde y preferí acompañarte porque... Bueno, porque eres muy débil como para defenderte sólo además podría ser mi acción buena del año jeje- dijo al principio con un tono bajo así como a duras penas y luego su típico tono arrogante que siempre me hacia enfurecer, demonios éste seguro es el imbécil más grande que pudo haberme dado la vida, pelirojo de porqueria.
-C..cállate! Sé defenderme, no es necesario que me acompañes Imbécil- Dije desafiante y al ver a castiel pude notar su ceño fruncido, jaja se enojó un logro de hoy para variar..
-Y también me preocupo por ti- dijo en susurro sacandome de mis pensamientos victoriosos pero el susurro fue apenas audible por lo que sólo entendí el “por ti”.
-P..Perdona ¿qué?- Dije para ver si se atrevía a responderme aunque sólo vi que miró al cielo lo más calmado posible, vaya... Jamás pensé ver un poquito de paz en él o quizás sólo fingía o se burlaba de mi no sé, él es completamente impredecible.
-Nada... Olvídalo, aparte de Idiota, sordo también eres... Jaja Tonto Oxigenado- ¿¿O..oxigenado?? Es la primera vez que me dice asi en lo que a mi concierne pero siento cómo si ya me lo hubiera dicho, me molestó el apodo pero aún así esta sensación de Deja Vú no desaparece.
-Nunca cambias...- sin nada más que agregar, miré hacia adelante y noté que ya estabamos justo frente a mi casa- Bueno Castiel, gracias por acompañarme... Imbécil- No sé, siento que era necesario insultarlo, simple costumbre supongo.
-Sin problemas “Don Perfecto”- Otro apodo, se los inventa rápido el menso este.
-En fin nos vem...- fuí interrumpido por el sonido de la puerta abriendose, al voltear era mi padre quien nos miraba con el ceño fruncido, estaba enojado pero no cómo siempre parecía estarlo aún más- Ah, padre... Disculpa la tardanza, yo...-
-Nathaniel, adentro- fuí interrumpido por el mayor a lo que me pareció extraño, usualmente él siempre me deja explicarle antes de regañarme o siquiera dirigirme la palabra, duré unos segundos mirandolo confundido hasta que volvió a hablar -¿Que no escuchaste? ¡Adentro dije!- Hablaba en serio. Entré rápidamente sin comentar nada, nisiquiera me despedí de Castiel. Bueno mañana lo veré de todos modos.
~Castiel~
Ví cómo Nath entraba a su casa haciendo caso a la orden de su padre el cual me miraba con rabia, y tenía sus razones, ese silencio era aterrador y con la mirada de aquel hombre pues la verdad incómodaba MUCHO más hasta que el hielo fue roto por aquel rabioso padre.
-¿Tú de nuevo? ¿No te quedó claro lo que te dije hace años acaso?- Diablos sentí escalofríos con su voz replicandome -Te había dicho que te alejaras de mi hijo- De nuevo esa frase.
-Lo tuve muy claro señor... Pero no quise dejar que Nathaniel venirse sólo a casa, las calles son peligrosas por la noche- Mis razones eran buenas y justificaron mi acción aunque no parecía ser suficiente para el mayor, seguía mirandome con enojo.
-Bueno, no seré ingrato y te daré las gracias por acompañarlo hasta acá, pero espero que no te entrometas en su vida, que su relación no vaya más allá de compañeros de estudios... ¿Entendiste?- No pudo ser más claro esta vez, claro que cuando me lo dijo yo era un niño aunque siempre he tratado de mantenerme al margen con Nathaniel por eso soy tan frío y molesto con él. Para que me odie y no pasé lo mismo que hace varios años.
-Lo que usted diga señor, pero nada me impide acompañarlo cuando sea necesario ¿verdad?- Tal vez era mucho pedir que al menos me dejara acompañarlo hasta acá por seguridad, no quiero que le pase nada a mi Oxigenado.
-Bien, puedes acompañarlo SÓLO si es muy necesario- Respondió más calmado, ya no sentía tanto odio y frialdad cómo hace unos momentos, aunque me alegró que me concediera eso al menos por lo que sólo asentí y volteé para retirarme sin antes despedirme de él.
-Gracias señor y buenas noches- el mayor asintió seriamente y cerró la puerta, diablos, que encuentro tan incómodo. Parecía uno de esos encuentros del típico padre protector tratando de alejar al joven de su hijita, en cierto modo suena gracioso pero ahora sé porqué ponen cara de “matenme” al escuchar esa conversación. Bueno obtuve algo después de todo, el placer de acompañar a mi oxigenado a casa... Pensando en lo recién ocurrido me fuí a casa con mi mirada sin despegar del cielo oscuro siendo únicamente iluminado por la Luna.
~Nathaniel~
Al estar en mi habitación no pude dejar de pensar en lo que pasó hace un momento, mi padre se habia quedado afuera por un corto tiempo que para mí fue eterno ya que esa mirada nunca la habia visto en mi padre y mucho menos ese tono de rabia y frialdad, daba miedo. Cuando mi madre me llamó a cenar sentía un ambiente incómodo, mi padre no me miró y mi madre sólo me sonreía en señal de que todo estaba bien lo cual me reconfortó un poco en cierto modo. Me costó conciliar el sueño, tenía tantas dudas e incognitas cómo: ¿Qué le dijo mi padre a Castiel? ¿Porqué duraron tanto? ¿Porqué el enojo de mi padre? Esas y muchas más preguntas y pensamientos pasaron por mi mente hasta quedarme dormido... Al despertar exactamente a las 6:30 a.m. Fuí rápido a comer unos panes con una taza de café negro así no quedarme dormido entre clases por el poco tiempo que dormí, salí deprisa puesto que no me gusta estar en casa mucho tiempo, es, aparte de incómodo, aburrido e intranquilo con los gritos de Ámber, bueno ya voy a medio camino del Instituto y no dejo de pensar en lo que pudo hablar mi padre con el pelirrojo, no logro imaginar el tema de dicha conversación.
-Bueno, quizás le pregunte cuando lo vea- susurré para mi mismo mientras miraba al suelo pensativo y cuando miré hacia adelnate noté que ya había llegado al Insti y como siempre no parecía haber nadie además de los profesores, ningún alumno, sólo yo, por lo que me dirigí a la sala de delegados dejando mis cosas en la mesa y sentandome un poco cansado y frustrado puesto que no debería tener sueño o cansancio pero bueno que más puedo hacer, debería tomarme algún descanso o algo aunque no me conviene por los momentos.
-Nathaniel, ¿tan temprano aquí?- alcé la mirada a la puerta y era la directora quien tenía su dulce aspecto amable, una mascara perfecta ante todos jaja en cierto modo es difícil creer que ella al enojarse se vuelva como un demonio jaja a ver Nathaniel más respeto.
-Si, tenía cosas pendientes asi que decidí llegar temprano ¿hay algún inconveniente?- pregunté cortézmente.
-No, para nada... Te dejo para que continúes, ¡que tengas lindo día!- dijo para luego irse, suspiré y disponía a continuar con mis pensamientos pero alguién más entró, Joder ¡¿¿que nadie podría dejarme respirar tranquilo o siquiera pensar??!
-Uhm, Nathaniel... ¿Estás ocupado?- Era melody y yo sonreí para no ser grosero aunque tuviera mal humor.
-No para nada ¿porqué?- pregunté curioso porque estaba un poco ruborizada -¿Te encuentras bien Melody?- agregué un poco preocupado, ella no suele ponerse así.
-S..sí, sólo que... Yo pues...- se ponía más roja y miraba a los lados, yo me coloqué frente a ella y le puse la mano en la frente y el cuello para ver si tenía fiebre o algo así pero sólo logré que me viera a los ojos un poco sorprendida y muy avergonzada -N..Nath..- al decir aquello la Castaña me tomó de la mejilla con una de sus manos mientras que la otra la colocó en mi pecho, yo estaba un poco sorprendido y no me movía porque seguía procesando lo que estaba sucediendo, cuando ya casi llegaba a rozar mis labios alguien entró de repente y me haló del brazo bruscamente sacandome de la sala, yo confundido forcejeé un poco y al ver quién era sentí cómo la sangre hervía en mi rostro.
-¿C..Castiel? ¿Q..que pasa? ¿A dónde me llevas?- No entendía absolutamente nada, ¿Porqué me sacó así de la sala de delgados? ¿Que le pasaba? ¡¿PORQUÉ DEMONIOS NO ME DECÍA NADA?! -Castiel, ¡Mierda! ¡¡Por lo menos respóndeme!!- Grité hasta ver que entrabamos al Sótano pero él cerró la puerta encerrandonos a ambos -¿Q..qué hacemos aquí? ¿Porqué me trajiste aquí?- el pelirrojo mantenía el silencio y con su mirada hacia abajo haciendo que su flequillo le cubriera parte del rostro, disponía a romper ese incómodo y frustrante silencio pero él se me adelantó.
-¿Qué hacías con ella?- Dijo con voz un poco baja.
-¿Q..qué?- dije un poco confundido.
-¡Serás sordo maldición!... Que ¡¿Qué hacías con Melody?!- Dijo enojado, cosa que me sorprendio un poco.
-P..pues nada-
-No quieras verme la cara de Idiota, ¡estabas tan cerca de besarla! ¡¿O acaso lo olvidaste?!-
-E..ella era quien iba a besarme, no yo a ella- Dije apenas por los nervios.
-No claro, y tú siguiendole el juego ¡¿No?!- Ya no lo soporto, ¿porqué se enoja asi?
-¡¿Qué te pasa Castiel?! ¡¿Porqué te pones así?!- al decir esto me tomó bruscamente del brazo pegandome a su pecho y tomando mi mejilla para verle a los ojos, me puse lo más rojo posible y sentía cómo mi corazón estaba por salirse de mi pecho.
-¿Porqué no lo recuerdas? O... ¿Te haces el que no sabe?... .. Mi Oxigenado..- aquellas preguntas me confundían pero el apodo me hizo erizar la piel cómo la otra vez, por alguna razón sentía que ya me lo había dicho pero, por más que quería e intentaba, no lo recordaba, era frustrante en cierto modo.
-Cast.. Castiel, ¿De qué me hablas?- dije aún confundido o más, él simplemente cerró los ojos y me acercó hasta rozar nuestros labios, podía sentir su respiración y con el silencio su fuerte palpitar también.
-Nath, si no lo recuerdas o no lo quieres recordar... Yo te obligaré a hacerlo- ¿recordar?
-Castiel yo...- el pelirrojo me calló con su dedo aún con sus ojos cerrados, se veía tan bien, me gustaba su apariencia tranquila pero amenazante, su mano acariciaba mi mejilla por lo que yo tragaba nervioso luego quitó su dedo de mis labios y me tomó de la otra mejilla para acercarme hacia sus carnoso y para mi deseables labios, no sé que me sucede, siento el deseo de besarlo alocadamente, entregarme a él para unir nuestros cuerpos y escencias, no pienso lo que hago, simple instinto.
-Nathaniel~...- Incluso cómo menciona mi nombre es tan encantador, y tras eso estuvimos a punto de fundirnos en un beso de pasión que transmitiría tantos sentimientos pero esa esperanza fue Terriblemente rota por alguién que abrió la puerta casi igual cómo la abrió Castiel interrumpiendo mi encuentro con Melody.
-¡¿C..Castiel?! ¡¿Nathaniel?!- Ambos volteamos a ver a la persona responsable de tan JODIDA INTERRUPCIÓN y para nuestra sorpresa era...