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Abismo por Maki no Leo

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Notas del capitulo:

Notas del Autor:  Me encuentro realmente apenada por no haber podído continuar esta historia, por lo menos concluirla. Aquí esta el siguiente capitulo, ojala les guste.

Disclaimer: Saint Seiya le pertenece a su autor: Masami Kurumada y a Shingo Araki, creador de los personajes

Advertencia: Este fic contiene yaoi (y este capitulo en especial, lemon)

Capitulo 2

 

Decisiones Difíciles.

Ese beso era lo que tanto había estado esperando…

Era un dulce beso que transmitía ese profundo sentimiento en su interior… y como Mu no se lo negaba…

Ese beso le dio alas para seguir…

Sus manos se perdieron el sedoso cabello de Mu, quien lentamente iba respondiendo el beso. Lo respondía con timidez, mientras que su cabeza era un mar de confusión.

Mi… mi primer beso…

Pero¿Qué está pasando? No lo entiendo… yo… yo amo a Saga… pero…

­- Mu… lo siento, yo… no…

¿Por qué¿Por qué me tuve que enamorar de ti, Saga¿Por qué?

Kannon notó la inseguridad en Mu, se separó un poco de él y con tono suave y dulce le pidió que le mirara…

- Mu, mírame por favor…- sus manos se posaron en ambos lados de su rostro, acariciando con ternura su piel.

Mu sentía su calido aliento en su rostro enrojecido. Pero no quería abrir los ojos…

No debía… ya que sabía que si lo hacía, vería el rostro de Saga,… y también sabía que, de hacerlo, no aguantaría las ganas de echar a correr lejos de él y llorar con amargura…

- Por favor… abre tus ojos, Mu… - insistía el gemelo.

… pero quería enfrentársele… quería verle a los ojos y retar a su corazón a dejar de sentir amor hacía ese hombre que tanto le enloquecía y daño le hacía a la vez…

Lentamente abrió los ojos, dejando ver sus hermosas profundidades esmeraldas. Cuando Kannon le vio, sintió su corazón dar un vuelco… esos ojos verdes le hipnotizaban… casi podía jurar que se había vuelto a enamorar de él…

- Dime que ya no sientes nada por Saga… dime que ya no sientes amor por él… Mu, dime que ya no hay amor… - pidió apenas con un hilo de voz.

Cuando a sus oídos llegó aquella petición, no evitó sentir su corazón palpitar con emoción. Una emoción que quedó en segundo plano al recordar aquellos años que paso en el silencio, compartiendo con su fiel compañera, la soledad, su más intimo secreto: su amor hacia Saga…

¿Es que todo ese tiempo no significo nada al final? A pesar del dolor que le traía el desamor de ese hombre… ¿aun dudada?…

- Yo… no… - calló un momento. ¿Qué diría¿Qué le diría¿Decirle que ya no sentía nada¿O que aún no estaba seguro de haber dejado de amarle?

Más su silencio no fue mal interpretado por Kannon… una sonrisa se dibujo en sus labios, mientras observaba con fijación el perfecto rostro de Mu: su suave piel lechosa, sus párpados cubriendo tímidamente sus bellas profundidades esmeralda, sus sonrojados labios… ¡Oh, cuantas ganas de volver a degustarlo tenía!

Con lentitud, unió sus labios a los suyos y los volvió a sellar en un beso… en uno lleno de amor, y miles se sentimientos

Sus labios jugaban, acariciando a los de Mu con anhelo, esperando a que este le respondiera con la misma intensidad…

Su espera no duró mucho… Mu no tardó en aclarar su mente y disipar todos los pensamientos confusos, para así responderle el beso con entrega y sentir todas aquellas hermosas sensaciones que ese beso conllevaba… ¡Que bien sabían los labios de Kannon! Sus brazos rodearon su cuello, acercándose más a ese aperlado cuerpo, mientras que las manos del gemelo rodearon la cintura del pelilila…

¡Dioses¡Que sensación! Esos carnosos labios eran su delirio… su cruz… su razón para vivir por la cuál, si fuera necesario, mataría…

Sus manos, entonces, comenzaron a trabajar…

Las prendas, ahora, estaban de más… Kannon quería hacer el contacto con la piel de

Mu aún mayor.

Quería hacerlo suyo. Y esté no se resistió…

En su habitación, Saga no podía conciliar el sueño… y no era a causa de los estruendosos relámpagos que caían, iluminando los alrededores para después desaparecer y dejar el lugar en penumbras, nuevamente.

Por algún motivo, se sentía impotente… furioso… algo dentro de él hervía, como si estuviera a punto de explotar…

Lo peor era que no sabía a que se debía aquello…

¿O sí?…

Ambos cuerpos desnudos descansaban sobre el colchón… Kannon apenas acababa de deshacerse de la última prenda, tanto del cuerpo del pelilila como del suyo…

Ahora miraba extasiado el hermoso cuerpo del ariano por segunda vez… relamiéndose al saberse nuevo poseedor de aquél cuerpo… al saber que sería el primero y el único en probar la dulzura de su piel, de acariciarle, de amarle…

Sus manos acariciaron sus brazos, casi con devoción, deslizando sus dedos por su pecho y vientre hasta acariciar la piel lechosa de sus torneadas piernas… para después regresar por el camino que ya había trazado… memorizando cada tramo de piel, cada curva, cada línea, cada detalle, inclusive la sensación que experimentaba al tocarle…

Aquella imagen de Mu, era encantadora… valía la pena grabársela en la memoria para toda la vida… se veía verdaderamente adorable: sus párpados cubriendo sus profundidades, sus mejillas completamente rojas al igual que sus labios, que estaban entreabiertos, exigiendo aire para sus pulmones… sus cabellos esparcidos por sobre la almohada y parte del colchón, contrastando enormemente con la blancura de estos últimos.

Parecía un ángel…

De pronto, el pelilla, lentamente, fue abriendo los ojos hasta toparse con la mirada de Kannon… se miraron por unos instantes hasta que el gemelo rompió el contacto al inclinar la cabeza y plantarle un dulce beso en el pecho…

Alguien corría por las escaleras… corría desesperadamente a pesar de la lluvia. En realidad, no le importaba mojarse… no… no después de haber escuchado aquello…

Sus rubios cabellos volaban con el recalcitrante viento, mientras que se sus hermosos zafiros, miles de lágrimas cristalinas se vertían…

Estaba destrozado…

Su mente estaba en blanco… no podía pensar en nada más que no fuera el placer de sentir los dulces labios de Kannon sobre su miembro. De sus labios salían numerosos gemidos, mientras que sus manos jugaban con el sedoso cabello azul del gemelo.

Sus gemidos… eran una dulce melodía que emanaba de sus labios, una melodía dedicada exclusivamente a él… una que sólo el sería capaz de oír y provocar…

Con deliciosa lentitud movía sus labios, en un continuo vaivén que se repetía una y otra vez, disfrutando del deleitable sabor de aquella piel. Pronto, la dulce semilla del pelilila sació la sed que embriagaba su seca garganta, como mana en un desierto.

Al alzar su mirada para verle a la cara, noto que las mejillas del ariano estaban encendidas en un hermoso color escarlata, que hacía que hasta las más bellas y rojas rosas palidecieran de envidia... sus manos avanzaron con rapidez y precisión hasta llegar a su rostro y acariciarle.

Mu entreabrió los labios al sentir el roce de su piel con la de su amante, dejando escapar toda la pasión y placer que en ese momento le llenaba, pero ese instante fue aprovechado por el ojiverde, quién devoró sus labios con hambre y ternura a la vez…

Sus manos acariciaban el esbelto cuerpo de Kannon, conociéndolo, memorizándolo, deseándolo, para al final, con sus brazos, rodeo el aperlado cuello, haciendo un poco de presión.

Cuando rompieron el contacto, sus miradas se encontraron… la intensidad con la que se miraron fue tan intensa (valga la redundancia --U) que hasta un iceberg se hubiese derretido en el mismo instante. En la verde mirada de Kannon había un destello ciertamente particular… era como si le pidiera permiso para continuar. El pelilila no le negó la petición. Aunque, no pudo evitar un pequeño estremecimiento.

El gemelo se acomodo las piernas alrededor de su cintura, después de unos pequeños instantes acerco dos dedos a la entrada de su dulce amante. Y antes de siquiera introducirlos, le susurró al oído.

- No quiero lastimarte, así que lo haré lo más suave que pueda¿está bien, amor?

- Si – dijo, su voz apenas era un hilo de voz.

Quiso hacerlo suyo en ese mismo momento, pero primero tendría que prepararlo si no quería hacerle un daño grave. Aguantándose ese deseo, introdujo el primer dedo, lenta y cuidadosamente, provocando que Mu se revolviera incómodo, con una clara expresión de dolor en su rostro. Kannon le tranquilizó. Sus labios casi rozaban los del pelilila.

- Cálmate, o te lastimaré- susurró, mientras que con más suavidad, introducía un segundo dedo.

- Duele – gimió Mu, a la vez que sus manos se aferraban a la espalda de Kannon.

- Se que duele, pero si no te relajas, puede que duela más… - le explico, también en su susurró.

Una vez dentro, comenzó a frotarlos entre si, dilatando lentamente la tan deseada entrada. Fascinado por la sensación de estar dentro de ese bello cuerpo. Una sensación de éxtasis embriago los dos cuerpos.

Cuando pensó que ya estaba lo suficientemente dilatado, sacó sus dedos de su interior, llevándose consigo un suspiro de alivio. Ya no aguantaba más… quería poseer a ese hermoso ser que tenía entre sus brazos… con suavidad, coloco a Mu boca abajo, este comprendió lo que pasaría a continuación, así que hundió su cabeza en la suave almohada y sus dedos se aferraron a la sabana.

Lentamente el endurecido miembro del gemelo fue adentrándose en aquel deseado cuerpo. Sintiendo la deliciosa estrechez y humedad de su interior.

Mu de lanzó un profundo suspiro que la almohada amortiguo, el cual se intensifico cuando sintió las lentas embestidas de su amante. Las cuales fueron lentas y suaves.

Sentía un horrible dolor. Sentía como si en cualquier momento se fuera a partir en dos, más no quiso detenerlo. Quiso sentir aquella calidez fusionándose con él…

Sus movimientos comenzaron a tomar velocidad cuando se dio cuenta que su hermoso amante ya no sentía dolor, si no un profundo placer. Ambos cuerpos embonaban perfectamente, como si su destino fuera el de estar juntos, el de pertenecerse el uno al otro.

El clímax llego cuando la cálida esencia de Kannon lleno el interior de Mu, mientras que este se dejaba caer, rendido en la cama. Kannon salió lentamente de su interior, arrancándole un último gemido. Se acomodó a un lado suyo y después de intentar regularizar su respiración.

Aún con los ojos cerrados, el gemelo sintió un suave peso sobre su pecho. Con lentitud, sus parpados se alzaron dejando ver sus hermosos ojos verdes. Mu se había acomodado sobre su pecho, reposando sus manos sobre su pecho, entrelazando sus piernas con las de él.

- Te amo, Mu – confeso de nueva cuenta, mientras le acariciaba aquellos hilos lilas que estaban regados por la espalda de su dueño, y su pecho, provocándole cosquillas.

- Yo también Kannon, - había sinceridad en las palabras del carnero, quien sintió los fuertes brazos de su amante rodearlo con cariño. Unos dulces labios besaron su frente.

Lentamente fueron victimas de los mantos de Morfeo y quedaron profundamente dormidos. Sintiendo el calor de sus cuerpos sudados. Respirando el aroma del otro. Saboreando los dulces besos que se dieron. Soñando con lo que pasará mañana. Disfrutando, cada uno, de su presencia…

Dos cuerpos se consolaban mutuamente, desahogándose de sus penas y entregándose con adolorido cariño. Derramando cientos de lágrimas que no tenían razón. Borrando todos aquellos sentimientos no correspondidos con apasionados besos. Sintiéndose por fin correspondidos y entendiendo que era lo mejor. Ahora ya no habría dolor…

Ya no más…

Notas finales:

¿Que les parecio? Por favor diganme que piensan.

®Copyright 2005 Aliss.chan


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