¿Si te hubiera rogado, me habrías elegido? y ¿Si me hubieras elegido, todavía estaríamos juntos?
Ese día, en que unías tu vida con alguien que no era yo, ese día te dije – No te cases, elígeme a mí – Me dabas la espalda, no pude ver tu expresión y solo escuche tu voz decir – Es demasiado tarde – Ni una vez volteaste, te vi alejarte, sentía como mi corazón se contraía a cada paso que dabas, alejándote cada vez más de mí, del amor que sentía por ti. Entonces recordé cuando pronuncie las mismas palabras, una y otra vez, cuando tú quisiste salvarme de mi oscuridad y yo te repetía incansablemente – Es demasiado tarde, no puedo regresar – entonces supe que lo era.
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Detesto sentir esos escalofríos cuando te miro a la distancia, escalofríos que no desaparecen hasta después de varios minutos. Minutos que llevo huyendo de ti, de los sentimientos que produces en mí.
Ese día, ese fatídico día cuando me dijiste «No te cases, elígeme a mí», no me atreví a voltear. Supe que si te veía, mi resolución flaquearía. Supe que no me casaría y lastimaría a la única persona que siempre estuvo ahí para mí. Así que te dije lo único que podía decirte «Es demasiado tarde» y camine lejos, lejos de ti y mientras me dirigía a la iglesia, al lugar donde uniría mi vida con la mujer que más me ha amado y quien siempre me estuvo observando aun antes de convertirme en un ‘héroe’, me repetía mentalmente «No siento nada por él». Experimenté un tipo de escalofrío que recorrió mi brazo, desde el hombro hasta mi codo y sin importarme, seguía repitiéndome «Esto no es amor, es amistad» y en ese momento sentí una punzada en mi pecho y un mayor escalofrío que recorrió mi espalda. En ese preciso instante me percate de lo que nunca quise reconocer. Estaba enamorado de Sasuke. Por eso siempre lo perseguí, fue porque lo amaba y no por la estúpida promesa que le había hecho a Sakura, eso solo era un pretexto. Siempre lo amé. Sin embargo, era demasiado tarde. Hinata me estaba esperando, no podía abandonarla, a ella no. Estaba agradecido con ella porque siempre estuvo al pendiente de mí. Me miro cuando no era nadie, cuando fui despreciado por todos en Konoha. La quiero y nunca me perdonaría si le hiciera algún daño.
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Después de que me recompuse, decidí ir a la boda de mi único amigo. Llegue y lo único que pude ver en las expresiones de todos y cada uno de los asistentes era felicidad. Una felicidad que yo no sentía, que por estúpido había perdido. Y todo por una estúpida venganza, que al final de cuentas fue en vano porque mi hermano no era un traidor. Solo fue víctima de este maldito mundo ninja. El mundo ninja que él cambio.
Estaban en el altar, estaban a punto de unir sus vidas. No pude ver sus caras, me quede en el lugar más alejado, cerca de la puerta para poder irme si no podía resistir esa boda. Solo podía observar sus espaldas. Me sentí como en aquella época, cuando supe que Naruto había superado mis habilidades. Sentí que otra vez me estaba dejando atrás. De pronto, sentí algo húmedo en mi mejilla, algo que hace mucho no sentía. La última vez que tuve esa sensación en mi rostro fue cuando mi hermano mayor mato a mis padres justo en frente de mis ojos. Sin embargo, esta vez la sensación que había en mi pecho era mucho peor porque estaba perdiendo algo más importante, al amor de mi vida. Limpie rápidamente esa lágrima traicionera que se escapó de mis ojos y que recorría mi mejilla, no quería que nadie viera ese lado tan patético del ‘vengador’. Fue entonces que escuche la voz de Naruto – Sí, acepto – mi corazón no pudo más, se contrajo. En el momento en que lo escuche pronunciar esas palabras mis piernas empezaron a temblar, tenía que salir de ahí. Entonces, decidí irme sin ver el resto de la ceremonia. Hui de esa aldea, por segunda vez, con el corazón destrozado. Esta vez era yo quien anhelaba ser perseguido, voltee varias veces buscándolo y nada. Lo había perdido y el único culpable era yo y nadie más que yo.
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Ha pasado un año desde que Sasuke se fue. He estado ocupado en misiones sencillas, después de todo la paz regreso al mundo ninja. Sakura dice que ha estado en contacto con Sasuke, dice que está bien. Me alegro.
Durante este año la abuela Tsunade ha dejado de ser hokage, se la pasa bebiendo y apostando como es su costumbre, jejejeje. Kakashi es el nuevo hokage y hoy me ha asignado una nueva misión. Me envió a la aldea de la lluvia, me dijo que me quedara una temporada en ella y enseñara a los genin un poco. Me causa gracia que me envié a enseñarle a unos críos, después de todo no fui tan buen alumno, pero como dice Shikamaru, ya no somos unos niños y debemos enseñarle a los futuros ninjas.
Llegue a la aldea de la lluvia y no pude evitar recordar a Konan, no la pude proteger como le prometi, sin palabras, a Nagato; sin embargo, después de la gran cuarta guerra ninja estuve al pendiente de la aldea. Fue entonces que lo vi, ahí estaba él. Maldije, internamente, a Kakashi y me dije a mi mismo «Ese sensei me puso una trampa y yo caí redondito». Di la vuelta para regresar a Konoha, entonces escuche su arrogante voz –¿Qué haces aquí y tu esposa?– No volteé y él continuo hablando–¿Eres feliz?– Tampoco contesté, pero sentí que su expresión era de dolor, aunque no pudiera verla. …l volvió a hablar – Supongo que tu silencio es un sí, ¿Acaso no me quieres lastimar, por eso no contestas? Si no tienes nada que hacer aquí, regresa a casa con tu esposa – Me sentí cabreado de escuchar que se expresará tan fríamente de Hinata. Volteé bruscamente sobre mis pies y lo encaré. Me acerque hasta quedar a unos 3 pasos de distancia del cuerpo de Sasuke y le grité – Eres un grandísimo idiota ¿Por qué no te quedaste hasta el final de la ceremonia? – Sasuke sonrió discretamente, como solo él lo sabe hacer – No tenía caso, ya habías aceptado, ¿No me digas que querías que te raptará y te llevará conmigo a la fuerza – al escuchar su sarcasmo en su voz, le dí la espalda, no quería ver su expresión cuando escuchará lo que sucedió, empecé a hablar
– Cuando dije «Sí, acepto», de mis ojos, de AMBOS sentí como salían dos lágrimas traicioneras, como tú, que recorrían mis mejillas. No las vi venir, no sentí el cosquilleo en la nariz que te avisa que estas a punto de llorar, solo sucedió. Ella me vio, rápidamente intente limpiarlas pero mis manos estaban entre las suyas y ella las apretó aún más para que no pudiera soltarla. Me sonrio y me dijo «¿No es a mí a quien quieres, cierto? Te he estado observando por años Naruto-kun. Siempre puse mi atención en ti. Cuando Sasuke se fue, lo único que había en tu cabeza y corazón era hacer que él volviera a la aldea. Es por eso que nunca contestaste mi confesión, la confesión que te hice cuando estabas en peligro, en manos de Pein. La razón por la que no me contestaste es porque muy en el fondo sabías que solo lo podrías amar a él. La razón de que tú vivieras era para volverlo a ver, en esta aldea, en su casa. No soy tonta, Naruto-kun, puedo ver en tus ojos el inmenso amor que tienes por él con solo la forma en que lo miras. Nunca me has mirado de esa manera a mí, ni siquiera a Sakura. Estaba dispuesta a pasar mi vida contigo, sabiendo eso, pero al verte derramar lágrimas el día de nuestra boda, solo me confirma que tú lo amas a él y que nuestra vida se convertiría en un infierno. Te dejo en libertad Naruto-kun. Esa es la mayor prueba de amor que puedo darte. Se feliz con Sasuke» y volvió a sonreírme, una sonrisa cálida, que tu jamás podrás dedicarme. Después salí a buscarte, ya no estabas, te habías ido de la aldea. Quería perseguirte, como antaño. No lo hice, porque esta vez yo quería ser el perseguido, quería confirmar que tú me amabas, pero no regresaste. Así que le pedí a Sakura que no te dijera nada. Tú ya habías tomado tu decisión y la iba a respetar. No te perseguiría. Esa es la verdad. Me largo de aquí. Sigue con tu vida que yo seguiré con la mía –
Di unos cuantos pasos, lentos, en mi subconsciente quería que me detuvieras, pero no sucedió. Entonces empecé a correr. Me hacía más daño esperar a que reaccionarás y me detuvieras.
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Cuando escuche lo que había pasado en realidad ese día, el día de tu boda, mi corazón empezó a latir con más fuerza. Mi cabeza no podía procesar bien lo que estabas diciendo. Por un momento, me perdí en mis pensamientos y me recrimine el que hubiera perdido otro año, año en que pudimos estar juntos y avanzar en nuestra relación. Cuando termine de procesar todo eso, me di cuenta que ya no estabas, sentí un vacio en mi corazón y entonces mis pies empezaron a moverse, dirigiéndose a Konoha. Llegué tan rápido, que hasta me sorprendí de mi mismo. Entonces observé tu espalda, esa espalda que siempre estuvo delante mío y que, por mi tonto orgullo, deje ir.
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Estaba en frente de la puerta de la aldea, dispuesto a reclamarle a Kakashi-sensei el que me hubiera puesto una trampa tan infantil cuando sentí algo que me aprisionaba, baje la mirada y pude ver dos brazos rodeando mi cadera. Después sentí como una cabeza se acomodaba en el hueco que hay entre mi hombro y mi cuello y después escuche un susurro en mi oído – Te amo, y si quieres que te persiga para demostrarlo, así lo haré. Tirare mi orgullo a un lado para demostrarte que te amo igual o más de lo que tú me amas a mí. Estoy dispuesto a estar contigo, si es que todavía me aceptas – Le pedí con la mirada que suavizara su agarre, así lo hizo y entonces gire sobre mí mismo, quedando frente a frente con él, pose mi frente en la suya y roce su nariz con la mía, coloque mis brazos en su cuello y le dije – Claro que te acepto, seamos pareja, dattebayo – Observe como Sasuke inclinaba su cabeza hacia un lado, entonces lo besé, empezó como un beso inocente y termino en un beso lleno de pasión y amor que habíamos reprimido por varios años. Después, duramos varios minutos abrazados.
Ahora, ambos sabíamos que nos amábamos, ambos estamos dispuestos a hacer todo lo que estuviera en nuestras manos para que esta relación funcione.