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Nos conocemos de nuevo por maxi anime

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Notas del capitulo:

Hola a todos

 Perdonen la demora en actualizar, más de una semana, ya va por las dos pero por diversos motivos fuera de mi alcance no pude actualizar, tuve que borrar cosas, agregar nuevas y queria que quedara bien, además que no cuento con un buen servicio de internet, desde diciembre que dependo solo del servicio de mi celular, y cuido mucho el paquete de datos L es chico lo que me dan cada 8  y me dura a lo máximo dos días, por lo que tengo que enviar turbo y esos son tres pesos más que gastar y tengo un número limitado de envíos turbo.

Quería actualizar el dos de abril, pero como saben algunos, callo feriado en Argentina y como feriado mi hermano estaba en casa ocupando la pc, no pude editarlo a tiempo, mil perdonen por la demora y sin más, les dejo para que lean.

 


El sonido del agua cayendo desde la cascada sonaba con tambores anunciando el pronto ataque, el agua corría con violencia mientras se alejaba a paso lento por el rio en su base y llevando piedra y todo lo que el agua podía tener en su caudal. Miro que en el viejo risco nadie esperaba como de costumbre, aquel hombre de largos cabellos negros no se encontraba, pero su cosmos se encontraba impreso en el ambiente, llevándolo por los caminos hasta una pequeña cabaña.


El pelinaranja miro con intriga entrando a la pequeña cabaña, donde lo que parecía una reunión de santos de Athena se llevaban a cabo, tres santos de bronce y un santo dorado, aunque siempre él quiso ver a dos de los santos de bronce portando las armaduras de oro de sus maestros, después de todos estos se la habían heredado. Se quitó la capucha que le había impedido mojarse mientras miraba intrigado aquella afamada reunión-


-Seiya, Shiryu, Hyoga, Shun-exclamo mirándolos sonreír.


-Kiki- exclamaron todos acercándose a saludarlos.


-El tiempo pasa y se ven igual que la última vez que los vi.


-Lo mismo digo, Kiki, sigues siendo el mismo de siempre.


-¿Qué hacen aquí? Shun te pensé en algún poblado curando enfermos con escasos recursos, Hyoga te hacía en Siberia y Seiya, te hacía con Saori.


-Saori se quedó con Tatsumi en el santuario, quieren hacer al enano caminar por las doce casas, están a salvo en el templo de Athena- sonrió Seiya con burla-Deberían ver a Saori, sonríe de ver a Koga en sus brazos, lo ama, yo no le veo el chiste al mocoso.


-Seiya, no hables así- le recrimino el santo de Andrómeda- no sabes lo que yo daría por tener un hijo, al menos tú tienes a Koga, puedes acurrucarlo en tus brazos, hacerlo caminar, debes estar feliz de despertar cada mañana escuchándolo.


-Odio cuando llora, ¿alegrarme cada mañana? Shun, solo ríe, llora, come, se ensucia y hay que encargarse de ello todo el tiempo, menos mal tengo a Tatsumi, yo solo protejo a Saori, en lo que a mí me concierne no es mi hijo, aunque Saori lo crie como suyo.


-Es tu hijo-exclamaron a la vez Andrómeda y Cygnus.


-Vinieron de visita, siempre para estas fechas nos reunimos- exclamo pensante el santo de Dragón- es mejor vernos una vez al año, que pasen años y de pronto, cuando queramos vernos, uno de nosotros allá muerto- se acercó a abrazarlo- me da gusto estés con bien ¿Qué te trae por aquí?


-Paso algo, algo que creo imposible de creer, pero como bien ustedes me han enseñado, todo es posible- exclamo mirando serio- Hace días un par de hombres y un niño van diario a la torre de mi maestro, como bien saben yo la he abandonado, en memoria de mi maestro pero…


-¿Qué ocurre?- preguntaron los cuatro al mismo tiempo.


-El niño, es igual a mi maestro, sus ojos, su cabello…aunque actúa como yo a su edad- contesto mirando acongojado- esos hombres lo llaman Mu, dicen su nombre, es Mu…escuche que ellos renacieron o algo así, y el hombre de cabellos castaños, escuche que lo llamaron, intento hacer que el niño recordara, el viejo maestro Rozan, mientras el otro decía ser su maestro, el maestro de mi maestro Mu.


-Quizás y solo fue tu imaginación Kiki, a pesar que se van a  cumplir veinte años desde su muerte, aun lo recuerdas- se acercó Seiya- Kiki a pesar del tiempo que ha pasado…


-No Seiya, ese niño, lo vi en sus ojos, en su forma de mirar,  mi maestro Mu- le interrumpió-intentan hacerlo recordad, pero no lo logran, si no me creen, síganme, se dónde viven, los he visto.


-Muy bien Kiki, te creo, pero vamos a ver las pruebas de lo que dices, quizás solo ha de ser tu imaginación- exclamo el santo de Dragón mirando a sus compañeros, y así el peli naranja los trasporto a todos hasta aquel poblado.


A los lejos en una pequeña casa dos niños estaban jugando, uno de ellos con largos cabellos violáceos y el otro un poco más opacos, pero manteniendo el mismo color. Ambos menores corrían alborotados, lanzándose la pelota uno a otro, hasta que de pronto esta se detuvo en el aire, el mayor de los hermanos comenzó a gritar molesto y luego corrió hacia  la casa para acusar a su hermanito, el cual se sentó cruzado de brazos en el suelo, haciendo una muestra de su enojo y a la vez molestia, al su hermano no querer seguir jugando con él.


De pronto detrás del niño aparecieron dos hombre, el  mayor de cabellos verdes y el otro de cabellos castaños, más avellana. Tomaron al pequeño en brazos y comenzaron a hacerle cosquillas mientras el menor reía divertido, y a lo lejos, los padres de aquel niño miraban primero con intriga aquello.


-¿Por qué estás enojado Mu?- pregunto el más joven- no te enojes campeón, sonríe, como Shion y yo.


-Ve acá luz de mis ojos-exclamo el más alto llevándoselo a los brazos-¿Qué pasa? Cuéntale todo a Shion.


-Zen ya no quiere jugar con migo- miro abrazándose al mayor- Zen es malo con migo.


Sobre un risco había cinco hombres, todos miraron con sorpresa aquello que la belleza de las montañas les mostraba, dos hombres y un niño, a quienes ellos conocían, los vieron felices, sonriendo, haciéndole cosquillas al menor.


-Se los dije-señalo Kiki al trio que estaba comenzando a correr.


-Es Mu- miro Seiya sin poder creerlo.


-Y mi maestro Dohko-acoto el pelinegro.


-Y aquel de allá, es Shion, el antiguo patriarca Shion-señalo Shun sin poder creerlo.


Ante los ojos de los santos el trio fue separado, una pareja tomo de los brazos al que conocieron como el antiguo patriarca Shion, para alejarlo, casi tomándolo con violencia, a que el antiguo patriarca no impuso resistencia. Otra pareja se llevó al pequeño Mu, agradecieron los cuidados de ambos hombres, Mu pidió volver con amos hombres pero los alejaron a paso lento. Aquel que reconocieron como el anciano maestro solo se encogió de hombros antes de alejarse y despedir a ambos, camino lento alejándose hasta perderse de vista.


-¿Ahora me creen?- pregunto Kiki mirando-ese niño es mi maestro, lo nombran como tal.


-Mi maestro, es difícil de no reconocerlo- exclamo sorprendido.


-Esperen, su ellos viven ¿Qué hay de los demás?-exclamo Seiya sin salir de su asombro-Deben estar vivos, yo he estado en Grecia durante años, pero nunca vi a Aioria o a Saga.


-Nadie noto algo- exclamo Hyoga mirando con severidad- a pesar que los reconocimos por su físico, ninguno poseía cosmos, Shion y Dohko aparecieron de repente, Mu levito la pelota, pero en ningún momento percibimos su cosmos, y todos sabemos del cosmos poderoso de los tres.


-Escuche el otro día, de parte de esos hombres, de los maestros,  mi maestro no los recordaba a ellos, pero saben quiénes son ¿Qué es lo que debemos hacer?


-Chicos- miro Shun acongojado-creo que es mejor dejarlos tal y como están, tienen familias, viven felices, por algo el antiguo patriarca no opuso resistencia y mucho menos Mu, no es justo para ellos-Todos miraron a Shun con sorpresa pero les daban la razón, salvo Kiki, quien miraba acongojado a su maestro sonriendo, asintió entonces, después de todo nunca había visto a su maestro Mu sonriera tan feliz como lo era en ese momento.


Regresaron entonces a cinco picos, donde Shunrei estaba preparando la cena y los esperaban con una sonrisa de oreja a oreja, la tarde había caído, la luna brillaba en el firmamento y los santos de Athena se dispusieron a cenar. Antes de despedirse para verse el próximo año una entrada estrepitosa los alarmo, se pusieron en posición de combate y miraron a la puerta, donde un joven de cabellos naranjas entro con una nota.


-Genbu- le miraron todos con enfado.


-Hola santos, cuando Shiryu me dé permiso seré uno de ustedes- dijo mostrando una nota.


-Por ahora, no ¿Qué traes aquí?- pregunto el pelinegro.


-Un hombre en los campos de arroz me lo dio, me llamo por mi nombre, no sé quién era, solo me dijo, dale esto a Shiryu, es importante y luego le perdí vista.


El santo de dragón tomo el papel con temor de tratarse de algún anuncio de mal augurio, por algo un hombre se lo dio a Genbu, quien era mensajero entre los pueblos aledaños a la cascada, mientras el meditaba a sombra de la cascada. Abrió el papel y leyó la carta, lentamente para estar seguro de lo que cada palabra decía, con atención para no equivocarse en su lectura y mirando con una sonrisa la firma.


-Es de mi maestro-exclamo finalmente- dice que él y el maestro Shion tienen noción de su pasado,  pero no así poder de uso sobre su cosmos, revivieron y cada quien tiene su propia familia, que no nos preocupemos por Mu, quien aún no recupera la memoria de su pasado como santo pero están encargados de cuidarle, ellos están confinados a una parte de china, por el momento por razones personales.


-¿Razones personales?- pregunto mirando intrigado Kiki.


-Eso dice-exclamo mirando con severidad y continúo leyendo- debido a que están atados a China por diversas razones, ambos están preocupados por los demás santos dorados, al no tener noción de cómo se encuentren, si han sido revividos, si están al servicio de un enemigo o no,  y si han recuperado sus memorias o no, al igual que su cosmos.


-¿Dónde estarán?- pregunto Shun intrigado.


-Mi maestro quiere que nos encarguemos de buscar a los otros nueve santos dorados,  para asegurar su bienestar por sobre todo, tengan o no memoria, tengan o no cosmos- termino de leer el pelinegro-En la torre de Mu hay un registro que Mu robo cuando se aisló en Jamir-exclamo riendo.


-¿Qué pasa?


-Porque mi maestro agrego esto-señalo la carta en aquella parte y leyó con atención- no sé qué tanto se aisló si vivió cuatro años conmigo hasta que un día volvió de Jamir con Kiki y se quedó allá, volviendo a lo que dice la carta, hay un registro en la torre que nos será de utilidad para encontrar a los dorados.


-Bien, vamos allá- propuso Seiya con una sonrisa, y al parpadear se vio dentro de la torre, Kiki ni lento de perezoso, cuando el santo dorado dio la orden los trasporto a todos en un pestañeo, sonriendo, trasportándose no solo ellos cinco sino también Genbu, quien se recostó en un sillón.


Los santos comenzaron la búsqueda de algún documento que no pareciera ser de la torre, algo como un gran libro o pergaminos antiguos, pero entre reliquias antiguas, pergaminos del pasado. Cuando estaban a punto de comenzar a dar vuelta cada mueble Genbu se levantó del sillón solo para acomodar los almohadones para su espalda y fue cuando vio un gran libro, que Shiryu le quito de las manos.


-Gracias Genbu- exclamo el pelinegro tomando el libro, camino hasta la mesa más cercana y lo abrió de  par en par-Lugares, fechas y hasta lugares de entrenamiento- exclamo abriéndole-antes de que Shion muriera Aioros fue a Egipto en una misión que salió exitosa- leyó con atención, sorprendiéndose de los detalles- Aioros  estuvo viviendo con Shura hasta antes de su muerte, con Aioria, los tres en sagitario, Aioros logro ver a todos cuando recibieron sus armaduras con excepción de Aphrodite de Piscis, quien un año después llego al santuario.


-¿Qué te sorprende de todo eso Shiryu?- pregunto Seiya sin comprender.


-Los cercanos que fueron Aioros y Shura antes de que Saga fuera poseído por su lado maligno-respondió-vivieron juntos desde enero a noviembre, aquí dice que Shura comenzó a vivir en su templo después de la muerte de Aioros, también fueron enviados a muchas misiones juntos, después de eso, Shura rara vez salió del santuario, creo que Saga eligió a la peor persona para ser el ejecutor de Aioros.


-Ni lo digas-miro Hyoga-¿Por dónde comenzamos a buscar?


-Podríamos intentar buscándolos a todos en sus lugares de nacimiento, todos nacieron en las capitales de sus países, Aldebarán en Brasilia, Camus en Paris, Milo en Atenas, Mascara de la muerte en Roma, deberíamos comenzar a buscar por allí y luego expandir la búsqueda, como el mayor aquí las ordenes las daré yo.


-El mayor soy yo- interrumpió Hyoga, pero al notar que todos lo miraron como esperando que dijera algo, decidió callarse y cederle la palabra a su camarada- prosigue Shiryu.


-Seiya, ya que vives en el santuario, busca en Grecia, mi maestro nació en china hace doscientos años y los dioses, por una y otra razón decidieron que renaciera en china de nuevo, lo mismo con Shion y Mu, por tanto  es posible que todos hallan renacido en los mismos países donde nacieron la primera vez, los demás deberemos repartirnos.


-Me ofrezco para ir a la India y a Suecia, Shaka me había nombrado su sucesor aunque aún no he portado la armadura de virgo en su memoria, tengo seguridad de encontrarlo y supongo que Aphrodite no será difícil, hablamos de un niño que ha de llamar mucho la atención.


-Si no les molesta, en ese caso, me encargare de buscar a DeathMask y a Shura, no ha de ser difícil en el caso de DeathMask, después de todo tenia respeto por la muerte y buscaba formas de honrarla, debe tener cercanía a un cementerio alabando a la muerte-acoto Shiryu- Entonces, Hyoga ¿buscas a Aldebarán y a tu maestro?


-No aseguro nada con Aldebarán, aunque sea sencillo encontrarlo, buscare por cielo y tierra a mi maestro Camus hasta encontrarlo- aseguro el ruso mirando serio.


Así los cuatro santos se vivieron sus trabajos para buscar a sus antiguos cámaras, a lo que eran hoy y esperaban pronto tener noticias de todos, sin saber si tendría dificultades o no, aquellos santos que en un pasado se enfrentaron a la muerte y lo volverían hacer. Kiki se encargaría de trasportar a todos diariamente y ayudar en lo posible, para tener acceso, mientras en sus tiempos libres solo se encargaría de ver a su maestro correr por los prados verdes del pueblo aislado en las montañas.


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La ciudad de Barcelona era uno de los pocos lugares repletos de historia de una nación con orgullo por su pasado, por las guerras disputadas, por las creaciones en su haber, por las construcciones y hasta por el propio legado de su pasado. La mayoría de algunas casas tenían una apariencia antigua, aunque modernizadas, hasta los propios hoteles la tenían, solo para llevar con orgullo su legado de siglos de historia forjados.


En una pequeña casa, en uno de los barrios más antiguos e históricos, se erguía una casa de dos pisos, de estilo colonial, una casa espaciosa situada céntricamente, frente había un hospital y no muy lejos estaba la penitenciaria, era un lugar muy acogedor y visitado, ya que en el piso inferior se situaba una casa de compra y venta de objetos usados, además de préstamos. Personas de distintas clases sociales se pasaban a diario para comprar algo de su interés o dejar consignado algún objeto de valor ya fuera para costear los tratamientos costosos en el hospital o ayudar a pagar la fianza de algún familiar, la casa era conocida por su accesibilidad a todo, desde los precios para comprar a las grandes sumas que le pagaba el dueño del local para ayudar a su cliente.


-Es un hermoso reloj-exclamo una mujer tomando lo que parecía un reloj bañado en oro con diamantes a su alrededor.


-Vino el dueño y me lo vendió con papales por los diamantes, quería comprarse otro-exclamo el dueño mostrándole el reloj- cuatro mil euros.


-¿No es muy caro?


-No, mira, tiene una incrustación de diamantes y más el oro, no conseguirás mejor precio.


-Entonces me lo llevo- dijo sonriente estrechando su mano- ¿Cómo está tu hijo Fernando?- pregunto queriendo cambiar de tema mientras sacaba su bolso para pagar y luego se encamino a la caja.


-Jugando videojuegos en el cuarto de arriba-exclamo haciendo la factura.


-¿Cómo vas con los tratamientos?


-No muy bien, con la tienda y eso, no puedo llevarlo a la zoo terapia, pero al menos demuestra apego a sus videojuegos.


-Algo es algo-exclamo acongoja tomando el reloj-gracias.


-Hasta luego María, vuelve pronto- sonrió antes de ir a cerrar la tienda y subir al segundo piso.


Fernando subió cada escalón que lo separaba de su hogar con pesar, antes de abrir la puerta, por un momento su mano tembló de girar el pestillo, esperando encontrar otra realidad pero tenía que enfrentarse a la realidad, realidad que estaba viviendo desde la muerte de su esposa diez años atrás a pesar de vivir con su hijo.


Abrió la puerta y se anunció, recibiendo el silencio como bienvenida, camino por la casa casi a oscuras y entreabrió la puerta de la habitación junto a la suya, la habitación.


-Hijo, ya cerré la tienda ¿quieres algo para cenar?- pregunto, recibiendo el silencio, su hijo estaba frente a un monitor jugando a un  juego que ni el mismo comprendía, algo relacionado con la historia del país, se sentó sobre la cama y tomo entre sus manos una fotografía vieja, ordena- necesito ayuda ¿sabes Claudia?-susurro dejando el marco, de inmediato el niño se levantó para colocarlo debidamente en la mesa, y regreso a su videojuego, cuando se levantó de la cama, ocurrió lo mismo, su hijo solo se levantó para estirar la cama, aprovecho ese momento para abrazar a su primogénito, el cual no se inmuto ante el abrazo, solo se quedó tieso y cuando su padre se separó de él volvió corriendo al videojuego.


 EL dolor de Fernando hacia la situación que no comprendía se apoderaba de él diariamente, e intentaba comprender y sobrellevarla, después de todo, quien estaba enfermo no era otro que su propio hijo, su primogénito y el legado de su esposa, no dudaba que amaba a su hijo, daría su vida por él, pero si se hablaba de la dificultades que pasaba, eran muchas.


Cuando su hijo nació, fue el día más glorioso en su vida, luego vieron momentos uno tras otros de terrible dolor y sufrimiento, comenzando con el fallecimiento de su amada esposa, luego empeño hasta la próxima finca familiar con tal de pagar las deudas al hospital, dejo de trabajar como historiador porque tenía que dedicarse en tiempo completo a su hijo y finalmente llego su peor pronóstico, la enfermedad de su hijo.


Cuando su hijo cumplió tres años noto ciertas actitudes ausentes para un joven de su edad, aun usaba pañales y jamás daba aviso de si quería o no ir al baño, no hablaba, no fijaba la mirada y mucho menos respondía a cualquier estimulo, los besos y abrazos no lograban que reaccionara, se asustaba ante ruidos fuertes como el simple golpe de la puerta, pero ante un golpe que se daba no demostraba dolor, ni siquiera llorara, pero lloraba de repente y sin motivo muchas veces. Con los años los años los síntomas se fueron acentuando, agregando otros como su incapacidad para vestirse solo si su padre no lo estaba mirando, siempre se aíslo ante los demás niños, pero nunca le importo aquello y comenzó a tener tendencia a ordenarlo todo según diferentes órdenes, tamaños, letras del alfabeto con que comenzaban las palabras e incluso el número de palabras que conformaban las cosas, todo tenía un lugar y se molestaba cuando esto no se respetaba. Los médicos pronto supieron que tenía, había nacido con Autismo y sin una cura aparente, sin investigaciones para ella, tan solo quedaba el esperanzador tratamiento, pero con lo años había sido inefectivo.


-Iré a hacer la cena hijo- exclamo mirando con pesadez- no me tardo.


La falta de respuesta era como un puñal en el corazón de Fernando, como si su hijo no lo quisiera en verdad, luego recordaba que no era la razón, el silencio era la forma de expresarse del menor y por ello callaba, no decía palabra alguna, su rostro jamás expresaría emociones o sentimientos, siempre miraría serio.


Shiryu desde que llego a España no tardo en buscar por donde comenzar, Shura siempre le pareció un hombre que tenía pasión por la historia o al menos con un interés muy centrado en ella, por algo su nombre que venía de una religión budista, el nombre de su técnica, una espalda inglesa, su código de honor como el de los caballeros españoles y la estatua de la entrada de su templo, todo ello era como una página de la vida del de capricornio y con solo buscar en museos logro dar con el único hombre que tenía un hijo de diez años con un nombre muy peculiar, quizás el único en todo el país, y cuando llego frente aquella casa de empeño y lo vio, no dudo que era él. Decidió no llegar de golpe y decir lo que sabía, hasta estar completamente seguro de que aquel niño fuera Shura, e ideo una forma de acercarse a su antiguo camarada, encontrarlo en un parque de juegos infantiles cercano a su casa.


Como esperaba el santo de dragón, día a día, el padre del español lo llevaba siempre a la misma hora, pero noto que el menor jamás hablaba, solo se dejaba llevar por su padre o se sentaba en el suelo a jugar con alguno de sus juguetes, curiosamente, por su estatura tenía más de seis años pero no más de diez,  se veía muy abstraído en su juego más que en ver a otros niños,  y sorprendido lo vio alejarse lentamente mientras su padre buscaba dinero en su billetera.


Shura caminaba con su camión de juguete, solo deslizándolo por el suelo, levantando las piedras en su camino hasta que se alejó de la atenta mirada de su padre pero no la del caballero de dragón, quien rápidamente lo levanto para alejarlo de una escalera que estaba en bajada en su trayecto.


-Shura no-exclamo alejándolo y lo miro fijamente, más el menor no lo miro- pudiste haberte golpeado.


El menor solo volvió a su juego muy concentro, por lo que Shiryu siguió vigilándolo como se acercaba a árboles, bancas y demás obstáculos, y en todos siempre lo alejo tomándolo de los brazos e intentando que el pequeño se fijara en él, mas no logro siquiera lo mirara. Finalmente logro tenerlo frente a frente, logro que lo mirara, pero su rostro estaba exento de emociones, miraba sin darle importancia.


-Shura  ¿Sabes quién soy?- le pregunto mirándolo fijamente, a lo que el menor ni siquiera le respondió-Shura,


-Shura hijo- le interrumpió el padre de Shura al verlo- disculpe ¿Mi hijo le ha molestado?


-No señor- exclamo pensante, levantándose- solo casi se golpea y…


-Mil disculpas.


-No se preocupe, hasta luego.


Shura se dio media vuelta, solo para seguir jugando, lo que le causó asombro al santo de Athena y pesar  a su padre, quien miro su incredulidad- es Autista, nunca pudo aprender a hablar debidamente, no responde, lamento mucho si mi hijo le ha causado alguna molestia- exclamo tomándole la mano.


-No, no ha sido nada-exclamo pensativo.


Esa noche Shiryu regreso hasta su casa en cinco picos con ayuda de Kiki, quien lo trasporto de vuelta. Busco entre los libros de la vieja biblioteca de su maestro algo que lo ayudara a comprender el estado de Shura y como no encontrar nada en lo absoluto pidió ayuda de Kiki para que lo llevara a Hong Kong a buscar libros en la mayor biblioteca del país para adquirir el conocimiento que necesitaba. Después de leer cuanto libro pudo por varios días comenzó a buscar con que ayudar a Shura para hacer terapia, según muchos libros de psicología y neurología, la mejor terapia para autistas era la zoo-terapia, por lo que comenzó a idear una forma de acercarle al padre del de capricornio un animal para ayudarlo con la terapia, pero noto varios dilemas conforme a su plan, la casa donde vivía el antiguo santo con su padre era pequeña para tener mascotas como perros, un gato no era una buena opción, ya que el animal podría correr y si Shura lo lastimaba se defendería, un caballo tampoco era factible.


-¿Qué pasa Shiryu?- pregunto Shunrei mirándolo detenidamente, acercándose con un pequeño en sus brazos.


-No ocurre nada, solo estoy pensando-exclamo mirando a su esposa mientras se levanta súbitamente para llevar a sus brazos a su pequeño hijo-Hola Ryuho.


-Acaba de despertarse de su siesta-exclamo mientras lo llevaba a brazos de su esposo- tiene muchos deseos de ver a su padre, que está muy ocupado últimamente.


-Lo siento, con todo lo que ha pasado olvido mis responsabilidades.


-Te disculpamos-exclamo la pelinegra sonriendo y luego se fue hasta la cocina-mañana es turno con el pediatra, que no se te olvide.


-Ryuho-exclamo mirando con una sonrisa, el cual estaba entusiasmado moviendo su chupete- tú vas a ir conmigo a visitar a un amigo.


Al día siguiente, poco después de terminar la revisión de Ryuho con su pediatra el santo de dragón fue hasta aquel risco donde Kiki lo esperaba a diario y este  lo tele-trasporto hasta España, donde paciente y vestido como uno más, espero en aquel parque a Shura junto a su padre, quienes no tardaron en aparecer y Shura no tardo ni cinco minutos en separarse de la vista de su padre, cuando este nuevamente se había distraído para comprar un helado para su hijo.


-Shura-le interrumpió Shiryu acercándosele, mientras el español solo miro sin mostrar emoción alguna- Shura, sé que no puedes expresar emociones, eres autista, pero quiero presentarte a alguien-lo miro con intriga mientras se puso a la altura del niño y le acercó a su pequeño-Tú me heredaste excalibur, y eras un ejemplo de rectitud y honor en un santo dorado, quiero presentarte a mi hijo, quien en un futuro también heredara la espada sagrada que pasa de generación en generación entre los santos más leales a la diosa, excalibur.


Shura miro sin importarle lo que pasaba, mientras en sus brazos acobijaba al pequeño sin saber porque aquel hombre le estaba depositando al niño en sus brazos. Miro al niño un poco curioso aunque no lo expreso, había algo en aquel hombre y en aquel niño que se le hacía agradable, un instinto en él, una especie de emoción quiso aflorar y abrazo al bebé en sus brazos, solo para saber que se sentía, pero nada paso.


Shiryu miro desolado, nada había cambiado a pesar de tener al pequeño Ryuho en brazos, y él sabía que hasta el hombre más duro se derretía por su hijo, un niño que emanaba felicidad e inocencia a su corta edad. Volvió a tomar a su hijo en brazos mientras sintió al padre de su antiguo camarada acercarse con dos cucuruchos de helado, sonrió y le revolvió el cabello.


-Mi ventana está abierta- exclamo al fin el pequeño antes de darse media vuelta mientras lo vio alejarse.


Esa noche Shiryu regreso hasta la su casa y dejo al pequeño Ryuho en su cuna durmiendo, para después volver donde Kiki y volver a España, solo para entrar por la ventana de la casa de dos pisos y mirar a Shura dormir en su cama. Miro a la ventana, la cual estaba abierta dejando ver una pequeña entrada de luz y se adentró abriendo la puerta. Había una pequeña nota sobre la mesa de luz, escrita en letra de imprenta y bástate grande, Shiryu sonrió al verla, revolvió el cabello del niño y se sentó a su lado.


-Comenzare por el principio-exclamo mirando la carta- nos conocimos cuando eras santo de Athena, yo peleaba por la diosa, a pesar de ser ambos del mismo bando, de ambos pertenecer a la orden de los santos de Athena estábamos separados, yo defendía a la verdadera diosa, creía en su palabra, en su juicio y en su sacrificio, tu defendías tu casa, eras uno de los santos dorados más poderosos y orgullosos, leales al patriarca- conto sonriendo.


Así, noche tras noche Shiryu se apareció en el cuarto de Shura para contarle aquella historia del pasado y que paso después de su muerte, pues la carta lo decía en claro, “Cuéntame todo, pero que mi papá no se entere”. Noche tras noche se dedicaba a ir a España para contarle aquello a Shura, aprovechando que este dormía, velaba  por su sueño y en más de una ocasión llevo al pequeño Ryuho para que durmieran los dos juntos abrazados, sin darse cuenta. Noto pequeños cambios en el niño, como que se abrazaba al menor inconscientemente y apenas sonreía, o al menos hacia el intento cuando le comenzó a contar del después de la batalla de Hades, de la paz que reino, que Seiya de Pegaso ahora era el santo de sagitario, o del nacimiento de Ryuho, en sueños Shura sonreía alegremente mientras el otro solo se dedicaba a contar con una gran sonrisa y se deleitaba de ver las expresiones en la noche, que de día eran nulas pero su intento valían la pena.


 


Si había algo que Fernando sabía de memoria eran tres fechas en especial, la primera se trataba del cumpleaños de su hijo, una de las fechas más importantes según él, por tratarse del día en que su vida comenzó a cambiar, las otras dos eran el dos de abril y el dieciocho de junio, el día mundial de la concientización del  autismo y el día del orgullo autista, acudía a cada reunión de padres con hijos con autismo que podía, incluso si tenía que viajar alrededor del mundo, siempre lo hacía no solo para conocer a otros con una situación parecida sino también para ver a su hijo intentar socializar con otros niños.


Como si fuera un regalo del cielo recibió una invitación para una especie de convención que se realizaría en Argentina sobre el autismo, no dudo en sacar dos boletos y viajar, llevar a su hijo para que intentaran pintar, con luces, de azul los emblemas nacionales, como la casa rosada, pero también quería intercambiar nuevas terapias alternativas para ayudar a su hijo a adaptarse a la sociedad. Se hospedaron en un hotel no muy lujoso, en un cuarto con dos camas, Shura veía todo a su alrededor sin sentirse realmente atraído y los ruidos a su alrededor eran bastante fuertes, aun así, sentía que debía irse del hotel, sentía que debía buscar a algo o a alguien más que estar encerrado en cuatro paredes.


Aquel dos de abril salió del hotel junto a su padre, pero se separó de el ante la muchedumbre mientras se dirigían a donde se realizaría la reunión de padres con hijos autistas. Shura camino sin rumbo, sintiendo que algo debía buscar, algo lo llamaba y debía acercarse a él, aunque no comprendía porque, solo caminaba sin rumbo. Llego a un parque cerca del anochecer y se quedó mirando los arboles a su alrededor.


-¿Buscas a alguien?- escucho una voz detrás de sí, un muchacho de cabello castaño oscuro que se acercó al verlo solo-¿estás solo?


Negó con la cabeza al ver a aquel muchacho que seguramente estaba por los catorce años y luego se percató de un niño que le tomaba la mano, de cabellos cortos castaño claro y ojos verdes. Miro a ambos como si los conociera, pero no dijo nada, no supo que decir.


-¿Por qué no hablas? ¿Te comió la lengua el gato?- exclamo sonriendo el mayor- ¿tus padres están cerca? Es peligroso que estés solo- pregunto mirando sin comprender, el niño de cabellos negros negó nuevamente con la cabeza y busco ente sus bolsillos su gafete, lo leyó y se quedó pensativo- eres autista ¿Qué significa? Mis profesores dicen que soy disléxico, pero no lo creo, si se cuál es el amarillo y el verde, solo que se parecen- sonrió- vamos, te llevare a mi casa así llamas a tu familia desde allá-Shura negó con la cabeza y se colocó su gafete, espero un momento de que le dijera algo pero no dijo nada- vamos, insisto- exclamo tomándole del brazo, y fue cuando el menor sintió una corriente que atravesó su cuerpo.


Aquella corriente, ambos se vieron frente a un lugar algo desolado, detrás de ellos templos de piedra, antiguos, destruidos por el tiempo, en medio estaba el pequeño castaño, ambos se daban la mano, el mayor insistía en algo, el sol estaba al por caer. Algo debía decirse se quedó en sus gargantas, palabra que esperaban su momento para salir como en aquella visión.


-Vamos a mi casa- insistió el castaño oscuro tomándolo del brazo, el menor de cabellos negros no dijo nada, solo se dejó llevar.


La casa de los dos hermanos no estaba muy lejos de aquella plaza, era fácil de identificar por un gran cartel afuera que decía Comida Griega, y alrededor había varias casas con carteles idénticos, aunque todas decían lo mismo, comida para llevar, asado, locro, empanadas y muchas más comidas tradicionales Argentinas. Todos a su paso los saludaban a los dos hermanos, el pelinegro veía todo con intriga, y por breves momentos vio a algo más en aquellas personas que pasaban, sentía que veía a otras atravesó de ellos, doncellas vestidas con túnicas blancas, hombres con lo que parecían uniformes militares.


-Mamá, Papá ya llegamos- anuncio el mayor abriendo la puerta, su hermano más pequeño no tardo en salir corriendo para ser recibido por su padre, quien lo levanto en brazos.


-Aioros- exclamo el hombre de cabello castaño claro mirando a su hijo- ¿Qué te he dicho de traer a niños de la calle a la casa?


-Él está perdido papá-contesto acercándose sin soltarle al mano al menor y le quito su gafete- dice que es Autista de España, está perdido.


-Déjame verlo-exclamo el adulto tomando el gafete- llamare al número del reverso, vallan a lavarse las manos para cenar.


-Si papá, ven te llevare al baño para que te laves las manos-Aioros miro sonriendo guiándolo por la casa.


Shura sintió como si todo eso fuera familiar, salvo aquel hombre que apareció y parecía ser el padre de los dos hermanos, una fuerte emoción se apodero de él, como si debía hacer algo o decirlo. Aioros sonrió, sentía que debía hacer algo por el pelinegro y no descansaría hasta saber qué hacer y hacerlo, hasta lograrlo.


La cena transcurrió casi en silencio, el padre de Aioros había logrado contactarse con gente del evento que se llevaba a cabo en el centro, por lo que pronto podrían localizar al padre de Shura y llamarlo para que lo fuera a buscar, pero esa noche la pasaría en casa de los griegos. Shura no dijo nada, comió en silencio y se retiró junto a Aioros, quien lo llevo a su cuarto para que durmiera.


La habitación de Aioros era bastante grande como para una persona, pensó el español, eran un cuarto con un armario dentro de la pared, una cama de una plaza y media que abajo tenía un colchón para visitas, poster de futbol colgados por toda pared visible, algunas figuras de los álbumes de deportivos, un televisor de pantalla plana estaba sobre la pared justo frente a la cama, una escritorio a  la derecha de la cama, una mueble repleto de libros a su lado y  un escritorio con una computadora al frente, aun así había espacio para caminar por el cuarto sin tropezarse.


Aioros sonriendo busco entre sus cosas algo que Shura pudiera ponerse y le presto un pijama, algo viejo pero era de su talla, lo ayudo a cambiarse y a ordenar la ropa sobre su escritorio, luego se cambió el para así acomodarse en la cama a dormir. Aioros ayudo a Shura a acostarse en la cama cuando las luces de la casa se apagaron y estaba por sacar el colchón bajo la cama cuando el pelinegro lo detuvo, le tomo del brazo y lo miro fijamente, otra imagen surco por sus cabezas, ambos durmiendo en la misma cama. Ninguno de los dos comprendió que ocurría con ellos cuando se tocaban, imágenes de ambos mirándose, estando juntos, y finalmente aquella, pero presintieron que eso debía hacer, Aioros se acostó junto a Shura y lo abrazo por instinto.


-No te dejare solo-exclamo abrazándolo posesivamente.


-Gracias- susurro el pelinegro antes de quedarse dormido en los brazos del castaño.


Durante la noche las imágenes del pasado de ambos fueron sus sueños, Shura no tardo en recordar el pasado, recordar lo que lo unía a Aioros y sus actos, por honor, por obediencia, no tardo en llorar y abrazar al castaño, pidiendo consuelo, perdón. Aioros no dejo nunca de abrazarlo, siempre acurrucándolo contra su pecho, y en medio de la noche no tardo en comenzar a repetir que todo estaba bien entre ambos.


A la mañana siguiente ambos despertaron al mismo tiempo, Shura lloro y se abrazó al castaño de recobrar su pasado, recodar sus penas y sus culpas. Aioros lo abrazo posesivamente mientras comenzaba a llorar.


-Shura, todo está bien, te lo aseguro- le sonrió mirándolo- mírame, estamos vivos, no me has hecho daño.


-Pero lo hice Aioros, lo hice, yo te lastime…con la bebé Athena en tus brazos.


-Es culpa de Saga-exclamo con picardía- todo está bien, eso paso hace ya muchos años, ni siquiera habíamos nacido, renacimos y por casualidades del destino nos hemos vuelto a unir, curioso ¿Eres autista?


-Eso dicen-se encogió de hombros el español-¿Tu eres disléxico?


-Creo siempre lo fui- lo abrazo posesivamente-eso que paso fue parte de  nuestra vieja vida, ahora tenemos una vida mucho mejor, cuéntame de tu vida, quiero saberlo todo y yo te contare de la mía.


-Bueno, mi papá tiene una casa de empeño en España, vivo solo con él desde que mi madre murió, mi padre también tiene miedo de que yo contraiga cáncer o algo así, según mis doctores soy autista- recordó y se levantó súbitamente para ponerse a ordenar- me gusta mucho el orden, Aioros tu cuarto es un desastre, aunque lo era peor en casa de sagitario.


-Shura de capricornio vuelve acá- ordeno el mayor con autoridad, el menor obedeció apenado y se sentó a su lado- Sigue contándome todo.


-Odio la comida vegetariana, mi papá solo hace eso creo él es vegetariano, me han mandado a hacer muchas terapias, sin resultado alguno.


-Me necesitabas a mí, lo sabemos, soy tu cura- sonrió revolviéndole el cabello.


-Shiryu me visitaba a menudo, tiene un hijo pequeño, me dejaba abrazarlo mientras dormía, creo no sabe que me vine por unos días aquí- exclamo pensativo-debo regresar cuanto antes.


-¿Cuándo regresaras a España?- pregunto el castaño oscuro mirando con intriga.


-No lo sé, mi papá tiene mi pasaje y mi pasaporte, yo solo tengo eso- señalo el gafete.


-Alejandro de los Monteros, que nombre tan raro para ti- sonrió burlonamente- bueno como viste, tengo padres, a Aioria, voy a una escuela pública, no hay mucho que saber de mí, soy bueno jugando al futbol, he roto muchas ventanas en el barrio, papá es chef de comida griega, la única en todo el barrio, no es muy popular y me gusta la milanesa.


-¿Eso qué es?


-Un bife de carne bañada en huevo y rebosada en pan- explico- vivo aquí desde los siete, los domingos mi papá hace asado.


-¿Eso qué es?- pregunto sin saber a lo que se refería.


-Es carne cocinada al calor de las brasas ¿nunca comiste eso?


-Mi padre es vegetariano ¿eso te responde? No conozco el sabor de la carne por mi papá-  lo miro con fastidio.


-Si lo note, este delgado y no tienes musculo, mira estás flácido- exclamo el de sagitario tomándole el brazo- mira ese bracito delgado.


-Déjame Aioros-exclamo tomando su brazo- al menos no me creo goleador de futbol por romper ventanas.


-Mira quien lo dice, quien tiene una de las mejores ligas de futbol y vive en el mismo país que Messi.


-¿Quién es Messi?


-¿Qué? ¿No sabes quién es el mejor jugador de la historia del futbol?


-No miro deportes.


-¿Qué miras por televisión?- pregunto tomando el control remoto.


-No veo televisión.


-¿Qué?-pregunto alarmado y lo tomo del brazo para guiarlo a la cocina- Tu padre está loco ¿tomas leche?


-Papá dice que me hace mal-exclamo mirando sin entender cuando Aioros le soltó el brazo y le sirvió un vaso de leche- tómalo todo.


-Está bien, Aioros, ¿hoy es día de clases aquí? ¿Por qué no estás en la escuela?- pregunto dándole un sorbo a la leche- sabe mejor que esa cosa que me da mi papá en las mañanas, creo que es leche de soja.


-El dos de abril es feriado, día de los veteranos por la guerra de Malvinas, y el tres, por extensión, es feriado por caer vienes -respondió sonriendo- tu papá exagera con tus cuidados.


-Y tus padres exageran con tu libertad- le reto- por tu cuarto parece que paso un huracán.


-Nadie tiene el cuarto tan ordenado.


-Yo sí.


Aioros miro molesto y espero que el español terminara su vaso de leche, lo dejo sobre la mesada de la cocina y se abalanzó contra el para hacerle coscorrones en la cabeza, a lo que el de España intentado zafarse pero no pudo.


-Hermano, son la siente de la mañana- exclamo la voz de un menor entrando a la cocina, Aioria pasando su mano por sus mejillas, sacándose las lagañas.


-Aioria-exclamaron los dos a la vez, el mayor corrió a abrazarlo y Shura lo miro apenado.


-Buenos días hermano ¿No lo vinieron a buscar a él?-señalo al pelinegro.


-Aioria ¿no sabes cómo se llama?


-No nos dijo su nombre- respondió mirando a su hermano.


-¿No sabes quién soy?- pregunto señalándose- no sé si sentirme feliz o preocuparme.


-¿Por qué?- pregunto Aioros- está mal, el no recuerda quien eres.


-Porque si recuerda quien soy y ve la edad que tengo, me golpearía con su plasma relámpago y yo no tengo cosmos para defenderme.


-El cosmos-exclamo mirando sus manos-es verdad, yo no lo he despertado…mucho menos mi hermano.


-Sé que me golpeara con el algo, nunca perdió oportunidad para gritarme-exclamo ocultándose tras una silla.


-Tiene siete años ¿Qué puede hacerte?- pregunto sin entender.


-Venció a titanes, a Chronos, y no sé a cuántos más-señalo- y es muy violento cuando se lo propone.


-Es un niño- exclamo molesto tomándolo en brazos y lo acerco al español- dile hola.


-Hola Aioria- exclamo temeroso.


Aioria miro con picardía, si bien no entendía por qué decían eso de él, le gusto lo que dijo, de que él se enojaba y golpeaba fuerte,  y si algo estaba de acuerdo, era que el español a primera vista no le agradaba. Miro de pies a cabeza al español y aprovecho cuando su hermano lo bajo al piso para darle una patada en la pierna.


-Te lo dije.


-Aioria, eso no se hace con los invitados- interrumpió una mujer acercándose- discúlpate jovencito.


-No-exclamo el menor y salió corriendo.


-Perdona a Aioria, no es de golpear a la gente- exclamo apenada.


-Está perdonado, no se preocupe, yo hice cosas mucho peores- sonrió.


-No hiciste nada, tu papá poco más te prohíbe respirar, mamá él no come nada que no sea vegetariano, y no es vegetariano, hasta la leche su papá le prohíbe, no ve televisión…


-Porque yo no quiero ver televisión- le interrumpió.


-Porque tu papá te dice que no- le recalco el castaño.


-Claro que no.


-Que sí.


La pelea fue interrumpida por el sonido del timbre, todos fueron a la puerta a ver quién llegaba a las siete de la mañana a una casa de familia, Shura noto a su padre en la puerta mientras era atendido por el padre de Aioros. Fernando se veía alterado, con la ropa desarreglada, la misma que tenía puesta el día anterior y dos policías lo acompañaban.


-Señor de los monteros ¿puede quedarse Shura a almorzar? Mamá va a hacer milanesas.


-Aioros, es viernes santo, no se come carne hoy- miro Shura molesto- soy católico y no comeré carne.


-Entonces te quedas al domingo a comer asado.


-Es pascuas así que si- sonrió y corrió a abrazarse a su padre- ¿Me puedo quedar hasta el domingo papá? Quiero comer asado.


-Alejandro- exclamo Fernando cayendo al suelo pesadamente, abrazo posesivamente a su hijo para luego comenzar a llorar, en todos los años que paso solo con su hijo este jamás le hablo, jamás le llamo papá, y cuando le dieron el diagnostico que su hijo era autista, no solo perdió las esperanzas de que su hijo le hablara, sino que le expresara alguna emoción -Alejandro, hijo.


-Papá- exclamo sorprendido el pelinegro, luego recordó lo que pasaba, durante diez años jamás le expreso alguna emoción, jamás le hablo, curiosamente porque no quería hablar y al único al que le exclamo algo fue a Shiryu  muchos días atrás cuando le dijo que lo visitara en la noche, y luego a Aioros esa mañana,  por lo que se sintió sumamente culpable de haber sido egoísta, nunca decirle nada a su padre, lo abrazo correspondiendo a su padre- papá.


-Si se quedara al asado del domingo- sonrió Aioros mirando a sus padres, los cuales no comprendieron lo que pasaba.


Continuara.

Notas finales:

Espero les allá gustado, algunas aclaraciones:

*Paso un año desde que se rencontraron Shion y Dohko.

*Shura era Autista hasta que encontró a Aioros, el autismo no se cura pero al recobrar sus memorias pasadas el Autismo de Shura desapareció.

*No me parece que el nombre Shura exista en España, por lo que tiene un nombre más español, Alejandro, que queda bien con él, aunque creo que tiene que ver que mientras hacia el capítulo está dando una película de Alejandro Magno XD.

*Me han dicho que los autistas no se centran en nada, es como si no tuvieran intereses, solo en lo que hacen, mantener el orden y cosas así, por lo que se me paso por la cabeza que Shura no viera televisión, la verdad no sé qué hacen o no los autistas, solo me ayude con el internet.  Lo mismo con el vegetarianismo, no sé si tienen dietas especiales o algo por el estilo, por lo que centre que el padre de Shura no le da carne por el autismo.

*La referencia a las comidas Argentinas, Asado y Milanesa, es porque los domingos a veces se comen asados en Argentina (actualmente no es tan así, si tiene uno suerte puede comprar una vez al mes para hacer, culpa de la presidenta, se los aseguro) la milanesa es un clásico del almuerzo, barato y estaba haciendo milanesas cuando se me ocurrió :D

*Veo solo las partes de Omega que me interesan, así que se un poco de cada personaje dependiendo de su actuación en varios capítulos que vi, no quiero que me de cáncer de ojos XD, chiste, chiste.

Espero les alla gustado, dejen reviews si les gusto, veré cuando actualizar pronto

Un abrazo y nos leemos.


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