Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

JAULA DE AMOR por rurufusu

[Reviews - 197]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

u.u..perdon por desaparecer una semana sin dejar rastro

Beso los blancos y suaves hombros de su hermoso ángel, apreciando su hermoso  cuerpo desnudo, acaricio con las yemas de sus dedos su delicado rostro húmedo por las lágrimas, sus muñecas amarradas a su espalda con una fina cuerda de seda, su boca cubierta con una mordaza ahogaban sus gritos y maldiciones contra el castaño.

-Eres una verdadera fiera, mi amor. No creas que te dejare ir tan fácil-acaricio la herida en su brazo, no entendía como solo usando sus uñas había podido desgarrarle la piel. Sonreía divertido por el carácter tan fuerte de su pareja, estaba resultándole difícil domarlo.

-¡NGH...mmm...ngh!-lo vio separarse calculo que podría golpearlo, una fuerte patada en el rostro del castaño lo mando directo al piso, Yokozawa no cedería tan fácil a ser un juguete en manos de ese hombre, lo vio levantarse y la sangre salir de su boca sintiendo una pequeña felicidad por herirlo, no le importaba quedarse de esa forma si podía vengarse.

-¿Así quieres jugar mi amor? parece que tendré que ser más duro contigo-jalando sus cabellos negros hacia atrás con fuerza, lo vio hacer muecas de dolor por la violencia del acto, lejos de quedarse quieto o sumiso como Zen esperaba, Takafumi le dio un cabezazo con todas sus fuerzas obligándolo a soltarle e irse hacia atrás cayendo al colchón de golpe.

Zen estaba furioso por ser golpeado, limpiando la sangre de su boca intento contenerse y no golpear a su hermoso ángel, adoraba a ese hombre y estaba francamente desesperado por domarlo, esa mirada era desafiante a pesar de tener un mes como su pareja sexual de Zen y debía aceptar ser violado cada noche por él, aun no había podido doblegar el orgullo del pelinegro. El hombre era orgulloso y desafiante, demasiado para gusto de Zen.

-¡Ya déjalo imbécil!..Tenemos trabajo-Haruhiko observaba desde el marco de la puerta la lucha de esos 2, no podía creer que el muchacho no mayor a los 26 fuese tan difícil de doblegar y mucho menos que fuese tan orgulloso. Zen lo miro con clara molestia, como si intentara asesinarlo con la mirada algo que Haruhiko solo ignoro, el castaño molesto se levanto de la cama dirigiéndose al baño azoto la puerta al entrar.

-Vamos quédate quieto y descansa me haré cargado de ese idiota-liberando las muñecas del joven lo ayudo a quitarse la mordaza, cubriéndolo con las sabanas. Indicándole con la mano al joven que no se moviera de la cama, pudo notar fácilmente las heridas que el pelinegro tenía en su cuerpo indicando que el idiota de su amigo no había sido nada considerado con el muchacho. Zen salió del baño ya cambiado, pasando a un lado de Haruhiko sin mirarlo, estaba por demás molesto con su interrupción.

-¿Porque me trajeron a este lugar? dime la razón Usami-cerrando sus ojos trato de calmarse esperando una respuesta que pudiera convencerlo. El otro hombre suspiro con fastidio no sabía que decirle al joven, ninguna respuesta que pudiera dar seria convincente. Antes de poder contestar Zen salió del baño, molesto e irritado camino sin mirarlo fuera del cuarto.

-¿Qué demonios quieres Haru? no recuerdo haberte permitido entrar a este lugar-el tono de su voz delataba su molestia, podía escuchar los pasos de su secretario detrás de él. Su silencio le era completamente irritable, no sabía porque el hombre lo fue a buscar.

^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^

Chasqueo la lengua al llegar a su despacho y ver al hombre que lo esperaba sentado cómodamente en su sillón su aura calmada y su semblante frio le indicaban problemas, conocía demasiado bien a su abogado tenían años juntos para no conocer sus manías, verlo de negro y así de serio era indicio de problemas. La primera vez que lo vio con ese semblante fue en su divorcio de Sakura y pelea de una custodia, cuando su cliente se fue a divertir a un bar y terminar en una celda por emborracharse y golpear a un camarero.

-Supongo que ya sabes a que vengo Zen...tu idiotez de secuestrar a ese hombre no la puedo pasar por alta, ya cubrí muchas de tus jugadas sucias para dejarte libre de esta-Hatori se levanto del sillón con un semblante serio y duro que aumentaba su intimidante aspecto, caminando con calma hasta el castaño se paro frente a este, Zen solo desvió la mirada incomodo de estar en ese cuarto con Hatori y Haruhiko.

Yoshiyuki Hatori el mejor abajado de california era el encargado de cubrir las jugadas sucias de Kirishima, evitando así comprometer a la compañía en un escándalo. Usado cualquier medio para lograrlo siempre podía callar a los testigos sin importar como, dinero, favores o incluso amenazando a las familias de los testigos. El mejor abagado, el mejor intimidando a las personas, podía seguirle el juego a Kirishima hasta cierto punto desviando la mirada e ignorando el asunto  pero no soportaría un secuestro sin una razón.

-¿Haru te fue a llorar para que lo deje libre? te diré una sola cosa Tori, no voy a renunciar a Takafumi ni tu ni nadie puede obligarme-actuando como un niño se sentó en el sofá cruzando los brazos se negó a verlo a los ojos, no cedería por nadie a dejar ir a su ángel.

-¡Basta ya con esta estupidez Zen! ¡No puedes retener a ese hombre! piensa un poco ¿Que pasaría si logra escapar? nos hundirá a todos-Hatori no poseía mucha paciencia en esa clase de temas. Suspiro con pesadez al ver que ese hombre no cedería a su estúpida idea de retener al hombre a su lado, bien podría asegurar que tener a ese hombre como cliente lo mataría de un coraje antes de tiempo, con esa actitud infantil y despreocupada.

-Zen realmente ya pensaste ¿Como podrás controlar esto?-la voz fría de Haruhiko intentaba intimidar al castaño o hacerlo cambiar de opinion, cosa que no funciono.

-Entonces convéncelo, dale algo que quiera, suéltale las alas negocia con él por cada vez que acepte tener sexo contigo recompénsalo- escupió fastidiado el abogado, bien podrían someterlo con cosas simples que ahora el hombre no tenia, en teoría era igual a sobornarlo y una manera más fácil de doblegar al hombre.

-¿Eso te funciona con Chiaki? nuestra situación es parecida con esos 2-Zen no se dejaría intimidar por ninguno de ellos. No cedería y mucho menos dejaría ir a su ángel.

Hatori estaba arto de esa actitud tan infantil realmente deseaba matarlo. El no retenía a Chiaki porque lo deseara, su castaño no podía moverse por sí solo sin lastimarse, sabía que era su culpa que su amado no pudiera valerse por sí mismo, si no se hubiera dejado cegar por los celos, si no hubiese ido a exceso de velocidad Chiaki estaría bien y no estaría encerrado en casa todo el tiempo, no tendría que valerse de otros para andar.

^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^

Se encontraba sentado junto al ventanal podía sentir la briza fresca de la noche golpear su rostro, con sus dedos seguía las marcas en líneas grabadas en gruesa madera de la mesa hasta dar con un circulo indicándole que su tasa de te estaba cerca y debía tener cuidado de no derramarlo o quemarse, sonrió al sentir las torpes marcas en la madera una clara muestra de cuanto Hatori lo amaba, todos los cambios en su mansión eran por él.

-No deberías seguir culpándote Tori-su te estaba ya frio, dejándolo sobre su plato lo tomo entre sus manos, sus pies descalzos buscaron las marcas en el mármol. Una línea recta lo guiaba sin problemas en la casa, líneas más delgadas bordeaban los muebles, cada desvió tenía un grabado a relieve con la imagen del mueble, en todo el piso los grabados ayudaban al castaño a moverse con cierta libertad sin tener que depender de otros.

Tenían 18 años juntos, desde que eran niños cuando se conocieron en aquel parque. Un pequeño Chiaki lloraba desconsolado después de ser abusado por unos niños más grandes que destruyeron su pequeño peluche de un pollito, el amaba ese peluche dado que era un regalo de su madre, pero siendo más pequeño que un niño promedio fácilmente otros niños lo molestaban, lo golpeaban y maltrataban sin que pudiera defenderse.

-Toma...puedes quedártelo-la voz dulce de otro niño, lo hizo fijar sus ojos azules llenos de lagrimas en aquel niño castaño que le ofrecía un conejito blanco de peluche. Sus temblorosas manos sujetaron el animalito, apretandolo contra su pecho le sonrió.

-Mi nombre es Yoshino Chiaki ¿y el tuyo?-en su rostro una sonrisa sincera se formo gracias a la acción del otro niño, sujeto con fuerza contra su pecho al conejito.

-Yoshiyuki Hatori...-extendiéndole la mano lo ayudo a levantarse del polvoso suelo, limpiando con su manga las lagrimas del mas pequeño, le regalo una sonrisa llena de calidez y tomando su mano lo guio a una banca, del bolsillo de su short Hatori saco un chocolate que entrego al pequeño Chiaki, aun recordaba el sabor de aquel dulce con nuez. Siendo un romántico perdido aun guardaba la envoltura de aquel dulce y el peluche que su amado le dio.

-Chiaki estoy en casa ¿Donde estas?-el abogado dejo su maletín en una armario especial junto a la entrada donde guardaba sus cosas para evitar que Chiaki pudiera lastimarse si chocaba contra algún objeto que no pudiera ser delimitado. No podía evitarse culparse por aquel accidente, sus celos no le dejaron ver que estaba equivocado, fueron sus celos los que lo llevaron a discutir con Chiaki dentro del auto y no darse cuenta que había invadido el carril contrario, sus celos provocaron el choque y le arrancaron la vista al castaño.

-Tori bienvenido a casa...te esperaba más tarde-el castaño salió de la cocina guiado por los relieves del piso camino hasta la puerta, manteniendo los ojos cerrados busco con sus manos el cuerpo del otro hombre, sus manos fueron atrapadas por unas más grandes que acariciaron su mejilla, un suave beso en sus labios lo hicieron sonreír.

-Estoy en casa Chiaki... ¿Como estuviste hoy?-acaricio con cariño la sonrojada mejilla del pequeño castaño, este abrió los ojos ahora opacos sin ningún tipo de brillo a pesar de eso su cálida sonrisa le traía paz. Sabía que nunca podría perdonarse al arrebatarle su vista.

^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^^

Una sonrisa divertida adornaba su rostro, había decidido seguir el consejo de Hatori un estira y afloja, un juego retorcido desde cualquier Angulo que fuera visto, ninguna persona podría aceptar las condiciones para obtener los premios. Las reglas eran simples Takafumi debía aceptar mantener relaciones sexuales con él de forma voluntaria, en términos fáciles de entender para el pelinegro le dejo en claro una cosa en esa mansión su función no era diferente a la de un objeto, solo adornaba la mansión como un gorrión adornaría una jaula.

-Bien ¿Entendiste lo que quiero? es un favor por otro-sujetando una cuerda de suave seda, meciéndola con descaro frente a la cara de un enfurecido pelinegro, este se mordió el labio bajando la mirada. Apretando los puños intentaba contener la ira que lo invadía, deseaba mandarlo al diablo en ese momento pero en algo tenia razón el castaño dentro de esa mansión él era otro objeto, la oferta era tentadora si se veía desde otro punto solo debía ceder a tener relaciones con ese irritable hombre y este le daría mas libertad.

-¿No planeas dejarme ir? ¿O solo quieres seguir humillarme por rechazarte?-aun sin levantar la mirada esperaba una respuesta, su orgullo le dictaba que rechazara la oferta pero estaba desesperado por estar un mes entero encerrado entre esos muros sin poder salir. Zen palacio adivinar lo que pasaba por la mente del joven, sujetando su mano lo guio hasta la barra a un muro de madera labrada. Había un truco para abrir el muro y revelar un pasillo escondido, al cruzarlo revelo un jardín hermoso.

-Este será tu primer regalo si aceptas el trato ¿Dime hermoso cuál es tu respuesta?-acaricio su mejilla con cuidado, al ver la mirada sorprendida del joven pelinegro, lo vio bajar la mirada y apretar los puños, mordiéndose el labio. Zen tomo entre sus manos el rostro besándolo por primera vez su ángel no peleo, el regalo que le presentaba era muy tentador para el muchacho, tomandolo de la mano lo guio de regreso a la habitación.

Notas finales:

u.u..huire para que no me maten


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).