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Chaos 3 +Destiny+ por q-feuille

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Notas del capitulo:

+PERSONAJES EN MI PAGINA DEVIANTART+ (mi pagina esta en ingles ¿ok?)



Personajes en este Chaos:

Daegon
http://q-feuille.deviantart.com/art/Daegon-7-539778933

Kiba
http://q-feuille.deviantart.com/art/Kiba-8-539778789

Milfey
http://q-feuille.deviantart.com/art/Milfey-9-539778513




Mi pagina Deviantar:
http://q-feuille.deviantart.com/

???: Estuve siguiéndolos por mucho tiempo… se dirigen al lugar equivocado. Hay un gran mentiroso con ellos, y por su bien, que averigüen quien es…

Otra noche fría vuelve a hacerse presente.

Kiba: …No veo nada para hacer fuego

Daegon: Bueno, hay algunos árboles, podríamos intentar tirar uno abajo ¿Qué opinas Milfey?

Ambos observan al rubio, se lo veía pensativo, mirando al suelo, deprimido.

Daegon: ¿Milfey? ¿Estás bien?

El peli negro no recibe respuesta, verlo de esa forma resultó ser una señal de ventaja para Kiba, aunque debía confirmar lo que estaba creyendo.

Milfey: ¿Y si Kiba tiene razón? ¿Y si en realidad buscamos a alguien que lleva quizá años muerto? … Estoy poniendo a Daegon en peligro solo por buscar un cadáver…

Pensaba el rubio.

Kiba: Milfey…

Esa voz lo obliga a dejar de pensar, escucha la voz del castaño muy cerca de él, lentamente mira al frente, sin cambiar su expresión. Kiba lo observa, era la primera vez que el chico “delicado” no lo empujaba debido a su falta de higiene, o a lo desagradable que lo consideraba.

Daegon: ¿Escuchan eso?

No hacía falta tanto silencio para escuchar aquel sonido que resultó música para sus oídos. Siguieron la “melodía” hasta encontrarse con el provocante. Allí estaba, un hermoso lago.

Daegon: ¿Esto es… esto es real chicos?

Kiba: ¡Y yo justo me moría de sed!

Desesperados, Kiba y Daegon fueron a beber de aquella agua. Metieron sus cabezas enteras, con la sed que traían consigo era imposible que se ahogaran.

Daegon: ¡Si, ya me siento como nuevo!

Kiba: ¡Yo también, con este lago estamos casi completos!... ahora juntemos un poco, ya saben, las reservas…

De nuevo, los muchachos observan a Milfey, arrodillado, contemplando su reflejo en el agua, no había bebido si quiera un poco.

Daegon: Es como si estuviera en trance

Kiba: Algo así… se debe sentir deprimido

Daegon: ¿Crees que ese “alguien” tenga algo que ver con su depresión?

Kiba: …Probablemente

Ellos se hablan entre susurros, no deseaban ser escuchados.

Decidieron quedarse cerca del lago y pasar la noche. No tuvieron la visita de ninguna criatura. Daegon descansaba, su rostro se mostraba relajado, profundamente dormido. Kiba se había tomado la libertad de tomar un baño y darle una enjuagada a su sucio uniforme de Hunter.
Aun estando un poco húmeda volvió a ponérsela. Esperaba escuchar algún comentario de Milfey antes de irse a descansar; alguna humillación, alguna comparación, lo de siempre, nada positivo. Sin embargo, nada de eso pasó, no esta vez, Milfey estaba sentado y apoyado contra un árbol casi sin hojas; estaba contemplando sin ganas la luna siendo lentamente tapada por delgadas nubes. Kiba se le acerca, serio, decidido. Milfey lo mira sin reaccionar, siente como Kiba pone ambas de  sus manos en el rostro del rubio y lo acariciaba con sus pulgares, de una manera lenta y suave.
Observa como el castaño se acercaba más y más a él, a Milfey le terminan robando su primer beso. Al conseguir juntar sus labios con los del deseable niño coqueto, Kiba se sintió un poco más descontrolado, aun dominaba sus acciones. Sin soltarlo lleva su mano derecha hacía dentro de la campera del rubio, para así acariciar lentamente su suave y deseable piel.

Kiba: Lindo gatito…

El castaño, haciendo sus esfuerzos para mantenerse gentil, lleva su boca al tentador cuello de su compañero, lo besa por todas las zonas que podía, no había resistencia alguna ¿Por qué no dejarle una huella? Kiba se dispuso a dejarle una marca en el lado izquierdo del cuello, pero eso le ocasiona un dolor leve a Milfey, lo suficientemente leve como para despertarlo de lo que sea que estuviese pensando.
De inmediato empuja a Kiba, sorprendido, asqueado, confundido.
No dijo ni una sola palabra, ambos se quedaron mirando unos segundos, hasta que el rubio se pone de pie, se abraza a si mismo e intenta alejarse. Por supuesto, Kiba lo sigue dando algún que otro trote.

Kiba: Espera, espera ¿Milfey te enojaste por lo que hice?

Milfey continuaba caminando en silencio, el castaño insistía.

Kiba: Enójate todo lo que quieras, no creo que eso vaya a cambiar lo que estuvo a punto de pasar…

No había respuesta.

Kiba: Sé que estas acumulando mucha ira en este momento Milfey, deja de actuar así, si quieres decirme algo hazlo ahora, si quieres golpearme hazlo, no voy a hacer nada. Pero no te vayas de ese modo. No puedes hacerlo, no en un lugar como este

Milfey detiene su caminata rápida, voltea sorprendido, su expresión no cambió. Kiba se encontraba ahora enfrente de él.

Kiba: ¿Vas a golpearme? Vamos, aquí estoy… hazlo

Segundos de silencio, muy escasos, pero nada ocurrió más que fijas miradas. Entonces, el rostro de Milfey vuelve a la normalidad, el chico de clase que desprecia a Kiba.

Milfey: ¿Ahora me darás órdenes… a mí? No, no creo que eso suceda ahora o en cualquier otro momento. Nunca… va a pasar eso

Kiba: ¿Qué no va a pasar eso? Ya veo, el gatito saca sus garras de nuevo

Milfey: ¿Gatito? ¿Ahora ese mí apodo?

Kiba: Estaba pensando en ese o en llamarte “putita costosa”

Fue la gota que derramó el vaso, Milfey se lanza sobre el castaño y allí comienzan los golpes. Hábil y fuerte, así se lo podría denominar a Milfey en un encuentro cuerpo a cuerpo contra otro ser humano, cosa que Kiba no era, por lo que recibió más golpes de los que podía dar, y si los daba no apuntaba al blanco. Milfey se sube sobre él y acerca su navaja al cuello de Kiba. Este último solo ganó una nariz y un labio inferior sangrando.

Milfey: Te advertí… que no me tocaras

Kiba no responde, se tomó unos segundos para observar lo filosa, brillante y peligrosa que era aquella significante arma blanca. Definitivamente Milfey era el único capaz de matar a un monstruo utilizando el Tanto. El rubio se pone de pie, y antes de regresar a cumplir su parte de vigilar, le da un par de patadas en las costillas derechas a su compañero.

Milfey: Que te sirva de lección. Cuando amanezca tendremos una charla los tres

Kiba no podía responder a eso, estaba adolorido, hacía lo que podía por intentar levantarse, pero esas patadas le dificultaron las cosas. Milfey vuelve a su posición en el árbol, solo que al verse ahí sentado se observa la mano izquierda, toma la muñeca con la otra mano, siente un fuerte dolor. Golpear a Kiba fue la causa de ese dolor.
Daegon amanece después de una siesta que nunca va a volver a experimentar. Ve a Milfey cruzado de brazos contra el árbol donde hizo guardia, ve a Kiba lavándose el rostro con el agua del lago; con una expresión de odio en su rostro, reteniendo un sentimiento que no se demoraba en salir, pedía a gritos salir.

Milfey: Daegon, es momento de hablar sobre este nuevo rumbo

Daegon: ¿Qué sucede… de qué se trata?

Milfey: A partir de ahora seré quien dirija a este grupo. Muchachos de clase de un lado, plebeyos del otro, estos últimos van a lustrarle los zapatos a los de clase…

El rubio miraba de re ojos a Kiba, ya lo estaba señalando como el primer y único plebeyo.

Milfey: Ese tipo de personas… tienen que respetar a los más hábiles. Te hablo a ti Kiba

Kiba se pone de pie, con su lanza en mano.

Kiba: Vaya democracia…

Daegon: ¿Chicos… qué sucedió?

Kiba: Nada Daegon… Tengo a un gatito que callar

Antes que Milfey pudiera decirle algo Kiba lo acorrala con su lanza, poniendo su larga arma blanca en el cuello de su compañero, lentamente le cortaba el aire. El joven asiático se asombra al ver eso.

Kiba: Aquí no hay ni chicos de clase ni plebeyos. Aquí hay sobrevivientes, personas capacitadas para enfrentar toda esta mierda. Nos mantenemos vivos uniéndonos, no separándonos…

Milfey: Los… los plebeyos tienen un as bajo la manga… por lo que veo

Kiba: …Al parecer no me estas entendiendo ¿Tengo que presionarte más fuerte?

Daegon se pone nervioso, no le gustó para nada lo que estaba presenciando. Se acerca para intentar frenarlos.

Daegon: Chicos, por favor… no sé qué les pasa, pero esta no es la forma correcta de aclararlo. Kiba, suéltalo por favor… por favor Kiba

El castaño suelta a Milfey, este se toma del cuello y se dispone a recuperar el aire.

Milfey: Tsk… Kiba y yo somos personas distintas. “Clases” distintas mejor dicho, jamás deben juntarse alguien como yo con alguien como él

Daegon: Milfey… oye, tranquilo, ya pasó. Sean quienes sean, no nos detuvo de lo arduo que hemos trabajado juntos, somos un equipo, eso es todo

Debían escuchar las palabras de su compañero, su punto de vista era ese, ellos eran un equipo, solo así iban a poder avanzar, como un equipo.
Permanecen en silencio un momento hasta que un sonido los alerta, no se trataba de ninguna criatura, sino de armas, blancas como ellos las utilizaban, miran detrás de Daegon como él mismo lo hizo, no había nadie, solo un par de Sais en el suelo.



Episodio 3

Notas finales:

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