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Y si vivieras conmigo... por MWolf

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Una sonrisa nerviosa se dibujó en los labios del chico coreano. La bufanda de Prada rozaba la mitad de su rostro con la función de protegerlo del gélido invierno. Las manos dentro de los guantes alisaban los pliegues de su pantalón; mientras que su rostro se inclinaba asintiendo a frases que no terminaba de entender.


El asistente técnico les daba indicaciones en un chino demasiado rápido para la comprensión del líder. Tao, que era el más cercano, lo jaló hacia sus brazos. Pegó la mejilla a su cuello, descansando plácidamente el mentón en su hombro.


—Dice que nos toca el palco de arriba. Estaremos sentados con 2NE1 y con los superiores de TVXQ.—


Sorprendido por la noticia, Suho giró la mirada hasta Chanyeol. Por su reacción podía deducir que aún no conocía la noticia del todo, pero su mirada atenta gritaba que entre todo el vocabulario que no comprendía, el nombre de “2NE1” se había reducido a un “Dara".


La conversación donde sólo participaba el asistente técnico transcurrió unos minutos más. Al marcharse, todo el grupo -A excepción de un Chanyeol que recibía la noticia de Chen- asintió con las pocas energías que lograban reunir.


 Tratando de ser positivo, Junmyeon se apartó del lado de Tao para encarar al resto.


—Al parecer el único emocionado aquí es Chanyeol.—Su voz con jages bromistas se amortiguó en la suave tela de diseñador.—Sé que tenemos una agenda apretada, pero el mánager nos prometió terminar hoy y luego darnos una semana para descansar.


 —Presiento que algo malo va a pasar.—Comentó Baekhyun con malicia.


—Apuesto veinte dólares a que Dara demanda a Chanie por acoso.—Las risas de Kai y Sehun se unieron, dejando a un Chanyeol enfurruñado.


—Como sea, vamos a los camerinos. Tenemos que prepararnos.


Uno a uno todo se fueron moviendo. Suho seguía a todos por detrás como si temiera que en el camino se pudieran perder.


 


–POV KRIS–


 


Miré con fiereza los trazos en la hoja blanca, la tinta negra se había escurrido hacia los lados dejando una mancha pálida. La gota de perfume había hecho el efecto contrario a lo que deseaba. Pegué el papel a mis fosas nasales aspirando el aroma que desprendía. No tan conforme con el resultado, doblé el papel y lo introduje en un sobre de un color pastel.


Debajo del escritorio donde trabajaba, un cajón estaba entreabierto. Jalé de la manija y más sobres se desbordaron. Maldiciendo en voz baja, me apresuré a levantarlos para ponerlos en su lugar.


Cada carta que ahí había, representaba los días transcurridos desde mi partida en Corea. El receptor siempre era el mismo, jamás cambiaba y tal vez nunca lo haría.


Con el tiempo contado, abandoné la última carta sobre el libro que había estado leyendo la noche pasada. El mánager me había advertido que hoy sería un día pesado, pero mi decisión había ganado a la razón y probablemente pasaría dando tumbos por el cansancio.


Aplasté mi cabello con un nuevo tono castaño, pequeñas hebras grises le daban un toque más dramático. Revisé mi aspecto y me hice de la maleta que había preparado previamente. El pasaporte me acompañaba dentro del bolso de mano, así como el celular y el resto de las cosas.


Caminé paso por paso fuera de la habitación. El silencio de mi departamento era abrumador y por qué no, también cansado. Incapaz de estar más tiempo apresuré mis pies hasta la entrada que se abrió antes de alcanzarla.


—Yi Fan, ¿Es que quieres perder el vuelo?


Mánager, el mánager en definitiva no tenía intenciones de dejarme escapar.


—Iba para el aeropuerto. Aún faltan tres horas para mi vuelo. —En realidad faltaban dos, pero eso era algo que me convenía omitir.


 —No me interesa si faltan cincuenta. Nos vamos ahora. En Corea nos estaban esperando desde ayer.


 Otro hecho que también me convenía pasar por alto, era que yo había cancelado el vuelo de anterior a Corea. Estar ahí era lo que menos quería... aún no estaba preparado para enfrentar el pasado.


Horas más tarde, con un trasero entumecido y un túmulo de seguidoras, caminé por los corredores del aeropuerto de la gran Seúl. No lo podía aplazar más.


 


–POV SUHO–


 


Escuché la noticia y mi corazón saltó. Golpeaba tan fuerte que parecía querer salir de mi pecho. El ruido de mí alrededor se apagó y los recuerdos tocaron a mi puerta; sin invitación, entraron y acabaron con todo.


 


Flashback


—No te vayas, por favor—Las lágrimas brillaban en los ojos del menor. Su puño aferraba la camisa del castaño.


 —¿Qué no me vaya? Suho, me cansé de esta mierda. Tú estás bien, pero ¿y yo? Nunca te detuviste a pensar qué era lo que deseaba.


 —¿No eras feliz?


—¿Feliz? Jun Myeon mírate. Pareces un títere, un títere que la empresa maneja a su antojo. La única diferencia es que tú eres su títere preferido.


El aire parecía cortar. El joven alto aferraba sus maletas donde la ropa hecha bola estaba desparramada. Su intención no era pedir permiso; él sólo quería escapar y eso ni el mismo líder podía comprender.


Las lágrimas comenzaron a desbordarse y las mejillas sonrosadas de Joon Myun se marchitaron con el agua salada. Kris no iba a quedarse, su cuerpo alejándose lo decía. Pero había algo que había dejado y que aunque lo hubiera intentado jamás podría arrastrar: su corazón. Porque inconscientemente el chico bajito lo llevaba en el bolsillo del pantalón, donde un agujero amenazaba con dejarlo caer.


Fin del Flashback 


 


—¡Suho! Hey, reacciona.


Enfoqué mis ojos en el rostro de Lay. Su pulgar se deslizaba suavemente por mi barbilla. En la profundidad de sus ojos veía miles de preguntas, preguntas que no se atrevía a formular y preguntas para las que aún no tenía respuesta.


—Lo siento, sólo me quedé pensando.


—¿En Kris?—


Contuve el aliento unos segundos. A él no le podía mentir.—Sí. Hace meses que no lo vemos y la noticia me tomó por sorpresa. Es todo.


Su mano calló de mi rostro. En sus labios una sonrisa melancólica trataba de confortarme. —Él no viene por nosotros. ¿Hasta cuándo lo vas  entender?


—Dejé de esperarlo, Lay. Anda, si continuamos así alguien nos escuchará.


Asintió y entrelazó nuestros dedos. Su sonrisa había cambiado haciendo remarcar el hermoso hoyuelo de su mejilla derecha y con eso, un cosquilleo se depositó en mi vientre ¿Algún día le podría corresponder?


La verdad es que no sabía. Había pasado un año desde que Yi Fan y yo termináramos nuestra relación. Los días habían sido semanas y las semanas meses. Podía recorrer los mismos caminos, podía ver su rostro por casualidad en los comerciales, podía escuchar su voz en la radio, pero eso no cambiaba nada.


El celular vibró en el bolsillo de mi pantalón, me solté de Lay y saqué el aparato donde la canción “Touch my body" de Sistar ahora sonaba. Un número que conocía demasiado bien se marcaba como desconocido. ¿Por qué no podía borrar de mi mente esa información? Con los dedos temblorosos deslice la pantalla hasta el icono de llamadas...


—Jun... Junmyeon... Pensé, pensé...


“No, no lo hagas" me repetí.


—Wu Yi Fan.—


Mi voz fue gélida, tan gélida que un escalofrío erizó mis vellos de la piel. Su nombre no se sentía correcto entre mis labios.


—Lo siento, es solo que quería saber de ti.—Dio un largo suspiro, expulsando las palabras a brotes.


—Yi Fan, no quiero saber de ti. No vuelvas a llamar, por favor.—


“Cuelga Jun Myeon, cuelga" ¿Y entonces por qué no podía finalizar la llamada?


—¿Aún no me perdonas?


—Reí con sequedad.—¿Es que acaso un día despertaste y se te ocurrió buscar mi perdón?—


Su partida no me había enfurecido, simplemente me había lastimado. Jamás había buscado odiarlo.


—Regreso a China mañana y leí que estarás en dos días allá. ¿Crees que nos podamos reunir?—Un temblor recorrió su voz. ¿Miedo? —Bueno, es que tú sabe, hace mucho que no sé nada de ustedes y pienso que quizás sea bueno juntarnos. —


La llamada se cortó. Lay me había arrebatado el celular y sus ojos me acusaban.—¿Por qué respondiste?—


—Yo no lo sé.—Admití con la respiración agitada. Las palabras habían quedado en mi boca. Quizás había sido mejor así.


—Debemos terminar los preparativos. —Fue su simple respuesta, se alzó el móvil en el bolso y me jaló.


Esas manos que apretujaban mi brazo tampoco se sentían correctas. ¿Por qué el superhéroe tardaba tanto en rescatarme?


 


 

Notas finales:

Primero capítulo del que creo serán sólo tres. Si les gusta dejen un bonito review y me harán muy feliz. ¡Gracias por leer! 


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