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Nos conocemos de nuevo por maxi anime

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Notas del capitulo:

Hola a todos

Aquí un nuevo capítulo, pido perdón por tardar tuve ciertos problemas con los horarios, periodo de parciales, creo eso lo explica XD. Me tome mi tiempo para hacer bien el cap, tenía que abarcar alguna cosas y la verdad creo que no las abarco, al final sabrán.

Para toda persona el momento más importante del año eran las vacaciones, sin importar si eran verano o invierno dejar la rutina diaria para remplazarla con descanso era lo ideal para cualquier. Un niño se la pasaría jugando videojuegos, un adolecente la pasaría viendo televisión o con sus amigos y un adulto la pasaría viendo el bien de sus hijos u organizado una salida familia para cada integrante de la familia y no quedarse estancados en casa, y eso había planeado Elián o al menos lo fue en un principio.

Elián era el típico padre de familia que tenía conceptos a la antigua, o como uno diría estaba chapado a la antigua. Era un hombre alto y esbelto, cuyo oficio era cocinar, tenía un restaurante de comida griega y una tienda anexo para comprar todo lo que se requería para elaborar sus deliciosas comidas, solo que el sabia las recetas y los ingredientes, no obstante si algún curioso quería intentar en su casa hacer sus platillos era para eso existía la tienda.

Su familia podía ser considerada pequeña, en comparación a las mayorías del barrio, eran el, su esposa y sus dos hijos, Aioros y Aioria. Como buen padre de familia, al emigrar desde Grecia, había comprado una casa con los mayores defectos posibles para el ser quien los arreglara, y así lo hizo, dejando su hogar como la mejor casa del barrio. Su familia es lo primero, siempre decía, era siempre el primer padre en llegar a las reuniones de maestros, con Aioros ya adolecente aún seguía acompañándolo al colegio, muchos decían era un padre que le gusta avergonzar a sus hijos, pero a estos no les molestaba su actitud, lo amaban y preferían tenerlo siempre presente que ausente.

Era por lo que se desvivía y por ello había adoptado dos trabajos, el primero fue hacer su restaurante de comida griega, para compartir la rica comida de su nación con sus vecinos,  pero al ser la gente temerosa a lo nuevo, en un principio, el negocio no parecía ser buena idea, luego abrió una tienda de comestibles justo al lado, el objetivo fue sencillo, mostrar a la comunidad que su comida no tenía nada de extraño y los ingredientes que llevaba eran comunes y corrientes, y el efecto pareció funcionar, porque mientras la gente compraba en su tienda en las noches degustaban en su restaurante, pronto se le hizo difícil estar de un lado a otro, tuvo que abrir para el almuerzo en su restaurante y dejo el cuidado de la tienda a su esposa, mientras él se ocupaba de cocinar, que pronto se convirtió en su vocación.

Para las vacaciones de invierno Elián tenía grandes planes para su familia, como Aioros había aprobado todas sus materias y no debía rendir ninguna, y Aioria sacaba buenas notas, solo para aprobar en la primaria, opto por darles un obsequio de vacaciones, pasar todo el mes de julio de viaje. Los ahorros que tenía eran bastantes como para pasar unas cuentas semanas sin sobresaltos en algún país de visita, las ofertas de las tarjetas de créditos e internet le daban buenas ideas de a dónde ir y donde pasar aquellas semanas salvo por una cuestión, Aioros.

Cuando Aioros recobro su memoria junto con Shura comenzaron su relación, y no como amigos, se prometieron verse en cada periodo de vacaciones que pudieran, se llamaban diariamente a pesar de los distintos usos horarios, y esto era por pedido expreso del padre de Shura, quien al ver lo bien que le hacía a la salud de su hijo la presencia de Aioros hablaba siempre por su hijo y que lo mejor era que ambos se vieran cuando pudieran. En un principio los padres de Aioros jamás objetaron, si Aioros estaba haciendo un bien a otra persona no importaba los gastos de telefonía, el fin lo justificaba, pero no era suficiente justificación para que Aioros viajara solo a un país extraño para estar con una familia que menos conocía.

-Por favor papá, me prometiste que iría a España si solo te traía dieses, y cumplí- exclamo el castaño poniéndose de rodillas ante su padre suplicando- prometiste que vería a Alejando en las vacaciones si era buen estudiante y buen hijo, saque la basura, limpie los azulejos de la cocina y el baño, corte el pasto…por favor papá, por pavor.

-Hijo, el señor de los monteros dijo que no tiene mucho espacio en su casa como para albergar a otra familia, quizás a una persona solamente, no puedo costear la estadía para los cuatro para que veas a tu amigo, quizás el otro año- intento explicar mirando serio- no ha salido ninguna oferta en la tarjeta o en las páginas de internet.

-¿Y si van a otro lado?- pregunto con los ojos iluminando- papá prometiste que vería a Alejandro si cumplía con todo lo que me ordenabas, lo hice,  no tendrás que pagar mi estadía ni mi vuelo, el señor de los monteros me compro el pasaje y estaré en su casa, el me dará su teléfono para que los llame todos los días, por favor…no pienses en mí, piensa en Alejandro, él era Autista antes de conocerme, mi influencia le hace bien…por favor papá.

-¿Estás seguro que quieres eso Aioros?- pregunto la única mujer en la casa mirando a su hijo suplicar-seria las primeras vacaciones en que no estés con nosotros.

-Y no las ultimas, Alejandro vendrá la próxima vez y así nos turnaremos para vernos, ha estado triste últimamente y no poder estar a su lado me hace sentirme impotente, por favor papá, por favor mamá.

-Aioros, sería muy imprudente de nuestra parte hacer semejante cosa, tienes catorce años, no puedes viajar solo ¿Y si te pasara algo? Nosotros estaríamos a miles de kilómetros de distancia.

-No tanto, por favor, les prometo me comunicare con ustedes todos los días, Alejandro es mi amigo y era autista, no creo que el padre de un joven con alguna enfermedad tan perturbadora para una familia, como lo es el autismo, sea mala persona,  los padres de hijos con cáncer o algún síndrome de nacimiento que no se cura son buenas personas, dedicados a sus hijos, como el padre de Alejandro- exclamo con seriedad- por favor, mamá, papá, se cuidarme  y sé que hacer ante una situación de emergencia, como pedir ayuda y a quien acudir, en España habla español, no tendré problemas con el idioma- insistió suplicante- lo prometo, no les daré problemas.

-Aioros- se miraron los dos padres con seriedad, su hijo hablaba con sinceridad y aunque tuviera o no razón, estaba en un parte en lo cierto, los padres de niños con algún padecimiento de nacimiento solían ser muy dedicados a sus hijos sin simbolizarlos como malas personas, por un momento dudaron de las palabras sinceras, el menor estaba en lo cierto pero también ellos con los peligros del viaje.

-Está bien Aioros- exclamo finalmente Elián mirando dudoso- puedes ir, pero deberás todos los días comunicarte con nosotros, sin falta, a la misma hora, de ser posible pasarnos con el señor de los monteros o con Alejandro y nunca deberás estar solo.

-Así será padre, así será- miro triunfante y dio un salto en el aire, lo que causo asombro a sus padres, nunca había sido tan ágil, Aioros se sonrojo ante las miradas de sus padres y sin demora dio media vuelta para su habitación- gracias, gracias, no los defraudare, iré a preparar las valijas.

-y Bien ¿A dónde iremos nosotros?- pregunto su esposa mirando a su marido con intriga.

-Aun no lo sé, pero veré en la computadora- respondió, fue hasta el escritorio y abrió su Notebook para ver algunas páginas de internet de viajes turísticos a algún país.

-Me gustaría ir a Brasil, suena divertido, sería ir a una aventura.

-La oferta más barata es de cuatro mil dólares por pasaje- exclamo Elián mirando las páginas de internet- cubre estadía en un hotel medio, con solo dos cuartos…Aioria es menor.

-¿Algún otro país? No sé, chile.

-Veamos, no me parce mala idea- exclamo entusiasmado- genial, mi tarjeta no cubre buenos hoteles en Chile, serian varias horas para pasar un mes en un mal hotel y con el contado es mucho más caro que el viaje a Brasil.

-Supongo que los viajes a Europa y Asia están descartados, creo que nos quedaremos en casa estas vacaciones.

Elián miro resignado las páginas de internet hasta que un anuncio le llamo la atención, no era llamativo, ni tenia letras que lo impresionaran, era un pequeño anuncio a un lado de la página, lo leyó con intriga e investigo más sobre el- Podríamos ir a la india- exclamo mirando entusiasta- hay un templo budista que sirve de hospedaje para los viajeros en busca de la iluminación o buscando un mayor simbolismo a su espiritualidad, los pasajes cubren solo los vuelos de ida y vuelta, la comida y el hospedaje corre en manos del templo que está ofreciendo sus instalaciones y si es un templo budista ha de ser un lugar muy acogedor.

-Suena interesante, Aioria se divertida conociendo nuevas culturas, le abriremos los ojos al mundo- exclamo entusiasmada la mujer.

-Está decidido, saldremos mañana mismo a la India.

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La india no era un lugar exótico o que fuera llamativo para cualquier turista, la india era un país bastante aburrido donde vivía demasiada gente o veneraban dioses extraños. La india era eso para los ojos de cualquier extraño a las culturas un lugar vacío y  alejado de la modernidad. A los ojos de cualquiera era un país donde diversas culturas chocaban, por un lado las tradicionales, aquellos que creían en un abanico de dioses y diosas para cada cosa en la vida cotidiana, y del otro lado estaban los budistas.

La mayoría diría que era un país sobrepoblado, la gente caminaba de a montones, los puestos de comida siempre estaban abarrotados, los buses de servicio urbano poco más llevaban gente en el techo y la gente parecía vivir como en la época antigua. La mayoría de la población siempre vestía de manera tradicional, hombres, mujeres y niños, siempre manteniendo en alto sus valores y mostrando su cultura, siendo pocos los abnegados a ello.

Shaka era posiblemente conocido como el hijo de quienes renegaban de su nación, aunque no fuera así, sus padres si bien mantenían en alto las costumbres de sus ancestros no eran del todo creyentes o eso aparentaba. Probablemente el antiguo santo de virgo estaba marcado por ser de tez blanca, cabellos rubios y ojos azules, cuando la mayoría de la población tenía una tés de un tono más oscuro, cabellos opacos y ojos cafés o negros,  por lo que el desentonaba con el resto de quienes lo rodeaban, pero había sido cosa de la suerte y la genética. Shaka era una especie de mezcla extraña, sus padres y sus abuelos habían nacido en la india, había ramas de su familia que también mantenían su herencia ancestral, pero en alguna parte del legado había un cambio, una mezcla entre un blanco, un rubio y alguien de ojos claro, que si bien no aparecía en los álbumes fotográficos, era es la razón por la que él era tan diferente a los niños de su edad.  Sus padres eran tan opuestos a el que cualquiera pensaría que no era su hijo, ambos enseñaban en la universidad materias que muchas veces fomentaban cierta separación de la religión con el ser humano, la psicología y la filosofía, y estaban abiertos a toda teoría científica, no eran ateos, eran budistas que predicaban su religión siempre con una sonrisa al igual que lo que enseñaban. Dos profesores muy dedicados a su trabajo, que daban clases en una de las universidades más importantes de la india, cumpliendo su tarea de educar mentes jóvenes y llevarlas por nuevos senderos, expandiendo sus conocimientos sobre aquello que los rodeaba, buscando que sus alumnos abrieran su paso en el mundo.

La casa de la familia era bastante grande como para que vivieran ellos, no era modesta como la mayoría de las casas de la región, era la única con tres habitaciones, una era de los padres de Shaka, la otra era del menor y la última era una habitación de huéspedes con dos camas, dos camas que habían sido una adquisición reciente ya que la familia decidió cambiar las viejas maderas por nuevas y compro dos camas nuevas, una que fue a la habitación de Shaka, la más pequeña y la otra a la de sus padres.

Era uno de los pocos niños que concurría cada tanto a un templo budista para orar, siendo uno de los pocos en su región que profesaba el budismo, ya que la gran mayoría ere hinduista. Sentía que las enseñanzas de buda iban más allá en su pensamiento, como si fueran hechas para él, como si cada palabra escrita y que le predicaban era hecha a su medida desde que había aprendido a leer y a escribir. Las palabras de Buda y como lo predicaban los sacerdotes siempre le llegaba más allá de lo que cualquiera esperaba en un niño, entendía a la perfección y buscaba que otros lo escuchen y la entendieran como el, aunque no pasara. Shaka era muy habitual de ir a los templos cuando tenía deseos de ir, no iba días específicos, solo se decidía de un momento a otro y se encaminaba al templo, de no ser por que odiaba que le cortaran en el pelo el sería un monje budista, que era su sueño, pero no podía permitírselo, en primera sus padres pondrían el grito en el cielo, ya que estos aspiraban que su hijo siguiera sus pasos y en segunda, él no se veía sin cabello ni un día de su vida.

Después de sus clases Shaka siempre corría a ir al templo, prefería no ir en bus o tomar un taxi, le gustaba caminar y ver el paisaje, intentar encontrar su paz interior en el camino sintiéndose afortunado con lo que veía, viendo la pobreza y la riqueza, la humildad y la arrogancia, viendo quienes eran los realmente malos de la película a su gusto y quienes merecían tenerlo todo siendo los que menos tenían. Con la suerte que tenía sus padres en la noche le irían a retirar, no le dirían nada, más bien le pedirían, de nuevo, que no volviera a irse al templo sin antes avisarles, pero podría estar horas y horas disfrutando de la paz interior.

Llego al templo y lo noto cerrado, las puertas estaban cerradas pero no al gran jardín, quizás estaban haciendo alguna purificación, se encogió de hombros y fue a su lugar favorito, el que siempre estaba abierto, un jardín al lado del templo que tenía un salar donde sentarse, donde en primavera siempre las flores de loto se veían en esplendor. Se acercó y saco de su mochila su manta, una que tenía desde pequeño, y la coloco en el suelo, se colocó en la llamada posición de loto y cerro sus ojos para comenzar a meditar.

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Aioria estaba molesto, más que molesto, estaba enardecido, no podía creer lo que sus padres habían hecho,  y su enojo no era para más, estaba molesto, no comprendía como sus padres podían llevarlo a un país que ni sabía que existía, a hospedarse a un lugar extraño mientras su hermano mayor la pasaría genial en un país que para él era el mejor del mundo, más que nada por el futbol. Para Aioria la idea de viajar y conocer nuevos lugares era buena idea, y cuando supo que su hermano mayor iría a España paso por su mente la posibilidad de estar ahí, conocer los grandes equipos que veía en la televisión e incluso sacarse fotos, pero cuando bajo del avión sintió una gran decepción. Cuando subieron en el aeropuerto argentino vio que su hermano no abordo con ellos, y lo noto cuando se subieron al avión y no le vio, pensó que quizás n habían encontrado dos vuelos disponibles y por eso Aioros iría en otro, pero al bajar noto el lugar exacto donde se bajó, un aire extraño lo hizo marearse y las ganas de llorar no faltaron, mientras su hermano se divertiría en España el pasaría sus vacaciones en la India.

-No es justo, no quiero estar aquí- exclamo el castaño cruzándose de brazos-mami quiero estar con Aioros.

-Él fue a ver a su amigo que está muy enfermo amor, no podemos estorbar, pero cuando se ponga mejor iremos todos a verlo.

-Pero no me gusta este lugar- bufo molesto- es raro.

-Todo país lo es hasta que lo conoces hijo- sonrió Elián mirando a su hijo, lo tomo en brazos y camino hasta donde estaba un monje que los saludo con una sonrisa- Namaste.

El monje de ropajes naranjas se acercó y los saludo bajando la cabeza, sonrió antes de hablar en un idioma que ninguno de los dos entendían y los guio por el monasterio hasta las habitaciones de huéspedes donde permanecerían.

Cuando su padre lo bajo Aioria decidió que no quería hacer nada más que quedarse en su cuarto a aburrirse, no le interesa aprender un idioma que para él era inentendible, no quería saber nada de esa nueva cultura que tenía en frente y no tenía intenciones de querer conocerla.  Con pocas palabras que cruzo con sus padres se despidió de ellos, ambos dijeron que darían una vueltas por el monasterio para aprender más de la rica cultura de la india y el podría quedarse en la habitación donde se hospedaban, le dieron un pequeño traductor para hablar con otros si era necesario donde podría poner alguna palabra y el mismo la traduciría para que la escucharan.

Después de un rato solo en el cuarto, bastante mal pintado y decorado a la antigua, salió a buscar algo con que divertirse y hacer notar que no quería estar ahí, hacer un berrinche en el monasterio no sonaba mala idea, unos cuantos gritos y patadas al aire bastarían para que sus padres fueran echados del lugar y por consiguiente regresaran a su país natal. Corrió a toda prisa hasta el monasterio, esperando que la gente estuviera rezando, orando o cantando, o lo que fuera que hacían en ese viejo edificio de paredes desquebrajadas por el tiempo.

El monasterio estaba vacío, la gente no entraba, lo que era extraño para lo que generalmente se rendía culto, los monjes estaban en el amplio jardín ocupándose de las plantas y pequeños animales que en él se encontraban, pájaros que cantaban y uno que otro animal pequeño que comía semillas.  El único sonido que se escuchaba era el viento que mecía suavemente las hojas de los árboles, en un movimiento lento y constante, armónico con el lugar.

Aioria camino buscando a alguien a quien hacer su berrinche, alguien que buscaría a sus padres cuando comenzara a llorar. Su vista se desvió al ver a un niño sentado bajo un árbol, el niño mantenía sus ojos cerrados y parecía disfrutar de lo que hacía, lo que le llamo la atención. Se acercó con intención de interactuar con él, al parecer tampoco era de la región, quizás mucho menos del país, no había visto a un niño rubio desde que llego, mucho menos niños, en aquel monasterio había demasiados monjes altos con túnicas naranjas que cubrían todo su cuerpo.

El niño tenía largos cabellos rubios que podían llegar a su cintura, llevaba puesta una remera blanca con un emblema en el bolsillo derecho, un pantalón negro, que por su posición, le llegaba hasta los tobillos dejando ver unas medias blancas. Aquel extraño estaba sobre una manta de color carmín, a un lado de él estaba una mochila negra y un par de zapatos color negro.

-Hola- exclamo mirándolo fijamente, el niño no se inmuto, respiro profundo y luego exhalo- ¿Estás aquí también porque te obligan?- pregunto curioso.

-No- respondió después de aspirar profundamente.

-¿Entonces quieres estar aquí?- pregunto mirándolo con sorpresa como no habría los ojos al hablar.

-Sí.

-¿Qué es eso?- señalo la frente del niño y toco un punto rojo.

-Pintura- exclamo serio.

-¿Por qué te pintaste un punto rojo en la frente?

-Simboliza un ojo, el ojo que todo lo ve- respondió con toda calma.

-¿Un tercer ojo?- pregunto tocándose la frente- Yo tengo dos ojos…¿se puede tener tres?

-Todos tenemos un tercer ojo, el ojo que lo ve y todo lo sabe, por eso sabemos cuándo la gente nos miente por ejemplo-le respondió- yo me lo pinto porque sé que ahí está.

-¿Eres de aquí?- pregunto sorprendido por como hablaba fluidamente con él.

-Sí, vivo aquí.

-¿Y cómo hablas como yo?- pregunto sorprendido.

-Porque estoy conectado a mis anteriores rencarnaciones y ellas hablaban muchos idiomas- aspiro profundo después de contestar.

-¿Por qué no abres los ojos?

-Para no perder mi concentración.

-¿Por qué aspiras profundo?

-Para encontrar mi paz interior.

-¿Qué es eso?

-La calma dentro de mí.

-¿Para qué quieres encontrar la calma?

-Porque me hace sentir bien, encontrar la calma me hace sentir feliz.

-Yo prefiero mis juguetes ¿No tendrías que decir Hom? Como en las películas.

-No es necesario, rodeado del silencio es más fácil encontrar la paz interior.

-¿Por qué no vistes de naranja como esos señores raros?

-Son monjes, yo no soy monje.

-Vi niños vestidos igual…

-Yo no soy monje- repitió seriamente intentando volver a concentrase.

-¿Por qué?

-No quiero ser monje.

-¿Por qué?- pregunto más entusiasmado.

-Porque no quiero, enseñare la palabra de Buda con la oración y el ejemplo, ser monje no es la única manera.

-Dime otra.

-Siendo buen ser humano, hombre de bien.

-¿Y cómo hago eso?- exclamo mirando a su alrededor.

Shaka no se inmuto ante la pregunta, más bien le sorprendió el interés del menor sobre la palabra de Buda y lo que le explicaba mientras avanzaban las preguntas, comenzó a recapacitar de que responderle, debía hablarle de manera que entienda y el castaño al parecer no tenía la más remota idea de donde estaba metiéndose, por sus palabras jamás había escuchado algo sobre la paz interior o las lecciones de Buda.

-¿Cómo hago? Dímelo- insistió al verlo que se había quedado callado.

-¿Qué es lo que quieres?

-Ser buen hombre- respondió sonriendo el castaño-anda dime, como se hace.

-Bueno…siendo bueno.

-¿Y eso cómo es?-

Shaka intento volver a su meditación, olvidando al niño a su lado, en parte quería que se callara y también quería poder explicarle lo que quería decir, poder responder a aquello que tenía curiosidad. Aspiro profundo para poder continuar con su meditación, intentando evadir al niño a su lado, el cual lo miraba indagando, esperando una respuesta.

-Yo soy niño bueno, siempre ayudo a mi mamá y a mi papá.

-Ayudar a la gente no es solo algo que debas hacer a tu familia, una buena persona ayuda a todos.

-¿A todos? Como mi hermano, que fue a España para ayudar a un amigo… ¿eso es ser buena persona?

-Sí, pensar en el bien de otros sin requerir que allá un bien para uno mismo- sonrió respondiéndole, esperando poder meditar.

-¿Eso es ser buena persona? Es algo egoísta, porque mi hermano en vez de estar con nosotros la está pasando mejor que yo.

-¿Por qué quieres ser buena persona?- le pregunto el rubio sin moverse un milímetro, sin siquiera girar su cabeza para mirarle- Si sientes celos de tu hermano.

-Quiero ser como mi papá un ejemplo para la gente, un buen vecino, un buen padre…cocinar rico…ayudar a otros- exclamo inconscientemente- dar mi vida por lo aquello que es justo.

-¿Tu vida por la justicia?- Shaka abrió los ojos para mirar a aquel niño detenidamente, de cabellos castaños y ojos verdes.

-Proteger a otros- exclamo con seguridad mirándolo detenidamente.

-Como el león, aquel que protege a toda la manada de depredadores feroces, desde los más pequeños que apenas caminan a los más ancianos de la manada, eso quiero ser- acoto Shaka interrumpiendo al niño, el cual se le inflo los cachetes molesto--Todos buscamos alcanzar la verdadera justicia.

-Yo solo conozco una, la justicia de los policías- afirmo sonriendo.

-Yo también- acoto intentando volver a su meditación.

-¿Haces eso todos los días?- pregunto curioso.

-Sí.

-¿Por qué?

-Porque encuentro paz.

-¿Hablas con el señor sin pelo?- pregunto refiriéndose a la imagen de Buda que no conocía aunque le parecía familiar.

-¿Señor sin pelo?

-El gordo que esta igual que tu sentado dentro del templo.

-Buda- exclamo abriendo los ojos con sorpresa, quiso golpearlo por como aquel niño extraño llamo a Buda, pero no podía, estaba mal, aquel castaño ignoraba su cultura y no tenía culpa, quizás nunca había escuchado hablar de Buda- Buda es una figura, es un dios.

-¿Un dios? No puede ser, dios no tiene imagen de persona, él vive en el cielo y nadie lo ha visto nunca.

-No seas irrespetuoso, yo no estoy faltándole al respeto a tu dios.

-¿Qué es faltarle al respeto?

-Cuando haces lo contrario que estás haciendo, no se llama de esa manera a un ser que todos veneran, es como que diga que tu dios es un viejo barbudo que está en el cielo mirando como aquella, su creación, se destruye a sí misma.

-Yo pienso lo mismo- exclamo con seguridad-A mí me enseñan que dios a todos ama y todo lo puede, pero…parece como si dios nos abandonara- los ojos de Aioria cambiaron drásticamente, quedando sus pupilas dilatadas- creo en los dioses pero estos nos tratan como si fuéramos peones en su juego de ajedrez, odio a los dioses, yo buscare mi propia justicia a partir de mí mismo, defendiendo mis ideales y no aquello que mandan los dioses- termino levantándose, sus ojos regresaron a la normalidad- Me llamo Aioria, un gusto conocerte.

Shaka abrió los ojos ante las palabras que el menor había dicho, parecían demasiado adultas para ser dichas por un niño de apenas siete años, miro con asombro como cambiaba el semblante de aquel forastero, por un breve momento vio a un hombre tras de él, alto, de caballera castaña clara, corta, de ojos verdes y mirando con seriedad, vistiendo lo que parecía una armadura de color dorado  y una capa que ondeaba al viento, luego esa imagen desapareció dejándolo perplejo.

-Shaka, mi nombre es Shaka-exclamo finalmente después de ver aquella figura, una sombra del pasado, desvanecerse en el aire, dejando solo a aquel niño de cabellos castaños dándose vuelta para irse.

Las últimas palabras, tal como dijeron las tres hermanas siete años atrás, la final presentación, fue lo que se necesitaba y, aunque no se re repitieron las mismas preguntas, faltando varias como por qué un ser cercano a los dioses era un santo dorado, o si el santo de virgo creía en Athena, solo falto la presentación, algo forzada, donde ciertos allegados a los dioses interfirieron y finalmente ocurrió. Un flash de su pasado paso por los ojos de ambos niños quienes se quedaron estáticos, se dieron vuelta para mirarse y finalmente, cuando todas sus batallas pasadas terminaron de pasar por sus ojos, se miraron sonriendo, solo unos segundos después Aioria se lanzó contra el de cabellera rubia para abrazarlo.

-SHAKA.

-Aioria- exclamo con sorpresa- ¿Qué haces aquí?

-Mis padres vinieron en un viaje espiritual ¿Y tú?- exclamo con sorpresa- Espera…no me recordabas antes…al igual que yo…entonces… ¿Cómo hablabas castellano?

-Tu deberías hablar en griego ¿No crees? Te explique que estoy conectado con mis anteriores rencarnaciones.

-No te hagas monje, no te conviene,  siempre me gusto tu cabello.

-Aioria, préstame atención- le reclamo golpeándolo en la cabeza para que se calmara.

-Perdón, estoy muy feliz de verte, no te he visto en años…muchos, no te recordaba y…verte es lo mejor que me pudo pasar- exclamo avergonzado- Shaka ¿Estas feliz de verme?

-Al fin una cara conocida, claro que lo estoy- sonrío amablemente abriendo los ojos, Aioria llevo sus manos contra su cabeza para cubrirse, pero nada paso, se levantó en seco para ver a su antiguo camarada, el cual lo miraba molesto- perdón, pensé que expulsarías cosmos.

-No tengo cosmos, no lo he despertado- le recrimino golpeándolo nuevamente- Aioria deja de comportarte así.

-No puedo evitarlo, sale muy dentro de mi hacerlo- acoto mirándose- tengo siete años.

-Dijiste que tu hermano esta en España ¿No es así?

-Sí, esta con Shura, ahora lo recuerdo, debí golpearlo más fuerte y más en la entrepierna que en la pantorrilla- respondió emocionado- Según mi hermano Shura estaba deprimido, muy triste, por algo que no sabía, y como mi hermano curo su autismo lo fue a ver.

-¿Autismo?

-Sí, conocimos a Shura cuando hubo una- respondió pensando- una…una, no me sale la palabra, había muchos padres de niños enfermos en el centro, y Shura se había escapado, su padre lo busco, nos cruzamos con él en un parque, ahora que recuerdo, de la noche a la mañana mi hermano y Shura se reconocieron, mi hermano antes intentaba sacarle una sonrisa, luego, se hicieron inseparables, supe también…

-¿Puedes parar?- pidió pensando- si hemos rencarnado ¿Por qué recuperamos nuestros nombres y recuerdos?

-Shura no se llama Shura, se llama Alejandro, es mi hermano quien lo llama Shura- aclaro.

-Pero sigue siendo Shura, pero eso no debería pasar, deberíamos tener nuevos nombres y haber sido entrenados nuevamente para ser santos, es lo que está escrito en nuestras memorias desde la era mitológica, nacimos para ser santos de Athena y siempre lo seremos, nosotros ahora ya deberías estar entrenados para santos dorados…

-Mi mamá llamara esta noche a Aioros, ¿Quieres pensar con él?- pregunto intentando cambiar de tema- quizás puedan llegar a algo, mi hermano es muy inteligente.

-No puedo, mis padres no me dejaran estar hasta la noche aquí, es peligroso.

-El lugar mis religioso del mundo ¿es peligroso?

-Este no es.

-Si lo es ¿Cuántas culturas conviven aquí? Están todos esos dioses, Buda…otros dioses.

-Shaka… ¿Y si vamos a tu casa para que hables con mi hermano desde ahí? Nos hospedamos aquí porque mi papá es tacaño y no quiso pagar un hotel- bufo molesto- pero en tu casa no tendremos que gastar hospedaje y podremos ponernos al día…

-Dormirás en el cuarto de huéspedes- sentencio mirándolo con seriedad- Debo hablar con Aioros, quizás el ya allá encontrado la manera de despertar su cosmos.

Continuara.

Notas finales:

Espero les allá gustado bueno aquí las cosas que aclarar:

-          Si esperaban que Ikki apareciera y no apareció, lo lamento, era mi idea inicial, pero no lo pude hacer encajar, no me pude explicar que rayos podría estar haciendo en la india y por eso no apareció.

-          Shura está depre, lo sabrán en dos capítulos más.

-          Aioria si tenía otros planes con Shaka, pero tiene 7 años, no piensen mal, y Shaka no quiere que Aioria lo moleste en sus sagradas horas de sueño.

Próxima pareja a rencontrarse: DeathMask y Aphrodita.

Entrometido: Shura.

Elegido que estará en medio: Shun.

Lugar: Italia.

Tiempo: Entre los meses de Junio y Julio del año siguiente, DM tendrá  junto a Shura 11 años y Aphro 9.

¿Por qué escribo Aphro y no Afro? Porque la diosa del amor si tiene participación en el fic y lo hago para diferenciarlos XD.

Pregunta, antes de terminar ¿Les gustaría leer un lemon de Aioros y Shura? El contexto es el antes en el fic Dones (que comienza cuando Milo va a Acuario a ver a Camus para animarlo, otra vez)

Un abrazo a todos y nos leemos pronto.


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