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Rukawa VS Haruko por shira_chan

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Notas del capitulo: Sorry si este capi salió algo raro... debe ser el extres de los examenes, pero espero que os guste de tos modos^^

Miré por enesima vez mi grabadora último modelo de Sonic y frustrado volvi a borrar todo lo que había conseguido en 20 minutos, es decir, el nombre de mi segundo plan. No era que estuviera indeciso sobre cual coger, simplemente no se me ocurría ninguno que fuera lo bastante digno para el. Después de dos horas, el hecho de haber borrado ya los nombres de “A por todas con todo el equipo”, “Como meterse en los pantalones de Hana sin salir escaldado” y “Uke o Seme... ¿Qué sera mi pelirrojo?”... bueno era desesperante y realmente aquellos nombres parecían más nombres de peliculas porno que de mi perfecto y sin duda infalible plan.

 

Pero tenía que tener las cosas claras, el conseguirme un nombre fabuloso para mi plan no iba a hacer que este funcionara, por lo que inmediatamente me puse a planificar una estrategia, despues de todo se decía que en el amor y en la guerra todo vale por lo que yo decidí tomar aquello como en las peliculas de antiguos guerreros que había visto donde asaltaban castillos. Tomaría a Hanamichi como Aquiles tomó Troya.

 

Lo primero que tenía que hacer era organizarme, sabía perfectamente que no podía aparecerme ante el pelirrojo y simplemente devorar aquel cuerpo que arrastraba hasta el pecado, principalmente por que mi Hana podía ser algo torpe, pero tenía muy mal carácter y seguramente yo terminaría destrozado por sus puños.

 

Por ello aquella noche no dormí en absoluto intentando dar con la solución a mis problemas y cuando al fin llegó la hora de prepararme para ir al instituto yo me encontraba más cansado de lo que había estado nunca pero feliz de haber logrado al fin trazar un plan.

 

Levante mi cuerpo, que parecía pesar más de lo normal, de mi cama y me dirigí al baño para vestirme, pero cuando encendí la luz y vi el reflejo del espejo solo pude exclamar una cosa

 

-          ¡Un fantasma!!!!!!- Sin embargo pronto descubrí que allí no había ningun fantasma, solo era yo palido, desaliñado y tan ojeroso que parecía que me hubiesen pegado puñetazos en los ojos hasta dejarme aquellas horribles marcas.

 

Sentí deseos de gritar. ¿Cómo demonios iba a presentarme así en la escuela para seducir al pelirrojo? Si yo tenía alguna probabilidad de que Hanamichi se enamorara de mi, probablemente se esfumaría si el chico me veía en aquel estado y se volvia derecho completamente...

 

Con un suspiro de fustracción miré a ver que podía encontrar en los armarios y para mi suerte vi que como si de un milagro se tratase alguna visita se había dejado allí un bote de maquillaje para la cara. Yo en mi inexperiencía en el asunto no me percaté de que aquel frasco contenía un liquido demasiado oscuro, pero cuando al empezar a darme por la cara vi que las manchas se ocultaban, termine decidí que no iba a pasar nada por darme maquillaje por un día. En ese momento no me percaté de la poquisima luz que alumbraba el cuarto de baño, más tarde sin embargo iba a lamentarlo.

 

Mis manos estendieron el pote por toda mi cara para que no quedara media cara de un tono y otra media de otro y sin fijarme más en mi aspecto terminé de vestirme y en 5 minutos me encontraba camino a la preparatoria.

 

Sin embargo yo en ese momento estaba tan absorto en mis pensamientos que ni cuenta me di en las miradas espantadas que me diriguían desde todos los lados las personas que tenían la mala suerte de cruzarse conmigo.

 

Cuando llege al colegio sin embargo si que empece a notar como cada uno de los alumnos se me quedaba mirando con cara de poker y con la boca tan abierta que estube seguro que de no haberla tenido bien agarrada a la mandibula, a más de uno le arrastraría por el suelo.

 

Sin darle a aquello importancía, solo puse cara de desden y me encaminé hasta mi clase, y así ese se convirtió en uno de mis días más extraños en la preparatoria, hasta los profesores me miraban con cara rara y yo ya empezaba a cabrearme. Para mi “suerte” por fin llegó la hora del entrenamiento y con ella mi oportunidad de seducir a cierto monito.

 

-          ¡Huaaaaaaaa!!!!!!- Me giré exaltado nada más entrar en el gimnasio para ver quien era el responsable de tan espantoso grito, y para mi costernacción no era ni más ni menos que Hanamichi. El hecho de que el chico me mirara por lo general no me habría digustado, pero en aquella ocasión los ojos de Hana estaban habiertos completamente y me señalaba con un dedo como acusandome de algo. Pronto se acercó a mi hasta quedar solo a unos pasos de distancia- ¿Qué demonios te pasó zorro? ¿Viste una pelicula de gals y no te pudiste resistir a su estilo?

 

Tras decir aquella misteriosa frase Hanamichoi empezo a reirse a carcajadas, cada vez que creía que el chico se calmaría, Hanamichi volvía a mirarme y de nuevo sufría un ataque de risa. Cabreado ya a más no poder, lo tome por el brazo toscamente y me dirigí a las duchas para que me explicara que demonios le parecía tan gracioso. No quería matarle delante de todo el equipo.

 

-          ¿De que demonios te ries torpe?

 

-          Dios Rukawa... ¿Pero que te ha pasado hoy? ¿Es que acaso estas en fase de convertirte en travesti y no querías decirnoslo para que lo vieramos nosotros mismos?

 

Yo no entendía nada, y algo de mi expresión debio de advertir a Hana por que me giro rapidamente hasta dejarme frente a un espejo. Yo no vi nada raro, tenía la cara más oscura de lo normal, pero nada que se notase demasiado. Pero de pronto el pelirrojo fue hasta un interruptor y encendio la luz.

 

Casi me da un infarto... Mi cara se encontraba completamente negra, bueno quizas eso es una exageración, pero en verdad era muy , muy morena, y la cosa es que el cuello seguía siendo tan palido como siempre, dandome el aspecto de llevar alguna especie de mascara o algo así. Mis labios, no se muy bien por que, parecían resaltar en aquella oscuridad y mis ojos lucian brillantes y fuera de contesto con mi aspecto. En general podría haberse dicho que era una mezcla de gal-travesti-muñeco diabólico y con muy mal gusto para conbinar ya que mi camisa negra con aquel tono casi negro de piel era algo.. bueno algo realmente espeluznante.

 

No entendía como demonios no lo había visto en mi casa, la luz del cuarto estaba apagada, pero por las ventanas entraba la suficiente para ver el desastre que había hecho.

 

-          ¿No me digas que llevas así todo el día??- La voz de mi Hana me saco de mis pensamientos y con gran vergüenza me dí cuenta de que el me había visto con aquella pinta. Adios a mi idea de seducirle....

 
 

-          ¿Y que demonios te importa? Además no es algo que a ti te afecte para nada ¿O si?- Pregunte en un debil intento de pillar algo de atración del pelirrojo hacía mi, sin embargo su respuesta fue del todo desilusionante.

 

-          Por supuesto. ¿Acaso crees que  podría jugar contra alguien que solo con verle la cara me dan ganas de partirme de risa?

 

Yo simplemente le ignore y me fui a lavarme la cara, suspire aliviado cuando todo el maquillaje salio pero con eso mis enormes ojeras quedaban de vuelta al descubierto.

 

- Por cierto... ¿No era este el vestuario que estaban arreglando y al que no se podía entrar?

 

Me giré y lo miré directamente pa ver cualquier rastro de burla, sin embargo Hanamichi solo mostraba una expresión algo preocupada. Cuando pude captar el significado de sus palabras yo mismo me asuste.

 

El entrenador había dejado claro que allí no se entraba y tras la broma que habían hecho otros cursos de meterse allí para robar a los trabajadores que arreglaban el vestuario, el entrenador había penalizado la entrada a este con la expulsión del equipo por una semana.

 

-          Mierda- Murmuré y como si aquello fuera una señal para fastidiar ya más mi asqueroso día, en aquel momento se pudieron escuchar pasos de alguien acercandose. Sin poder pensar en que hacer, lo primero que se me ocurrio fue abrir una de las taquillas donde cabriamos el pelirrojo y yo y me metí en ella. Pronto vi que el espacio estaba reducido por fregonas y más articulos de limpieza, pero cuando Hanamichi oyo los pasos simplemente entro apretandose contra mi y cerrando la puerta para quedar ocultos.

 

Mi miedo por ser descubiertos paso a segundo plano en el momento exacto que mi torpe se pegó completamente a mi. Pudé sentir perfectamente cada curva, musculo y ondulación de aquel cuerpo que me hacía sudar y retorcerme en mi cama cada noche y lo único que pude hacer fue rezar a todos los dioses por no tener allí mismo una gran ereción.

 

-          Zorro- Oí como Hana susurraba, su aliento me dio de lleno en la cara y en ese momento supuse que por primera vez en mi vida me había sonrrojado, era toda una suerte que estuvieramos a oscuras.- Crees que seguirá ahí quien ha entrado?

 

-          ¿Cómo demonios quieres que lo sepa?- Hanamichi se movió ligeramente para ponerse más comodo, pareció suspirar aliviado como si así se sintiera mucho mejor. Yo pensé que estaba en el mismisimo infierno. Su cadera había entrado en contacto de lleno con la mia y nuestros miembros ahora mismo solo estaban separados por la ligera ropa del entrenamiento. Tragando saliba dijé- Tenías que haber buscado otro sitio, aquí no entramos.

 

-          ¿Qué pasa zorro, acaso te sientes incomodo por estar cerca de alguien? ¿Tan insociable eres que no aguantas ni esto?- Mis ganas de demostrarle cual social podía ser aumentaron cuando sentí de nuevo su aliento rozandome y para mi desgracía pasó lo inevitable, mi cuerpo empezó a reaccionar.

 

Pero como si aquello hubiese activado mi cerebro de pronto me di cuenta de mi situacción. Me encontraba en un armario pegado completamente a oscuras al chico que quería seducir y el no podía ver la horrible cara que tenía en esos momentos por mis ojeras. Reeprendiendome mentalmente por no haber caido antes en la cuenta, una sonrisa se dibujó en mis labios y de pronto todo el pesimismo de aquel día se esfumó.

 
 

DÍA 2: Plan “Como meterme en los pantalosnes de Hana y no salir escaldado”

 
 

-          Aaiiiihhh- Me quejé con voz falsamente dolida- Me estoy clavando algo en la espalda- Y sin más me moví, fue un movimiento ligero, pero arrebatador. Mi entrepierna hizo fricción contra la suya, al igual que nuestros pechos y para mi satisfación pudé oir perfectamente una exclamación ahogada del otro.

 

-          ¿Qué haces Rukawa? ¡Estate quieto!

 

-          ¿Ehh? ¿Por qué?- Pregunté inocentemente y como imaginaba no obtuve ninguna respuesta por parte del pelirrojo. Aumentando mis posibilidades de morir allí asesinado, me arriesge a otro movimiento, esta vez apoyé mis codos a ambos lados de la cabeza de Hana en la pared, quedando aun más juntos- Estoy cansandome

 

Mi boca casi rozaba la de el y Hanamichi rapidamente giró su cabeza hacía un lado. A mi no me importo en absoluto ya que mis labios rozaron su cuello, tan suavemente como lo harían las alas de una mariposa y noté como el otro se estremecía. Mi cuerpo seguía pegado al suyo y sin más me dejé practicamente caer sobre el apoyandome como si yo solo no pudiera sostenerme por mi mismo. No me importó que el pudiera notar mi ereción.

 

-          ¿Pero que haces?- Dijó en un grito el p elirrojo- Alejate de mi!

 

-          Fuiste tu el que se metió aquí conmigo a presión, yo no tengo la culpa de que no entremos ambos

 

Mis labios volvieron a rozar su cuello y otro estremecimiento recorrio el cuerpo de Hanamichi. En ese momento otra idea llegó a mi mente y sonriendo cual gato con su canario ya en la boca me di la vuelta completamente quedando frente a la puerta de aquella taquilla. Para mi suerte en ella había unas rendijas y yo, todavia pegado a Hanamichi, me puse lentamente de puntillas para hacer que miraba por las rendijas. Mi trasero se deslizo lentamente friccionando la entrepierna de Hanamichi y entonces sucedió. Pude notar claramente como algo empezaba a crecer detrás de mi presionando contra mis gluteos.

 

Me dí la vuelta agradeciendo al cielo por que no hubiese nada de luz allí, estaba seguro de que si Hanamichi veía en aquel momento mi sonrisa me mataría.

 

-          Creo que podemos salir ya, a menos que...- Otra vez pegado al cuerpo de mi amado y con nuestras excitaciones lo bastante cerca como para sentirlas los dos, apoyé los codos de nuevo a los lados de su cabeza, pero Hanamichi, por lo visto incapaz de creer lo que estaba pasando, simplemente me empujo fuerte haciendome caer y abrir la puerta de golpe terminando así sentado en el suelo con una expresión estúpida, y sin una mirada más, el pelirrojo abandonó el vestuario corriendo.

 

Yo solo me quede mirando la puerta por donde había aparecido con una sonrisa ladina, desde luego aquello no era más que el principio, ahora que Hana sabía mis intenciones a mi nada más me importaría. Le seduciría sin importar el lugar o la gente que me viera. Usaría cualquier arma que pudiera y sobre todo.. Machacaría a la cara cerda de su novia.

 

Ese día paso sin ninguna otra novedad y para mi desgracía el siguiente también. Hanamichi se saltó el entrenamiento y todos mis esfuerzos buscandole por la escuela fueron frustrantes. El pelirrojo parecía haberse desvanecido de la Tierra.

 

Sin embargo, al día siguiente yo ya no pensaba dejarle escapar por lo que me desperte 2 horas antes para parame en la puerta del instituto y esperar su llegada. Aquello le había costado la vida a cuatro despertadores que ahora se encontraban en la basura tras un “accidental” choque contra el suelo al intentar despertarme, pero si aquello hacía que pudiera ver a mi mono, habría valido la pena.

 

Con un bostezo me estiré sin vergüenza alguna apoyado en una de las paredes de la entrada de la escuela. Ahora que no había nadie por allí podía perfectamente dejar de lado mi mascara fría que hacía a todos aquellos inutiles mantenerse alejados de mi. Aun que aquella noche había decidido algo, tampoco la tendría con mi pelirrojo, a partir de aquel día me mostraría frente a el tal como era. Eso haría caer a Hanamichi en mis redes **.

 

Por fin, tras otra hora de aburrimiento, vi aparecer a Hanamichi delante de mi. Venía solo y con la cabeza gacha por lo que el chico no se percató de mi presencia, por lo menos hasta que yo se la hice notar algo bruscamente.

 

-          Hanamichi!!!- Grite mientras desde solo dos pasos de distancía me tiraba sobre el para darle un abrazo oso. Nunca sabría lo que pudo pasar por la cabeza de Hanamichi en aquel momento, pero la mezcla de expresiones que me mostraron sus ojos me dejo algo sorprendido. Primero fue la sorpresa, más tarde el susto, despues vino la pespicacia y por último la furia.

 

El pelirrojo se alejó de mi bruscamente mientras me veía con los ojos entrecerrados

 

-          ¿Quién eres tu y que has hecho con el zorro apestoso?- Fueron las palabras que salieron por su boca, y yo, sin poder evitarlo me eche a reir empeorandolo todo. Hanamichi agrandó los ojos y me miro algo asustado- Ahora si que estoy seguro... ¡¿Quién eres tu?!

 

-          No lo se...- Dije una vez me calme con voz increiblemente sexy mientras me acercaba de nuevo a el. Para mi fustracción el chico retrocedió unos pasos, pero eso no me hizó desistir- ¿Quién te gustaría que fuera?

 

-          ¿Pero que demonios te pasa hoy? ¿Acaso te volviste loco de repente?

 

Yo solamente sonreí y de un solo movimiento me acerqué hasta el para agarrarle por los brazos. Pegé mi cuerpo completamente al suyo y cuando le mire a la cara mi corazón casi se derritio. El pelirrojo mostraba un adorable sonrrojo.

 

-          ¿Dime Hana, quien te gustaría que fuera?

 

Mis manos se deslizaron hasta su trasero como por propia voluntad y es que la tentación era tanta que no pudo contenerme. Sin embargo aquello debió despertar al otro, que se separó rapidamente y dandome como regalo un increible gancho en toda la tripa, se marchó de allí farfullando como la gente podía perder la cabeza en tan solo un día.

 

Yo solo fui capaz de quedarme allí de rodillas por la fuerza del golpe, pero lo que mis ojos no vieron fue como Mitsui me veía desde unos 10 metros con los ojos como platos, y es que el chico lo había visto absolutamente todo.

 

Cinco horas más tarde me encontraba caminando con mi ya acostumbrada expresión helada cuando vi algo que me hizo parar mi caminar en seco. En un banco, como si nada más de este mundo importara, se encontraban Hanamichi y la cerda, los dos mirandose a los ojos y colorados.

 

Mi corazón se encongió al ver a mi pelirrojo de esa forma frente a ella y sin poderlo evitar, a pesar de que nunca había tenido tendencias masoquistas, me vi a mi mismo caminando silenciosamente hasta colocarme tras unos altos arbustos que me ocultaban ante la vista de los dos ocupantes del banco pero me dejaba oir lo que ellos decían.

 

Asomandome con cuidado de no hacer ningún movimiento brusco vi como mi Hana tartamudeaba algo mientras cogía la mano de Haruko. La muy zorra le miro con lo que a mi parecer fue una expresión clara de lascivia. Para Hanamichi ella pareció la misma virguen.

 

-          Hanamichi me estas diciendo... ¿Qué nos besemos? Nosotros aun nunca lo hemos...- Mis oidos parecieron parar de funcionar con oir solo aquellas palabras. ¿¿Cómo iba a besar mi Hana a aquella cerda??!!!!!!

 

El instinto asesino salió en mi en aquel momento y hubiese jurado que si no hubiese estado Hana presente, la habría asesinado allí mismo. Pero justo cuando mi mente empezaba a idear uno de mis planes, pero esta vez, para deshacerme de aquel estorbo de chica, las palabras que dijó mi torpe me dejaron completamente en shock

 

- Pero yo es que nunca he besado a nadie y bueno...      Me da mucha vergüenza.

 

Lo mirase por donde lo mirase aquellas palabras fueron como ambrosía para mis oidos, una dulce melodia que era capaz de aliviar todas mis penas y preocupaciones. Pero la dura realidad pronto me saco de mi ensoñación para darme cuenta que de hecho el chico quería desperdiciar su primer beso con aquella cerda.

 

Un gruñido salió de mi garganta sin que pudiera evitarlo y mi mano inmediatamente fue hasta mi boca para tapar cualquier posible sonido. Estaba seguro de que ellos podían haberme oido perfectamente si no hubiese sido por que cada uno estaba perdido en el otro.

 

Dirigí mi mano al bolsillo y sacando mi ya compañera de fechoría y grabadora,  dije solo una frase, unas palabras que describían con precisión lo que en aquel momento pasaba por mi cabeza. Dandole al boton de grabar, dije en un susurro:

 

-          El primer beso de Hanamichi será mio, cueste lo que cueste.

 

Una sonrisa asomo de nuevo en mis labios. Cualquiera que viera todo lo que puedo llegar a sonreir en un día se caería de españdas. Nadie conocía aquella faceta mia aun que estaba seguro que dentro de poco mi pelirrojo empezaría a hacerlo.

 

Saliendo de mi escondite, me dirigí hacía el camino por donde se encontraban los bancos, llegaría alli como por pura casualidad. Mi pelo pareció ondear al viento como una bandera declarando la guerra y en menos de un minuto mi cuerpo ya se encontraba parado frente al banco de aquellos dos.

 

-          Ejem... EJEMMMM- Molestó comprové que aquellos dos parecían no percatarse de mi presencia y algo cansado sinplemente grite- Aaaaauuuccccchhhhh

 

Algo en mi interior me dijó que el hecho de haberme tirado al suelo frente a ellos para hacer que me caia era algo rastrero, pero no podía permitir que Hana se basase con ella. En el fondo, quizas muy en el fondo, todo aquello solo lo hacía por hacerle un favor a mi Hana.

 

Tan pronto como pense aquello mi conciencia me hizo ser sincero por lo menos conmigo mismo. De todos modos mi plan funciono, los dos chicos me miraron al instante y Haruko se levantó corriendo para ver que había ocurrido. Pudé ver perfectamente como Hana me miraba con cara de odio y me di cuenta de que no me había perdonado pro lo de la mañana. No me importo en absoluto por supuesto.

 

-          ¿Qué te ocurre? ¿¿Estas bien??- La chica parecía realmente preocupada y por un momento mi conciencia me paso una mala jugada al hacerme ver que quizas aquella chica era mejor que yo para Hana. Pero como no... Hice de lado aquellos pensamientos tan tontos y me concentre en mi labor, librarme de ella. Ella, que era solo una coneja en celo... no era digna de el. Quizás yo tampoco lo fuera, pero al menos podría darle algo que aquella frígida nunca podría. Noches y noches de sexo desenfrenado y una pasión sin límites.

 

Mi mente me reprochó haciendome ver que no era ella exactamente como la que lucía en celo, pero me dijé que yo, como cualquier adolescente normal, tenía mis hormonas algo descontroladas. Mirando con cara inocente a la chica solo dije:

 

-          Creo que me torcí el tobillo- Deberían haberme dado el oscar a mejor actor por mi interpretación perfecta del niño más puro y lleno de dolor.

 

-          ¡Oh.. Pobre, espera que voy a por la enfermera enseguida para que te mire!

 

Hanamichi se levantó del banco como si tuviese un resorte con intención de parar a su novia, pero la muy estupida se había ido practicamente volando. Yo solo sonreí como idiota entonces mientras mi mirada se clavaba en Hanamichi.

 

-          ¿Qué te traes entre manos zorro?

 

-          Vamos Hana, no seas cruel... Deberías aprender de tu novia que es tan buena y comprensiva- Los ojos de Hana se agrandaron de golpe al percatarse de la burla en mi voz y haciendo gala de una pespicacia que me sorprendió, exclamo:

 

-          ¡Finjiste!!

 

Yo solo me levante sin decir palabra y me acerqué a el

 

-          Sí, pero enserio creeías que iba a permitir que tu primer beso te lo dieras con ella?- El pelirrojo pareció como si de pronto solo tuviese sangre en sus adorable mejillas y yo pude apreciar que en verdad aquellos sonrojos hacían de mi Hana la cosa más linda.- Deberías sonrojarte más veces, te hace ver muy hermoso.

 

Aquellas palabras parecieron despertar al otro de su trance y Hanamichi de pronto exploto en furia.

 

-          ¿Me estabas espiando??- Gritó con todas sus fuerzas

 

-          De eso ni hablar, solo pasaba por aquí y bueno... escuché algo de vuestra conversacción.

 

-          Eres un maldito...- Pero el chico no pudó seguir hablando ya que mis brazos de pronto le aferraron por los hombros y haciendo fuerza le senté de nuevo en el banco. Ante su cara de espanto solo sonrei de manera dulce y antes de que el chico pudiera imaginarse si quiera lo que me proponía hacer, Hanamichi ya me tenía sentado sobre su regazo con mis brazos rodeandole el cuello y nuestras caras solo a unos centimetros de distancia.

 

-          Hazme caso Hana, no debes darle a ella tu primer beso, eso sería desperdiciar algo realmente bello.

 

-          Quitate de encima...- Mi mano se deslizo desde su cuello hasta su mejilla derecha en una tierna caricia, y de allí delineando sus contornos, fui a parar a su carnosa boca.

 

-          Tienes una boca bellisima, roja como la mismisima pasión y con unos labios que invitan a ser besados.- Mi pulgar acarició toda la longitud de su labio inferior mientras que yo me movia suavemente sobre el para recostar mi pecho sobre el de el. Sabía perfectamente que Hanamichi era más fuerte que yo, si el hubiese sido algo más cosciente en aquel momento yo me hubiese visto en el suelo tumbado antes de poder decir “ Hana bésame”

 

-          No digas tonterías, los dos somos chicos y...

 

-          Shhh, no lo estropees Hana, así debe ser por que no encontrarás a nadie a quien le gustes más que a mi.

 

Aquello pareció ser la último que podía soportar oir el chico, de pronto intentó zafarse, pero antes de perder mi oportunidad, mis labios bajaron hasta la boca del otro parandolo al instante, como si de algún modo se hubiese congelado.

 

Con cuidado de no hacer nada brusco, mis labios cogieron el suyo inferior lamiendolo y absorviendo suavemente, algo tierno y tan simple como un roce de labios. Pero yo quería más. Necesitaba que el pudiese sentir lo que en aquel momento me embargaba, aquel sentimiento de dicha que casi me ahogaba.

 

Mi mano viajo como vagando hasta su barbilla para empujarle a abrir la boca, pero el pelirrojo no hizó nada. Solo le miraba con ojos como platos incapaz de moverse.

 

-          Abre la boca Hana, dejame saborear tu dulce nectar- El chico se echo hacía atrás como tratando de eludirme, pero cuando abrió la boca para probablemente rechazarme yo me adelanté lanzandome de nuevo sobre sus labios. Esta vez mi lengua pudo entrar en su boca y con algo de desesperación, como hombre que tras un largo camino ve una fuente, mi lengua buscó la de el, acariciandola e instandola a seguirme. Para mi completo asombro sus brazos se posaron sobre mi pecho, pero no para empujarme, sino que se quedaron allí, en un contacto que aun que a traves de las ropas, yo pude sentir como fuego.

 

Su lengua pronto empezó a moverse a compas de la mia y entonces yo me sentí en el cielo. La excitación empezaba a crecer sin ningún crontol en mi cuerpo y en aquel momento supe que todo lo que yo deseaba era a aquel chico que tenía en mis brazos. No podía perderlo.

 

Cuando el aire empezo a excasear, mi boca abandono la de el y con un ultimo roce de mis labios sobre los suyos apoyé mi frente en la suya.

 

-          Hana, no me importa que creeas que la quieres, tu serás mio por que así debe ser. No me importa que ella sufra y aun que suene egoista se que yo te necesito más que ella.

 

-          Eres un malnacido- Dijo Hana en un susurro, su voz sonaba derrotada y sus ojos parecían estar a punto de empezar a derramar lagrimas- ¿Por qué haces esto?

 

-          Primero necesitas saber por que lo haces tu- Fue lo único que dije, el aun no estaba preparado para oir que le quería. Aquello solo le abría asustado. Pronto comprendí que el chico necesitaba algo de espacio para pensar con claridad en lo que estaba pasando y sin demasiadas ganas me levanté de mi muy comodo asiento y le miré a los ojos. El desvió la mirada sonrrojado pero yo le cogí la barbilla para que me viera directamente- No te averguences

 

-          Los del equipo deberían verte en esta faceta tuya... Se morirían de la impresión.

 

Yo solo sonrei y sin más me encaminé hacía el gimnasio. Lo que no ví fue la mirada triste del pelirrojo ni escuche sus palabras que aun que fueron un susurro, parecían llevar una sensación desgarradora con ellas.

 

-          Yo no soy gay, no lo soy...- Y Hanamichi se levantó para buscar a su novia y demostrarse aquello a si mismo. En aquel momento era todo lo que necesitaba su confundido cerebro.

 

El entrenamiento paso más rápido de lo normal, Hanamichi aquel día parecía evitarme como a una plaga y yo solo pude apenarme ante ello. Mis esperanzas de poder decirle algo al final del entrenamiento se esfumaron cuando el chico, al terminar de vestirse con su ropa normal, se apresuró para salir casi corriendo de allí.

 

En ese mismo momento, en el centro de las canchas, el equipo al completo menos Hana y yo mismo, se encontraba discutiendo de algo que yo, de haberles oido, me habría muerto de vergüenza.

 

-          Te digo que esos dos tienen algo- Decía Mitsui mientras miraba algo nervioso a los vestuarios.

 

-          Yo creo que es Rukawa el que va tras de Hanamichi, pero el esta con Haruko. El mismo Hanamichi me lo confirmó.- Dijo Ryota

 

-          ¿Enserio?... Pues os aseguró que Rukawa estaba muy decidido esta mañana, era una persona completamente distinta...

 

-          Quizas se enteró de que Hanamichi esta con ella y... bueno quiera ser el su novio?

 

Todos miraron a Kogure bajo una nueva luz, sobretodo Ryota, ya que en su mente se estaba formando una idea de lo más atractiva.

 

-          Así que estamos en una competición, ¿no? Y en el centro de todo Hanamichi... ¿Os apetece una quiniela chicos?

 

Todos se le quedaron mirando como si de pronto le hubiese crecido alguna que otra cabeza más y el chico rió para despues decir.

 

-          Veamos a ver quien gana- En un papel, sacado de vete a saber donde, escribió una quiniela. Todos los nombres de los chicos que participarian en la quiniela en una columna, y al lado, en dos columnas más 1 y 2.- 1 será Rukawa, y 2 Haruko. Empiezen sus apuestas, seran 10 euros(Sorry TT lo intente en yenes, pero tras ver mi inutilidad con las monedas extranjeras lo dejare en euros, aun que Japon este lejos de usanlos...) cada uno.

 

-          Yo apuesto por Rukawa- Dijo Kogure muy seguro, mientras que Mitsui votaba por Haruko, Ryota por Rukawa, y como no la manager del equipo que votó por Haruko, aun que más que por otra cosa fue para equilibrar las apuestas.

 

-          Vale la quiniela está lista!!!- Mitsui grito con tanto animo que de pronto una voz les interumpió dejandolos congelados en su sitio.

 

-          ¿Quiniela? ¿Qué estais apostando chicos?

 

-          Emmm, sobre unos equipos para.. esto... a ver si ganamos algo y... bueno por eso.... cada uno decía un numero y...

 

Sakuragi miró a sus compañeros con algo de sospecha, pero tras un momento su cara se ilumino

 

-          Entonces yo también quiero!!!- A todos los demás les salió la tipica gotita anime sobre las cabezas mientras miraban al chico sin saber que hacer

 

-          Pero.-.. Es que ya no....

 

-          Vamos Mitsui... ¿Es que no quieres que yo tambien participe?- Ante la cara de susto del chico, Hanamichi dejo de lado su amenaza y se volvió hasta Ryota, quien sujetaba el papel fuertemente entre sus manos- Haber apunta... Yo voto por “X”

 

-          ¿X???????????- Dijeron todos a la vez y una segunda gotita les salió sobre la cabeza. Sin embargo Hanamichi miró nervioso sobre su hombro en dirección a los vestuarios y dijo

 

-          Si, me voy ya, ya me direis como a quedao la cosa y si gané algo.

 

Cuando el pelirrojo se fue los demás se quedaron en completo silencio.

 

-          ¿Y que demonios se supone que debemos porner como X?- Dijo Ayako cogiendo el papel de las manos de Ryota. Sin embargo tomo también el boli y apunto a Hanamichi y una X.

 

Una sonrrisa maligna adorno los labios de Mitsui y entonces soltó- Bueno pues ni pa uno ni pa otro, Hanamichi se quedara solo a apañarselas el solito.... Jajajaja- Los demás se le quedaron viendo algo raros, pero momentos despues todos reian.

 

-          No deberíamos estar hablando del “apañamiento” de Hanamichi... Y por cierto antes de irnos... Nadie puede intervenir. ¿Me ois? Si alguno hace algo para que gane su apuesta perderá de inmediato.- Ayako dejó esto claro antes de irse.

 

Todos los chicos asintieron, sin embargo, mientras cada uno se dirigía a su casa en su cabeza solo había una cosa.

 

-          Ganaré al precio que sea... Veremos si alguien descubre si intervengo o no... Hare que “Rukawa/Haruko” gane.- Y todos tan felices se fueron a casa sin saber que ellos habían convertido lo que empezo como una pequeña lucha en algo que se parecía más a una guerra mundial.

 
 

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Hola!!! Bueno aquí el segundo capi, ya se que me quedo algo extraño... en verdad mi musa debió irse de vakaciones o algo así TT De todos modos no podía retrasar demasiado el capi por que quiero terminar este fic antes de que termine el año si es posible, y por lo visto se ta alargando bastante,. Muchisimas garcias por los comentarios, no sabeis lo feliz que me habeis echo.... 12 mensajes.. Bueno es mucho apoyo de vuestra parte. OS PROMETO QUE EL PROXIMO SERA MEJOR QUE ESTE...

 Sorry, no me da tiempo a contestar lo comentarios, pero lo hare en la pagina más adelante

 
 
 
 

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