Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El sueño de Mérida por BrokenBlood

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Meripunzel

Para hacer este one-shot me he basado completamente en este fantástico vídeo de YouTube que os recomiendo que veáis.

https://www.youtube.com/watch?v=GnCu3Pyve9c

-¡Y otra vez has fallado! -rió Mérida de forma escandalosa. Rapunzel miró espectante la flecha que acababa de lanzar, y efectivamente, se había clavado directamente en el suelo a unos centímetros de la diana. Miró desilusionada el arco en sus manos.

-Pero ¿por qué se me da tan mal?

-Venga, no te deprimas. -Mérida pasó el brazo por sus hombros. -Sólo me estaré riendo de ti… el resto de tu vida. ¡Ja, ja, ja, ja!

Rapunzel sonrió resignada, y también rió ligeramente al ver su torpeza.

-Bueeno, pero si hacemos un concurso de pintura, ¡apuesto a que gano yo sin ningún esfuerzo!

-Pero eso no es justo, porque tú eres la Princesa de la Pintura. Qué digo la princesa, ¡la Reina de la Pintura!

-Chicas, ¿qué estáis haciendo? -Mérida reconoció la voz de Hipo a su espalda, que se acercaba poco a poco.

-Pues aplastar a Rapunzel en todo lo que me proponga, básicamente. -dijo ella sonriendo mientras volvía la vista atrás. Fue entonces cuando le cambió la expresión.

-¡Eugeeeeneeee! -había venido con Hipo, y en cuanto Rapunzel lo había visto se abalanzó a abrazarlo tal y como se abalanzaba a abrazar a Mérida cada vez que la veía. Pero entonces le dio un beso en los labios, cosa que (obviamente) no hacía con Mérida.

Hipo contempló a la pelirroja fingiendo que no se daba cuenta de nada, se sentó a su lado y sin que ella se diera cuenta, le robó una flecha y le pinchó el hombro. Entonces Mérida lo miró.

-¿Estás bien, Mer?

-Yo genial, ¿y tú? -y en un instante le arrebató la flecha de las manos y la disparó con habilidad al cinturón de Eugene, cosa que produjo que se le cayeran los pantalones (y que además emitiera un gritito de chica).

Rapunzel empezó a desternillarse de la risa e Hipo tuvo que contenerla, pero Mérida sonreía satisfecha.

-¡Mé-mérida, qué alegría v-verte de nuevo! -dijo Eugene atándose el cinturón como pudo y temblando al ver a la pelirroja.

-Holaaaa, qué guapo estás hoy. Oye, se me ocurre una cosa. -dijo quitándole una pelusa de la chaqueta. -¿Hacemos un combate de esgrima?

-¿¡QUÉ!? ¡Ni siquiera sé esgrima!

-Es una oportunidad perfecta para aprender. -dijo pasándole una espada que nadie sabía de dónde había sacado.

Después de unos cuantos forcejeos en los que Eugene huía y Mérida descargaba su ira contra los árboles (y Rapunzel y Hipo se reían sin parar), Mérida acabó apuntando con su espada al cuello de Eugene y éste levantó las manos en señal de rendición.

-No irás en serio, ¿verdad?

¿Iba en serio?

Rapunzel se levantó y exclamó:

-Mérida, ¡para ya!

Fue entonces cuando la princesa fue consciente de lo que estaba haciendo. Soltó la espada avergonzada y se marchó corriendo de allí. Hipo se levantó para seguirla, pero sabía que sería inútil y que lo echaría a patadas.

-¿¡Qué le pasa a esa chica!? A veces creo que me odia.

-¡No seas tonto! ¿Cómo te va a odiar? -rio Rapunzel en sus brazos. Hipo sacudió la cabeza.

Un rato después, tumbada en la cama en su habitación, Mérida cerraba los ojos e imaginaba. Imaginaba a Rapunzel cogiéndola de la mano, sonriéndole. Se imaginaba a ella misma tendiéndole una flor, poniéndosela en su precioso pelo castaño. Se imaginaba que volaban en una alfombra mágica, tal y como soñaban los cuentos en Oriente. Se imaginaba que ella le enseñaba el mundo, que Rapunzel acoplaba la cabeza en su hombro. Se imaginaba que le cantaba una canción que había oído entre los extranjeros, que se la susurraba al oído. Y al final se imaginó que se besaban sin importar nada más.

 

“A whole new world,

a new fantastic point of view.

Let me share this whole new world with you…”


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).