Si le preguntais a Kiba cómo llegó a esta situción, seguramente no sepa que contestaros. Oh, esperad. Sí os podría contestar.
¡Todo es culpa de Naruto!
Si a ese revoltoso rubio no se le hubiera ocurrido esa estúpida idea probablemente no estaría así. ¡Vamos, bañando a Akamaru con Sasuke!
Sí, leyeron bien. El Uzumaki había insistido en que el Uchiha debía ayudar al Inuzuka, ya que el pobre rubio estaba bastante "ocupado" con la dulce Sakura. (If you know that I mean ¬w¬).
Resumiendo, en ese momento Kiba se dedicaba a pensar mil y una maneras de matar al Hokage mientras enjabonaba la espalda del perro, el cual era sostenido por los fuertes brazos de Sasuke.
"Estúpido Naruto." masculló el castaño, claramente molesto.
Al parecer Akamaru notó la incómodidad de su dueño, por lo que decidió 'refrescarle'. Con una fuerte sacudida, el perro dejó empapados a ambos chicos.
"Arg, perro idiota." murmuró el Uchiha, con el ceño fruncido.
"Lo siento Sasuke, él no suele sacudirse así." se disculpó el castaño.
La mirada del Inuzuka se posó sobre la mojada camisa del Uchiha, olvidada en el suelo minutos atrás. Luego volteó hasta el dueño de la prenda.
Por el blanco torso se deslizaban varias traviesas gotas de agua, realizando un húmedo camino desde su cuello hasta perderse en el pantalón.
"¡Quién fuera gota de agua!" pensó Kiba, sonrojándose levemente.
Hacía varios meses que había aceptado que le gustaba el Uchiha, y odiaba el hecho de ponerse nervioso estando con él.
Por eso le molestaba estar a solas con Sasuke, juntos en el baño, encerrados.
"¿Qué miras tanto?" la divertida voz del peli-negro le sacó de su ensoñación.
Se sonrojó.
"No miro nada." murmuró ruborizado.
Sasuke sonrió.
"¿Seguro?" lentamente, se acercó al nervioso Inuzuka "Pareces..." su boca se acercó a la oreja del chico perro "nervioso." susurró.
Un escalofrío recorrió la columna del castaño.
"Yo no estoy nervioso, imbécil." dijo, alejando el -oh, tan perfecto- cuerpo del otro.
"Pues no estamos de acuerdo." respondió, tumbando el -tan tierno- cuerpo del Inuzuka en el suelo.
Kiba, asombrado, avergonzado, sonrojado, intentó escapar de los brazos del otro.
"¡Akamaru!" llamó, buscando ayuda. Pero nadie respondió.
El enorme perro no estaba. Se había ido, dejándolo solo con el portador del Sharingan.
"No te molestes. Nadie va a venir." la expresión seria en la cara del peli-negro le asustó.
Tragó saliva.
Pataleó intentando liberarse, pero le era imposible. Sasuke era demasiado fuerte. Se retorció con fuerza, buscando libertad; aunque se quedó quieto cuando sintió la fría boca del otro apresar la suya con fuerza.
La juguetona lengua del mayor se introdujó sin recibir resistencia en la boca del más pequeño, recibiendo una tímida cooperación por parte del otro.
Sasuke dirigió sus ansiosas manos hacia el pantalón del chico perro, encontrando ahí un creciente bulto.
"Te gusta esto, ¿eh?" preguntó al oído del jadeante castaño.
"No..." jadeó.
Sí, estaba excitándose. Pero era por sus sentimientos por el moreno, no por la situación. Él pensó que si, en un posible mundo paralelo, terminaba hacíendolo con Sasuke, al menos el Uchiha sería un poco dulce con su cuerpecito virgen.
Pero esto...
¡Esto era violación!
"Mentiroso."
Quitando la molesta camisa -según él-, acercó la pequeña mano del Inuzuka a su pantalón, colocándola sobre su ya bien despierto miembro.
Kiba se sorprendió.
"¿Estás... excitado?" preguntó, recibiendo un -oh, dios mío- dulce beso en la mejilla.
"Mira lo que haces en mí, Kiba." pronunció suavemente en su oreja "Me vuelves loco, casi ni puedo contenerme."
El más pequeño volvió a tragar grueso, sintiendo como su problema se agrandaba, al igual que el bulto que seguía escondido tras su mano.
"Entonces..." murmuró, tímido, nervioso, avergonzado "No te contengas."
Sasuke, sorprendido al principio, sonrió con lujuria, mirando ese pequeño cuerpo que tenía debajo.
"Así será."
Más animado, Sasuke bajó la cabeza hasta el cuello del castaño, dejando unas grandes marcas rojizas que indicaban que era suyo. El leve y suave gemido que se escapó de los finos labios de Kiba, llamó por completo su atención. Sonriendo sobre el, ya marcado, cuello, metió una de sus manos en el oscuro pantalón del Inuzuka.
Kiba abrió los ojos con impresión, juntándose varias lágrimas en ellos.
"No..." dijo, cerrando con fuerza los ojos, sintiendo perfectamente las caricias de aquella experta mano -oh, joder- sobre su hombría "No más..."
"Lo siento. No puedo parar." le dijo, antes de deslizar el pantalón por las morenas piernas, lanzándolo a una esquina.
"Sa-Sasuke..." un gemido le siguió, antecediendo al pequeño grito de placer que surgió de su garganta en cuando la boca de
Sasuke envolvió su miembro "¡Sasuke!"
La lengua del Uchiha continuó lamiendo el miembro del pequeño como si de un dulce se tratara, teniendo como fondo los hermosos grititos del Inuzuka.
"Sasuke..." llamó en forma de suspiro "Yo también... También quiero... ¡AH!"
Había terminado. Sin darse cuenta se había venido en la boca del último del Clan Uchiha.
"Sasuke... Yo... Lo siento... Yo no..." los labios del otro no le dejaron terminar "¿Sasuke?"
El mencionado sonrió.
"Gracias por la comida." el menor se sonrojó por completo "Me pareció escucharte hace un momento que tú también querías... ¿Qué quieres?" preguntó limpiándose los restos de semen de sus labios.
Kiba jadeó.
"También quiero... Tocarte." respondió avergonzado, ante un asombrado Sasuke.
"Ya veo."
Sin decir ni una palabra más, Sasuke se quitó la ropa que le quedaba; quedando así ambos completamente desnudos.
Sin poder evitarlo, los ojos de Kiba fueron a dar en esa zona de la anatomía de Sasuke. ¿Es que era una anaconda? ¿Cómo le cabía semejante monstruosidad en el pantalón? Si le metía eso en el trasero, lo partiría en dos.
La fría mano que rodeó su nuca lo sacó de sus vergonzosos pensamientos. Sasuke se encontraba de pie enfrente de él, como Dios lo trajo al mundo, cachondo perdido y él le había dicho que quería tocarle.
Oh, esperen. ¿Sasuke quería...?
Se ruborizó.
"Adelante." escuchó.
Apoyó las manos en el suelo y, lentamente, acercó su cara al palpitante miembro que tenía delante. Sus labios se cerraron entorno al miembro, en el momento que Sasuke jedó de puro gusto.
Así pasaron varios minutos, hasta que Sasuke alejó a Kiba de su pene, instantes antes de que una substancia blanquecina manchara el rostro del castaño.
"¿Eh?" masculló Kiba, pasando sus dedos por su rostro. Cuando recogío una gota, con curiosidad, metió el dedo manchado en su boca, ante el otra vez excitado Sasuke "Es salado."
El moreno agarró el castaño de la cintura, dándola la vuelta hasta dejarlo a cuatro patas en el húmedo suelo.
"¿Sasuke?" murmuró nervioso "¿Qué vas a...?"
"Necesito meterla." respondió.
Bajando su rostro, Sasuke comenzó a lamer la entrada del chico perro.
"¡No!" gimió "No... Ahí no..."
Sasuke, sin dejar de lamer esa virgen entreda, deslizó un dedo dentro del cuerpo del más pequeño. Cuerpo que tembló de placer al sentir es dedo moverse libremente dentro de él.
"Ah... Sasuke..." gimió de gusto "Metéla ya..."
"Aún no estás preparado."
"¡Me da igual!" esta vez un grito de placer ante el segundo dedo siguió sus palabras "Ah... Tú... Metéla... Ah..."
Sasuke gruñó.
Acercó su cara hasta la del otro, besándolo con fuerza y pasión. Alzó la cadera, colocando su ansiosa erección en la virginal entrada del Inuzuka. Entró en él pequeño cuerpecito de una sola y profunda estocada.
Sasuke gimió de gusto, acompañado de un grito de placer/dolor por parte de Kiba.
El Uchiha apoyó la cabeza en el hombro del menor, esperando, impaciente, a que el otro se acostumbrara a la intromisión. Segundos despues notó como Kiba se movía suavemente, con el rostro sonrojado y los labios fruncidos. Claramente avergonzado.
Sonrió.
"¿Quieres que me mueva?" preguntó lentamente a su oído, dan una única y certera envestida.
Kiba gritó de gozo.
"¡Sí! Ah... Muevete... Por favor... Ngh..."
Contento con la respuesta, Sasuke comenzó a moverse de forma brutal, salvaje, rápida y profunda. Kiba solo gemía y gemía.
"¡Más!" y así lo hizo.
Cada vez más dentro, más rápido, profanando hasta los más oscuros rincones del pequeño cuerpo que se le había entregado. Al sentir como el final de ambos se acercaba, salió de Kiba, lo volteó, colocó una de las morenas piernas en su hombro y volvió a introducirse en él con fuerza.
"¡Sasuke!" gritó extasiado.
Volvió a envestir el delicioso cuerpo del chico perro, besando sus adictivos labios. Los brazos de Kiba le rodearon, sus suaves dedos se clavaron en su espalda y los filosos colmillos mordieron su cuello, ahogando un grito.
Kiba había terminado.
Sasuke, sintiendo esa hermosa estrechez envolverle, no tardó en correrse dentro del castaño, suspirando sobre los finos labios del otro.
Labios que besó con dulzura.
Salió de Kiba, tumbándose a un lado del cansado chico.
"¿Y? ¿Te gustó?" preguntó, entretenido.
"Mucho." respondió tímido.
Una fría mano acarició su mejilla, volteando su rostro hasta perderse en la profunda mirada del Uchiha.
"Te amo Kiba." escuchó.
Asombrado, sus ojos se llenaron de lágrimas. Siempre soñaba con oír esas palabras por parte del moreno, que ahora no se lo podía creer.
"Yo también te amo Sasuke." respondió sin dudar, abrazando el blanco pecho del mayor.
Kiba no tardó en dormirse, cansado por la desbordante pasión de antes. Instantes despues, el celular del portador del Sharingan sonó. Lo tomó entre sus manos. ¿Naruto? ¿Qué quería el dobe?
"¿Usarotonkashi? ¿Qué quieres ahora?" preguntó.
"¿Ya te violaste a Kiba?"
"No lo violé. Fue consentido." protestó.
"Como sea. Entonces... ¿No me darás las gracias por convencer a Kiba de lavar a Akamaru contigo, de anular todas las visitas para la casa de Kiba, enviar lejos a su familia y llevarme a Akamaru de paseo?"
Suspiró. No tenía ganas de discutir. Tenía a su tierno castaño dormido en el pecho, y el dobe no le iba a amargar la felicidad.
"Gracias Naruto." respondió.
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