— Por favor... Ayudame — Hyukjae estaba sentado frente a nada más y nada menos que el poderoso Cronos, rogándole que le diera una segunda oportunidad. Este solamente se dedicaba a escribir garabatos en una libreta, sin tener la menor intención de ayudar al cenizo frente a él. — Por favor... No sabes cuanto lo amo, cuanto me duele... Por favor — Lágrimas amenazaban con salir de sus ojos al decir estas palabras, sabía lo que sentía por el castaño, pero siempre había sido muy tonto como para haberlo reconocido. Cronos seguía ahí, sin siquiera dirigirle una mirada. — Y-yo no se que es de mi vida en este momento, sin él a mi lado... No soy nada, es decir... Mireme — Se señaló con desdén, su ropa estaba totalmente desaliñada, su cabello sucio y su rostro, lleno de lágrimas secas que no se dio el tiempo de limpiar.
— Más temprano vino un chico... — Habló por primera vez, el todopoderoso titán, dejando a un Hyuk bastante sorprendido. — Que... Calza bastante con las descripciones que me has dado... — Habló, golpeando su lápiz contra la mesa, suavemente, como intentando entender algo. — Y me pidió que por favor le diera una segunda oportunidad a él, pero no lo hice... — Afirmó aún golpeando su lápiz, mirando su libreta, donde anotaba cada una de las palabras que simbolizaban amor verdadero, a su parecer. — ¿Quieres saber por qué no lo hice? — El delgado chico, solo se limitó a asentir varias veces — Porque sabría que el bastardo que le hirió tanto llegaría a mi tarde o temprano y no sé, no sé si darte a ti una segunda oportunidad. — Dijo, en tono despectivo hacia el pálido y desaliñado chico frente a él, solo le había tomado media hora entender por todo lo que él, le había hecho pasar a ese castaño de ojos tristes, que lloraba por una segunda oportunidad, pero Cronos estaba seguro de que él, no era el que debería estar allí, porque él, no había cometido ningún error — ¿Y sabes lo peor? Es que hoy, ambos me han pedido una segunda oportunidad, cuando aún se aman. Pero ambos están muy ciegos para verlo. — Cronos, era bien conocido por ser el titán del tiempo, pero... ¿cuándo se había vuelto un "Consejero amoroso"? Ni él mismo se entendía, quizás convivir tanto tiempo con mortales, le afectaba. — No te daré una segunda oportunidad, porque sencillamente no te dejaré escapar de todos los errores que cometiste. Pero volveré unas horas atrás, cuando Donghae estaba aquí y quiero que salgas, corras y busques al chico que tanto amas. — Fue la última palabra del titán, dio vuelta un pequeño reloj de arena sobre su mesa y revirtió unas manillas de un viejo reloj, cuando comenzaron a correr nuevamente las manillas del reloj, Hyuk pudo notar que el cielo pasaba de ser anaranjado, a ser completamente celeste, era un día brillante, soleado y perfecto. — Ahora vete — Se escuchó, pero Cronos ya no estaba sentado en su silla, ni tampoco estaba en aquella sala, fue solo un murmullo, que quizás podría haber sido su imaginación. Sintió unos leves toques en la puerta y esta se abrió, dejando ver aquella cabellera castaña que tanto extrañaba, junto a esos ojos repletos de lágrimas.
— Señor Cronos... Yo no quiero incomodarlo... Solo quería pedirle... — Se detuvo, en seco. Mirando al chico sentado frente a la silla del todopoderoso, que en esos instantes no se encontraba allí. Hyukjae se levantó de su silla, quedando de pié, a unos metros del muchacho.
— Donghae... Yo... — Se escuchó un sonido estruendoso, era la puerta cerrandose, mientras un castaño corría del lugar, con lágrimas en sus ojos.
— «Ve tras él » — Hyuk escuchó ese susurro, sabía perfectamente quien era que le estaba ayudando. Corrió, abriendo la puerta desenfrenadamente y con su corazón latiendo a mil por hora.
Veía como el cuerpo del castaño se alejaba, nuevamente le estaba perdiendo, sus piernas solo querían ceder, para caer al suelo nuevamente y dejar que las saladas gotas cayeran por sus mejillas, sintiendo nuevamente ese dolor, ese dolor que sabía que merecía, sabía que si estaba ahí ese sentimiento de culpa y arrepentimiento, eran solo su culpa.
Vio a Donghae entrar, a un lugar que conocía perfectamente, en el que había estado cientos de veces y nunca se aburriría de estar ahí, con el moreno. Subió hasta el departamento del menor y tocó la puerta, con tanta suavidad que prácticamente sonó como un eco.
— ¡Largate! — Un grito exasperado salió de esos dulces labios — Deja de hacerme esto, solo... Solo... Largate... — Se podía perfectamente escuchar los sollozos, el corazón del cenizo se rompió, nuevamente, como lo había estado durante toda la semana.
— Donghae-ah... Yo... — Sintió un fuerte golpe contra, probablemente el suelo.
— ¡Tú nada!, no quiero oírte, ¿sabes cuantas lágrimas he derramado por ti?. Ya no quiero derramar ninguna más, estoy cansado. — Su voz caía con cada palabra, junto con las lágrimas del mayor.
— Yo... Lo siento — El corazón del castaño se detuvo por un segundo al oír esas palabras, jamás en su vida había oido esas dos palabras de la boca que tantas veces había besado. — Yo, no... No pensé, jamás, hacer algo así... No, no quería que pasara eso. — Donghae seguía sentado, apoyando su espalda en la puerta, sintiendo como su corazón dolía, dolía con todas sus fuerzas, pero no cedería.
— No. No te quiero ver, no quiero... No quiero esto. No quiero tus mentiras, por favor, vete HyukJae. — Dijo en un hilo de voz, sus propias palabras le dolían, pero no quería volver a ser herido. Se levantó del suelo, dejando a Hyuk, hablando solo con la puerta, mientras el moreno se recostaba en su cama, llorando con todas sus fuerzas, prometiendo que sería la última vez que lo haría por ese chico.
— Te amo... — Fue lo último que susurró Hyuk, pero no obtuvo respuesta y esas palabras solo fue un sonido que se perdió en el vacío. Había perdido, era definitivo, ¿por qué siempre debería ser un idiota?.
[6 meses después]
Donghae caminaba lentamente, abriéndose paso entre las frías gotas de lluvia, sin tener nada que lo cubriera de ellas, finas lágrimas corrieron por sus mejillas, ocultándose entre toda el agua que caía del cielo completamente gris. Se sentía impotente, asqueado y sumamente enojado, ¿Por qué había decidido enamorarse nuevamente? «Todo te sale mal Donghae, admitelo» Su subconsciente de nuevo, haciéndolo sufrir con cada pensamiento, se detuvo frente a un semáforo, manteniendo su mirada al suelo.
Hyukjae caminaba despreocupado, sosteniendo un paraguas con su mano, ocultándose de las gotas que caían con fuerza al suelo, aún sentía la tristeza recorrer todo su sistema, pero aprendió a vivir con ello, aprendió que suspirar al recordar esos dulces labios, ya se había hecho parte de su existencia, Donghae se había vuelto algo que no podía borrar y que la verdad, tampoco tenía ganas de borrarlo. Se detuvo frente a un semáforo, esperando a que la luz parpadeante cambiara a verde, la calle estaba completamente desolada, tanto por la lluvia como por la hora, el único ser viviente que veía era aquel chico que se encogía en su abrigo, intentando calmar el frío que sentía. La luz cambio a verde y cruzó, notando como la lluvia se hacía mas intensa a cada paso. Notando como el extraño en el abrigo seguía encogiéndose mientras se mantenía inmóvil. Se acercó lentamente al tiritante cuerpo, estirandole su paraguas.
— Ten, mi departamento está a solo unos metros — Era cierto, estaba junto a su edificio, por lo que ya no le interesaba protegerse de la lluvia, en lo absoluto. El chico dentro del abrigo elevó su mirada hasta conectarla con la del mayor. — ¿Donghae? ... — El castaño abrió los ojos como platos.
— ¿H-hyukJae? —
"A veces no necesitamos cubrirnos de la lluvia, a veces es mejor solo dejarla cubrirnos por completo, para luego esperar el nuevo sol."
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