Los días comenzaron a pasar desde el accidente con Kise y la formación de la nueva pareja…y pues…nadie había dicho nada. El rubio no le había dicho sobre “la posibilidad” al moreno, y los otros tampoco habían dicho nada sobre su relación, ¡ni siquiera los recién casados habían dicho nada sobre su boda!...pero la razón para no hacerlo era buena. La boda entre el emperador y su “gelatina andante” se llevaría a cabo dentro de unos días. Por supuesto ninguno quería arruinar una fecha tan importante, como lo era la boda del pelirrojo, pero todos sabían que una vez pasada la fecha tendrían que ser sinceros, pero no eran los únicos con problemas. No claro que no…porque el problema que tenía el futuro esposo de Akashi Seijuro no era tan pequeño.
En una habitación iluminada, y en perfecta simetría se encontraba el pequeño castaño, a decir verdad estaba tan nervioso que ni siquiera podía temblar, y la razón era bastante simple. El padre de su novio lo había llamado, le había dado una hora y lugar muy específicos, y por desgracia el castaño había llegado media hora tarde, ¡todo un insulto para el empresario! Y ahora gracias a su descuido, tendría que esperar dos horas.
-esto es un desastre…-susurro, él sabía que ese hombre odiaba que lo hicieran esperar, había trabajado con él, lo sabía y aun así lo había hecho-…me pregunto por qué me habrá llamado…yo no hice nada malo, ¿verdad?
-¡Furi-kun!-se oyó desde la entrada, asustándolo y haciéndolo saltar-me alegro de verte- el hombre se acerco y le tendió la mano al más joven, este la tomo y con una sonrisa lo saludo.
-yo también me alegro de verlo Akashi-sama, a pasado mucho tiempo-el hombre lo miro y le devolvió la sonrisa.
-vamos, toma asiento-ambos se separaron y tomaron sus respectivos lugares.
-disculpe, Akashi-sama, pero ¿para qué me necesita?
-¡oh! Eso…-las puertas tras ellos se cerraron y el hombre prosiguió- me he enterado de algo muy interesante y quiero que tú me respondas con toda sinceridad, ¿de acuerdo?
-claro… ¿de qué se trata?-de repente la mirada del hombre se endureció, algo que incomodo al chihuahua.
-¿es cierto que Seijuro y tu se casaran dentro de dos días?-los ojos del chico se agrandaron, su novio le había dicho que le había contado, hace años cuando apenas estaban saliendo, que su padre ya estaba más que enterado de la situación.
-sí…es cierto-las mejillas del chico se sonrojaron, supuso que el hombre estaría un poco molesto de que no se lo hubieran dicho desde el principio pero al alzar la mirada los ojos del hombre eran como el invierno.
-yo…-dijo el hombre aun con la mirada fría-estoy muy feliz por ambos pero quiero decirte algo Furihata-kun…tú no eres lo suficiente para Seijuro.
-¿Qué?
-sé que tal vez no lo entiendas, pero el linaje de los Akashi desde siempre ha sido lo más importante al conseguir una pareja, y tú no tienes la “sangre” que nuestra familia quiere, así que te propongo esto…-el hombre coloco un portafolio frente al chico- ábrelo.
Kouki tomo el portafolio y al abrirlo su corazón se detuvo, en el interior del enorme portafolio se encontraban fajos de dinero… todo en Euros, también había un pasaporte y algo que parecía una carta de recomendación. El padre de su novio le estaba pidiendo que se marchara. Que desapareciera de la vida de su hijo. ¡a días de su boda!
-…parece que no entiendes-dijo el hombre cuando el más joven cerro el portafolios, completamente pálido-quiero que te marches de Japón, con los papeles que hay en el interior puedes ir a cualquier lugar del mundo, escoge un país, el más lejos posible te recomiendo, y yo le explicare la situación a Seijuro-el chico se levanto.
-... ¿me está pidiendo que me marche sin decirle adiós a Sei-sama?...-su voz apenas se oía pero aun así el hombre logro entender.
-sí, eso hago-el corazón del más joven estaba por explotar, jamás aceptaría eso.
-yo…-todo su cuerpo temblaba-…yo...- pero no era por miedo-…yo…-era furia-¡yo jamás le haría algo así a Sei-sama!
-me lo debes Furihata…yo te saque de la mierda en que vivías para que trabajaras para mí, no para que mi único hijo prefiriera cogerte que casarse con una buena mujer.
-¡lo sé!..Pero…-aunque fuera un chihuahua…dentro de unos días también sería un león-usted fue el que nos separo en primer lugar.
-¡sí, yo convencí a la idiota de tu tía para que te alejara de Seijuro!
-lo amo… ¡jamás volveré a dejarlo!
-cuando se canse de darte por el culo no vengas a mí para que te ayude con el hijo que traigas en brazos.
-lo nuestro no es solo eso, usted lo sabe y por eso quiere alejarme…pero déjeme decirle algo ¡incluso si deja de amarme yo iré y lo enamorare una vez más!-y sin más que decir salió de la habitación. Nadie lo obligaría a renunciar a su felicidad. No lo haría de nuevo.
Acostado en su enorme y mullida cama el pequeño castaño no paraba de suspirar, recordando las palabras de ese hombre. …l sabía que sus palabras no eran verdad, su novio no se cansaría de él pero…el tema de su sangre era diferente.
-¿por qué no dejo de pensar en eso?-se pregunto completamente triste, por lo que el sabia los únicos en su familia que había tendido un gran cargo o mucho dinero habían sido sus padres, y no les había durado mucho-¿eso…significa que no soy bueno para Sei?...
-¿Kouki? ¿Estás aquí?-la voz de su novio lo hiso sentarse en la cama, sonrió y lo miro.
-pensé que no llegarías hasta muy tarde…
-sí, pensé lo mismo pero todos los preparativos ya están listos… ahora solo falta esperar-el más alto se sentó en la cama a un lado de su prometido, le beso la frente y las mejillas y le regalo una sonrisa-…estas un poco pálido, ¿sucedió algo?-pregunto preocupado.
-no, acabo de despertar, es normal.
-¿en serio? ¿Ya cenaste?
-no, me dormí mientras esperaba la cena y al final no desperté…creo que el cocinero ya se fue.
-entonces… ¿cenamos fuera?
-sería mejor a domicilio.
-tus deseos son ordenes, amor.
Después de la cena ambos jóvenes se acostaron a dormir…o eso intento el menor. Durante todo la noche el castaño no pudo dormir, esas palabras no le dejaban dormir.
+-en verdad no soy bueno para Sei… ¿mi sangre no es buena?-+ pensó +-a Sei-sama… ¿le importa eso a Sei-sama?-+
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