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Es de fresa. por Nayuki_Uchiha

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Notas del fanfic:

Los personajes pertenecen a Tadatoshi Fujimaki-sensei.

Fic creado por y para fans, sin fines de lucro.

Sólo hacer feliz al fandom yaoi~ 

Notas del capitulo:

BUEEEEEEEEEEEEENO~

¡VENGO CON TODO, LOCO, PREPARENSEEEEE!~ ok no. me calmo.

Acá un MidoTaka supah lindoh y lleno de amorsh.

Es la primera vez que me emociono tanto por San Valentín y hago fics ovo (escribí 5, y planeo escribir más respecto a la fesha esta del amorsh. aunque sólo este MidoTaka).

Pero bueni~ 

Espero les guste, lo disfruten, lleguen a leerlo hasta el final, y ¡Feliz San Valentín a todos los amores que me leen~!


San Valentín se acercaba y Midorima Shintaro lo sabía.

Lo sabía, pero le ponía los nervios tan de punta que prefería ignorarlo. ¿Qué haría? Era la primera vez que se sentía tan impaciente por esta estúpida fecha. Por cualquier fecha festiva, en realidad. El peliverde les prestaba mínimo de atención a los días festivos, lo justo como para ahorrarse que le hicieran preguntas molestas.

Pero ahora estaba en problemas. Su mente estaba dividida en dos, y discutían todo el tiempo al respecto del día de los enamorados. "¿Harás algo para Takao?"decía la primera voz. "Claro que no, esas son cosas de chicas" decía la segunda reprobatoriamente.

La verdad es que hacía meses que había aceptado que sentía más que amistad por el pelinegro, pero no le había dicho nada. Ni a él, ni a nadie. Él era Midorima Shintaro. Tenía que anotar todos sus triples y mantener sus notas. No tenía tiempo para sentimientos estúpidos.

Eso se repetía a sí mismo al menos 50 veces al día. Cada vez que Takao lo llamaba "Shin-chan", o que alguien se acercaba demasiado al pelinegro. Una alarma que decía "peligro" comenzaba a sonar una y otra vez en su cabeza, y optaba por calmarse a sí mismo y decirse palabras tranquilizadoras mientras simulaba arreglar sus vendas.

La semana antes del dicho 14 de Febrero, fue un infierno. Las chicas corrían emocionadas y soltando "kya's". Los chicos parecían idiotas, mostrándose más arreglados y siendo más buenos, esperando que alguna chica se le confesara. Takao lucía impaciente, pero lo disimulaba bastante bien, y Midorima quería morir.

Había decidido que no le diría nada, ni le daría nada, ni haría nada para Takao. Si quisiera hacerlo lo hubiese hecho cualquier día del año, no esperado hasta San Valentín. Esto había hecho que las discusiones en su mente se tornaran peor, dado que la primera voz decía que dejaría pasar una oportunidad perfecta y que alguien más podría confesarse a Takao, y la segunda voz decía que oportunidad perfecta sería cualquier día que Oha-asa lo decidiera, y que si Takao pensaba corresponderle, rechazaría a cualquier otro que se le confesase.

"Pero, tal vez, al ver que tú no te le confiesas, Takao decida salir con alguien más, aunque te quiera a tí", había dicho la primera voz, poniéndole fin a la discusión.

Y con esas palabras desalentadoras, Midorima Shintaro se durmió, manteniendo su decisión de no hacer nada al respecto.

 ..

Pero, el 14 de Febrero, Oha-asa lo traicionó.

Se despertó temprano en la mañana, habiendo dormido muy mal por culpa de pesadillas en las que varias chicas, y también chicos, se le confesaban a Takao, y éste terminaba aceptando salir con todos.

Alejando esos estúpidos sueños de su mente, se duchó, vistió y arregló, y bajó a desayunar como todas las mañanas. Su madre le había dejado un chocolate junto al café, como todos los años.  

Mientras daba un sorbo al café, sacó su teléfono y se colocó los audífonos para escuchar el horóscopo diario de Oha-asa y averiguar qué le deparaba el maldito día de San Valentín.

"¡Felicidades, Cáncer! Hoy obtienes el primer puesto. Es un día perfecto para afrontar lo que has estado evitando desde hace tiempo. ¡No te acobardes! La suerte está de tu lado. Tu lucky ítem es un chocolate sabor fresa, ¡Regálaselo a alguien en este día tan especial!".

Midorima, definitivamente, quería morir. ¿Era una broma? Llevaba semanas discutiendo consigo mismo sobre el tema, y al final, ¿Su decisión era la incorrecta? Siguió escuchando.

"Escorpio, ¡El segundo puesto es para tí! Lo que tanto has estado esperando, finalmente sucederá hoy. Tu lucky ítem es..." Midorima dejó de escuchar, ya no le interesaba. Takao estaba en el segundo puesto, ¿"Lo que tanto has estado esperando finalmente sucederá hoy"? ¿Qué demonios significaba eso? ¿Tenía algo que ver con "Es un día perfecto para afrontar lo que has estado evitando"?

No quería hacerse ilusiones, pero no podía evitar drenarse el cerebro en busca de respuestas a lo que Oha-asa había previsto para él y el pelinegro. ¿Eso significaba que todo saldría bien si se confesaba?  De todas formas lo haría, porque Oha-asa le había dicho que era el día perfecto para hacerlo.

Le envió un mensaje de texto a Takao, para avisarle que iría solo a la escuela, y salió de su casa camino a alguna tienda de chocolates.

La verdad es que le avergonzaba un poco, porque las tiendas estaban llenas de únicamente chicas, pero el hecho de que muchas lo miraran con admiración y no riéndose de él, lo animó.
Compró el dichoso dulce sabor fresa, y cuando la empleada del negocio le preguntó si quería que se lo envolviera, dijo que sí. Ella sonrió mientras lo envolvía, y cuando se lo entregó le deseó buena suerte. Estaba tan nervioso por lo que ocurriría en algún momento del día entre él, el chocolate y Takao, que le devolvió la media sonrisa y le agradeció sin darse cuenta.

..

El día en el instituto transcurrió bastante normal. Cuando llegó, durante los recesos, y al finalizar la práctica, varias chicas se fueron acercando al peliverde y le entregaban cajitas envueltas en diferentes colores.

Caminaba junto a Takao de regreso a casa, cuando el tema de los chocolates surgió.

-¿Recibiste muchos chocolates hoy, Shin-chan?- preguntó el pelinegro.
-Hm.. sí, bastantes. Aunque ninguno de quien me interesa -respondió, mirando de reojo al pelinegro al decir la última frase.
-O-oh.. -respondió Takao, procesando lo que el más alto había dicho.
-¿Y tú, Takao? ¿Recibiste muchos chocolates hoy? -le preguntó de manera casual, aunque la pregunta luchaba por salir de él desde que salieron de la práctica.
-Sí, varios -dijo Takao distraídamente-. Aunque ninguno de quien me hubiese gustado recibirlos. -agregó, mirando al peliverde de reojo tal como él había hecho antes.

Fue en ese momento, luego de ese comentario y esa mirada en respuesta, que Midorima decidió que era momento de actuar. Metió una mano en su bolso, y del bolsillo sacó la cajita envuelta en papel rojo que tenía preparada para el pelinegro desde la mañana.

-Takao -lo llamó, dejando de caminar. El otro volteó hacia él, y al ver lo que tenía en la mano que le extendía, se sonrojó de sobremanera-. Feliz San Valentín. -dijo, también sonrojado.
-Shin-chan.. ¿Sabes lo que significa regalar chocolates este día? -le preguntó, con su voz temblorosa, dudoso de si lo que tanto había deseado de verdad estaba ocurriendo o sólo era un malentendido.
-Por supuesto que lo sé, Bakao -respondió, acomodándose las gafas. 
-¡¡Shin-chan!!~ -gritó Takao mientras corría y se lanzaba sobre él abrazándolo.

Correspondió el abrazo, mitad por querer hacerlo, y mitad para recuperar el equilibro.

Luego de un momento de estar así, abrazados, Takao con los pies en el aire y los brazos envueltos en el cuello de su Shin-chan, y Midorima abrazándolo por la cintura, se separaron. Sólo un poco.

El pelinegro volvió a poner los pies en el suelo, pero seguían abrazados. Se miraron a los ojos, ambos sonriendo, ambos sonrojados.


-Te amo, Bakao -murmuró el peliverde, y se sorprendió de lo dulces y suaves que habían sonado sus palabras.
-Te amo, Shin-chan~ -murmuró en respuesta el pelinegro, mientras se ponía de puntitas sobre los dedos de sus pies.

Midorima se agachó un poco, y unieron sus labios en un beso. Un beso dulce y cálido, a pesar de la nieve que caía a su al rededor. Cargado de sentimientos, cargado de amor.

..

 

Seguían caminando, tomados de las manos, cuando el peliverde se percató de que aún tenía él el chocolate.

-Ten -le dijo, mientras se lo ofrecía.

El pelinegro lo tomó, y comenzó a desenvolverlo. Luego de haberlo sacado de la caja, le dio un mordisco, y sus ojos se iluminaron.

-¡¡Es de fresa!! ¡Es mi favorito! -gritó- ¡Oh, Shin-chan, no sabía que pensabas tanto en mí! 

 Y acto seguido, se lanzó otra vez a los brazos del más alto. Éste, sonrojado y correspondiendo el abrazo, sólo murmuró una palabra.

-Bakao.. -

Notas finales:

¿bueeeeeeeeeeeeeeno? ¿gustó? Espero que sí *u*

 

la verdad es que lo escribí rápido, tenía tanta inspiración que creo que en una o dos horas ya lo tenía escrito y correjido xD ( y no, no estoy enamorada, San Valentín es un día más en mi vida) 

Como siempre, con un rw me harían super feliz~

¡Gracias por leer!


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