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Strange unknown por Papapepe

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Notas del fanfic:

Chanbaek. 

Notas del capitulo:

 Si les gusta, comenten y compártanlo. 

El mapa estaba roto. No había norte, ni sur, ni oriente ni occidente. La arena se pegaba en los pies, incluso en la ropa y la espuma de mar envolvía los tobillos. Era de noche, pero el cielo parecía estar iluminado, muy iluminado por luces gruesas e intensas. Hacía frio y no había nadie. Sólo un tipo con un mapa, rotísimo. Sólo un tipo con una esperanza falsa. Sólo un tipo que perdió algo valioso y quería recuperarlo. Pero ¿Quién puede recuperar a alguien con un mapa roto? Es como querer resolver una ecuación matemática que sólo contiene incógnitas. Absurdo. Park ya se había convertido en un detective de primera, de esos que no necesitan pistas ni nada, sólo intuición.


 


Sentado en el sillón, se quitó los zapatos llenos de arena y se acarició las sienes. Su cabeza era una sopa llena de información y pensamientos y ya le pesaba bastante, tanto que la tumbo hacia atrás y quedó observando el techo. La última vez que lo vi fue… en la playa. Pero… ¿Por qué? Pensó tronándose el cuello. Debería estar en la playa. Pensamiento tras pensamiento fueron abriéndole el apetito. Comió lo que solía comer con su objetivo perdido, Ramen sin nada de picante porque ninguno lo toleraba bien. Lo triste era que Park no sabía cocinar ni un par de huevos, por eso sus fideos le quedaron duros y desabridos. Esto se veía más fácil de preparar musitó como si alguien lo estuviese escuchando. No pudo dormir bien esa noche, como en las anteriores noches, pensar y pensar ya era torturante; ahora su cerebro lo estaba esclavizando con un insomnio severo.


–Chanyeol.


No hubo respuesta.


– ¡Chanyeol!


Aún había silencio.


– ¡Park Chanyeol! –Y el altote saltó de la cama. – ¿Por qué mi piso está lleno de asquerosa tierra?


–Es arena.


– ¿Otra vez fuiste a la playa? –Su enojo aumentó – ¿Otra vez? ¿Qué no piensas?


Chanyeol bajó la cabeza mientras escuchaba los regaños del otro. Eran los mismos regaños de siempre y ya estaba hartándolo. Que por qué no había lavado la ropa, por qué ensució el apartamento con arena, por qué se despertaba tan tarde y un montón de bla bla y más bla. –Kyungsoo, tuve una mala noche, no pude dormir bien y tus gritos no me están ayudando.


–No es que yo tenga las mejores noches del planeta, pero al menos soy capaz de lavar mis calzones.


–Pues yo también los lavaría si follara con mi novio todas las jodidas noches. –Chanyeol se lanzó a la cama. –No se puede dormir con ustedes gritando como un par de ancianas jugando la lotería.


–Respeto.


–No, ustedes a mí. Yo soy mucho mayor que ustedes, niñitos.


Jongin entró en acción mientras se masajeaba los hombros –Dejen la pelea. Desayunemos algo. –Le puso el brazo en el hombro a Chanyeol y le indicó como debía masajear.


–No soy tu bendito masajista.


Todas las mañanas transcurrían igual, cuando el objetivo de búsqueda de Chanyeol vivía en la casa, ni Kyungsoo ni Jongin molestaban. Pero se hacían más intensos cuando Chanyeol estaba solo; Kyungsoo era su hermano y Jongin era el novio vago, de esos que sólo se la pasan en el sillón engullendo, bebiendo, jugando, durmiendo y follando. No eran malas personas pero solían ser bastante molestos, sólo de juego, hasta que lograban sacar de quicio a Chanyeol. Para evitar eso, el alto salía de casa después de desayunar. Se dirigía a la playa y se sentaba sobre la arena a observar. Kyungsoo odiaba que fuera a la playa por una simple razón, cuando Chanyeol tenía 7 años, casi se ahoga en el mar; estaba sentado en la orilla cuando una ola grande lo arrastró y no pudo hacer nada. Era muy pequeño y nunca aprendió a nadar, incluso Kyungsoo era más alto que él, pero cuando cumplió 16, creció demasiado y Kyungsoo se quedó bien abajo.


En realidad, el mar calmaba a Chanyeol. El viento lluvioso y el romper de las olas era relajante y más en otoño ya que nadie iba a la playa en esa estación. Le gustaba hacer lo que hacía el día que conoció a quien estaba buscando, recoger conchas y guardarlas en sus bolsillos. Tal vez se las daría cuando lo encontrara. Sacó el mapa roto, de nuevo, sólo que esta vez se veía menos roto y tenía un escrito en tinta corrida. 22:04 T 10 susurró 22 debe ser una hora y la T… Tal vez sea un lugar Dedujo y empezó a pensar.


El objeto de búsqueda y Chanyeol se habían encontrado varias veces en el terminal. Cuando él viajo por primera vez, Chanyeol debió esperarlo en el terminal, no importaba si se quedaba toda la noche esperando su llegada, lo iba a esperar. Uno de esos días, marcó 22:00 y no fue hasta el minuto 4 cuando llegó el tren y se saludaron con un abrazo de fotografía. Chanyeol dedujo que podría encontrarlo en el terminal, a las 22:04 y no espero a la noche, porque se fue desde el momento en el que leyó el escrito en tinta corrida.


–Es extraño. –Se dijo a sí mismo –El terminal no parece ser el mismo de hace tres meses. Wow, ya van tres meses desde que no lo veo… –Chanyeol se acarició el cabello y se apoyó contra una pared frente a la parada del tren. Ya iba a ser la hora y cuando fue, pareció como si todo se hubiese detenido. Su corazón latía tan fuerte, que podía escuchar el sonido en sus tímpanos. Las puertas se abrieron y un tumulto de gente de cara alargada y estresada por el trabajo. Chanyeol buscaba a su objetivo como un perrito callejero en busca de un pedazo de pan viejo, dieron las 22:10 y el tumulto desapareció, ya no habían más personas aparte del alto y no pudo evitar tirarse a llorar de la frustración.


– ¿Chanyeol, Dónde estás? –Gritó Kyungsoo, estaba preocupado.


Chanyeol sorbió por la nariz y contestó la llamada –Ya vuelvo a casa. –Y colgó de una vez, sin vacilaciones porque no quería hablar con nadie. Estaba tan desanimado que aunque Kyungsoo le dio la charla de la preocupación infinita, la ignoró y se fue directo a la cama y, curiosamente, esa noche sí pudo dormir.


Despertó sudando, le dolía todo el cuerpo como si hubiese levantado un par de zumos obesos el día anterior. No había nadie en casa ya que eran las once de la mañana. Se sirvió un vaso con agua y recostó su rostro con la pared, su ánimo aún estaba muy mal. Tanto tiempo y cerebro perdido en encontrar a alguien que era evidente no iba a encontrar. Se puso a leer un libro tratando de distraerse.


De pronto el sonido del timbre lo devolvió la intranquilidad, casi nadie tocaba el timbre de ese apartamento. Chanyeol fue a abrir la puerta sin quitar los ojos del libro.


– ¿A quién busca? –Preguntó apoyándose, con un brazo, en el marco de la puerta.


–Busco a Park Chanyeol. –Una voz tiernamente ronca habló.


Sin despegar su visión del libro dijo –Soy yo ¿Qué quiere?


–Quería venderle unas galletas. –Sonrió –Son de vainilla y chispas de chocolate; también hay de avena si usted está adieta y.


Chanyeol lo interrumpió abruptamente – ¿Estás insinuando que debo bajar de peso?


–No, no. Usted está bien, de hecho debe ganar un poco de peso ¡Por eso debe comer las de chispas de chocolate!


–Estos adolescentes. –Quitó el libro de su cara y se fue por un poco de dinero.  Parecía un viejo cascarrabias pero sólo tenía 22 años. Cuando regresó, tenía la atención sumergida en su billetera mientras el chico esperaba con la caja de galletas en las manos. –Dame dos de vainilla y tres de chispa de chocolate ¡ah! y una de avena porque mi hermano está adieta.


–Está bien, sería 4.000 won. –Chanyeol estaba dispuesto a sacar el dinero, dárselo y cerrar la puerta de inmediato, pero cuando iba a darle los billetes, al fin le vio la cara y se quedó mirándolo, perplejo.


–Tu –Murmuró y empezó a temblar. – ¡Baekhyun!


– ¿Qué?


–Baekhyun, te… te encontré –Sus ojos eran lagunas y su boca era felicidad pura.


–No recuerdo haberle dicho mi nombre pero, no entiendo nada.


 – ¡Baekhyun! –Lo abrazó tan fuerte y lo entró al apartamento. El chico estaba confundido, parecía ser que su cliente lo estaba confundiendo con alguien que lucía y se llamaba igual. –No sabes cuánto te he buscado –Le acarició la cabeza y lo volvió a abrazar.


–Señor.


– ¿Dime, Baekhyunnie?


–Está destruyendo las galletas con su abrazo. –Chanyeol no se apartó y le pinchó las mejillas. Baekhyun no sabía qué hacer y le parecía descortés detenerlo estando tan dichoso.


–Estás más delgado. No puedo creer que te hayas hecho pasar por niño explorador de secundaria para verme.


– ¿De qué habla? –Lo empujó –No lo conozco ni a usted ni a Baekhyun. Déjeme ir. –Le tiró el paquete de galletas y salió corriendo.


Chanyeol se rió mientras se embutía una galleta a la boca –Baekhyun siempre quiere bromear, lo llamaré más tarde. 


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