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Aroma a deseo por CarolineTiamea

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Se levantó animado esa mañana, al igual que todas las otras, y no era que fuera un amante del instituto o del estudio, sin embargo, su única y más grande motivación para asistir a clases era verlo a él. Ni siquiera conocía su nombre , sólo sabía que era un chico menor que él (de un curso más bajo), y que iba todos los días a la hora de almuerzo a dormir a la escalera de escape, en la parte trasera del instituto. Siempre lo observaba de lejos; cuando dormía parecía un ángel, y era su extrema palidez lo que lo hacía confirmar su creencia. Aunque sabía que de ángel , ese chico no tenía nada; podía ver ­—por la forma en que intimidaba a sus amigos—, que el término "demonio", le quedaba mejor. Pero a Siwon, hasta cuando se transformaba en demonio, ese chico le parecía adorable.

Antes simplemente se conformaba con verlo dormir, pero hacía un par de semanas que eso ya no era suficiente, más o menos desde que lo había visto en los pasillos, luego de que el chico tuviera clases de educación física, y su olor corporal se impregnara en las fosas nasales de Siwon. El chico no olía como cualquier adolescente luego de una ardua sesión de ejercicio, no, ese chico tenía su mismo olor diario, pero intensificado. Ese aroma se había convertido en un delirio para Siwon, ni siquiera era algo que pudiera definir, simplemente era un aroma adictivo, como el aroma del café recién preparado cuando te levantas por la mañana, el aroma de las primeras flores de una primavera, el de la ropa nueva, o el de una comida bien preparada cuando mueres de hambre. Y era por esto que tan solo observar, ya no era suficiente, él necesitaba olerlo, respirar su mismo aire, necesitaba tocarlo, necesitaba escuchar su melodiosa voz al hablar, necesitaba que le hablara a él, que lo mirara a él...

Sin embargo, todo eso era una simple fantasía, porque nada iba a ocurrir, si él no daba el primer paso, porque el menor no tenía idea de su existencia. Según se había dado cuenta en todo el tiempo que lo llevaba observando, ese chico no prestaba atención a nadie más que a su círculo cercano, los que eran: un chico de ojos grandes y labios abultados y su al parecer— novio, un chico de pómulos altos y ojos delineados, que se contoneaba graciosamente  al caminar. Ellos tres eran un grupo bastante particular, pues se caracterizaban por estar siempre sumidos en su propio mundo, aún cuando no pasaban desapercibidos ante nadie.

La única vez en el día que los veía separados, era cuando el objeto de su admiración se iba a la escalera a dormir y la parejita se desaparecía a quién-sabe-dónde. Era por eso que siempre ocupaba esa hora para contemplarlo a sus anchas.

Y ahí estaba de nuevo, al pie de la escalera, y en la cima de esta, su ángel dormido. Desde la distancia a la que se encontraba, que eran alrededor de 15 escalones, no podía percibir su olor, y era precisamente eso lo que más ansiaba. Por eso se acercó unos cuantos escalones más arriba, hasta estar cerca del altillo en el que el chico pálido dormía.

Podía percibir claramente el aroma de él, que era realmente embriagador, y casi podía decir que le causaba un efecto desconocido, algo que lo llevaba a actuar sin medir las consecuencias, como haber subido la escalera, aún cuando todas las otras veces lo miraba desde abajo. Miró su rostro dormido, nunca lo había visto tan de cerca... Se aproximó hasta llegar a respirar el mismo aire que él. Podía ver cada detalle de ese hermoso y pálido rostro; las pestañas tupidas, los párpados lisos y suaves a la vista, la piel tan blanca que parecía porcelana, esos labios ni tan finos, ni tan gruesos y ligeramente rosados que lo provocaban a besarlo. Deslizó su mirada hacia el cuello de su ángel y fue a dar a la manzana de Adán que reposaba tranquilamente en el medio de su garganta. Cada rasgo en ese chico, lo provocaba inmensamente...

Se inclinó un poco más y atrapó la manzana de Adán entre sus dientes, sintió al chico estremecerse, pero no le importó. Le dio una leve lamida a toda la extensión de su cuello, sin siquiera percatarse de que el chico estaba despertando.

— ¿Qué haces? —dijo una voz temblorosa. Intentó alejar al extraño de sí mismo, pero este le tomó ambas muñecas y las apoyó en el suelo, inmovilizándolo en el acto—. ¡Oye! ¡¿Qué haces?! ¡Para! —exclamó, sin resultados.

Siwon se subió arriba del —ahora— indefenso chico, pues había comenzado a mover insistentemente sus piernas. Siguió en la tarea de degustar el hermoso cuello, que era el lugar donde estaba concentrado el aroma de ese chiquillo. Lamió su quijada, pero se detuvo al percatarse que los gritos del menor no habían desistido.

—Oye, oye, para, por favor... —no pudo seguir hablando, pues Siwon había comenzado a besarlo.

Su beso era insistente, Siwon quería tener completo acceso a su boca, que de seguro debía estar caliente. Mordió leve, pero repetidas veces el labio inferior del chico, hasta que este por fin abrió la boca y comenzó a responder a su apasionado beso. Siwon soltó ambas muñecas y con sus manos tomó la nuca del  menor para acercarlo más a sí mismo y así profundizar el contacto de sus bocas.

Bajó sus manos, dirigiéndose al cuello de la camisa del chico, buscando desabotonarla. Fue lentamente, botón a botón, desabrochando esa estorbosa camisa, hasta llegar a ver el blanco pecho de su ángel. Impulsado por el deseo, besó los rosados pezones del chico bajo su cuerpo, succionaba descuidadamente uno, mientras el otro era torturado por sus dedos.

— ¡Ahh! No hagas eso... que yo... ah... —no podía terminar claramente ninguna de las frases que intentaba decir; lo que ese extraño le hacía lo estaba volviendo loco, hasta el punto de conseguir una erección.

—Mi ángel, eres hermoso —susurró Siwon contra sus labios, luego de haberlo besado.

— ¿Ángel? —preguntó riendo—. Me llamo KyuHyun.

Siwon quedó perplejo por un momento, tanto tiempo había estado llamándolo ángel, y ahora por fin su amado tenía un nombre real, y por eso no cabía en sí de felicidad. Sonrió ampliamente, mostrando sus hoyuelos y se abalanzó sobre KyuHyun para besarlo nuevamente, esta vez de una forma más calmada.

KyuHyun, en cambio, quedó anonadado por esa perfecta sonrisa, ¿Cómo podía ese chico ser tan guapo?

Siwon se removió  de encima del chico, y se sentó junto a él, mientras lo seguía besando, ahora de una forma suave y cuidadosa.

—Tengo un problema —dijo KyuHyun, en un susurro—, uno que tú causaste —dijo esta vez, un poco más alto. No entendía por qué dejaba tan fácilmente a ese chico que lo tocase y lo besase, cuando a sus amigos ni siquiera les permitía que lo abrazaran. Pero esta vez era diferente, esta vez necesitaba que lo tocaran, que fuera él quien lo tocara, porque había sido él quien había causado el problema.

Tomó la mano del grandote-musculoso y la dirigió a su entrepierna, que ya le dolía de lo apretado que estaba su pantalón. "Arregla esto", le susurró, para luego morderle el lóbulo de la oreja. Se estaba comportando diferente, notó, él no solía ser tan atrevido, ni seductor, pero ese chico lo provocaba, él tenía la culpa de todo.

Siwon volvió a enloquecer y sucumbir ante el deseo, nuevamente estaba enceguecido por culpa de ese chiquillo, pero ahora era diferente, porque el deseo que sentía no era producto de su olor, sino que era provocado por él mismo, que lo insitaba a poseerlo, aunque no fuera esa su intención.

Lo recostó en el suelo y sin perder tiempo, le desabrochó los pantalones, para luego bajárselos junto con la ropa interior; no era que estuviera apurado, pero estaba conciente que de sólo tenían una hora para almorzar, y ya habían perdido mucho tiempo en el preludio. Si hubiera sido por él, se hubiera tomado todo el tiempo del mundo en descubrir cada detalle de ese glorioso cuerpo, pero no podía confiar tanto en su suerte. Tomó de forma delicada el pene de KyuHyun entre sus manos, y con suavidad acarició el glande, que sobresalia brillante debido al líquido preseminal.

Se hubiera quedado más tiempo detenido en esa labor, pero él también necesitaba atención. Se acomodó sobre KyuHyun, quitándole definitivamente los pantalones, dejándolo tirados por algún lugar de la escalera.

KyuHyun se estremeció al sentir su cuerpo caliente contra el frío suelo. Al menos aún tenía su camisa puesta, y Siwon no planeaba quitársela, porque le parecía de lo más sensual verlo con la camisa mal colocada, ver su pecho blanco con las marcas rojas de sus besos y sumado a ese exquisito rubor en sus mejillas, era una imagen que no quería se borrara nunca de su memoria; la atesoraría para siempre.

—    ¿Por qué me miras así? —preguntó KyuHyun, avergonzado.

—Porque quiero recordar este momento, por el resto de mi vida.

KyuHyun hubiera respondido a eso, si tan solo los labios de Siwon lo hubieran dejado, pero prefería mil veces perderse en ese húmedo y apasionante beso, que estar gastando saliva hablando demás.

Siwon levantó las piernas de KyuHyun para dejar su entrada a la vista, y la acarició tiernamente con su pulgar. Se acercó para lamer ese fruncido agujero, pero KyuHyun lo detuvo, tomando su rostro con ambas manos.

— ¿Qué... qué haces? —Preguntó completamente avergonzado— No hagas eso... ahí está sucio —Siwon sonrió, y apartó las manos de KyuHyun, y continuando con su caminopasó su lengua por la entrada del menor para lubricarla— ¡Ahh...! ¡Tú... ahh!

—Es mejor así —susurró, con voz ronca, Siwon. A pesar de estar tomándose su tiempo, Siwon estaba enceguecido por el placer, así que rápidamente se bajó los pantalones hasta los muslos, y liberó su miembro.

Se acomodó mejor entre las blancas piernas del chico bajo su cuerpo, y en un movimiento suave, pero continuo, lo penetró, entrando hasta el final, a pesar de la resistencia que puso la entrada de KyuHyun.

— ¡Ah! Sale... sale, duele —gritó KyuHyun, contrayendo las facciones de su rostro.

En un momento de lucidez por parte de Siwon, se dio cuenta del daño que le estaba causando a su pequeño, y decidió esperar para moverse y así KyuHyun pudiera acostumbrarse a la intromisión.

—Afírmate de aquí —tomó sus manos y las puso sobre sus hombros, en un vago intento porque KyuHyun estuviera más cómodo.

Comenzó a moverse tortuosamente lento, escuchando los quejidos mezclados con los gemidos de KyuHyun. Era realmente excitante escucharlo susurrar quedos "...más", pero sus expresiones eran aún mejor. Tenía la boca abierta, mientras suspiraba constantemente, y al mismo tiempo fruncía el ceño, como si estuviera tratando de controlar todas las oleadas de sensaciones que Siwon le estaba provocando.

— ¡Ah...! Yo... ya, me vengo —dijo Kyuhyun, entremedio de fuertes gemidos. Estuvo resistiendo hasta que Siwon tocó su próstata, entonces no pudo más. Se corrió encima de su pecho, manchando un poco el pecho de Siwon.

Estaba cansado, quería parar, pero el chico que lo penetraba una y otra vez, todavía no llegaba a su límite. Así que estaba consciente de que debía "aguantar", aunque sabía que lo estaba disfrutando. Si seguía sintiendo eso, volvería a correrse pronto, estaba seguro.

Siwon ya estaba llegando a  su límite, antes había sentido que iba a terminar cuando KyuHyun contrajo su entrada, pero logró resistir y continuó moviéndose. Ahora que sentía que KyuHyun se correría por segunda vez, quería que ambos lo hicieran juntos.

—Aguanta solo... un poco más —le susurró al oído—, corrámonos juntos.

KyuHyun rasguñaba desesperadamente la espalda de Siwon, en un intento por calmar todo lo que sentía, pero el momento culmine fue inevitable, y en medio de un sonoro gemido —y al mismo tiempo que el timbre de vuelta a clases sonaba—, ambos eyacularon. KyuHyun manchando su pecho por segunda vez y Siwon en el interior del menor, llenándolo por completo de su semen.

No fue hasta que Siwon salió por completo del interior de su ángel, que se dio cuenta realmente de todo lo que había sucedido, y se sintió profundamente avergonzado y confundido con respecto a su actuar, porque de haber estado en sus cabales, aquello nunca hubiera ocurrido. Miró a KyuHyun vestirse y se sintió perdido, porque aunque no se arrepentía de haberlo hecho, no sabía cómo enfrentarlo.

Al final acomodó rápidamente su ropa y salió corriendo del lugar, dejando a KyuHyun desconcertado, molesto y por sobre todo con un gran dolor en las caderas y otro inexplicable en el corazón.

*

Faltaban unos pocos minutos para que las clases terminaran, KyuHyun se había perdido toda la jornada de la tarde sentado en esa escalera, en parte porque le estaba costando un infierno moverse, debido al dolor; porque tenía muchas cosas que pensar; y además no quería encontrarse con ese chico en los pasillos.

Luego de terminar de vestirse se había quedado ahí, esperando a ver si ese chico volvía y le daba una explicación de lo que había ocurrido, pero eso no pasó y se vio obligado a contener largo tiempo las ganas de llorar. Se sentía sucio, utilizado y vacío, y todo era culpa de ese imbécil que había obtenido su primera vez... ¡Si tan solo no hubiera salido corriendo, las cosas hubieran sido muy distintas! Y él no estaría sintiéndose así.

Los días pasaron y KyuHyun no se había molestado en buscarlo, no había sido él quien violó a un desconocido, así que tampoco debía ser él quien diera explicaciones. Sin embargo, y aunque intentara que todo siguiera igual, las cosas para él ya no eran como antes. Porque si antes vivía en una burbuja con sus amigos, ahora estaba encerrado en una propia, la cual era mucho más hermética que la de antes. Ya no prestaba atención a nada a su alrededor, ni a sus amigos, ni a nadie.

—Kyu... —dijo por quinta vez Minho, uno de sus amigos. Y comenzó a moverlo por el hombro­—: ¡KyuHyun!

—... ¿Ah? —por fin lo habían logrado, habían sacado a KyuHyun de su burbuja, pero debían hablar antes de que volviera a sumirse en ella.

— ¿Qué te pasa? Llevas días así de distraído y con Kibum ya comenzamos a preocuparnos —le dijo Minho, mirándolo a los ojos.

—Una de nuestras teorías es que te secuestraron los alienígenas y te hicieron una lobotomía —acotó Kibum, recibiendo una mirada reprobatoria por parte de su amado de los grandes ojos.

—Bueno... algo parecido fue —el par de novios se quedó sorprendido, mirándose entre ellos, para luego seguir con el interrogatorio.

Al final KyuHyun terminó por contarles todo, pero sin el privilegio de los detalles.

— ¡¿Que ese tipo hizo qué?! —Exclamó, indignado, Kibum— ¡Ah no...! Yo a ese lo mato... —acotó, poniéndose de pie, pero fue inmediatamente detenido por su novio.

—Bummie, detente, ni siquiera sabemos cómo se llama. Primero hay que averiguar quién es y después matarlo.

—Ninguno de los dos va a matar a nadie —dijo Kyuhyun—, esto es un problema mío, si se los conté fue para desahogarme un poco, pero no quiero que se metan en esto.

­—Pero Kyu...

—Pero nada, prométanmelo.

—Lo prometemos —dijeron ambos, al mismo tiempo.

Al día siguiente KyuHyun estaba más animado, ya no estaba metido en esa hermética burbuja y prestaba más atención a sus amigos. No era que el habérselo contado a alguien, cambiaba las cosas, pero aún así se sentía liberado, y por lo tanto más alegre.

Se adentró en el salón y fue al encuentro de sus dos amigos. Ambos notaron el cambio en la actitud de KyuHyun, pero prefirieron no comentar nada y tan sólo contentarse por él. Tocó la hora de receso y fueron los tres juntos a la cafetería. Extrañamente KyuHyun era el más hambriento de los tres. Pero todo esto acabó cuando su mirada se encontró con la de Siwon, que en ese momento estaba en la fila para comprar su desayuno. El mayor al notar el contacto visual desvió la mirada rápidamente, con un fuerte sonrojo en sus mejillas. “Tsk, ¿por qué se sonrojas? —Pensó KyuHyun— Fue él el que me violó ¿y ahora se sonrojas? ¡Tsk! Es demasiado descarado”. En ese momento KyuHyun se debatía entre hacer como que nada pasó o ir y encararlo.

—Kyu —lo llamó Minho—, te pusiste muy pálido, ¿ocurre algo?

Y sin saber por qué, KyuHyun se sonrojó furiosamente ante esas palabras.

— ¿Qué pasa? ¿Viste al chico de la escalera? —Preguntó Kibum, siempre más perspicaz que su novio, haciendo arde aún más las mejillas del mayor y confirmando las preguntas anteriores— ¿Dónde? —estiró su cuello e intentó ver en la misma dirección que KyuHyun— ¿Dónde? ¿Quién es?

—Nadie, no es nadie —KyuHyun y se giró sobre sus talones—. Me voy, se me quitó el hambre, nos vemos en la siguiente clase —y sin dejarlos replicar, se fue del lugar.

*

Siwon no entendía su propio comportamiento. No entendía por qué se había dejado llevar de esa manera aquel día, no entendía por qué luego había salido corriendo, no entendía por qué lo llevaba evitando toda la semana, y mucho menos entendía por qué se había sonrojado tanto cuando lo vio en la cafetería. De lo único que estaba seguro, era que su ángel lo estaba comenzando a odiar, si es que no lo odiaba ya.

Era un cobarde, lo sabía. Ese día había salido corriendo porque no quería escuchar palabras de odio por parte de KyuHyun, y por el mismo motivo lo había estado evitando, e incluso había dejado de ir a verlo a la escalera.

Pero lo echaba tanto de menos, a pesar de todo quería verlo, a pesar de todo quería sentir su aroma, quería que lo volviera a mirar  y a besar al menos una vez más, aunque después de eso lo siguiera odiando. Incluso estaba dispuesto a olvidar por unos minutos su cobardía, si eso significaba que su ángel sonriera para él.

Se había decidido, ese día iría a verlo nuevamente a la escalera, debía enfrentarlo de una vez y aceptar lo que pasara.

 

El resto de esa mañana no pudo prestar atención a nada, ni a nadie, estaba ansioso y a la vez nervioso por lo que pudiera pasar en la hora de almuerzo. Una parte de él quería que esa hora llegara rápido, mientras que la otra parte quería que se atrasara lo más posible. Pero finalmente lo inevitable pasó, y tocó el timbre, indicando el inicio del almuerzo. Siwon salió de su aula pausadamente, y con el mismo ritmo recorrió ese camino tan conocido que lo llevaría a la escalera.

Cuando llegó, le tomó algunos minutos darse cuenta de que su ángel no estaba en el mismo lugar de siempre, esta vez estaba apoyado en la pared del fondo, aunque —como las otras veces— también estaba durmiendo.

Esta vez planeaba hacer las cosas bien, planeaba hablarle e intentar lo que había pasado, pero en cuando se acercó y sintió ese penetrante olor que desprendía KyuHyun, todos sus planes se fueron por un tubo. Se acercó a él y cada vez el olor se hacía más fuerte, tomó delicadamente su rostro, y antes de que se diera cuenta, lo estaba besando.

Se percató de que estaba cayendo en lo mismo de la última vez, y se asustó. Se puso rápidamente de pie para poder irse, pero KyuHyun lo tomó de la muñeca y aprovechando su descuido, lo arrojó al suelo.

—Esta vez no te voy a dejar escapar —le dijo, subiéndose encima de él para evitar que se pusiera en pie nuevamente.

—Lo siento, yo no quería…

— ¡Qué es lo que no querías! ¿Besarme, violarme o salir corriendo como un cobarde? —preguntó, mordaz y molesto.

—Todo eso… perdón. Perdóname, por favor —dijo con voz suplicante.

— ¡No quiero tus disculpas! ¡No me interesan! —Gritó— Sólo quiero que me des explicaciones. ¿Por qué me hiciste eso? ¿Y por qué saliste corriendo tan cobardemente? ¿No podías haberte quedado conmigo y haberme explicado? ¡No tienes idea de cómo me sentí después de que te fuiste! —Volvió a gritar, y comenzó a sentir cómo las lágrimas se agolpaban en su rostro—. Me sentí usado, sucio, pero por sobre todo me sentí vacio. Y lo único que quería era que volvieras, y que me dieras un abrazo. —Para cuando terminó de hablar, las lágrimas corrían presurosas por su rostro, y él gimoteaba tratando de contenerlas. Siwon lo miraba sorprendido.

—Kyu…, perdóname, te juro que yo no sabía.

—Ya te dije que no quiero tus disculpas —con el dorso de su mano se secaba las mejillas violentamente.

—Hace mucho tiempo que tú me gustas —comenzó diciendo, sonrojando a KyuHyun—, siempre te miraba en los pasillos, a mis ojos eres simplemente perfecto, pero tú nunca me viste… más bien nunca miras a nadie, y por eso yo no sabía cómo acercarme a ti. Un día aburrido, paseando por el instituto descubrí que estabas aquí durmiendo, y luego supe que venías todos los días a la misma hora, y solo por sentirme un poco más cercano a ti, comencé a venir todos los días, sólo para verte dormir —Siwon siempre había tenido miedo de que KyuHyun se enterara de eso, porque podía considerarlo un pervertido, pero ahora que lo decía se sentía realmente liberado.

—Wow, eso es bastante sicópata —comentó, ya más calmado—, pero eso no explica por qué me violaste.

—Yo no te violé.

— ¡Sí lo hiciste! —reclamó.

—No lo hice, fue un acto consentido, y estoy bastante seguro de que tú también lo disfrutaste mucho —dijo sonriendo de forma seductora, mostrando sus hoyuelos.

— ¡Aish! —Exclamó sonrojado— Como sea, explícalo de todas formas.

­—Se esto sonará estúpido, pero es la verdad. Es por culpa de tu olor —dijo sin más.

— ¿Mi olor? —Cuestionó, oliéndose a sí mismo— ¿Qué tiene que ver mi olor?

—Me provoca… no lo sé, es sólo que me hace hacer cosas que yo jamás haría por mi propia cuenta. ¿Sabes? Yo no soy así de osado, jamás me hubiera atrevido a besarte a la fuerza, o a aprovecharme de ti mientras estabas dormido. Por eso cuando tocó el timbre, y me di cuenta de lo que había hecho, salí corriendo, porque tenía miedo de que me odiaras… Yo no quería ver tu cara de desprecio, no hubiera podido.

KyuHyun estaba en blanco, no sabía qué decir, tenía tantos sentimientos y palabras acumuladas, que ni siquiera podía emitir alguna expresión. Y Siwon creyó, que lo que tanto había temido, estaba pasando.

—Mis sentimientos por ti son reales y no quería hacer las cosas mal, pero después de todo… no me arrepiento de lo que pasó ese día, porque yo te amo, KyuHyun —le dijo por fin sincerándose por completo. Lo movió con cuidado, sacándolo de encima de su regazo y luego se puso de pie—. Eso era, yo sólo venía a pedirte perdón y a aclarar las cosas. Adiós. —Se acercó a su pálido rostro, y luego de darle un beso en la mejilla, comenzó a bajar la escalera con la intención de irse y tratar de olvidarlo para siempre, por mucho que le costara.

—Pero las cosas no deberían ser así… —susurró KyuHyun, por fin saliendo de ese estado atónito—. ¡Nunca me dijiste tu nombre! —exclamó, parado en la cima de la escalera.

— ¿Qué cosa? —preguntó Siwon, deteniendo sus pasos.

—Nunca supe tu nombre, jamás me lo dijiste, tú sabes cómo me llamo, pero yo no sé tu nombre.

—Choi Siwon —dijo, sintiéndose esperanzado—, pero no veo en qué cambia las cosas.

—Tengo derecho a saber con quién hice el amor.

— ¿Hacer… el amor? —preguntó, sorprendido y feliz.

—Desde ese día no he dejado de pensar en ti —le dijo KyuHyun, sonrojándose levemente.

—Y eso… ¿qué significa? —quiso saber, pues era lógico que haya pensado en él, después de la forma en la que se habían conocido oficialmente.

—Que desde ese día… y a pesar de lo idiota que eres, tú me gustas, Siwon. Y siento que no hay nada que pueda hacer para cambiar eso —le sonrió cálidamente y extendió su mano—. Así que, por favor no te vayas de nuevo. No me dejes aquí solo, con el corazón hecho trizas.

Siwon no necesitó ninguna otra palabra para correr escaleras arriba y tomar a KyuHyun entre sus brazos y apretarlo fuerte contra su pecho. Estaba feliz, mucho más feliz que ese día en que lo hizo suyo, mucho más feliz que cuando supo su nombre, mucho más feliz que cualquier vez que pudiera recordar.

—Te amo, KyuHyun, te amo —le dijo contra su oído.

—Es bueno saberlo —sonrió y cerró sus ojos para dejarse besar por ese grandote que lo hacía actuar de manera tan cursi— ¿Sabes? Creo que entiendo un poco lo que te pasa conmigo.

— ¿Por qué?

—Porque es parecido a lo que a mí me pasa contigo. Todo tú me provoca, y hago cosas que jamás haría con otras personas.

— ¿Qué cosas?

—Cosas como esta —tomó el rostro de Siwon entre sus manos y antes de que este se diera cuenta le dio un apasionado beso, algo que jamás había hecho con sus antiguos novios, a quienes ni siquiera los había dejado tocarlo más de la cuenta.

—KyuHyun ¿quieres ser mi novio? —preguntó temeroso.

— ¡Ah! Con lo lento que eres, pensé que yo tendría que pedírtelo —lo besó un poco más antes de responder—. Sí quiero, grandote.

*

—Chicos, quiero presentarles a Choi Siwon, mi novio —anunció a sus dos amigos que estaban en una banca del patio, conversando animadamente—. Siwon, ellos son Choi Minho y Key, simplemente Key.

— ¿Él es el violador? —preguntó, siempre audaz, Kibum.

— ¿El violador? —La mirada de Minho cambió a una furiosa, y rápidamente se abalanzó contra Siwon— ¡Te mataré! ¡Cómo te atreves a hacerle eso a mi amigo!

—Minho ¡espera! —Entre Kibum y KyuHyun intentaban detenerlo, mientras Siwon se excusaba nerviosamente.

Pasaron algunos minutos, en los que intentaban calmar a Minho y KyuHyun explicaba lo que en realidad había pasado, argumentando que sólo había sido un malentendido.

—Me da vergüenza tener el mismo apellido que este idiota —comentó Minho, refiriéndose a Siwon.

— ¿Sabías que la mitad de los hombres de este instituto se mueren por Key? Todos lo aman —dijo Siwon, riéndose del cambio en la expresión de Minho—. Y ahora ¿Quién es el idiota?

— ¡Dime quienes son! Los mataré por fijarme en mi Bummie.

—Mi amor, cálmate. Yo sólo tengo ojos para ti —Kibum le sonrió y le besó delicadamente los labios.

— ¡Puaj! Qué asco —dijo KyuHyun—. Son tan cursis que me hacen vomitar.

—Kyu ¿A mí me dejarás ser cursi? —Le preguntó Siwon, poniendo cara de cachorro moribundo.

KyuHyun simplemente balbuceó algo ininteligible y escondió su rostro sonrojado entre sus manos, escuchando la risa de los demás.

Definitivamente ambos actuaban dominados por sus pasiones debido al otro, pero era algo con lo que perfectamente podrían convivir, siempre que estuvieran juntos.

 

Fin.


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