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Rukawa VS Haruko por shira_chan

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Notas del capitulo:

SHIRA_CHAN

Hola!! Aquí estoy de nuevo yo con una historia más... Este fic me lo inspiró un desafio que vi en esta pagina y no pude resistirme** Espero que os guste y dejeis comentarios ya que no toy mu segura de su continuarlo o seguir con mis demás historias. Hasta pronto^^

Aquel día, cuando me levante, no hubiera nunca podido imaginar cuanto hubiese deseado más tarde quedarme en mi casa durmiendo. Como otro lunes corriente, me levante de mi cama aun demasiado dormido como para mirar si quiera donde me dirigía y baje a mi cocina a desayunar.
 
Desde hacía años yo vivía solo y ese hecho había ayudado enormemente a mitificar mi imagen, los alumnos de mi preparatoria cuando me veían solamente eran capaz de ver a Kaede Rukawa, un chico frío y solitario que odiaba mezclarse con la gente. Hasta habían llegado a decir que vivía solo por que no soportaba a mi familia y era tan insociable que ni con mi madre era capaz de llevarme. Estúpidos...
 
Sin embargo por muy extraño que pareciera era aquella reputación lo que había hecho que yo despertase la curiosidad de tanta gente en el instituto y hasta llegar a formarse un club de fans para animarme y perseguirme hasta el infierno si hacía falta.
 
Aquel día, a solo tres semanas de noche buena, me dirigí a mi colegio tranquilamente, totalmente seguro de que sería un día como todos los demás, pero solo hicieron falta 10 minutos para que cambiara completamente de opinión.
 
-         ¡No sabes que feliz soy Haruko! ¡Por fin estamos juntos y...!- Eso fue todo lo que mi mente fue capaz de registrar mientras dejaba mi bicicleta atada para dirigirme a clase. Pero aquellas palabras hicieron que cualquier otra cosa se me olvidara por completo y que mi corazón se encogiese. Y es que la voz del chico era inconfundible, era su pelirrojo.-
 
-         Vamos Hanamichi, llegaremos tarde a clase si no te apresuras.- Me di la vuelta para confirmar lo que habían escuchado mis oídos y allí los vi., solo a unos metros de mi cada uno metido de tal forma en el otro que parecieron no darse ni cuenta de mi presencia . El pelirrojo cogió la mano de la chica y sin más, ambos tan felices como si la vida fuese maravillosa y toda de caramelo, se fueron del lugar.
 
Sin embargo mi vida acababa de tomar un giro de 180º. Ya hacía tiempo que había admitido mi enamoramiento de cierto pelirrojo, aun que al principio había luchado contra aquella extraña sensación, me terminé dando cuenta de que por mucho que luchase y lo negase, aquello seguía allí. Por primera vez en mi vida me había enamorado y una vez lo admití me sentí mucho mejor y libre de mirar al pelirrojo.
 
Estoy seguro de que yo era el que mejor conocía a Hanamichi de todos los del equipo, en 8 meses había podido observar cada uno de aquellos detalles que aun pareciendo tontos, eran  los que en conjunto, formaban la personalidad de alguien. Y yo cada vez le amé más, antes de poder detenerme aquello se había convertido en una obsesión que me acosaba de día y.. y de noche con sueños en los que aparecíamos Hana y yo y escenas no muy recomendables para cardiacos.
 
Pero el que Hanamichi y aquella chica estuviesen saliendo lo cambiaba todo. Bueno no es como si yo fuera alguna vez a decirle lo que siento al pelirrojo, pero el hecho de tener que ver a esos dos como pareja todos los santos días de mi vida estaba seguro que iba a acabar conmigo.
Ahora mismo puedo darme cuenta perfectamente de lo estúpido que podía parecer diciendo todas aquellas cosas, pero en aquel entonces yo estaba completamente enamorado y con el corazón destrozado por culpa de una tipa que parecía una coneja en celo.
 
-         Vaya cerda!!!- Grité sin poder contenerme y vi como la gente que se encontraba cerca de mi me miraba aterrorizada y prácticamente salía corriendo de mi lado. Pero no me importó en lo más mínimo por que en aquel justo momento mi cabeza dio con una idea, una loca e irracional idea que sin embargo hizo que mis labios se estirasen en una sonrisa.
 
Si aquella cerda había conseguido a Hana... no sería por mucho tiempo, no mientras yo pudiese conquistar al pelirrojo hasta hacerle enamorarse locamente de mi. Cada segundo que pasaba la idea me parecía más y más buena, no podía perder nada ya que Hanamichi no era mio y en cambio lo que podía ganar si aquello funcionaba.... Bueno es hasta estúpido decir que en aquel momento mi cara mostraba tal expresión mezcla de determinación y de viejo verde al imaginarme a mi y a Hana juntos que la poca gente que no había huido de mi grito, terminó por marcharse de allí por temer ser victima de alguna clase de violación.
 
Más tarde, en la azotea del edificio intenté dar con el plan perfecto para conquistar a mi Hana, pero tras estar 20 minutos intentado ver como empezar, decidí que el plan sería “Plan relámpago” Vamos que por falta de inspiración lo dejaría a como se me fuese ocurriendo mientras lo hacia. Aun que de todos modos todas las veces que había intentado trazar un plan en mi vida habían resultado un completo fracaso. Imaginación no era exactamente lo que me faltaba, si no constancia.
 
Yo trazaba unos planes perfectamente planificados y concretos, pero antes si quiera de empezar con ellos ya había cambiado algo, total, el resultado final era que cuando terminaba con ello no se parecía en nada a lo que había pensado hacer en un principio.
 
Sin embargo antes que nada tenía que cerciorarme de algo. Tenía que averiguar si Hana podía sentir aun que fuera, la más mínima atracción por mi. El hecho de que mi pelirrojo fuera completamente derecho podría arruinar mis planes y aun que me doliese admitirlo siempre cabría aquella posibilidad.
 
También estaba el que por mucho que odiase a la estúpida de su novia, quería demasiado a Hana como para estropear su relación con ella si al final el chico no iba a poder sentir nada por mi. Por ello decidí que la primera parte del plan consistiría en “investigar” si mi mono pelirrojo podría llegar a excitarse conmigo.
 
Aquel día no había entrenamiento por lo que debí dejar la ejecución de mi plan para más adelante, cuando llegue a casa se me ocurrió una idea, puede que algo idiota, pero me hacía ilusión. Subí corriendo hasta mi cuarto y cogí mi grabadora. Ella sería mi cómplice en todo, grabaría todos mis pasos allí.
 
Si en aquel entonces hubiese sabido lo que la maldita grabadora me traería después no se me habría pasado por la cabeza ni tocarla, pero como no el destino no quiso estar de mi parte y actué como siempre. Por impulsos.
 
DIA 1: Plan “¿Se pondrá cachondo con el café?
 
Pensé un momento lo estúpido que sonaba el nombre pero tras darme cuenta de que nadie lo oiría en mi grabadora decidí dejarlo así. Era martes y aquel día me encontraba muy nervioso, mi típica tendencia al sueño parecía haberse esfumado dejando paso a una ganas inmensas del constante movimiento.
 
Una vez llegue al instituto intente evitar a Hana, no me apetecía verlo con su novia feliz y alegre caminando con ella de la mano y vete a saber haciendo que cosas por cualquier lado. Era acongojante. Pero demasiado pronto llegó la hora del entrenamiento y con ella mi única oportunidad de llevar a cabo el plan relámpago.
 
-         Rukawa!!!- Oí de pronto tras de mi, y momentos después mientras me daba la vuelta para ver quien gritaba en medio del entrenamiento, sentí como algo chocaba contra mi cara, algo decididamente muy duro y fuerte.- Dios se ha comido el balón!!
 
Aquellas palabras, que fueron lo último que escuche antes de desmayarme, fueron lo bastante claras, el maldito balón aparecido de vete a saber donde acababa de matarme.
 
-         Zorro!- Si yo hubiese estado despierto en aquel momento hubiese sido de lo más feliz al ver como Hana se preocupaba por mi y me hubiese sentido extasiado antes las palabras del entrenador.
 
-         Hanamichi, llévalo a la enfermería.
 
-         ¿Qué? ¿Por qué yo??
 
-         ¿Quizás por que has sido tu el que le ha lanzado la pelota?
 
Hanamichi solo gruño y mirando al entrenador de mala manera me cogió en sus brazos partiendo hacía la enfermería bajo la preocupada mirada de mis compañeros. Seguramente temían que el pelirrojo pudiera matarme o algo mientras estaba inconsciente y nunca sabrían lo cerca que estaban de la verdad, pues de haberme despertado en aquel momento y haberme visto en los brazos de mi Hana hubiese muerto de la impresión, aun que sin duda hubiese muerto feliz.
 
Desperté minutos después, completamente tumbado en la cama de la enfermería y para no variar más solo que la una.
 
-         Hay que ver, casi me matan y encima me dejan aquí solo... Pensaran que puedo curarme yo solo mientras estoy desmayado....
 
-         Cállate estúpido zorro, para que lo sepas tu he tenido que curar yo por que no encontré a la enfermera- La voz de Hanamichi me sobresaltó y cuando busque de donde provenía la voz, me sorprendí al ver al pelirrojo en una silla cercana a mi cama.
 
Aun ahora no podría definir bien el sentimiento que me embargó al verlo allí, mezcla de felicidad y melancolía por lo que quizás nunca tendría. Sin embargo el pareció leer mi mente ya que de pronto dijo en tono alegre
 
-         Vamos zorro, el que yo, el gran tensai, te haya dado con la pelota en plena cara y hicieras el ridículo no es para ponerse tampoco así de triste- Mis ganas de retorcerle el pescuezo me dificultaron por un momento el habla, pero después, con toda la calma del mundo le solté
 
-         Orgulloso de haber podido por una vez ser el centro de atención estando yo?- Bueno y que quieren... después de todo el que este enamorado de el no quita que yo siga siendo arrogante y que no me guste que se rían de mi.
 
-         Apestoso zorro, tu nunca serás el centro de atención, eres demasiado feo para eso- Golpe bajo, sentí como sus palabras se clavaban en mi pecho directamente. Si cualquier otra persona me lo hubiese dicho yo simplemente me lo habría pasado por el forro, pero mi Hana... en fin no quería que me considerase feo.
 
Por un momento la idea de dejar de lado mi plan paso por mi mente, pero tan rápido como había venido, se esfumo. Yo nunca me rendía tan fácilmente y debía descubrir si de verdad el pelirrojo me consideraba tan feo...
 
En seguida me di cuenta de la oportunidad que tenía ante mi. Estábamos los dos solos en la enfermería y para ser más precisos una maquina de café adornaba la pared de la habitación. Con una sonrisa ladina que intente esconder, me levante de la cama lentamente y me acerque a la máquina, saque de mi bolsillo unas monedas y me dispuse a sacar dos cafés.
 
-         ¿Cómo te gusta el café Sakuragi?- Le pregunté sin mirarle si quiera, pero tras un momento de silencio me giré intrigado por saber que pasaba para que el otro me ignorase. Cuando mis ojos se cruzaron con los del pelirrojo pude ver que este Realmente  se había quedado tan sorprendido por mi invitación que había entrado en una especie de shock.- ¿Qué te ocurre? ¿Te comió la lengua el gato?- Por dentro solo pude pensar que en realidad era a mi al que le gustaría comerle la lengua, pero demostrando mi inteligencia guarde las apariencias.
 
-         ¿El gran Kaede Rukawa me está invitando a un... un café? Vaya zorro debió ser muy fuerte el golpe de la pelota.
 
-         Estúpido- Masculle, y harto de esperar saqué para él el mismo café que para mi y me acerque a entregárselo. Sin embargo todo lo que ocurrió a continuación pareció pasar a cámara lenta. Yo entendí mis manos para darle el humeante vaso, el alargó las suyas para recibirlo, pero antes de que estas llegaran y estando el vaso encima del regazo del pelirrojo yo me tropecé con un obstáculo invisible del suelo tirando el contenido del vaso sobre Hanamichi.
 
A partir de ahí todo fue un caos, el pelirrojo saltó del asiento con una mueca de dolor mientras gritaba corriendo por el cuarto en círculos:
 
-         ¡¡¡Quema!!! ¡¡¡Quema!!! Te matare torpe kitsune!!!- Mi primera reacción a aquello fue reír, pero logré contenerme a tiempo y cogiendo una de las toallas que había sobre una silla agarré al pelirrojo como pude para que se estuviese quieto y me agache frente a el
 
-         ¡Quédate quieto de una vez!- Dije frustrado al ver como mi plan no daría ningún resultado si el otro no se calmaba al menos lo suficiente como para sentir lo que iba a hacer a continuación. Pero para mi desesperación Hanamichi aun parecía estar demasiado metido en su dolor como para decir otra cosa que - ¿Quema!
 
Decidí entonces que tenía que tomar aquella situación por los cuernos y sin más puse la toalla en el centro de la mancha de café, justamente en la entrepierna del otro. Lentamente empecé a restregarla y yo, allí arrodillado frente al cuerpo de mi deseo, no pude más que quedarme mirando embobado el bulto que era más que notable ahora en los pantalones húmedos. Un solo pensamiento ocupaba todo mi hormonal cerebro y para mi desgracia en mi estado de excitación no se me ocurrió otra cosa mejor que decirlo en voz alta.
 
-         Dios es enorme!!- Para aumentar mi horror vi como Hanamichi de pronto se quedaba inmóvil y con miedo levante mi mirada para ver que sucedía. El pelirrojo me miraba con ojos como platos, por suerte mi cerebro fue capaz de razonar medianamente bien y como por inercia me vi diciendo- Con una mancha tan grande se te verá a kilómetros.
 
Vale... Podía haber dicho algo un poco más inteligente, pero por lo menos la mirada de Hanamichi ya había dejado de tener ese matiz de incredulidad de hacía unos segundos.
 
Cogiendo la toalla más fuerte para evitar el temblor de manos que ahora parecía ponerse también en mi contra, comencé de nuevo a limpiar el pantalón del pelirrojo, esta vez sin embargo mis atenciones no solo fueron a la entrepierna si no que para disimular un poco limpie toda la extensión de la manga. Aun que mi mirada pocas veces abandono aquel bulto que tanto me atraía. “Y si en vez de con la toalla uso mi mano y la deslizo por su miembro.. O y si mi lengua....” En ese mismo instante detuve mis pensamientos al ver que una parte de mi parecía especialmente afectada.
 
-         Esto Rukawa.. No tienes por que... Ehhh , hacer eso – Levanté mi mirada y lo que encontré en la cara de Hanamichi casi me hace mandar todo a la mierda y besarlo apasionadamente hasta que el pelirrojo supiera en que estado de excitación se encontraba. Hanamichi tenía las mejillas coloreadas con un lindo sonrojo y su boca entreabierta parecía invitar al pecado. De pronto las ganas de gritarle que el no era tan derecho como creía casi pudieron conmigo, pero lo único que hice fue sonreír inocentemente y decirle
 
-         No pasa nada, ha sido mi culpa.- Pero entonces, cuando mi mano paso cerca de la entrepierna del otro, pude oír algo que hizo que mi estomago se encogiese. Un gemido. Tal vez demasiado bajito, pero sin duda un gemido. Cuando ya me dispuse a quitar mis manos de aquel tentador cuerpo, Hanamichi saltó de pronto hacía atrás siendo el quien acabase con el contacto. Sus ojos brillaban de furia y con el tono impregnado en rencor me soltó:
 
-         Zorro apestoso deja de joder. Seguro que me tiraste encima el vaso a propósito para reírte de mi.- Hanamichi abandono la enfermería en una retirada que yo no pude describir sino como “ con el rabo entre las piernas”. Pero en aquel momento el futuro del chico había quedado escrito. Con ese gemido me había convencido, puede que aun el no lo supiera, pero yo mismo me encargaría antes de que la semana terminara, el descubriera lo que le podía llegar a gustarle que otro chico le tocara. Más específicamente, haría que el pelirrojo se diera cuenta de cuanto le gustaba que yo le tocase.
 
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Hola!! Aquí yo otra vez con un fic de una serie de la que nunca he escrito, pero vi un desafió y no pude resistirme a la trama que proponía ** Al principio iba a ser un one, pero... bueno no soy buena para escribir capítulos cortos, así que lo dejare en un fic de pocos capis XD. Si os gusta dejar mensaje, así seguro que lo continuo.
 
 

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