Se escuchaba el ruido de la ducha. El agua caía suavemente sobre los cabellos azules del muchacho. Aunque era una sensación agradable, no podía disfrutarla plenamente, ya que su mente se hallaba sumida en pensamientos más profundos, tales como destino, decisiones e inseguridades.
Del otro lado de la puerta, y ajeno a todas esas preocupaciones que embargaban a su amigo, Kyu pasaba el peso de su cuerpo de una pierna a la otra mientras las juntaba en la entrepierna, en un desesperado interno de no orinarse encima. Se mordía los labios mientras se preguntaba por qué su amigo se demoraba tanto en ducharse. No es que hubiera entrado a la baño hace mucho en realidad, pero su incontinencia le nublaba la visión del tiempo.
-Ay Ryu, sal de una vez del bañooo-se lamentaba en voz baja el moreno mientras su amigo no mostraba signos de querer salir de la ducha.
- ¡Ryu! ¿Te falta mucho? ¡Necesito entrar al baño!
Gotas cayendo suavemente. Dentro, Ryu seguía debatiéndose entre contarle o no a su amigo su verdadero destino. En si asumirlo o seguir escapando. Las gotas se sentían suaves, pero no lo suficiente como para relajarlo.
No obtuvo respuesta. ¿Qué debía hacer? Quizás aún le faltase mucho para salir. Ryu tenía pinta de asearse mucho y de cuidar su cabello, seguro se tomaría una eternidad en la ducha. Kyu suspiró resignado. Al menos podrá haberle gritado por dónde iba su proceso. Aunque si le dijera eso, su creativa imaginación le jugaría una mala pasada y seguro no podría evitar la imagen mental que vendría a su mente. Sacudió la cabeza enérgicamente. Dios, las ganas de orinar le estaban nublando el cerebro.
-Qué va, ¡somos dos hombres!- declaró mientras abría la puerta del baño.
- Ahhh, por fin….-suspiró mientras liberaba toda su carga acumulada.
Un ruido. Alguien había abierto la puerta. Estaba tan concentrado que no había oído nada. Y bueno, estar en la casa de Kyu había hecho que sus defensas bajaran alarmantemente. Pero estaba seguro que alguien acababa de entrar allí, y no dejaría que lo encontrase vulnerable (más vulnerable de lo que ya estaba al estar desnudo). Sin dudar tomó lo primero que encontró a mano (un amenazante pote de shampoo).
-¡¿Qué quieres?!- exclamó al tiempo que abría la cortina con el shampoo listo para ser utilizado como un arma mortal.
Pero lo único que vio fue a Kyu orinando tranquilamente, qué envidia, él siempre estaba tan despreocupado de todo…Se relajó un poco, al menos no era un asesino que venía a matarlo, era sólo Kyu…
Kyu….
En el baño…
Mientras él sostenía la cortina completamente desnudo….
-Gomen Ryu, te pregunté si podía pasar pero no me contestaste y estaba por hacerme encima, jajajaja- se excusó el moreno al notar que curiosamente el peliazul no se había percatado de que había entrado.
Un intenso rubor se apoderó de Ryu quien dudaba de matar o no a ese jodido desubicado que tenía por amigo.
-¿¡Qué rayos haces aquí!? ¿¡No ves que me estoy bañando!?- exclamó avergonzado mientras cerraba la cortina para esconder su rubor.
-Ay lo siento Ryu, pero somos chicos, no creo que tengas algo que no conozca jajaja-exclamó Kyu, divertido.- Aunque ahora que lo pienso nunca te he visto completamente desnudo.- continuó mientras reflexionaba.
- ¡Es que yo no soy un exhibicionista como tú!- gritó enojado, rezando para que aquello fuera suficiente para que Kyu se fuera del baño y lo dejara tranquilo.
Pero el moreno era demasiado curioso, y una vez que había comenzado algo no lo abandonaría tan fácilmente.
-Es cierto que el día en que nos bañamos en las termas tú no querías sacarte la toalla…-continuó amenazadoramente.
Pufff, claro que lo recordaba. Kinta había estado a punto de desnudarlo si no hubiera sido salvado por la voz de las chicas que lo alejó de su tarea.
-¡Aunque por lo que pude espiar esa vez no tienes de qué avergonzarte!
- ¡¿Es-espiarme?! ¡Eres un….!
Antes de que pudiera terminar la frase, se encontró con unos ojos dorados que lo miraban fijamente. Kyu había abierto la cortina y semi metido en la ducha observaba atentamente el cuerpo completamente descubierto de un ruborizado Ryu. [Este Kyu es un desmadre xDDD]
-¡¿Qu-qué crees que haces?!-genial, era el nieto del fundador de Plutón, podía defenderse de cualquier ataque hacia su persona sea psicológico o físico…Pero no podía evitar que Kyu lo espiara.
-Wooooow Ryu, no sé porque te avergüenzas, ¡eres muy sexy! Con esos pector---
Las palabras de Kyu y su mirada maravillada se vieron interrumpidas cuando resbaló por culpa del agua hacia dentro de la ducha. Cayó directamente sobre Ryu, quien al no esperarse el golpe cayó de espaldas a la bañera con el menor sobre él.
-¡Ryu! ¿Estás bien? ¿Te duele el golpe?-preguntó preocupado el moreno sin moverse de su posición.
El mencionado chasqueó la lengua con molestia y nerviosismo. Sentía todo el cuerpo de Kyu sobre el suyo sin nada de ropa. Sentía una extraña mezcla de vergüenza, nervios, ira y… ¿deseo? ¡Qué rayos! No podía quitarse de su mente las palabras y la mirada maravillada que esos ojos dorados le habían dedicado.
¿Se habría lastimado Ryu? Quizás había ido demasiado lejos…Pero el peliazul era siempre tan reservado en algunos aspectos, que despertaba sus más profundas curiosidades. No le había pasado por alto lo sucedido en las termas, y desde entonces se había intrigado mucho con cómo sería el cuerpo completamente desnudo del chico. Cuando comenzó a vivir con él pensó que tendría una oportunidad para saciar su curiosidad, y esta había sido perfecta, ni siquiera lo había dudado. Y no sólo había logrado su objetivo, sino que ahora lo tenía completamente desnudo debajo de él…
-¿Mmmm….?- abrió los ojos lentamente. El agua seguía cayendo sobre su cuerpo aunque casi no lo mojaba, puesto que tenía un escudo humano. Al abrirlos sólo vio dos grandes perlas doradas que lo miraban no sólo fijamente, sino demasiado de cerca.
- ¿Estás bien, Ryu?- preguntó Kyu cuyo rostro estaba a muy pocos centímetros de su rostro.
- ¿Estás feliz ahora, pervertido?- contestó molesto.
- Ay, lo siento Ryu-respondió compungido Kyu, aunque al ver que su amigo no se había lastimado volvió a él su gran sonrisa usual.- Pero no exageres, ¡sólo tenía curiosidad! Tú siempre eres taaaaaan reservado-ante la expresión de molestia de Ryu, continuó- Además no es como si te hubiera fotografíado y fuese a subir fotos tuyas a internet jejeje ¡aunque con el cuerpo que tienes estoy seguro de que te harías famoso!
- ¿Por qué no te fotografías a ti mismo entonces?- le preguntó dejando un poco de lado su molestia para divertirse con la situación, aunque no demostrándolo más que con una sonrisa torcida.
- ¡Pero yo no soy tan bonito como tú!-respondió el menor al tiempo que se sonrojaba, como siempre que el peliazul hacia ese gesto tan característico de él.
-Mmm, ¿sabes? Ahora que lo pienso detenidamente yo tampoco te he visto completamente desnudo…-comenzó a decir con malacia, mirando fijamente al moreno.
- Hey, yo SÍ me bañé desnudo en las termas, no como cierto chico vergonzoso.- replicó.
- ¿Y? Cuando yo llegué ya te habías sumergido, y luego te fuiste a espiar a las chicas. Así que no cuenta.- continuó desafiándolo.
- ¿Ah, si? Pues entonces…
Se acomodó un poco levantan su la mitad superior de su cuerpo dejando de tocar el pecho de Ryu, quedando sentado sobre él. Cruzó ambos brazos frente a su pecho y tomó el extremo inferior de la remera, quitándosela en un instante con gesto decidido, aunque por dentro era un manojo de nervios. ¿Cómo había llegado a esa situación?
Mientras tanto, Ryu se deiletaba con la vista. Todavía no entendía cómo había funcionado su plan, casi olvidándose de la situación en la que estaban. Pero no importaba ahora, que tenía el pecho descubierto del moreno tan cerca de él. Las gotas de la aún prendida ducha caían suavemente sobre la lisa piel, recorriéndolo con prisa hasta detenerse donde comenzaba el pantalón. Era más bonito de lo que había pensado.
-Bien, estamos a mano. Así que voy a dejar que continúes tu baño tranquilo y…
El gesto de quitarse la remera podía haber parecido muy seguro, pero en realidad Kyu estaba nervioso y sólo deseaba poder irse de allí antes de que cualquier cosa pasara. Pero sus palabras y su intento de levantarse se vieron interrumpidas por las manos de Ryu que, tomando su cintura, lo mantenían en su posición.
-No estamos a mano aún. Mi pecho no ha sido todo lo que has visto.- dijo en un tono que a Kyu se le antojó sensual, y que no daba pie a ninguna refutación.
Antes de que el menor lo pudiera evitar, Ryu se levantó ágilmente quitándoselo de encima, y quedando sentados uno frente a otro. Si bien seguía nervioso, la vergüenza del peliazul se había ido para transformarse en una mezcla de deseo, curiosidad, lujuria y venganza que se reflejaba claramente en sus ojos, al menos para Kyu.
-Hey, espera Ryu, no pretenderás…
- Entraste sin mi permiso mientras me bañaba, para luego espiarme y caerte encima de mí. ¿Crees que te dejaré ir tan fácilmente?-preguntó mientras se aceraba amenazadoramente, extendiendo su delicados brazos directo a la hebilla del cinturón de un ruborizado Kyu.
-¡Er-era una broma! ¡Yo…yo sólo tenía…curiosidad!-pidió con indisimulable nerviosismo al sentir cómo iba siendo despojado de su cinturón.
-¿Y yo no puedo tener curiosidad también?- preguntó calmadamente Ryu, mientras cambiaba su vista desde la hebilla a los ojos dorados que brillaban de emoción y vergüenza.
- ¡Es diferente!
Sin detenerse ni un instante, Ryu le bajó los pantalones. Y aunque se negase verbalmente, lo cierto es que los brazos de Kyu reposaban sobre el piso de la mojada ducha, sin atreverse a detener al peliazul.
-Yo…Yo no soy tan enigmático como tú, ni tan bello…-dijo en un susurro, al tiempo que Ryu se deshacía de su ropa interior, lo que los dejaba a ambos completamente desnudos.
Kyu se quedó quieto y callado, mirando hacia un costado pero sin amagar a irse o a taparse. Por su parte, Ryu miraba emocionado el cuerpo recién descubierto, cada línea, cada gota que lo recorría…Extendió extasiado su brazo, apoyando su mano en el pecho. Luego miró el rostro ruborizado de su amigo.
-Pues a mí me pareces muy lindo.- dijo bajito pero seguro, mientras acercaba su rostro hacia él.
- ¿Eso crees, Ryu?
-Ajam.
-Es que tú eres taaan hermoso…
En aquel momento ambos vencieron los centímetros que separaban sus rostros, besándose intensamente.
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-¡Chicos, estoy en casa!- gritó alegremente la mujer.
Ambos la saludaron sonrientes sin levantarse de su silla en la cocina.
-Woow-exclamó bromeando la mujer- veo que ambos están mojados, ¡me alegra llegar y tener a ambos bañados, jajajaja!
No entendió por qué instantáneamente ambos se atragantaron con su comida, completamente sonrojados.