Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

JAULA DE AMOR por rurufusu

[Reviews - 197]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

OWO..trayendoles un nuevo capitulo espero lo disfruten

Recostado y aun desnudo  sobre la cama tamaño rey un pelinegro trataba de conciliar el sueño a pesar de ya ser casi las 8 de la mañana, el castaño le había echo el amor hasta altas horas de la madrugada una ahora rutina desde su regreso ¿Hiroki estaría bien? la condición que había dado a Haruhiko para regresar a su jaula era que se pagara en su totalidad la operación y rehabilitación de su amigo sin excusas, sabia que Nowaki cuidaría bien de él después de la cirugía no podía evitar sentirse preocupado por su viejo amigo al  no saber nada de su estado después de volver a su encierro.

-Hola...-la dulce voz a sus espaldas, lo obligo a girar bruscamente no reconocía la voz de ¿una niña?, olvidando que esta desnudo se sentó en el borde contemplando a la niña de hermoso cabello castaño claro, ojos café casi miel, muy pequeña rondaría los 3 años, traía puesto un vestido rosa pastel con un suéter blanco, sus ojos tenían un par de lagrimas en ellos.

-¿Que haces aquí? ¿Estas perdida?-tomando la sabana se cubrió con ella, estaba desnudo y no podía ir con la niña en ese vergonzoso estado, arrodillándose frente a ella logro ver lo sucia que estaba era claro que había estado jugando con tierra, sus pequeñas y redondas mejillas estaban rojas, regalándole una tímida sonrisa  al hombre frente a ella medito como explicar que estuviera en ese lugar, temía que su padre supiera que lo siguió a esa mansión.

-Yo...yo...seguí a papi y me perdí-agachando la cabeza espero un regaño, los adultos siempre la regañaban cuando salía sin avisar, una tierna caricia en su cabeza hizo que levantara su mirada encontrándose con una hermosa sonrisa. Sus mejillas se tiñeron de un rojo profundo al sentir los mimos del joven, a su juicio no se veía tan adulto como su padre.

-No debiste entrar a esta mansión ¿Sabes? no tengo llave y no puedo abrirte la puerta-la carita inocente de la pequeña niña se entristeció, ambos estarían encerrados hasta el regreso de su amante, por lo que este le había dicho tardaría un par de días en regresar de su reunión, aunque no sabia cuantos realmente.

-Lo siento...¿no podemos salir?-sus ojos se llenaron de lagrimas, su curiosidad al ver a su padre desaparecer entre los rosales la llevo a seguirlo, vio la reja y la puerta abiertas entrando en ese lugar que no sabia exístia tal casa le pareció hermosa e impresionante olvidándose de lo demás comenzó a recorrerla hasta encontrar las escaleras, por ser tan pequeña le había resultado  una verdadera batalla bajarlas, las puertas no tenían los seguros puestos y abrirlas les resulto fácil solo empujándolas así pudo llegar hasta la habitación donde vio al hombre recostado en la enorme cama.

Teniendo cuidado de cubrirse con la sabana se arrodillo hasta quedar a su nivel, acariciando con cuidado y cariño la cabeza de la niña tomándola en brazos la acurruco en su pecho arrullándola en un intento por calmarla. Sentía un natural afecto por los niños, desarrollado desde su anterior trabajo le resultaba mas fácil relacionarse con niños y animales que otras personas *Se ve que los animales te aman, debes atraerlos* se estremeció al recordar esa frase, una que Masamune siempre repetía al verlo rodeado de animales callejeros.

El gruñido del estomago de la pequeña anuncio que tenia hambre, observándola con detenimiento noto por fin cuan sucia estaba no solo ella su ropa  llena de tierra, sus pequeñas y redondas mejillas se pusieron rojas de la pena por dejar que escucharan que tenia hambre teniendo mucho cuidado la sentó en la cama debía vestirse antes de ir a prepararle algo de comer. Tomando unas prendas del vestidor se adentro en el vistiéndose con lo primero a su mano, no podía dejarla por tanto tiempo sola en la recamara.

-Bien princesa ¿Cual es tu nombre? el mío es Takafumi-cargándola con mucho cuidado  salió del cuarto no quería que su visita pasara incomodidad teniendo que caminar de nuevo el largo trayecto hasta la cocina. Las pequeñas manos sujetaron con fuerza la tela en su pecho de su polera azul, claramente su pequeña invitada tenia miedo de caerse al ser llevada en brazos por las escaleras, la vio esconder su cabecita en su pecho evitando ver el piso.

-Mi nombre... ¿Hiyo? así me llama papá ¿Ese es un nombre?-tratando de hacer memoria no podía recordar si ese era su nombre la mayoría de los adultos la llamaban "señorita Kirishima" solo su padre la llamaba Hiyo y le gustaba ser llamada así, solo él la hacia sentir querida fuera de su hogar los adultos la traban de forma fría y distante.

-Hiyo es un lindo nombre ¿Dime princesa que te gustaría comer? de postre podemos comer una tarta de fresa que cocine ayer por la tarde ¿Te parece bien?-vio como tímidamente su castaña cabecita salía de su pecho y sus lindos ojos color miel lo miraban con un inusual brillo de alegría, pequeñas lagrimas se acumularon en sus ojos alarmándolo ¿Que había dicho para hacerla llorar? poniéndose nervioso y tenso al ver como frotaba sus ojos.

-Gra...cias si no es papá las personas solo me ignoran, estoy feliz Ta...-mordiendo su pequeño pulgar trato de recordar el difícil nombre que aquel amable hombre le dio, haciendo una mueca muy tierna y curiosa dio a entender que no recordaba el nombre. Takafumi no pudo evitar sonreír ante su tierna mueca, acariciando con delicadeza sus suaves cabellos se enterneció con tan linda niña, era por demás consiente de su apego por los niños en mas de una ocasión se vio jugando con los pequeños o comprando dulces para ellos.

*Realmente eres como una madre Takafumi, cuando te cases seguro terminaras siendo tu quien cuide a tus  hijos y no su madre* mordió su labio con ese incomodo recuerdo, un recuerdo amargo del día en que Masamune le destrozo el corazón presentándole a su novio, un simple demasiado simple a su juicio muchacho pequeño, menudo y sin mayor gracia. Recordaba claramente ese día al verse atrapado con un grupo de niños que lo arrastraron a jugar con ellos a las escondidas por cerca de una hora y ese juego fue visto por Masamune quien lo había citado parta hablar de algo muy serio.

Onodera Ritsu el nombre que más detestaba, el nombre del tipo que había robado el corazón de Masamune relegándolo a ser un simple espectador de su estúpido amor. Aun ahora detestaba ese nombre con todas sus fuerzas, Onodera no era un modelo de rectitud a seguir con todos los rumores entorno a él. Todos decían que el hombre inocente a simple vista era un libertino con la horrible costumbre de engañar a sus novios, sabía que no debía creerle a esos rumores hasta el día en que vio a Onodera salir de un hotel con otro hombre.

Masamune nunca le creyó a pesar de haberle contado, la mas fuerte pelea que tuvieron y los distancio por completo cerca de un mes entero. Sacudiendo su cabeza se negó a seguir pensando en aquel idiota que no quiso ver cuan felices pudieron ser juntos, ahora estaba enamorado de otro hombre y Masamune podía irse al diablo por despreciarlo al elegir a ese idiota infiel que de seguro seguía engañándolo.

-Bien quédate aquí iré a preparar algo ligero para desayunar-sentándola con cuidado en el sofá donde podía verla desde la cocina se encamino a ella, teniendo en mente prepare unos hot cake, un poco de fruta picada, cereal y un poco de jugo, sus pasos eran lentos debido al dolor de cadera que tenia, pequeñas punzadas de dolor le recordaban el maratón sexual que había tenido con su amante y termino cerca de las 6 am, además del sueño que tenia al no dormir nada por estar teniendo sexo.

-Ta...na...ru-balbuceo con voz débil tratando de recordar el nombre que le dijo, por mas que intentaba no podía recordarlo, haciendo pequeñas muecas "concentrándose", no había puesto atención en nada por estar viendo esos ojos azules los mas bonitos que había visto hasta ahora, pero era lógico que tuviera esos hermosos ojos "una persona hermosa tiene hermosos ojos" sus mejillas se tiñeron de un sutil rosa, deseaba que su mamá fuese así de hermosa aunque dudaba que otra persona pudiera alcanzar esa belleza.

Una idea cruzo por su mente tierna e infantil, convertiría a ese buen hombre en su madre, hasta ahora nadie le había dicho como se elegían a las mamás solo tenia la vaga idea de lo que una madre hacia, se supone que ellas te cuidaban y protegían haciéndote sentir quería, te cocinaban y bañaban además de asegurarse que dormirías bien, así que si futura mami cumplía bien con esos requisitos le diría a su padre que la llevara a casa y así serian una familia feliz y ella podría tener la mamá que tanto ansiaba tener.

Hinchando su pequeño pecho comía con alegría sintiéndose un juez tomaba cada bocado con cuidado debía asegurarse que fuese una deliciosa comida, no podía negar que cocinaba de maravilla todo resulto delicioso, además sintió pena por comerse la fruta que había sido acomodada para formar un león, sus hot cake habían sido decorados con rozos de fresas y granola formando soles muy bonitos. Se sintió feliz de darle la nota mas alta ya cumplía un requisito para ser su madre, solo debía llenar otros y estaría completo.

Se sintió apenada al ver su ropa sucia y su aspecto desalineado reflejado en la vitrina de licores, disimuladamente observo a su madre tan limpia e impecable y ella llena de tierra, sus mejillas se tiñeron de un fuerte rojo tan apenada estaba de su horrible aspecto ¿Si la rechazaba por verse así de sucia? que podría pensar al verla en ese lamentable estado, retorciendo el borde de su vestido se decidió a pedir un gran favor.

-... ¿Podrías bañarme? estoy sucia y no quiere seguir así-bajo su cabeza apenada, se ponía exigente y no había notado su propio aspecto tan lamentable. Estaba nerviosa, tenia miedo que pudiera ser rechazada, las mujeres que conocía siempre la regañaban si llegaba a ensuciar su ropa "no era correcto" que una dama se ensuciara y ella se ponía jugar con la tierra hasta terminar toda llena de lodo en su vestido y cabello.

-Esta bien vamos al baño, como no tienes un cambio tendré que ponerte una de mis camisas-reflexiono aun si lavaba el vestido tardaría horas en secar y no podía dejar a la pequeña andar desnuda en la casa. Levantándose de la mesa la tomo en brazos de regreso a la habitación, decidió bañarla en la tina agradecía todas las veces que ayudo a sus conocidas a cuidar niños, aprender como bañarlos y su cuidado en general un conocimiento que ahora le resultaba mas que útil con la pequeña Hiyo.

Noto lo nerviosa e inquita que estaba cayendo en cuenta que tenían menos de una hora en conocerse y resultaba normal que se incomodara con un extraño tocándola de esa forma.

-No te preocupes, se cuidar bien de niños así que calma-llevándola en brazos lleno aun tercio la tina calculando que seria suficiente para bañarla, después de revisar que el agua estuviera caliente, quito con cuidado su ropa  y con mas cuidado la llevo a la tina depositándola en ella tomando una pequeña tina la lleno con la agua caliente humedeciendo el cabello, tomando mas agua mojo sus hombros y espalda. La esponja fue llenada de jabón liquido con el que empezó a tallarla con sumo cuidado no quería lastimarla.

Bañarla fue la tarea mas fácil, ahora batallaba para acomodar su camisa, doblándola esperaba hacer un intento de vestido pues su pequeña invitada estaba a un paso de caer dormida, derrotado solo sujeto atando los sobrantes dejando un horrible "saco" solo la tomo en brazos arrullándola un rato hasta que cayo dormida, cubriéndola con las sabanas se dirigió al baño debía lavar la ropa y recoger en desastre en la cocina.

*Solo espero le guste lo que estoy haciendo* sus ojos ardían y lagrimeaban por estar cansados forzados a enfocar su costura.

Esperando que Hiyo se durmiera, tomo unos periódicos para copiar la forma del vestido antes de lavarlo, teniendo cuidado trazo con un marcador la forma. Usando su pequeño kit de costura se dirigió al closet sacando unas sabanas de seda roja uno de los tantos regalos de Haruhiko que aun no eran usadas, cortando la tela a la medida se esforzó en hacer un vestido, cosiendo  todo a mano tubo especial cuidado en no separar las puntadas así no se vería que fuera cosido a mano, agregando unas bolsas al frente y una cinta para sujetarla por la cintura al pensar que se veía muy simple se decidió a bordarle flores en las bolsas y el borde de la falda así como el cuello, teniendo cuidado de no hacerlas mal.

^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^

Caminaba cabizbajo por la calle conteniendo las lágrimas, le dolía el haber discutido con su hermano, la insistencia de este por que él tuviera novia y formalizaran una relación. Le dolía no poder llenar las expectativas de Takahiro, jamas se había sentido atraído por alguna chica  estaba consiente sobre su marcada preferencia sexual, sabia de ante mano su orientación.

La presión que Takahiro comenzaba a ejercer estaba por asfixiarlo, cada día sacaba a colación el presentarle a las hijas de algunos compañeros de trabajo, creyendo que era mejor para Misaki iniciar una relación a esa edad y de darse por un buen camino se casarían para iniciar una familia, tal como lo habían hecho él y su padre.

Las lágrimas se acumulaban en sus ojos, una pelea sin sentido con su hermano por haber dejado plantada a la hija de un amigo suyo, olvidándose de la cita simplemente se dedico a practicar con el club de tenis donde era una reserva. Estaba agradecido con su hermano por cuidarlo después de la muerte de sus padres, quienes habían muerto en un accidente automovilístico causado por una tormenta, su imprudencia al conducir en esas circunstancias los llevo a perder el control y estrellarse contra el muro de contención.

*Misaki! Ya deja de ser un inmaduro ¡debes pensar en tu futuro!*

*Nii-san! ¡Por favor deja de presionarme con esto!*

*Deja de actuar como un niño, debes pensar en tener una relación seria*

*No me gusta esa chica...por favor déjame elegir con quien tendré una relación*

No podía hablar con nadie sobre sus problemas, resultaba bastante difícil asumir su homosexualidad mas aun buscar a quien decirle sobre ese delicado tema, dentro de su pequeño circulo de amigos era notable como estos eran heterosexuales así que no podía ir y decirles sobre su orientación sexual sin ocasionar un rechazado por ellos.

Comenzaba a cansarse por la presión de su hermano, realmente deseaba poder sincerarse con él para contarle la verdad. El miedo a ser rechazado por su único pariente vivo lo aterraba a un extremo indescriptible, su hermano lo era todo para él lejos de sus demás parientes Takahiro sin duda podía considerarse su mayor pilar, uno donde se apoyaba para salir adelante después de la muerte de sus padres y el rechazo de la mitad de sus parientes.

Buena parte de sus parientes los culpaban del accidente gracias a que se había dado en un día de descanso, uno que se vieron obligados a trabajar para costear los gastos de manutenciones sus hijos y había derivado en ese accidente. La culpa lo invadía, no podía comportarse como un malagradecido con su hermano, empezaba a creer que debía dejar de lado sus propios deseos para complacer a Takahiro, limpiando sus lágrimas siguió su camino.

*¿Quien es? es realmente apuesto*

Sus mejillas se calentaron, su corazón se agito al ver un hombre alto vestido con un impecable traje negro su porte resultaba elegante, actuando como un pequeño cachorrito siguió al hombre todo el camino desde su abandonado auto hasta la estación del metro. Manteniendo una distancia prudente observo al hombre, no sabia como interpretar el cumulo de extrañas sensaciones en su pecho al verlo, sin moverse del pilar donde estaba escondido observo con detenimiento cada movimiento del fascinante desconocido.

*Vamos Misaki, Actua valiente por una vez en tu vida*

*Solo tienes que ir y hablarle eso es todo*

Tomando el escaso valor que poseía se acerco tímidamente al hombre, para notar la cara de confusión que mostraba en un torpe en el intento de entender como funcionaba aquel sistema. Intentando poner su mejor sonrisa ahogo  sus nervios para tratar de explicar como podía llegar al destino que deseaba, al ver que sus explicaciones no servían lo sujeto del brazo llevándolo dentro del vagón, sus mejillas poseían un pequeño rubor al sentir la suave y caliente piel del fascinante hombre rozar la suya.

*Si pudiera conocerte mas, si pudiera estar tiempo a tu lado*

*No se que sea pero deseo tanto no separarme de ti*

Haruhiko Usami el nombre mas fascinante para sus oídos, fascinante en cada aspecto que descubría desde saber que tenia un hermano menor con el que casi no tenia contacto por conflictos con su padre, aparentemente no tenia una buena relación con sus padres a quienes no había visto en años, trabajaba como su director de IMAGINE contra la voluntad de su familia había estudiado arquitectura y tenia un despacho dedicado a la remodelación y creación de hermosos edificios.

Misaki se sorprendía al escuchar como balanceaba ser sub director de una importante empresa y así como dedicar tiempo a su propio negocio, por la pasión con la que hablaba sobre sus proyectos de diseño demostraba cuanto amaba ser arquitecto, prestando atención a su amena charla con Haruhiko conoció mas del hombre que lo fascino antes de conocer su nombre. Diferente a él que se dejaba influenciar por la opinión de los demás en especial la de Takahiro, había deseado estudiar dibujo y convertirse en dibujante hasta ser rechazo por su hermano que considero muy inmaduro ese deseo siendo forzado a estudiar economía.

*Quiero saber porque no puedo dejar de pensar en ti*

*A casi una semana de haberte conocido no puedo apartarte de mi mente*

*Deseo tanto poder verte de nuevo*

Sostenía con fuerza la tarjeta entre sus temblorosos dedos, el celular frente a él no sabia si llamarlo o quedarse con el deseo de escuchar una vez mas su voz, cerro con fuerza sus ojos tratando de calmarse no sabia si su decisión era la correcta, solo quería escuchar aquella profunda y cautivante voz una vez mas.

Escucho con nerviosismo el timbre del celular, cada segundo de espera a que su llamada fuera contestada lo ponían inquieto, le resultaba tonto su forma de actuar tan desesperada, era medianamente consiente de porque añoraba tanto volver a estar cerca de Haruhiko, sabia el porque se sentía tan fuertemente atraído por aquel hombre.

*Usami al habla ¿Diga?*

*Haruhiko-san, soy Misaki nos conocimos hace unos días...llamaba para preguntarle algo*

*¡Ah! Misaki El chico del metro ¿no?*

*¡Eh! si soy yo...bu...bueno vera, no se donde encontrar un libro y pensé que usted sabría*

*¿Un libro? conozco varias librerías podría conseguirlo, dime el nombre*

*La llave a la felicidad de Akikawa Yayoi, es un libro extranjero y no e podido encontrarlo*

*Bien ya anote el nombre, te llamare en cuanto lo tenga*

*Gracias Haruhiko-san*

Su corazón latía desbocado al escuchar esa profunda voz, había llamado por pretexto ese libro no era difícil de conseguir bien podría pedirlo a la editorial evitando así complicaciones, su deseo por escuchar a Haruhiko lo impulso a llamar empezaba a ser consiente que ese no era un simple interés por el imponente hombre, estremecerse con su voz, inquietarse con solo una mirada y ansiar su compañía eran claros síntomas de un hecho casi innegable: se había enamorado a primera vista de Haruhiko.

Solo unos días después Haruhiko llamaba para citarlo teniendo el libro ya en su poder, ansioso por se encuentro Misaki se ponía sus mejores ropas y su perfume favorito deseando impresionar al hombre que amaba en silencio. Su corazón casi se detiene al ver a Haruhiko un traje blanco impecable que resaltaba su atractivo a los ojos enamorados de un pequeño castaño. Ser invitado a quedarse compartiendo la comida con Haruhiko estuvo por detener el corazón de Misaki, brincaba alegre en su pecho al poder estar ese tiempo junto al hombre que cada momento lo cautivaba más.

Las llamadas a partir de ese momento se intensificaron, Misaki al verse casi abandonado por Takahiro comenzó a sentirse solo, hablar de su día con Haruhiko lo ayudaba a sobrellevar el naciente rechazo de su hermano por él a raíz de la negación del castaño por salir con las mujeres que Takahiro seleccionaba para sus futuras relaciones. Misaki amaba a su hermano pero no estaba dispuesto a dejar que su futuro fuera elegido por él, estar estudiando libros de economía y contemplando tener esa carrera eran para complacer a Takahiro.

^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^

*Se que te amo, ahora puedo ver todo con claridad*

Volviéndose un acosador silencioso día a día pasaba horas frente a IMAGINE esperando ver salir a Haruhiko, usando su celular tomaba fotos del hombre las mas hermosas o fascinantes las imprimía guardándolas en un pequeño álbum bajo su cama. La creciente necesidad de estar con Haruhiko lo habían llevado a escribir en las fotografías mensajes del profundo amor que sentía por aquel hombre, estando consiente que ser correspondido por él era una posibilidad casi nula a la que no debía aferrarse jamás.

El amor que sentía crecía cada día mas, nunca creyó que estar enamorado fuera a ser tan doloroso. Un día normal en su vida ir a la escuela, practicar con el club de tenis y regresar a su hogar a terminar sus deberes para después llamar a Haruhiko, ver que su hermano ya estaba en casa lo alegro al tener días sin poder verlo ni hablar con él.

No espero entrar a su hogar para ser golpeado por su hermano, sus cabellos sujetados con violencia y su cuerpo azotado por los golpes. La furia ciega de Takahiro se descargo contra el inocente castaño, había entrado al cuarto de Misaki revisándolo minuciosamente creyendo que el rechazo de su hermano a salir era por ya tener una novia, buscando cualquier indicio de una relación reviso todo el cuarto encontrando aquel álbum, horrorizándose al ver las fotografías del hombre desconocido y los mansajes de amor de su hermano.

Tomando el álbum lo destrozo, cegado por una furia sin justificación espero la llegada de su hermano, asqueado de la idea de tener bajo su mismo techo a un degenerado se decidió a echarlo de su casa y su vida.

*¡¿Como demonios explicas esto Misaki?!*

*Nii-san por favor puedo explicarlo*

*¡Explicar que! eres un maldito enfermo*

*¡No! Nii-san, no es enfermedad estar enamorado*

*Estas enfermo si crees que amar a otro hombre es normal*

*Lo amo, no puedo evitarlo*

*¡¡Maldita basura, largate de mi casa!!*

Los golpes en el pequeño cuerpo de Misaki se volvían cada vez mas violentos, se detuvieron cuando Takahiro se canso, el inmóvil cuerpo del castaño en el piso lo asqueo sin mirar ni un segundo a  su hermano salió de esa casa debía advertirles a sus familiares de la horrible abominación que cometía Misaki a sus espaldas.

Las crueles palabras resultaron mas hirientes que los golpes, ser echado del que creía su hogar lo destrozo. Limpiando la sangre y lagrimas, logro ponerse en pie con dificultad llego a su cuarto empacando solo un poco de ropa busco el poco dinero que tenia guardado, dolido por el rechazo salió de esa casa decidido a no pisarla de nuevo, debía pedir apoyo a sus demás familiares nunca conto con el rechazo de estos, Takahiro les había envenenado la mente con una sarta de mentiras crueles y abominables.

Cansado, sin dinero y bajo una fuerte tormenta lloro de dolor e impotencia creyéndose solo, estaba desesperado por no tener un lugar donde quedarse o a quien acudir, un fugaz pensamiento lo llevo a pensar en la única persona con la que podía contar: Haruhiko, al haber gastado buena parte de sus escasos ahorros al ir a casas de sus familiares se vio obligado a caminar hacia las oficinas de IMAGINE teniendo que soportar la fuerte lluvia.

El imponente edificio de la empresa fue visible después de una larga caminata, cansado y adolorido por el frio que recorría su cuerpo camino torpemente a una figura para frente a la puerta, no era muy consiente de que paso después de eso ni como termino dentro de una pequeña oficina donde sus heridas fueron tratadas. La fuerte lluvia regreso pudo verla caer con mas intensidad desde el interior del automóvil, sujeto con fuerza el saco usado por Haruhiko para cubrirlo del frio, la profunda del hombre resonaba dentro del lugar  claramente molesto discutía con otro hombre desconocido.

No podía creer lo lujoso que era la zona residencial donde Haruhiko lo había llevado, solo viendo el estacionamiento ya estaba impresionando sin alejarse del hombre lo siguió hasta el ascensor, nervioso no alzaba la mirada del piso no sabia como romper el silencio, el celular no había dejado de sonar siendo ocasionalmente contestado por el pelinegro.

*Hatori*

*Mas te vale que sea importante, sacarme a las 2am de mi casa*

*Lo es, vamos dentro te contare todo*

Aquel hombre estaba acompañado por 3 personas, 2 vestidas con traje y uno con un maletín parecido al de los médicos, dentro del pent-house debió tragarse su vergüenza mostrándole los golpes a los hombres, su cuerpo fue inspeccionada a detalle tomándole fotografías. Misaki veía disimuladamente a Haruhiko discutir con Hatori algo, sus voces demasiados bajas le impedían escucharlos, finalizadas las fotografías se vio interrogado por los hombres contándoles como termino así de lastimado al final el ultimo hombre comenzó a revisar sus golpes, teniendo cuidado ejercía presión sobre los moretones en muchos ya no sentía incomodidad en otros solo un roce producía un dolor insoportable.

Chiaki Yoshino su mejor amigo un hombre cercano ya a los 32 años cuyo aspecto tan infantil hacia difícil creer su edad, ambos se habían conocido en una fiesta organizada por un amigo de Haruhiko y por lo que había escuchado su jefe además. Separándose de su amado decidió ir por algunas bebidas, tenia hambre así que podría revisar las mesas para ver si algo le agradaba tan centrado estaba en la comida que no vio como un castaño obscuro llevar una torre de aperitivos bloqueando su vista, inevitablemente Chiaki no vio a Misaki chocando con él y tirándole toda su comida encima ambos terminaron con medio bufet encima cuando por reflejo Misaki jalo el mantel para evitar su caída.

Su desastroso primer encuentro culmino cuando Chiaki avergonzado por ensuciar el traje de Misaki salió corriendo para buscar a su novio, sin tomar en cuenta lo resbaloso del piso tropezó contra un mesero que al perder el equilibrio tiro todas las copas de vino sobre Misaki. La penosa velada termino para ambos cuando sus respectivos acompañantes los sacaron del salón, bien Misaki maldecía al idiota que lo ensucio a pesar de ver que ese torpe muchacho no lo hizo a propósito, solo unos días después un arrepentido Chiaki lo visitaba para disculparse por lo de la noche pasada.

Por retorcido que fuera la vida ambos tenían gustos tan parecidos que empezaron a congeniar en muchas cosas haciéndose amigos inseparables a pesar de la diferencia de edad tan notable entre ellos. Unos meses después acudía a su casa buscando consejo al no saber como afrontar el acoso sexual de Akihiko, el castaño no deseaba contarle a Haruhiko de lo que su hermano le hacia por miedo a romper la relación que ambos tenían, al escuchar como Akihiko pronto aumentaba los intentos por someter a Misaki y como este prefería quedarse en su casa por miedo a ser violado, Chiaki decidió ponerle fin a esa horrible situación contándole todo a Hatori sabiendo que pronto Haruhiko se enteraría.

3 meses después una firma de autógrafos los llevo a salir...

**************Tengo sueño, mi cuerpo pesa*******************

*Fue cálido el abrazo que me diste al prometerme que me cuidarías*

*Misaki quería protegerte, perdoname por no hacerlo*

*Haruhiko-san... ¿Que dices? no te entiendo*

*Si tan solo hubiera previsto lo que Akihiko pretendía hacerte*

*¿Akihiko? ¿Quien es Akihiko?*

Cerró los ojos tratando de recordar quien era ese hombre, su cabeza dolía, su cuerpo dolía a pesar de estar sentado junto a Haruhiko en la banca del parque donde habían pasado el primer fin de semana como pareja. El cuerpo entero le dolia, sentia la cálida mano de su amante sujetar la suya, ver caer las lagrimas de Haruhiko estrujo su corazón tenia la sensación de estar olvidando algo muy importante.

El miedo se apodero de él, la cálida mano de su amante al soltarlo sintió el mundo caerse sin mirarlo se levanto dejándolo solo en esa banca. Misaki solo pudo verlo alejarse poco a poco.

*Perdóname Misaki, es mi culpa*

*No te entiendo Haruhiko-san ¿Que ocurre?*

*Es mejor terminar esto, es mejor separarnos*

Misaki sintió las lagrimas acumularse al ver a Haruhiko alejarse, su cuerpo adolorido pesaba por mas que deseaba levantarse no podía, junto a  su amante el día comenzaba a desaparecer. Tragándose el dolor que sentía, reunió la fuerza que poseía para levantarse, seguiría a Haruhiko no renunciaría tan fácil a su relación, no después de pasar por tanto ese año que tenían como pareja. Caminar le resulto una dolorosa batalla pareciéndole que el peso en sus piernas se incrementaba a cada minuto ¿Cuanto tiempo tenia sentado cómodamente en aquella banca? ver como Haruhiko avanzaba sin él le dolió.

*¿Cuanto tiempo tengo sentado en esta banca sin intentar moverme?*

Sus parpados pesaban, su cuerpo dolía sintiéndose extremadamente pesado, el aire frio golpeaba su cara moviendo torpemente su cabeza vio la ventana abierta, unos arboles fuera de ella se mostraban ya con hojas secas. El frio plástico sobre su cara lo molestaba, sentía el ardor de las agujas picándole las venas, su cuerpo dolía y su confusa mente empezaba a soltarle pedazos del accidente, haciendolo consiente de lo ocurrido.

Estaba en un hospital por aquel accidente, Akihiko Usami había usado de pretexto de firmar las novelas para arrastrarlo a un salón contiguo con menos personas, al ser mas pequeño se vio rápidamente sometido por el enorme hombre, con violencia fue empujado contra la pared luchando con todas sus fuerzas evito los labios del escritor, fue gracias a Chiaki que logro separarse del hombre solo unos momentos después se vio arrastrado a un auto.

No tenia duda de su profundo amor por Haruhiko, nada ni nadie lo haría cambiar de decisión, no podía moverse ni hablar por el tubo dentro de su garganta, quería descansar un poco cerrando los ojos. Escucho la puerta abrirse junto al aroma de las rosas, escucho como alguien se sentaba a su lado su mano fue tomada con delicadeza.

-Hola Misaki ¿Recuerdas a Zen?, hoy por fin se reunió con su amante...ese hombre lo mando al diablo hace un mes, pero se aman tanto que regresaron-sintió una cálida mano acariciar su mejilla, su corazón brinco al sentir esa caricia aun no abriría los ojos deseaba seguir escuchando la voz de su pareja, junto a sus caricias.

-Te amo...te amo tanto que esperare décadas si es necesario para volver a tenerte en mis brazos-Haruhiko continuo acariciando su rostro, el único consuelo  al sostener esa frágil mano, acariciar esa suave piel era creer que despertaría de ese sueño, aun ahora que las esperanzas de verlo despierto se reducían cada vez mas, soltó la mano levantándose debía acomodar las rosas en el florero antes de que estas se marchitaran. Las orbes verdes se abrieron su mirada se enfoco en la amplia espalda de Haruhiko, su pecho vibro de emoción al verlo, las lagrimas empezaron a escapar de sus ojos.

El florero cayó al piso, el shock en el rostro de Haruhiko era notable al ver esas hermosas esmeraldas fijas en él, las lágrimas escurrían por las pálidas mejillas de Misaki, esa reacción le hizo saber que tenía demasiado tiempo recostado en esa cama de hospital.

^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^

Su cabeza dolía por la falta de sueño, enfocado en hacer un hermoso vestido a Hiyo no se dio cuenta de cuanto tiempo paso cociendo, hasta que su pequeña invitada despertó de su siesta. No podía culpar a la niña de querer jugar después de despertarse.

La hermosa sonrisa de la pequeña al ver su nuevo vestido alivio un poco de su malestar, verla sonreír por algo tan simple como lo era ese vestido tan sencillo le produjo una alegría inusual, la niña desprendía un aura muy alegre llena de vida y su sonrisa contagiaba alegría.

-Gracias Onii-chan, nadie me había regalado algo tan hermoso-arrojándose a los brazos del hombre, escondió su cabeza en su pecho ocultando el sonrojo en sus mejillas, contadas personas le daban regalos sin tener intenciones escondidas. Muchas veces había escuchado decir a sus espaldas que las personas solo la querían por su padre, nadie la quería por ser solo ella, solo veían lo que su padre podía darles, ella entonces solo se convertía en un camino para entrar a la mansión, solo que ahora era diferente con ese hombre al que deseaba tener como madre  dado que él no conocía quien era su padre.

-No es la gran cosa, te are otros espero salgan mejor que este-acaricio la majilla de su pequeña invitada, ver tan tierna reacción lo conmovió fácilmente podía decir que Hiyo resultaba la mas dulce y tierna niña que conocía.

-¡De verdad me darás otros!-sus ojos miel brillaron de emoción con la idea, su futura mami sin duda era amorosa y dedicada, estaba segura que cumpliría con las cosas que deseaba de una madre, cocinaba delicioso y además hacia ropa muy bonita, le daría puntos extra por ser tan buena costurera, su mami no solo era hermosa, era muy talentosa.

-¡Claro! veras que serán muy hermosos-ver la mirada brillante de Hiyo calentó su corazón, tan linda niña e inocente sacaban a flote su afecto natural por los niños.

-¡¡Onii-chan vamos a jugar!!-jalando su mano intentaba llevarlo de regreso a la sala.

La alegría se esfumo cuando la dulce sonrisa de Hiyo al pedirle que jugara con ella le impidió negarse, tratando de ignorar el dolor de caderas que aun sentía por su sesión de sexo, lo cansado que estaba por no haber dormido nada, siguió a la niña hasta la sala. Seguirle el paso a una niña resultaba una tarea por demás dificil, su pequeña invitada corría de un lado para otro sin descanso, forzandolo a ir de un lado para otro tratando de seguirle el paso.

Agradecía que al ser tan pequeña su desbocada energía era descargada rápidamente, solo después de comer su energía se agoto. Takafumi agradecía que al fin podría descansar, llevando en brazos a una dormida Hiyo que había caído fatigada en la mesa antes de terminar su cena, siendo aun muy pequeña para dejarla sola la llevo a su cuerpo recostándola en la cama solo debía tomar un baño antes de irse a descansar.

Estando tan ocupado en Hiyo había olvidado limpiarse, aun olía a sudor mezclado con el aroma del sexo, aun tenia rastros de semen en su entrada y conducto anal, los rastros de su encuentro sexual aun estaban presentes en su piel donde se podía ver marcas moradas en su cuello y pecho, adentrándose en el baño lleno la tina  sintiendo alivio en su adolorido cuerpo con el agua caliente, no perdería mucho tiempo bañándose no podía dejar a la niña sola mucho tiempo en un lugar que no conocía.

Después de limpiarse salió directo al armario para buscar una pijama, era normal ya para él dormir desnudo gracias a que las noches las usaba teniendo largas jornadas sexuales junto a su amante, pero Hiyo siendo una niña no seria correcto dormir desnudo junto a ella podría asustarse, tomando una holgada polera y unos pantalones de tela comenzó a vestirse, estando ya listo se dirigió a la cama tomando en brazos a Hiyo se dispuso a dormir.

 

Notas finales:

n.n..hasta la proxima


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).