Kris Wu supo que había algo con el que no estaba bien.
Lo supo en el momento en el que descubrió que su mirada se demoraba un poco mas en Lu han, lo supo cuando inconscientemente aspiraba mas profundo cada vez que estaba cerca de el y cuando se encontró a si mismo pensando en el.
No se sorprendió cuando se dio cuenta que su cerebro (y gran parte de sus hormonas) habían tomado nota de cada gesto del ciervo, de cada movimiento y contorción de su cuerpo al bailar, y del tono exacto de la inmaculada piel del chico. En algún momento se sintió casi criminal, hasta que sus hormonas desacreditaron su moral y la desplazaron para concentrarse simplemente en el objeto de su deseo.
Supo que algo estaba mal y no le importo.
Al igual que un maniaco mental comienzo a tomar nota de todas las cosas que hacia y decía, tratando con su mente de absorber todo acerca de el, estudiando su presa cual cazador a su presa, y no era fácil cuando debía descargarse solitario en un baño haciendo el menor ruido posible simplemente porque le gustaba la forma en que fruncía sus labios o porque veía como el sudor de los entrenamientos dejaba un rastro perlado en su piel. Si eso era bajo, el podía caer aun mas bajo.
Había algo encantador acerca de Lu han en su forma de hablar, de expresarse a si mismo, incluso en sus silencios con su mirada aguada en aquellos ojos miel enmarcados por una esperas y femeninas pestañas que le daban un aire de inocencia. Lu han con su entusiasmo y se amabilidad representaba algo que el mismo había perdido hace mucho tiempo no sabia que, pero que ciertamente anhelaba, como un hombre sediento en medio del desierto.
Se descubrió a si mismo obsesionado con el.
Desde el momento en que su cerebro paso de ser un observador a tomar parte activa en algún plan para follarlo se dio cuenta que las cosas habían tomado otro cáliz, una cosa es mirar y anhelar y otra muy diferente es obtener lo que deseas. En su caso era bastante complicado tenia millones de ojos y cámaras mirándolo las 24 horas del día los 7 días de la semana, rara era la coacción cuando podía estar solo, si es que había alguna. Por ser el líder y ademas el puente de comunicación entre el staff coreano y el chino había un limitado tiempo para vivir por el mismo, cuando la gente piensa que ser una estrella es maravilloso el descubrióo que realmente era un infierno, sin embargo, hay gente que toma cada adversidad como un reto, cada obstáculo debe ser superado y si tu realidad no te gusta entonces te buscas otra que te acomode mas.
Yi fan no tenia crisis existenciales, no se recrimino a si mismo ni se juzgo por sus acciones, hay cosas que simplemente deben ser hechas.
Lu han iba ser suyo, era un hecho, era mas que una intención era la constatación de un hecho.
Las cosas no siempre ocurren al ritmo que nos proponemos, no había podido orquestar ningún encuentro fortuito y solitario con el chico de ojos miel, pero el momento llegaría el se encargara de eso.
Su primer acercamiento a Lu han si es que se le puede llamar así fue un día que quedo a solas en el departamento que compartía la sub unidad china. ese día llevado por un insano impulso se dirigió al cuarto que lu han compartir con Lay, al principio solo observaba el cuarto con vaga curiosidad. Identifico rapidamente la cama del objeto de sus fantasías, era una cama en la cual cambia apenas una persona, con simples sabanas celestes, se sentó ahí y llevado netamente po un impulso acaricio las sabanas imaginando que acariciaba a su dueño, imaginando la suavidad de su piel, luego cual pervertido hundió la nariz en su alomada aspirando su aroma, tratando de llegar hasta su esencia, pensando en el cuello nivel de Lu han, de sus labios escapo un suspiro.
Sin ser consciente de si mismo se recostó en la cama y una de sus manos abril su cinturón, mientras la otra agarraba con fuerza las sabanas, abrió el botón de su pantalón y bajo su cierre solo para dejar al descubierto su erecto miembro y comenzar a acariciarse lentamente, cerro sus ojos e imagino a Lu han en esa cama, durmiendo con esas mismas sabanas alrededor de su cuerpo, siendo acariciado por la tela, misma tela que ahora tocaba el, inhalo su perfume y visualizo al ciervo ahí en alguna noche agitada, tocandose a si mismo, como el en aquellos momentos.
De sus labios entre abiertos se escapaban suspiros de placer mientras su mano sucia y bajaba aumentado el ritmo, de arriba a abajo una y otra vez al tiempo que su nariz se hundía mas en la almohada, de abajo hacia arriba, mas pensamientos de Lu han ahí mismo, quizás tocando su cuerpo, quizás jadeando como el, sentía la tensión en sus testiculos, como se tensaban, como su miembro se hinchaba, como la tensión se acumulaba en el hemisferio sur de cuerpo y todo lo que había en su mente era Lu han, solo el, su solo pensamiento lo estaba conduciendo al abismo del placer.
Lu han...
Con un ronco gemido ahogado se derramo en las sabanas, le costo unos segundos volver a respirar tranquilamente, su mente registro los hechos un poco mas lento aun aletargada por aquella descarga de placer. Medio aturdido aun fue consciente de haberse derramado ahí mismo sin cuidado y lejos de sentirse horrorizado, se sintió un poco mas cerca de su objetivo, sintió que había dejado una marca, una huella en Lu han.
Era algo enfermo y un poco difícil de entender o explicar, pero cuando algo se desea con tal intensidad, con tal anhelo las barreras de lo correcto e incorrecto se vuelven mas difusas. Para el de los ojos color miel ese seria un movimiento fantasma, un hecho que apenas y su mente pensaría. Pero para el joven Yi fan aquel era su marca de propiedad hasta que pudiese adueñarse de el completamente.