Antes de verlo sintió su mirada sobre el, aquella intensidad que solo podría venir de una persona, su ex compañero de banda. Ciertamente el calor de su mirada no era algo que el pudiese ignorar, ni el ni cualquier otra persona para el caso, esa mirada reclamaba, exigía y el siempre estaba dispuesto a ceder. Giro su cuello y sin dificultades lo encontró a solo unas filas mas atrás, era la primera vez que lo encontraba después de la demanda, contrariamente a lo que las fans pudieran pensar después de la demanda tenia algo menos de libertad pero un gramo mas de tranquilidad.
Y ahí estaba el, a quien llamo líder alguna vez, Kris Wu en gloria y majestad, no que hayan sido realmente cercanos antes a pesar de tener una tierra y un idioma en común, pero entre ellos siempre hubo cierta tensión, cierta química que hacia que se le encogiera el estomago si por casualidad quedaban a solas, era eso lo que siempre lo hacia querer huir como una presa que sabe será devorada. La misma intensidad en sus ojos, aquella sombra velada que el no sabría jamas descifrar y que se escondía en lo profundo de su iris, en el esa orbe de negro absoluto y oscuro. Temblo ligeramente presintiendo el peligro que se encerraba tras de esa mirada, en cuanto noto su sonrisa ladina cual zorro que sabe a atrapado a su presa bajo sus ojos para que no notara el sonrojo de sus mejillas, el mensaje era claro, el era suyo.
Recordó esos días en los que formaban parte del mismo grupo, llamado EXO, una boyband formada por el SME, recordó los días que no estaban tan lejos de aquel, cuando convivir con otros chicos y sus manager, la gente de producción y todos aquellos que velaban porque nada se saliera de control, junto con ello, recordó esos esporádicos momentos donde en alguna sala vacía y pequeña era encerrado por el, cuando bocas y demás extremidades se encontraban y desesperadas buscaban alguna tipo de contacto entre ellos, cuando sus jadeos se mezclaban en aquella antigua danza que sus cuerpos tan bien conocen, aquellos momentos robados del mundo solo para ellos, donde daban rienda suelta a todo el estrés acumulado, porque ahí no había romance, no había amor, había solo una necesidad pura, instintiva, casi animal. Eran momentos breves donde el se perdía a si mismo en los brazos de su amante, donde sus deseos eran reducidos a su voluntad, breves instantes de goce físico para embalsamar sus sentimientos, para desconectar aquella parte de su cabeza que estaba siempre funcionando.
Su mente intento concentrarse en el presente, en aquella ceremonia a la cual había sido invitado, sin embargo, volvía a caer presa de aquellos recuerdos tan lejanos en su mente. Solo el mero recuerdo de el siendo dominado por Kris era suficiente para endurecer su cuerpo, se removió en su asiento y cruzo sus piernas para no ser tan evidente. Pero el calor estaba ahí, bajo su ropa, metido en su piel, concentrándose en su ingle. Tenia que alejar de su mente aquellos pensamientos, no podía estar en una ceremonia publica lo bien que se sentía tener el pene de otro hombre en el, de hecho mas que bien. Tener a ese hombre en concreto entrando y saliendo de el con aquella energía sexual, no era algo que el pudiese olvidar.
Siguió con su vista al frente intentando concentrarse en aquello que decían los presentadores, difícil tarea cuando lo sentía a el taladrando su nuca con su mirada. No le asombraba el poder que Yi Fan ostentaba sobre el, durante mucho tiempo el moreno fue su cable a tierra, su conexión con el mundo real lejos de las restricciones que le imponía su compañía. Cada vez que pienso que iba a perder la cordura estaba su toque para recordarle cuan humano era, que todo aquello que decían no eran mas que mentiras, que el también sentía, que podía experimentar cosas mucho mas placenteras y satisfactorias.
El toque se Yi Fan en su cuerpo lograba rendirlo, su toque era un consuelo. Era el único consuelo que podía obtener de aquellos sueños que lentamente se desvanecían frente a sus ojos, su toque le devolvía la vida que aquellas duras palabras le robaban, nadie tiene el derecho de causar tanto daño en la vida de alguien mas y en cada jadeo, en cada suspiro de placer muy en el fondo de su mente quedo implantada la semilla de que el valía mucho mas.
Recordó aquel día, después de una practica realmente dura para su regreso con Wolf, había mucha tensión en el ambiente tanto de parte de ellos mismo como del personal, debía ser una presentación perfecta y los ánimos estaban bastante alterados. El había sido uno de los últimos en salir de la sala de ensayos, solo quedaban los mas pequeños aun ensayando sus pasos de baile. El iba a tomar una ducha para relajar los músculos y poder cerrar sus ojos amenos un par de horas antes de comenzar otra vez con aquel ritmo infernal de trabajo, apenas abro la puerta de los camarines sintio como era jalado por unas manos masculinas. El lo había agarrado de sus muñecas y lo había lanzado literalmente hacia la pared, fue todo bastante rápido apenas su espalda tocaba la dura y fría superficie de la pared el cuerpo de Yi fan se apegaba al suyo y su boca caia sobre la de el, su primer beso no fue romántico ni mucho menos tierno, fue violento húmedo y muy sensual.
Fue en ese momento cuando alguna parte de el compendio la situación y se aferro al cuerpo de su compañero con toda la ansiedad que traía en el cuerpo, lo jalo de sus cabellos para apegar mas su boca a la suya y hablo sus labios para ser devorado por su casual amante. Mientras se besaban sentía las manos de Yi Fan por todas partes, acariciando con una asombrosa delicadeza las terminaciones nerviosas de su cuello que solo lograban encenderlo, bajando por su pecho hasta acariciar la parte baja de sus costillas para finalmente descender hasta su culo el cual fue apretado como si el estuviese memorizando su forma con sus manos, de alguna forma era como si estuviese siendo descubierto por sus ansiosas manos.
No era un encuentro romántico, era un encuentro de placer,era pura ansiedad y tensiones acumuladas que en ese momento se dispararon en forma de placer sexual. Lu han en esos momentos era una masa de jadeos y gemidos reprimidos por la boca de Yi fan el cual había levantado su pollera para al tiempo descender con su boca y saborear su pecho, sentía sus labios succionando sus endurecidos pezones de uno en uno mientras que el otro era acariciado por sus dedos indice y pulgar, Lu han mordio sus labios para acallar cualquier sonido que pudiera poner en alerta a alguien del personal. Sentía su cabeza dar vueltas mareado de placer. con un ultimo lametón Yi fan siguió bajando hasta llegar a la cinturilla de sus pantalones los cuales bajo rápidamente con ropa interior incluida hasta sus rodillas, Lu han inconscientemente separo un poco sus rodillas mientras que el otro comenzaba a acariciar su pene que estaba totalmente erecto por el morbo de la situación y la exitacion del momento, Yi fan acariciaba su pene como calibrando, abarcando su extensión con una mano y jalando al tiempo que con la otra masacraba sus testiculos enviándole continuas mareas de placer que lo hacían arquearse contra la pared, tenia los ojos fuertemente cerrados y las manos empuñadas contra la puerta con tal fuerza que tenia los nudillos blancos.
De pronto la mano que tenia en sus testiculos lo abandono y al tiempo sitio que el dedo indice de Yi fan intentaba entrar facilitado por algo de textura viscosa a una temperatura mas fría que la temperatura de su cuerpo en aquellos momentos, cuando finalmente entro se sintió un poco extraño pero intento relaja su cuerpo para hacer las cosas mas fáciles, no era una palomita nueva pero esta era solo su segunda vez así que tampoco era muy experimentado. Aquel curioso dedo comienzo a moverse a un ritmo lento pero constante dandole cabida a otro mas en su interior y maldicion los dedos de Yi fan eran tan largos que bien podían ser el pene de alguna asiático promedio, ese solo pensamiento lo hacia sentir mas ansioso y mas anhelante, por lo que decidió dejar de estar pasivo y comenzar a tocar el prominente bulto de su compañero, no le costo mucho a sus ansiosas manos encontrar la cremallera del pantalón y liberar la ereccion de su amante, lo toco con delicadeza, casi expectante al darse cuenta que era mucho mas grueso de lo que había imaginado así que inconscientemente empiezo a mover sus caderas en busca de fricción.
quizás esa era la señal que tanto esperaba el otro Chino porque con una mano en su boca lo penetro rápidamente, aun siendo acallado se podían oír sus gemidos, en ese momento olvido todo, se olvido del mundo y solo eran ellos dos sintiendo placer mutuamente, tras sus párpados cerrados había una neblina de placer y en sus iodos estaba el maravilloso sonido de los bajos sonidos que escapaban de los labios de Yi fan. bailaron abrazados aquella antigua danza en perfecta sincronía, aquel bailen que imponían sus caderas uniéndose y alejándose solo para volver con mas fuerzas hasta que lo sintió tan enterrado dentro de si mismo que pensó que iba a romperlo pero solo tocaba con mas fuerza aquel punto de placer que lo llevaba a la locura. Su cuerpo sabia y bajaba sujeto por aquellas grandes manos mientras el que mismo se aferraba al otro cruzando sus brazos tras su cuello mientras gemía sin pudor alguno.
Fue probablemente uno de sus orgasmos mas largos del que haya tenido memoria hasta el momento, su mundo se cubrió de blanco y se derramo entre sus cuerpos al tiempo que Yi fan seguía embistiendo en su cuerpo al mismo ritmo bestial hasta alcanzar su propio orgasmo en lo mas profundo de su cuerpo. Descansaron por algunos momentos, compartiendo aquellos momentos de relajación post coito y luego cada quien siguió su camino. En ese primer encuentro no hubieron promesas de amor, tampoco palabras dulces o de cualquier otro tipo, lo compartido en aquellos segundos diamantinos fue un pacto de silencio que se estableció entre ellos.
A ese encuentro le siguieron muchos mas, siempre en ocultos, rápidos y satisfactorios. En aquel entonces su cerebro no pensó mucho mas en aquello simplemente lo tomo como una forma de relajarse, de escapar de la realidad y, en la marea de sus ocupaciones en su vida como ídolo aquella respuesta fue suficiente, no obstante en las largas noches que le siguieron a su partida de EXO aquella explicación se le hacia un poco insípida, carente de sentido, sobretodo cuando cada vez que necesitaba consuelo rememoraba ciertos ojos cafés y la sensación de su toque sobre su cuerpo.