Eran alrededor de las 2 de la tarde, todos los alumnos salían de las escuelas para ir a su casa, Tao miraba su reloj constantemente, su expresión demostraba angustia y nerviosismo, un pequeño tic se notaba si lo mirabas fijamente, sus manos temblaban de rato en rato, sus pasos se volvieron acelerados-no de nuevo-susurro para sí mismo con una voz temblorosa, apresuro más su paso, volvió a mirar su reloj que tenía puesta en la muñeca, trago seco al mirar la hora, no dejo pasar ni un segundo más y corrió como nunca, pequeñas gotas de sudor caían por su frente, se estaba quedando sin aliento pero no dejo de correr, algunas personas se le quedaban viendo otras solo lo ignoraban.
Cuando llego a su destino miro de nuevo la hora, sonrió amargamente, de nada había servido todos sus esfuerzos por llegar a tiempo, soltó una carcajada de resignación y a pesar de que sus labios formaban una gran sonrisa sus ojos demostraban lo contrario. Eran las 3 de la tarde cuando ingreso a su casa, todo se encontraba a oscuras, su cuerpo se estremeció, la respiración de alguien a su atrás lo dejo quieto, su mente le repitió varia veces “corre, corre” pero sus piernas no respondían, la poca luz que ingresaba por la ventanas dejaba ver todo el alboroto de la casa, cada jarrón y cada lámpara estaban totalmente destruidas, Tao mordió sus labios, su cuerpo empezó a temblar, cuando una mano se posó en su hombro supo que todo estaba perdido.
-media hora tarde otra vez- la voz del hombre era muy potente, el chico sintió como la mano de aquel hombre más alto que lo obligaba a llamar padre apretaba su brazo derecho, sin poder evitarlo dejo caer varias lágrimas-por favor…por favor suéltame-sus palabras salieron inconscientemente, las carcajadas que resonaban por toda la casa le dieron a entender de que fue un grave error de su parte, Tao no quería que sucediera lo mismo que sucedes todos los días de su puta vida, se soltó del agarre y corrió hacia la puerta que estaba semi abierta, sus manos ni si quieran llegaron a tocar el picaporte, soltó un grito al sentir la mano del hombre tomarlo por los cabellos, se mordió los labios para acallar los chillidos-imbécil ¿piensas escapar de mí? ¡¿piensas huir?!- ya no pudo contener nada, su cuerpo era arrastrado por el piso-POR FAVOR …POR FAVOR…AAAAAAAAAAH-tosió fuerte mientras se agarraba la parte donde había sido golpeado, el hombre de un 1.90 se carcajeo a mas no poder, seguía arrastrándolo por toda la casa aun teniéndolo tomado de sus cabellos.
-NO PAPÁ POR FAVOR-el hombre lo tiro en la cama, Tao quería gritar y patalear al sentir las manos de aquel hombre desgarrar sus prendas, pero sabía que era inútil, su cuerpo estaba adolorido, no tenía dinero y nadie esta vida que pudiera ayudarlo- ERES MI PUTA ENTIENDES- el hombre desnudo se subió a la cama, Tao cerro los ojos fuertemente dejando caer más lagrimas-¡AAAAH!-apretó las sabanas con sus manos, su respiración estaba agitada, su rostro lleno de lágrimas, sintió como su entrada e ponía húmeda, el hombre había entrado de una en él, volteo su rostro, dejo que haga lo que quiera con él…sus manos tapaban su boca, sus ojos estaban cerrados, el dolor que sentía su cuerpo no era nada comparado con la de su corazón.
Tao trato de moverse pero solo consiguió soltar quejidos, el hombre se había ido para tomar de nuevo en el mismo bar de siempre, el chico de unos 14 años miro su cuerpo…sintió asco de sí mismo, por sus piernas resbalaba sangre con semen, en ese momento quiso vomitar, giro la mirada a sus brazos llenos de moretones, miro a su lado la cama tenia retos de su cabello, su cabeza le daba vueltas, cerró los ojos quedándose profundamente dormido.
Abrió los ojos de nuevo, lo único que podía ver era sombras a su alrededor, las luces de las calles ya estaban prendidos, volvió a removerse entre la cama, con la poca fuerza que le quedo se levantó, cuando quiso pararse sus pies no soportaron su peso, cayo de una al piso, chillo al sentir una punzada en su entrada, el dolor ahora era más fuerte, se quedó por varios minutos tirado en el piso, hasta que de nuevo volvió a levantarse se apoyó de la pared y cojeando llego al baño-----grave error------ grito, grito como nunca antes lo había hecho en su miserable vida, Tao lloro se golpeó así mismo por inútil, por dejar que hicieran eso con su cuerpo, volvió a mirarse ante el espejo, con el dorso de su mano limpio las lágrimas que seguían cayendo, aun así quedaban rastros por su rostro, apoyado del lavadero ingreso a la ducha, dejo que cada gota de agua borrara lo imborrable…
Con un polo color beige y uno buzo negro salió a la calle, cargaba una pequeña mochila, ya no lloraba por fuera pero aun lo hacía por dentro, aún tenía tiempo para huir de la casa donde había pasado toda su infancia, el hombre no llegaría hasta la madrugada, Tao miro su reloj-10 de la noche-dijo para sí mismo, siguió caminando a paso lento, como si contara sus pasos, no tenía idea de a dónde ir, no tenía a nadie, solo era él.
No supo en que momento dejo de reconocer las calles, nunca antes tuvo la oportunidad de ir a lugares lejos de la casa en donde vivía, el ambiente empezó a volverse frio, paro un momento para sacar un chamarra de la mochila, se lo puso y aun sentía frio, su cuerpo temblaba y no, no era por el frio, su mente le jugaba sucio en momentos, como una secuencia de imágenes empezaba a recordar todo, desde pequeño le habían enseñado el amor al prójimo, que estaba mal odiar a los demás, pero justo en esos momento odiaba a ese tipo, lo odiaba con todas sus fuerzas. Tao siguió caminando sin rumbo fijo tratando de olvidar todo, las personas poco a poco iban disminuyendo, muchos de seguro estarían cenando en su hermosa casa, con su familia, el pequeño joven sintió como su corazón se rompía un poquito más, en algún momento llego a pensar que su seguía así no quedaría ningún pedazo de ella.
Tres de la madrugada, el silencio era sepulcral, Tao miro al frente, la luz roja indicaba que era momento de cruzar la pista, lo hizo tranquilamente, no había ningún motivo de que se apresurara, miro hacia delante las calle estaban vacías, no supo que fue lo que le hizo voltear pero al ver el carro venir a toda velocidad se quedó quieto, la luz potente hizo que entrecerrara los ojos y en unos segundos sintió su cuerpo ser golpeado por el carro dejando todo su mundo a oscuras.