No era la primera vez que se le pasaba esa idea por la cabeza, no, para nada. El chico de cabello castaño se encontraba sobre su cama, mirando el techo de su habitación absorto en sus pensamientos mientras usaba sus manos a modo de almohada. Su mirada era intensa, demostrando el tremendo esfuerzo que estaba haciendo para encontrar nuevamente una excusa para ver a cierto chico de cabellos negros y encantadora sonrisa. Pero por más que se esforzó, nada pasó por su mente.
━ ¡Ah! ━Gritó frustrado, llevando las manos que antes había acunado su nuca hasta su rostro, para cubrir finalmente su rostro. No podía creer en el extremo en el que estaba, pero, sinceramente, no se arrepentía al tener repetidas oportunidades para ver a su evidente crush.
La primera vez que llamó al técnico fue por una razón verdadera: su televisión no funcionaba. No era que no pudiese vivir sin ella, pero necesitaba que algo ocasionara algo de ruido, después de todo, vivir solo y que todo esté en silencio no tenía mucho de atractivo para Sungjong. Llamó antes del mediodía, y poco después de que almorzara escuchó el timbre de su apartamento. Sin sospechar ni especular se acercó hasta la puerta para abrir y encontrarse con un chico indudablemente atractivo, de hecho, Sungjong se atrevería a decir que era el más atractivo que alguna vez haya podido ver. Su cabello negro, sus facciones finas pero a la vez definidas y masculinas fueron algo que le tomaron con la guardia baja, pero había un detalle que superaba todo lo demás: su voz. Estaría mintiendo si dijera que cuando escuchó su nombre proveniente de sus labios y ronco tono de voz no estuvo a punto de derretirse; simplemente algo que era mejor que cualquier serenata.
Desde ese día había estado inventando excusas además de romper unos cuantos electrodomésticos para poder tener al apuesto técnico con frecuencia en su hogar. Se podría decir que Sungjong había estado un par de meses llamándolo dos veces por semana, descomponiendo lo que se le pasara por la cabeza. Pero al parecer, el pobre chico ya había llegado a su límite en cuanto a creación de pretextos creíbles.
Pero necesitaba escuchar su voz nuevamente aunque fuera con la justificación más estúpida del mundo.
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━ ¿Qué fue lo que pasó exactamente esta vez? ━El susodicho técnico interrogaba al menor mirando intrigado la televisión que hace bastante tiempo había arreglado y podía asegurar que no debería haber tenido más problemas.
━ Verás… ━Si había algo que había estado pensando cuidadosamente Sungjong, era la forma en la que podría plantear la razón por la cual estaba en esa situación━. Mi mascota es algo traviesa, creo que estuvo “jugando” con los cables de la televisión y como podrás ver, no funciona.
Myungsoo observó los cables, examinándolos con tanto detenimiento además de sigilo que el menor deseó poder retomar nuevamente la conversación. A pesar de lo mucho que insistía, difícilmente llevaban una conversación prolongada. El castaño con las muchas veces que le había llamado y visto podía estar seguro de que su llamado crush era algo retraído, pero eso era un detalle que adoraba de todas formas.
Sin quitarle la vista demasiado tiempo, el castaño aprovechó de ir a la cocina en busca de algo de beber para su invitado. Era una atención pequeña, pero que siempre solía repetir con cada uno de sus visitantes, más aún con quien le acompañaba en esos momentos.
━ Gracias, Sungjong.
El técnico había tomado asiento sobre la alfombra mientras el estropeado cable yacía a un lado bajo la constante vigilancia de un par de ojos que examinaban de reojo. El dueño del apartamento pudo ver claramente como, a ratos, la frente y la nariz del contrario se arrugaba con ligereza, como si tratara de comprender algo, cosa que perduró hasta que sus ojos dieron con algo que no se esperaba ni el mismo Sungjong. Myungsoo, el técnico del cual parecía haberse enamorado por casi arte de magia, le miró fijamente, dejando el vaso de lado para ponerse en pie y quedar en frente del castaño, quien le observaba con sus ojos casi abiertos de par en par, sentado sobre uno de los brazos de uno de los sofás centrales de la sala de estar.
━ Dime, Sungjong… ¿Por qué cortaste el cable? ━El aludido pudo sentir de inmediato un escalofrío recorrer su espalda. Su cuerpo no temblaba y estaba seguro que si no fuera porque sus ojos fueran grandes, su sorpresa sería más que evidente; ¿Tan obvio había sido?━. Siempre haces estas cosas. Me he dado cuenta ━Hizo una breve pausa━… Que eres cuidadoso haciendo muchas cosas, pero siempre los electrodomésticos son los que fallan por descuidos que, creo, no son propios de alguien como tú. Ahora, ¿Me responderás?
Sungjong no sabía si alegrarse por escuchar su voz o entrar en pánico, literalmente. Sintió calor en su rostro y la presión de un silencio incómodo que no se atrevió a romper luego de un profundo suspiro con lo que logró llamar a la calma, por lo menos un poco.
━ Me gusta tu voz ━Fue lo único que salió de los gruesos labios del chico de cabellos largos━. ¿Te has preguntado por qué siempre llamo? Pues es por eso, porque me encanta tu voz, Kim Myungsoo… Me gustaría escucharla más seguido y esa es la razó-
El índice del mayor fue lo que detuvo esos temblorosos labios de seguir explicando una razón que para cualquiera ya estaba más que expuesta. El chico de ojos felinos le sonrió y con cuidado, acarició esos labios suaves al tacto de su dedo con lentitud.
━ Respóndeme una cosa más, ¿Me crees tan bobo como para no darme cuenta? ━Inquirió casi riendo, sin recibir ni una seña como respuesta━. Sabía que había algo extraño pero no me esperaba una noticia como esta.
━ Si quieres irte, no te culpo. Yo también lo haría si tuviera un obseso casi encima.
━ Escúchame hasta el final o me obligarás a callar esa boca de otra forma.
Sungjong no estaba seguro, pero podía notar ese toque de picardía y coqueteo con el cual siempre había fantaseado. El menor tragó saliva bajo la atenta mirada del otro, quien se apresuró a apartar su índice y en vez de ello, decidió acariciar el contorno de ese rostro que se moría por memorizar con su tacto.
━ Bien, así está mejor. Créeme que si no tuviera interés, no me encargaría de todos tus “accidentes”... Y no lo digo porque me pase frecuentemente, nunca me había pasado algo así de hecho... Nunca me había encontrado con alguien tan insistente pero a la vez tan encantador como tú, Jongie.
El mundo pareció detenerse para ambos. Sus miradas estaban totalmente conectadas y un atisbo de incredulidad mezclado con el esbozo de una sonrisa se mostró en el rostro del dueño de hebras castañas. Myungsoo, por otra parte, podía asegurar que no había tenido una imagen más perfecta enfrente de sus ojos y lo único que cruzó por su mente para hacer ese momento memorable fue el inclinar un poco su rostro para reducir las distancias.
━ Prometo venir seguido, a la hora que quieras… Sin dudarlo y nada de romper cosas, lo único que necesito es que estés aquí; es a ti a quien necesito.
━ Bésame de una vez ━El pelinegro entendió de inmediato que eso era un sí por parte de su chico, de ese quien le había encantado desde un primer momento.
Las palabras ya no se escucharon por parte de ninguno de ellos y sus ojos poco a poco comenzaron a cerrarse mientra sus labios se buscaban a su propio ritmo hasta sentir una cálida presión, algo estático hasta que el menor decidió mover sus carnosos labios, adelantándose al técnico por completo quien se limitó a seguir el ritmo a destiempo, regocijándose por la suavidad y el dulce sabor de esos labios que parecían hacerle tocar el cielo con cada roce por más brusco o suave que fuera.
━ Llamaré al técnico más seguido ━Dijo Sungjong, dedicándole una sonrisa al más alto.
━ Lo sé, lo sé… Por esa sonrisa vendría más seguido.