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JAULA DE AMOR por rurufusu

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Notas del capitulo:

xc perdon por demorar pero me enferme y no pude escribir

Solo tenían un par de horas en ese lugar, olvidando la mirada de sorpresa de los empleados al verlos ingresar e ignorarlos en su camino hasta la alcoba todo era confuso, su amante no había dicho ni una sola palabra solo susurraba cosas al oído de su pequeña niña. La tensión en el aire incrementaba con cada paso que daban poniéndolo muy nervioso y tenso, ademas de avergonzarse cada vez más por la ropa que traía puesta.

La vergüenza se expandía por su cuerpo calentando sus mejillas, un fuerte color rojo se instalo en ellas, agachando la mirada siguió en silencio al castaño tratando de ignorar su ropa tan reveladora y las miradas poco disimuladas sobre él, la noche anterior no se habían topado con nadie en la mansión gracias a la hora en que habían llegado.

El camino le pareció bastante largo, más de lo fue en realidad por el incomodo silencio que los rodeo. El interior del cuarto al igual que el resto de la mansión resaltaba el lujo en el que aquel castaño vivía, analizando todo incluso su jaula derrochaba lujo y su nuevo hogar serbia para demostrarle como ese hombre tenía los recursos suficientes para sustentar cualquier capricho, incluso secuestrarlo y violarlo sin levantar ninguna sospecha.

-No están fácil Hiyo, no puedes decidir esto tu sola-sentándose con tranquilidad sobre la cama tamaño rey, vio a su hija agachar la cabeza y las lagrimas acumularse en sus ojos. Deseaba poder evaluar cuanto su hija apreciaba a su pareja, saber al menos que el pelinegro se había preocupado por cuidarla esos días y hacerle incluso ropa lo hacían verlo con ojos de bobo enamorado, su ángel cada día era una criatura más linda y hermosa.

-¿Mami no puede quedarse? pero, pero-sus ojos se llenaron de lagrimas, con la sola idea de que su padre la separara de su madre no había pensado en esa posibilidad, no hasta ahora con el repentino rechazo  mostrado hacia su madre. En silencio Yokozawa contemplaba la discusión, no deseaba echar a perder las cosas aun mas, sabía bien que su amante estaba molesto con él por ocultarle el tiempo que Hiyo estuvo encerrada con él.

Manteniéndose lo más neutral a la discusión solo escuchaba atento, tomando una taza de café en la mesa cerca del enorme ventanal del cuarto observando a padre e hija discutir sentados en la cama, no se arriesgarían a intervenir y meter en problemas a Hiyo no con los que sin desear termino arrastrando a su pequeña niña.

Sabía que el castaño lograría zafarse de su hija usando cualquier pretexto, se sentía ansioso por lo que pasaría después de eso, se tenso con solo pensar que pasaría después de eso con él. Sin notarlo su cuerpo empezó a temblar temiendo como terminaría todo, el miedo hacia su ahora amante empezaba a disiparse  con el notable cambio de este, había noches donde solo jugaban entre caricias y besos sin llegar a nada sexual, pero otras no existía juego ni nada solo se veía empujado a la cama y poseído durante toda la noche por su amante.

En cuanto las puertas de la recamara se cerraron sabía lo que se vendría, empezó a temblar como una hoja ese lugar le era completamente desconocido, se estremeció por completo sintiéndose aun más indefenso y expuesto. En cuanto su pequeña se despidió de él con un beso en la mejilla dejándolo a merced de los deseos de su amante.

-¿Y bien? ¿No vas a explicare nada?-su voz resonó en la habitación, un tono serio lo que aumentaba su aire intimidante, bajando la mirada se mordió el labio ansioso y sin saber cómo reaccionar, sentía la seriedad en esa pregunta y no sabía cómo responder.

-Lo siento, no creí que esto pasaría...no pensé que fuera malo cuidar de Hiyo, es tan linda y tierna- sin atreverse a levantar la mirada espero en silencio la respuesta, sintiéndose ansioso solo escucho los pasos acercarse, una suave caricia en su mejilla y unos dedos sujetar suavemente su barbilla obligándolo a levantar la mirada. Para encontrarse con una intensa mirada café, un fuerte rubor se instalo en sus mejillas por tan penetrante mirada.

-No me molesta que cuidaras de ella, realmente te lo agradezco pero me molesta que aun ahora lo estés ocultando ¿Eres mi pareja o no? debes tenerme más confianza-algo que aun lo molestaba, ver como su amante seguía callándose las cosas, en unos cuantos meses se cumpliría un año desde que empezaran a tener relaciones sexuales y de haberlo secuestrado de aquella forma tan cruel.

-Yo...no quería seguir encerrado y sin contacto con otras personas, se que fui infantil actuando así- mordiendo su labio inferior  desvió la mirada incomodo, aun temía por las acciones algo violentas del castaño aun estando aislado de todos ese hombre solo quería acapararlo en cualquier sentido. Resultándole en ocasiones abrumador, ni su propia mente parecía ser capaz de escapar de esa posesión tan abrumadora.

-No te dejare ir tan fácil, a donde quiera que vayas te estarán cuidando y evitaran que  te pierda de nuevo-sabia que hora debía darle más libertad, soltarle las cadenas con las que trataba de retenerlo, ahora solo podía confiar en que su ángel no huiría. Saber que su hija estaba más que encantada con su amante, si ambos pasaban tiempo junto tenía la esperanza que su relación se profundizara lo suficiente para tener una profunda conexión.

Una suave caricia estremeció su cuerpo, cerrando con fuerza sus ojos sintió los delgados dedos recorrer su piel desde su mejilla hasta el cuello, las caricias eran suaves y delicadas únicamente recorrían su piel, un siempre roce calentaba su cuerpo haciendo completamente consiente de la gran dependencia que sentía estando cerca de ese hombre. Sabía que no era normal sentir esa clase de necesidad, no era normal esa dependencia.

*Fui un estúpido tratándote de esa manera tan cruel y lastimándote de esa forma*

*Amarte como lo ago. No compensa como te dañe en ese momento*

*Te corte las alas, te encerré en una jaula  y aun ahora no te dejare libre*

 Era cierto que su relación no inicio de la mejor manera todo gracias al secuestro y la violación, ahora podía ver lo animal que había sido con su ángel de haber hecho las cosas de forma correcta sin precipitarse como lo había hecho, estaba seguro que igual hubiera obtenido la virginidad de su hermoso ángel después de un cortejo adecuado.

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Tragarse la humillación y verse arrastrado hasta el salón fue una de las cosas que tuvo que soportar esa tarde, sentir una posesiva mano sujetando su cintura atrayéndolo al cuerpo de su amante dejando en claro que no era un hombre "disponible", un claro gesto de posesión que ahora le resultaba normal tanto como los celos tan explosivos y  sofocantes del castaño.

-Los he mandado llamar para presentarles a mi pareja dentro de poco mi esposa: Takafumi Yokozawa, su palabra es una orden, le obedecerán y respetaran como la señora de esta casa, cualquier desplante y juro que los are pagar muy caro- sujetando con mayor firmeza la delicada cintura la atrajo más a su cuerpo, sus celos se hacían presentes al notar la mirada de sus empleados sobre el delicado cuerpo de su amante, reconsiderando muy pronto solo tener personal femenino dentro de la mansión.

-Idiota, no soy una mujer para que me trates así- mordiéndose el labio evito gritarle frente a todos los empleados de la mansión, fue solo un susurro su queja para evitar ser escuchado por otro que no fuera el castaño. Ignorando los celos injustificados de su amante fijo su atención en los 16 hombres en perfectos trajes negros ubicados detrás de los empleados, incomodándose al ver que de verdad estaría vigilado dentro de esa mansión.

Empezaba a sentir la presión de ser la figura materna dentro de ese lugar, Cuidar de Hiyo no sería mayor problema gracias a los días que habían pasado juntos, el problema principal sin duda seria su amante y sus celos desmedidos. Ser presentado como su pareja sabia era una forma de atarlo y cortarle las salidas, ademas de ser una forma de mantenerlo más controlado dentro de la mansión de forma más disimulada.

Los vio solo asentir y retirarse, los de traje negro fueron los últimos en retirarse y dispersarse por toda la mansión, sus nervios se expandieron a todo su cuerpo al verse solo junto al castaño, sin resistirse se dejo arrastrar de regreso a la alcoba. Ver sus manos unidas al caminar ya no le resultaba tan incomodo, poco a poco esas acciones tan cariñosas en publico  habían dejado de ser vergonzosas para el pelinegro.

-Aun hay algo que debemos tratar, tus gastos personales sé muy bien que no aceptaras que te mantenga. Así que Haruhiko llego a una solución bastante buena-delicadamente se separo de su amante, caminando hasta su enorme escritorio junto al enorme ventanal tomando unas carpetas de la mesa se la extendió a su amante. La idea resultaba realmente excelente, aprovechando los conocimientos de su ángel en ventas los usarían para evaluar fallas en los contratos a firmar, debía reconocer lo impresionante que eran sus records en ventas con cada contrato que lograba firmar.

-Espera ¿Qué?..-no lograba procesar lo que acababan de decirle, su atención se fijo en las carpetas, contratos ya firmados y por renovar, una tendencia normal entre compañías grandes como IMAGINE al  tener contratos con duraciones de 5 años lapso donde se avaluaba si era rentable o no seguir con alguna relación laboral.

En un mercado tan competitivo resultaba muy útil examinar los contratos, retirar clausulas inútiles y agregar nuevas en una forma de mantener una relación productiva, ademas de permitirles explorar nuevas posibilidades con otras empresas. Aun algo desconcertado por tener esos papeles en sus manos, decidió sentarse en la cama a espera de una mejor explicación de que se suponía esperaban que hiciera para IMAGINE.

-Tramite una tarjeta de crédito a tu nombre, donde se realizaran los depósitos por tu trabajo conozco bien tus capacidades y se te pagaran como un ejecutivo de ventas, tus fondos actuales son de 15 mil dólares-sosteniendo entre sus manos una carpeta de piel se la extendió a su desconcertado ángel, odiaba tener que soltarle las alas pero ahora era consciente que tenerlo encerrado y aislado del exterior no era una buena  respuesta a su extraña relación, si quería realmente ganarse por completo a su amante debía liberarlo.

-¿Qué demonios significa esto? ¡se claro idiota!- tanta información de golpe no podía ser procesada, no era un idiota pero por más que trataba de procesar todo no le quedaba nada claro, ademas de resultarle extraña esa reacción por parte de su amante.

Guardando la calma trato de pensar una forma clara de explicar que deseaba obtener de todo ese embrollo, por la cara de confusión de su ángel podía deducir que este no había entendido ni la mitad de lo dicho. Una parte se sentía aliviada al saber que al menos entendía su función dentro de la mansión como su esposa y madre de su hija, así como sus deberes a desempeñar en ese lugar veía que la parte difícil de explicar sin duda seria lo que planeaba para tenerlo entretenido y darle mas libertades.

Delicadamente acaricio su mejilla, había otro tema que debían tratar lo antes posible, aun podía sentir la agria sensación subir a su garganta siempre que recordaba la conversación y la expresión de esa mujer, lo que menos quería era esconder ese tema tan delicado. Tomando con delicadeza sus manos lo guio hasta la cama, no lo haría a un lado en ese importante tema dentro de sus vidas, no ahora que ostentaba un importante lugar en ella.

-Takafumi, debes conocer bien el motivo por el que me divorcie...es un tema delicado-tratando de calmarse y mantener la compostura, la acidez golpeo su garganta con mayor fuerza, tener que recordar a esa mujer y lo que hiso, no le ocultaría un detalle tan importante en su vida y aun  mas en la de su pequeña hija.

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No es un secreto que estuve casado, con una mujer que trabajo en la empresa de nombre sakura, debo aceptar que me deje deslumbrar por su belleza...

Nuestro noviazgo y matrimonio fue muy breve, actuando como un idiota la trate como una princesa cumpliéndole cada capricho, por pequeño que fuera...

Su embarazo también fue muy pronto, fui un idiota que creyó en un falso amor aun cuando todos eran capaces de ver sus mentiras, le di todo y ella solo se burlo de mí...

Me enfoque demasiado a ganar más dinero y darle una vida que mereciera, a solo unas semanas de nacer Hiyori me vi forzado a salir del país, creyendo en su amor...

Me esforcé en terminar antes y así regresar con mi familia, ansiaba tanto verlas de nuevo que me mate de cansancio para regresar una semana antes...

Ese día la venda cayo de mis ojos al encontrar a mi "esposa" revolcándose con otro en mi propia cama, lo más doloroso fue darme cuenta que incluso mis empleados lo sabían y me vieron la cara de idiota ocultándomelo...

Dolido por ser la burla de todos, solo me dedique a usar a las personas para divertirme tal como Sakura solo use el dinero para obtener diversión, no creía ser capaz de volver a enamorarme así que solo me enfoque en mi hija y mi empresa...

Salir a emborracharme, llevarme a la cama a cualquiera que considerara lindo sin tener intenciones de alguna relación seria, la mayoría del tiempo me veía enfocado en trabajar  y cuidar  lo más posible a Hiyo en los escasos momentos libres que tenia.

Durante 2 años solo me dedique a ellos, sin saber que Sakura regresaría a mis espaldas a esta mansión, engañando a una estúpida empleada que le dio acceso a Hiyo, mi pequeña hija empezó a tratar a su madre...

Esa mujer es una arpía, pude comprobarlo unos meses después: mi pequeña fue hospitalizada por quemaduras, un accidente por un descuido de la niñera de Hiyo

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Una amargura le recorrió el cuerpo, no podía evitar sentirse como un idiota de solo recordar como estuvo tan cegado por esa arpía para no ver lo que era realmente.

-Me destrozo ver a mi hija en un hospital siendo tan pequeña, verla tan frágil e indefensa conectada a todas esas maquinas, no podía hacer nada por ella solo ser un testigo de su dolor detrás de esa. Eso no fue lo peor, Haruhiko no creyó como se produjo ese accidente e investigo por su cuenta, encontrando algo terrible- cerrando los puños trato de tragarse la ira que aun hoy sentía al recordar esos horribles días cuando su niña, su hermosa bebe casi perdía la vida por aquel "accidente".

-La cicatriz ¿Es eso?..-una extraña sensación de escalofrió lo recorrió por completo, recordaba la espalda de su pequeña, su piel estaba marcada por  líneas blancas claramente hechas por una cicatriz, el simple hecho de abarcar más de la mitad de su espalda indicaba que fue una herida seria, pero su pequeña no parecía recordar porque tenía esa cicatriz.

-Hiyo sufrió quemaduras a causa de una lámpara de aceite propiedad de su niñera, la culpe de ese accidente, hasta que Haruhiko me demostró que esa estúpida mujer no fue la responsable del accidente de mi hija. Quien intento herir a mi bebe fue Sakura- dejándose caer pesadamente en la cama, contar un suceso tan doloroso para su familia. No era fácil creer que la "madre" biológica de su hija hubiera intentado matarla.

Sentir la delicada mano de su ángel sujetar la suya guardando silencio lo animo a seguir su horrible relato: La lámpara de aceite que había caído por accidente sobre la espalda de Hiyo provocando que su ropa se incendiara, era una lámpara muy costosa que Haruhiko reconoció muy bien al verla. Ese objeto pertenecía a Sakura uno de sus tantos caprichos, había sospechad desde el inicio que algo no cuadraba en la historia del accidente. Investigando por su cuenta encontró pruebas sobre las visitas de Sakura a la mansión. Incluso de esta saliendo minutos después del accidente.

Aunque no podían probar nada contra esa mujer, la lámpara les resultaba una prueba muy clara de su culpa, haciéndole recordar como Sakura juro vengarse de él por humillarla el día que la echo de su mansión desnuda al descubrirla siéndole infiel, al verse de nuevo traicionado por la servidumbre y después de despedirlos, contrato nuevo personal bajo contrato a la que se instruyo para no dar acceso a la mansión si él no dejaba instrucciones. Aun hoy el rencor contra su ex esposa se mantenía intacto, no podía creer que esa mujer  lo odiara tanto para intentar matar a su hija de esa horrible forma.

El recuerdo de ver a su pequeña tan débil y casi al borde de la muerte aun le dolía de solo recordarla atada a esas maquinas, su corazón se partía de solo pensar como su hija había tenido que soportar esa difícil etapa sin ayuda, su niña tan fuerte había logrado salir adelante contra todo pronóstico, soportando los salvajes tratamientos a pesar de su edad.

Después de ese accidente y casi un año en tratamientos donde Hiyo sufría, sin poder remediarlo "todo era por su bien" se vio obligado a mandar a su hija a un internado como una forma de protegerla de Sakura. Temía que esa mujer regresara a terminar ese fallido "accidente", tener a su ángel a su lado y cuidando de su hija  lograban calmarlo.

Sentir un suave beso de su ángel y un abrazo logro reconfortarlo, correspondiendo al abrazo atrajo aun más el cálido cuerpo hacia el suyo, agradeciendo esas pequeñas acciones de su amante. Tomando el control de la situación inicio un beso, aun sentía una gran necesidad de tomar ese delicado cuerpo, sus manos comenzaron a recorrer la piel por debajo de la polera arrancándole gemidos a su ángel, tenían ya varias semanas sin poder tener sexo su poco auto control se estaba perdiendo el sentir la cálida piel de su amante rosar la suya.

Sabía que su pequeña hija esta vez no los interrumpiría como lo había estado haciendo días  atrás gracias a que Hatori la había llevado al centro comercial por un regalo para  Chiaki, podían tomarse su tiempo. Recorriendo con su lengua la suave piel del cuello sus manos empezaron a desvestir a su hermoso amante, amaba esa suave piel y su delicado aroma.

Arrancarle sus prendas y dejarlo completamente desnudo fue muy fácil, ambos ansiaban poder estar juntos de esa forma. Los besos húmedos empezaron a recorrer la suave piel, los suaves gemidos empezaron, sin perder más tiempo empezó a dilatar a su amante teniendo la mayor delicadeza posible, sabía lo doloroso que resultaba para su ángel mantener relaciones y más aun no estar preparado adecuadamente para ello.

No hubo juego previo al sexo, una vez dilatado y sin esperar más el castaño lo había penetrado arrancándole el proceso un fuerte gemido, su ritmo empezó fuerte y constante sin darle un solo momento de descanso, las uñas de su amante se clavaron en su espalda y sus piernas rodearon su cintura, los fuertes gemidos resonaban en toda la habitación. El sonido húmedo del choque de los cuerpos, los jadeos y gemidos terminaron por cegar su mente, solo era consciente de las fuertes embestidas que daba a su hermoso amante, los fuertes gemidos de esa voz que lo tenían loco lograban escapar de su garganta y entre gemidos su nombre salía de los labios de su ángel.

Podía hacerle el amor a su ángel sin sentir fatiga por horas, no sabía cuánto tiempo había pasado desde que iniciaran solo que esta ya era la cuarta vez que tomaba ese cuerpo que tanto lo enloquecía, beso con delicadeza la nuca afianzando su agarre en las caderas retomando las fuertes y frenéticas embestidas, escuchando con orgullo la sinfonía de gemidos escapar de la boca de su amante, solo veía como las sabanas eran sujetadas con fuerza entre los puños de su ángel y un nuevo gemido escapar de esa boca.

Por quinta vez su semen inundo las cálidas entrañas de su ángel,  dejándose caer a su lado trato de normalizar su respiración, sus dedos se colaron entre los suaves cabellos negros ahora húmedos por el sudor mismo que cubría todo su cuerpo, notando como a pesar de estar dándole la espalda podía distinguir fácilmente como su respiración estaba igual de acelerada. Una suave sonrisa se dibujo en sus labios, su ángel sin duda era la mejor decisión que había tomado en años, ese hombre a pesar de su retorcido inicio en su relación estaba aun firme a su lado entregándole su cuerpo y su corazón.

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*No todo puede ser perfecto*

*Siempre habrá algo que eche a perder toda tu felicidad*

-¡¿Porque demonios esta aquí?! ¡Maldición!-el suave llamado a la puerta capto su atención, la chiquilla parecía nerviosa "una extraña quiere verle" a grandes rasgos conto como esa mujer casi a la fuerza había intentado buscarlo, verse separo de golpe del lado de su ángel no le resulto nada agradable, mas al tener la costumbre de estar a su lado y disfrutar un relajante momento después de una sesión de sexo. La acidez regreso con fuerza a su garganta, deseaba echar a esa indeseable persona de su mansión y sus vidas.

Sabía que debía controlarse lo que menos deseaba era darle algún motivo para creer que su presencia era necesaria en esa mansión, agradecía que al menos sus nuevos sirvientes no la hubieran dejado entrar reteniéndola en la sala. Sabía que algo no estaba bien desde esa asquerosa fiesta, la echaría a patadas antes de que su ángel despertara, odiaba que esa mujer llegara de repente e intentara meterse por la fuerza a sus vidas.

-Creí haberte dicho que no quería volver a verte ¿Eres sorda o estúpida?- no podía esconder su molestia al verla sentada cómodamente en el sillón y bebiendo tranquilamente un te seguramente recién hecho, chasqueando la lengua se acerco a esa mujer conteniéndose de golpearla y echarla a patadas de su mansión.

*Lleva una charola con bocadillos y te a la alcoba, mi esposa está dormida ten cuidado de no despertarla* soltando su agarre sobre el brazo de la jovencita la vio asentir y retirarse una instrucción clara y lo suficientemente bajo para no ser escuchado por su ex esposa. Ahora solo debía sacarla a patadas y dejarle muy claro que no quería verla de nuevo.

-Cariño no debes ser tan frio conmigo, solo quiero estar cerca de mi hija y ayudarte a criarla- con una sonrisa y un claro coqueteo se acerco al castaño, ignorando la cara de hastió que este puso al verla creyendo que podría acercarse aprovechando la atracción que el castaño sintió por ella, sabia sobre la amante que su ex esposo tenia y confiaba ser aun más hermosa que "esa" tipa lo suficiente para volver a entrar a esa mansión.

Una mueca de desagrado se formo en sus labios al percibir el aroma fresco del sexo impregnado en el castaño, resultándole claro porque había tenido que esperar una hora en esa fastidiosa sala. Lo menos favorable para ella en ese momento seria hacer desplantes solo debía ser cuidadosa con sus movimientos y ganarse la confianza de la niña.

-Ya te lo dije no me interesa volver  a tratar contigo, ¿Que paso? ¿El idiota que estafas ye se quedo seco?, se qué clase de víbora eres no caeré esta vez-apartándose con brusquedad del lado de esa mujer, evitando a toda costa que lo tocara se dirigió al sofá, resoplando con fastidio espero que esa insoportable mujer regresara a su asiento de nuevo.

-Tu puta debe ser excelente en la cama, si incluso rechazas mi tacto- la clara molestia en su voz no pudo ser disimulada, no esperaba un rechazo tan directo. Ni ese notable repudio a su presencia dejándole como última salida usar el pretexto de acercarse a su hija.

Solo debía mover bien sus cartas en ese juego, teniendo plena confianza en lograr ganarse de nuevo el corazón del hombre, el método más fácil para lograrlo sin duda seria su hija.

Escuchar como insultaba a su ángel fue más de lo que pudo soportar, no la dejaría insultar a su amante no ahora que formalizaron su relación, levantándose de golpe se dispuso a correrla de su hogar, presentía que no era más que un pretexto para meterse de nuevo a su vida y más aun volver a usarlo como el idiota que fue en ese tiempo, pero ahora no contaba  con la presencia de su ángel, no era tan idiota para dejarse seducir por esa arpía y perder a su amante por una tontería como esa, esta vez no caería

Notas finales:

u.u..perdon


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