Jongin se levanta temprano esa mañana, más de lo usual porque siente que aquel día algo extraño y desorbitante iba a ocurrir, aquel viernes fin de semana escolar y comienzo de fin de semana relajante. Jongin escucha usualmente como los comentarios viajan entre los pasillos largos, Park Chanyeol hará una fiesta nueva en su casa de dos pisos, en Gangnam-Do.
Cada estudiante de su aula de clases está invitado y claro, Jongin no lo está. Porque cuando Chanyeol si apenas con una sonrisa temblorosa y demasiado forzada, llamó a Byun Jongin. Está haciendo esto por cortesías, además porque Baekhyun le pidió que tratase de hablar con Jongin, posiblemente el moreno ceda y asista a la fiesta.
- Oye Byun- pero Chanyeol está demasiado cerca para los gustos de Jongin. El moreno se encoge en sí mismo, con tal violencia que el más alto y delgado da un ligero bote en sus pies torpes y retrocede dos pasos con sus labios deformados y ceño fruncido. Los ojos de Jongin dan con la punta de sus zapatos negros y brillantes cuando se ha pasado la noche anterior, embetunándolos. Su flequillo un tanto largo tapa un poco sus pozos profundos.
- Byun… - y Chanyeol parece temblar un tanto, recuerda a Baekhyun y su voz un tanto rota pregúntale si, ¿Chanie es posible que puedas invitar a Jongin, por favor? Pero Chanyeol comienza a olvidar a Baekhyun y recurre más a su estado nervioso por el comportamiento del moreno, Chanyeol escucho que Jongin tuvo una época demasiado violenta.
- No…no me toques. – y Chanyeol está a ciertos metros suficientes para ni siquiera tener una idea de tocar a Byun Jongin.
Chanyeol bufa.
A la mierda esto.
- Jodete Byun. – Chanyeol retrocede entre sus nervios a flor de piel- Eres un jodido enfermo.
La puerta de la sala de música se cierra con fuerza dejando a Jongin entre dos paredes amplias desde el suelo hasta el techo, mostrando su reflejo tembloroso y sus labios mordisqueados continuamente cuando sus hombros siguen hundidos, encorvándose tanto como si envolverse en él mismo significara algún tipo de protección.
El eco del portazo viaja por sus oídos flotando en la estancia y el piso de madera brillante contra las lámparas en el techo. El silencio le consume lentamente cuando nota que ya está a salvo, cuando solo esta él haciendo parte del lugar, su reflejo encogido y su mirada aterrada a pesar de que Chanyeol haya abandonado la habitación hace 10 minutos.
Y sus pupilas temblorosas y sus ojos cristalinos pasan a observarse fijamente cuando es consciente de como su respiración es pesada y desacompasada. Como luce tan ridículo estando encogido y atemorizado cuando nadie le amenaza realmente, cuando descubre que lo único que le intimida es su mismo ser. Como se empuja a rechazar sin si quiera meditarlo. Como busca protegerse y no sentir las habituales quemazones en su piel y la debilidad que se apodera de su cuerpo y mente. En como su cabeza grita en alerta, incluso desde antes de ser rozado.
Que inútil eres Jongin.
Enfermo…
Estas enfermo…
Los pensamientos rompen como olas chocando contra rocas fuertes y el sonido del colapso retumba en palabras con filos penetrantes y mordaces, rasgando, cortando, hundiéndose hasta que el dolor se hace insoportable. Como se le dificulta respirar y su espalda choca contra la pared. Deslizándose y ocultando su rostro entre sus manos, asomando sus ojos entre sus falanges heladas y sudorosas, su vista aun clavada en su reflejo atemorizado. Sintiéndose desprotegido. Jodido e inseguro en cada ámbito.
Y Jongin se odia.
Se odia tanto.
Que se pregunta cada mañana que su pie se posa sobre la madera fría y mira directamente a la ventana, con los rayos matutinos deslizándose por el vidrio.
¿Por qué estas vivo Jongin?
¿Por qué?
Es cuando el moreno nota una ligera musiquilla rompiendo los límites de su mente descarriada, mostrándole cada punto a favor del porqué siempre ha sido un estorbo. De porqué sigue enfermo- y a pesar de las terapias- sea imposible cambiar.
Saca el móvil del bolsillo y cuando su vista desenfocada si apenas reconoce el nombre de su psicólogo vibrando desesperado con una foto sencilla de JoonMyun. Jongin reconoce el cómo sus lágrimas se deslizan pesadamente pro sus mejillas, y se ha acostumbrado tanto que pasan desapercibidas como si Jongin viviera con la sensación, como si fuese tan natural al igual que tomar respiraciones largas en algunos minutos.
- ¿Hyung? – y Jongin sabe fingir tan bien. Controla sus cuerdas vocales para que no se quiebren en silabas hirientes y los sollozos rompieran sus labios domando la línea y bañándola de ruegos hacia JoonMyun. Repárame Hyung…repárame por favor.
- ¿Jongin?
Jongin escucha la suela de su tenis deslizándose sobre el piso de madera, el apenas perceptible sonido ante el silencio devastador fragmentándose entre lamentos ocultos del reflejo agotado y desesperado de Jongin, grabado como sombras vivientes y gritos desesperados en los espejos amplios.
- ¿Sucede algo?
- Solamente quería informarte acerca de un tema.
- ¿Qué es?
- Una nueva terapia. – Jongin siente un nudo en su garganta. Su estómago arde ante la palabra terapia y es que ya han hecho suficientes como para demostrarle al moreno que ninguna funcionaba, que cada uno lo llevaba al borde en cada oportunidad.
- No creo que…
- Soy tu psicólogo. Sé lo que está bien para ti.
- Sabes que no funcionara.
- Funcionará, Jongin. Esta vez lo hará. – Jongin suspira porque las palabras de JoonMyun son las mismas. No las combina, no deja que se atrofian, porque a pesar de que Jongin las reconoce desde hace tanto tiempo, aún tiene aquel dejo de esperanza floreciendo entre los revoloteos de su estómago.
- ¿Qué es, Hyung?
- Mi hermano, Kyungsoo, ha salido de una operación en su vista recientemente y para sus cuidados es estricto que sus ojos permanezcan complemente sellados. No puede ver por dos semana hasta que este estabilizado.
Jongin no comprende porque esta comentándole aquello.
- Necesito a alguien que le ayude, y sea todo lo que pueda ver durante ese lapso de tiempo.
Y Jongin entrelaza las ideas y las palabras de JoonMyun, lo hace lentamente porque le parece un tanto ilógico lo que está tratando de decirle.
- Y él será tu terapia.
Un suspiro sale de los labios del moreno, desde el centro de su pecho flotando entre la soledad del salón. En como sus falanges sosteniendo el móvil se vuelven inútiles cuando comienza a perder fuerza para mantenerlo contra su oído. Sus manos sudan de nuevo, sus dedos tiemblan.
Comenzará a hiperventilar tarde o temprano.
- Necesito que lo guíes, Jongin. Que lo cuides. Es mi hermano, no puede pasarle nada.
Jongin se agitó de pronto. Removiéndose en su puesto y levantándose torpemente entre pasos descoordinados y acelerados.
- Tendrá que sostenerse entonces. – declara el moreno apresuradamente. Entre tartamudeos ilegibles que JoonMyun si apenas está comprendiendo con verdadera dificultad.- tiene que tocarme. – el moreno aclara, como si no fuese demasiado obvia la idea.
- Por supuesto.
- No Hyung. No.
- Jongin si no haces esto. – JoonMyun cambia su usual tono relajado y comprensible. El matiz profundo y serio deslizándose contra el ceño fruncido y la determinación de Jongin de no aceptar aquello. El moreno se había negado en múltiples ocasiones a diversas terapias del psicólogo. Porque se componía en hacer contacto físico o simplemente conversar con una persona por varios minutos y Jongin no estaba para esas cosas. Apenas podía soportar a su familia a unos metros de él, conviviendo en un mismo lugar. ¿Cómo hará entonces con alguien más?
Pero JoonMyun está agotado de intentar e intentar cuando ni siquiera el moreno está poniendo su palabra de por medio, como si quisiera permanecer arruinado hasta el fin de sus días. – no volveré a darte más sesiones. – Jongin para las retahílas de posibles excusas para JoonMyun. – me negare a atenderte de nuevo y no sabré quien lo hará por tanto tiempo que llevas en esto.
Y Jongin siente sus rodillas temblar ante las palabras seguras y prepotentes de su psicólogo.
- Es la última terapia Jongin. Si te niegas, no volverá a mi consultorio. Nunca más y permanecerás así por el resto de tu vida.
Permanecerás roto y dañado por el resto de tu vida.
- Es tu decisión.- musita JoonMyun. Y Jongin flaquea entonces, porque a pesar de que su mente es un remolino de pensamientos estallando simultáneamente, él sabe que JoonMyun es su cable a tierra. Es la persona con la que ha sostenido una conversación sin problemas por 1 hora máximo.
Jongin piensa, entre las miles de cosas pasando en su cabeza como una radio mal sintonizada entre retazos de palabras incompletas, el cómo, si JoonMyun no es quien lo ayude. ¿Entonces quien lo hará? Si JoonMyun no lo repara… ¿entonces quién podrá? Si JoonMyun lo deja…sentirá como la soledad le absorbe hasta volverlo un manojo de nervios fuera de control. Si JoonMyun no lo sostuviera como un tranquilizante entonces ¿quién lo seria?
Jongin comprende que ha perdido muchas cosas en su vida. El cómo las personas dan su espalda y lo abandonan sin preguntar realmente si necesita ayuda. Jongin podría luchar por permanecer al lado de alguien que no le mirara con lastima, que no sintiera repugnancia por el chico enfermo de último año, cuando su nombre se escucha entre susurros
Oye ¿Ese no es el hermano de Baekhyun? ¿Él que está loco? Ah sí…
Jongin puede ser buena persona. Él lo es realmente, él puede amar incondicionalmente, él puede dar la vida por alguien, simplemente si rebuscaran en él, si lo sacaran de las aguas negras donde su cuerpo se hunde y sus brazos pesados y asfixiados buscan rosar la superficie, cada vez más lejos, cada vez más inalcanzable.
Él puede luchar por esto, pero es tan complejo, es tan pesado que se hace tan difícil de cargar y Jongin esta cansado. Esta tan agotado, todo el tiempo.
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Kyungsoo baja del automóvil y Luhan es quien cierra la puerta de la parte trasera, con un portazo vivaz.
- Creo que el hombre reconoce que dejaste la puerta cerrada. – aclara Kyungsoo inclinándose, mientras el aire se cuela entre sus gélidas yemas, tantea en movimientos frenéticos, buscando a la derecha, a la izquierda, un poco al frente.
Luhan se carcajea y Kyungsoo sabe que está parado detrás de él.
- Kyung, tengo tu maleta en mi mano. – Kyungsoo carraspea un tanto nervioso y se incorpora mientras deja de buscar a tientas la correa de una bolsa inexistente. Su médico le ha puesto dos esparadrapos con superficie interna de algodón tapando sus ojos, manteniéndolos sellados y Kyungsoo utiliza unas gafas con vidrios oscuros para interrumpir el paso de algún indicio de luz. Pero se siente frustrado realmente, desde que salió de la habitación, caminando realmente sin saber por dónde va, con Luhan aferrando su brazo con un agarre infernal a punto de dejarle moretones en la piel . Como está haciendo ahora.
- ¿Luhan estas tratando de guiarme o arrancar mi brazo poco a poco? – Luhan gimotea y pide disculpas lentamente.
- Comenzaremos a caminar. – Kyungsoo asiente y da un paso al tiempo que Luhan lo da y lo guía por el pavimento, Kyungsoo siente como percibe el sonido familiar de sus zapatos chocando contra el cemento y las voces fugaces deslizándose contra sus oídos viajando de manera apresurada, bocinas de autos y motocicletas desesperantes a sus espaldas y el susurro del viento azotando su abrigo pesado y largo.
Kyungsoo realmente pensaba en deslumbrar si quiera algo, pero él ni siquiera se atreviera a abrir los ojos por miedo de arruinar la cirugía.
Luhan lo guía con vehemencias. Empujándolo ligeramente cuando está a punto de chocar con alguien, jalándolo suavemente para meterlo dentro de las puertas macizas y reconoce la voz del portero. Luego esperar y subir hacia su piso.
- JoonMyun espera por ti.
- ¿A Si? – Kyungsoo murmura moviendo sus pies nerviosos, Kyungsoo siempre ha sido independiente y la idea de estar ahora siendo dependiente de alguien porque su visión ha decidido ser graciosa y dejarle por dos semana, comienza a parecerle torturador, la idea se le hace imposible de asimilar, como un trago amargo que no quisiera aceptar. – ¿él cuidara de mí? – Kyungsoo sabe que Luhan está en medio de un nuevo proyecto y no puede dejar su horario de trabaja además ya ha pedido muchos descansos para ayudar a Kyungsoo y guardar por él mientras ocurría todo esto del plazo de la cirugía.
- Nope. – declara Luhan y escucha el tintineo de llaves después de detenerse, asumiendo que está frente a su puerta.
- ¿Estamos en mi departamento verdad?
- Sip. – Kyungsoo asiente y la ligera ráfaga de viento choca contra sus mejillas ardientes después de someterse al gélido ambiente a las afueras, el olor a canela inunda sus fosas nasales y es tan reconocible a su hogar, que suspira con una sonrisa amplia en sus labios.
Luhan toma el brazo de Kyungsoo de nuevo y es él quien da dos pasos primero y luego empuja de Kyungsoo dentro del departamento, con cuidado, paso por paso.
- Quédate quieto. – Kyungsoo escucha el sonido de los pantalones de Luhan susurrar cuando se inclina y siente las manos de su amigo en su pantorrilla.
- ¿Qué mierda crees que estás haciendo? Sé que somos homosexuales Luhan, pero te he dejado en claro que no eres más que un prototipo demasiado delicado para mis gustos y ¿es que acaso esperas aprovecharte de un maldito ciego, jodido enfermo?
- Cierra la maldita boca Kyungsoo, estúpido y levanta tu jodida pierna para quitar tu zapato, infeliz pervertido, ¿o es que acaso no quieres tus pantuflas adoradas?- Kyungsoo traga saliva y ríe nerviosamente.
- Soy bueno bromeando contigo, eh Luhan.
- Mi pie en tu culo será una broma deliciosa, Kyungie. – Kyungsoo traga saliva audiblemente.
- ¡¡Kyungie!!- el menor gimotea cuando escucha el chillido familiar de su Hyung correteando por su sala de estar, JoonMyun suele poseer pasos acompasados como si estuviera relajado, aunque es todo lo contrario. Kyungsoo se percata cuando es rodeado en brazos cálidos pero delgados y el aroma de su hermano viaja hasta penetrar su olfato. Kyungsoo frunce su nariz.
- ¿De nuevo con el mismo perfume, eh Hyung?
- Toda mi vida, Kyungie.
- Huele a millonario dueño del mundo, es por eso que lo compra. – JoonMyun ríe divertido por las palabras de Luhan, pero aun así, no las niega- no estoy bromeando JoonMyun, es en serio. – suelta Luhan seriamente y la risa del mayor se detiene abruptamente y Kyungsoo es quien se burla ahora.
Un carraspeo tímido y casi inaudible llega a presenciar la audición agudizada de Kyungsoo. El chico mueve su cabeza hacia donde el sonido le ha guidado, justo detrás de JoonMyun, a unos cuantos metros tal vez. Maldita ceguera.
Y ahí va la primera maldición, pero no la última, oh no.
- ¿Trajiste visita? – Kyungsoo frunce sus labios- no quiero que me vean así.
- Ah Kyungie…- una respiración pesada, totalmente audible ahora. – es uno de mis pacientes. – Kyungsoo frunce el ceño.
- ¿Paseando a tus bebes? – pregunta Kyungsoo, sonríe después de eso. – donde quiera que estés, paciente de mi hermano, soy Kyungsoo.
- Jo-Jo-Jongin. - Kyungsoo asiente cuando escucha el tono un tanto profundo pero demasiado tímido, incluso puede ser opacada por los pasos de Luhan alejándose y luego los tintineos de las vasijas en la cocina.
- ¡¡Luhan!! ¡Maldito desgraciado no rompas nada!
- ¡Track! ¡Poom! ¡Bam! ¡haya va! ¡Bom! ¡Tra! – chilla Luhan desde la cocina imitando la colisión de vasijas adoradas por Kyungsoo contra el suelo. Kyungsoo una de las cosa que puede agregarse a su lista de odios profundos es que alguien entre a su cocina y haga desastres en él, que ensucie, que rompa, que queme. Es por eso que entre pasos torpes y a decir verdad demasiado dubitativos por pisar correctamente y no irse de boca al suelo, por tropezar así sea con sus propios pies. El de baja estatura alarga su mano queriendo agarrar algo que le supóngase un apoyo para ir a su cocina y sacar a patadas ciegas a Luhan, maldita sea.
Es cuando sus dedos rozan una piel demasiado cálida, un contraste un tanto suave, un tanto áspero, un aroma almizclado pero con partículas de canela leve y fragancia suave sin dejar el toque varonil. Ajeno a cualquier olor que haya percibido alguna vez.
Kyungsoo no se explica porque el ambiente se vuelve tan tenso de un momento a otro y porque la piel bajo sus dedos se crispa inexplicablemente y el cuerpo tiembla violentamente.
- ¡¡No!! ¡¡No me toques!! – un grito demasiado chillón y quebrado sale de los labios de quien sea que este tocando. Kyungsoo se suelta del agarre inmediatamente y ante la sorpresa de tal reacción, retrocede apresurado y choca con las pantuflas y zapatos acumuladas en la entrada de su departamento, tropezando y cayendo, dejando que todo su peso se reposara en su trasero de manera dolorosa y sintiera un pequeño tirón en su cabeza, trasladándose hasta el área rodeando sus ojos.
Kyungsoo gimotea audiblemente. Y Jongin se queda estático en su puesto mientras JoonMyun le enviaba una mirada resentida y se arrojaba hacia Kyungsoo ayudándolo a levantar.
Un estallido en la cocina y Luhan dando una maratón hasta llegar donde Kyungsoo e inclinarse, rodeándolo con uno de sus brazos.
- Estoy bien, ya paren. – suelta Kyungsoo acariciando su trasero. Jongin está retrocediendo paso a paso, alejándose del trio aun en la entrada del cálido departamento con aromas a canela artificial, demasiado envolvente.
- Jongin… ¿no crees que debes decirle algo a Kyungsoo? – Jongin mira perdido a JoonMyun y luego sus ojos nervios observan a quien esta aun en el suelo, Jongin baja su cabeza como si quisiera observar sus pies y movilizarse.
Jongin sin embargo sigue mudo.
- No pasa nada eh Jongin. Estamos bien.
Sin embargo el chico de carente visión, por ahora, sonríe al vacío, justo a una inclinación a varios pasos hacia la derecha de la posición de Jongin. Sus labios son corazones reprimidos en bulbosos tonos rosados, sus comisuras apuntando sin flaquear, mientras sus dientes son perlas alineadas. Y nunca a Jongin, le había gustado tanto una sonrisa.
JoonMyun había titubeado demasiado en dejar a Jongin a cargo de Kyungsoo después de aquel accidente. Es extraño pensar en la palabra cuidar se deslice hasta un Jongin de 18 años y un Kyungsoo de 25. El menor cuidando del mayor. El antropofobico cuidando de un ciego temporal.
Pero Jongin tiene determinación viajando en sus venas, algo parecido a un reto aflorando entre sus nervios y sentidos desequilibrados. Juró a JoonMyun que controlaría sus facetas agresivas, sus gritos desesperados y sus impulsos desquiciados, si es que esa era una de las maneras para curarlo.
JoonMyun mira a Jongin fijamente.
Y Kyungsoo le señala hacia el corredor de su habitación, pidiendo que salga de su departamento porque el confía en que Jongin lo hará bien. JoonMyun no menciona que el pasillo hacia la puerta de salida está en el lado opuesto que señala su hermano, simplemente mira a Kyungsoo aún determinado en señalar un lugar erróneo y a un Jongin moviéndose tímidamente en sus pies.
JoonMyun deja la maleta de Jongin en la habitación de invitados.
Y cuando el portazo resuena por las paredes pintadas de blanco, después de que Kyungsoo haya insultado a Luhan por romper uno de sus pocillos de té con bordeado rosado amenazando que más le vale comprarle un nuevo juego de té con dibujitos agradables, después de que JoonMyun revisara el móvil del menor miles de veces y agregando su número a marcaciones rápidas cuando, si por alguna razón, está a punto de salírsele de las manos alguna situación.
Kyungsoo vuelve a murmurar que confié en Jongin.
Y Jongin mira a Kyungsoo porque nadie había trazado esas palabras hacia un chico que parecía tener las oportunidades reventando contra el suelo, en vez de avanzar en ellas.