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JAULA DE AMOR por rurufusu

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Notas del capitulo:

n.n..trayendoles el nuevo capy de este fic donde explicare algunas cosas y otras mas en losproximos capitulos.

esperando que les guste a leer¡¡¡¡

El amor puede llevarte a conocer una felicidad indescriptible, llenar tu vida de una calidez absoluta, hacerte ver que cada cosa que conocías puede ser mil veces mejor si la compartes con la persona indicada, pero si ese amor se pierde de un momento a otro el mundo que se tiño con ese amor y calidez se caerá a pedazos ante tus ojos con crueldad brutal.

Tomaba una copa de licor tras otra intentando olvidar el tiempo que llevaba sin verlo, sin escuchar su voz y ver sus hermosos ojos color de esmeralda. Las lágrimas escaparon de sus ojos, era demasiado el dolor que sufría por no poder verlo no poder sentir su dulce aroma y ver su hermosa sonrisa, la culpa lo corroía de haber estado a su lado su amado no habría sufrido aquel terrible accidente, odiaba completamente a Akihiko.

-Feliz aniversario Misaki. Hoy cumplimos 4 años juntos-levanto la copa llena hasta el borde de licor, sujetando con la otra mano una fotografía de ellos 2 juntos en su primer cita cada año compraba un presente, cada año celebraba un aniversario doloroso sabiendo que su castaño podría no despertar jamás. Dejando caer la copa cubrió su rostro con las manos dejando escapar su amargo llanto repleto de dolor y tristeza, el dolor acumulado en esos años salió en un caudal de dolorosas y amargas lágrimas.

Se maldecía por haber dejado salir ese día a Misaki solo, una fiesta a la que él no podía ir por una firma de contrato. La sonrisa tan cálida del castaño cuando lo vio salir era lo único aun presente en sus recuerdos, debía ser solo una salida de su amante junto a la pareja de Hatori una simple firma de autógrafos de unas novelas de su estúpido hermano.

El sonido del celular a mitad de la reunión lo obligo a salir *¿Usami-san? llamamos del hospital. El señor Takahashi Misaki sufrió un accidente*.Su sangre se helo con solo escuchar esas palabras, su vida se destruyó ese mismo día, olvidándose de todo salió en busca de Misaki. La ira lo invadió al saber que Akihiko había causado el accidente, los invitados habían sido testigos de cómo Akihiko intento besar a Misaki, el rechazo de este y como su hermano lo saco por la fuerza del lugar, el auto destrozado de Akihiko en el choque prenso su cuerpo lastimándole la columna, pero su hermoso Misaki, su pequeño cuerpo fue encontrado bañado en sangre metros más allá del auto, el impacto fue brutal y su pequeño había salido proyectado del automóvil y el golpe en su cabeza lo había llevada a cirugía.

*Perdóname Misaki no pude protegerte, perdóname por no poder ayudarte*

Su cuerpo se adormeció bajo el alcohol, dejando a su mente divagar entre ese mar de recuerdos, las sombras difusas de un día de porquería y asco: su maldito despertador no se había dignado en sonar obligándolo a salir casi corriendo de su departamento  sin desayunar ni bañado, su auto fallaba 3 cuadras después de salir de su hogar obligándolo a dejarlo abandonado en la calle, creyó fácil ir al metro publico solo para darse cuenta que era un verdadero inútil usándolo, no sabía ni dónde demonios estaba parado. Su cabeza punzaba al ver tanta paradas, nombres y signos que ni una mierda entendía, por una vez en su vida deseo haberse dignado en aprender cómo moverse en ese sistema tan malditamente complicado, sujetando su cien punzante de dolor estaba a punto de rendirse.

-¿Esta perdido señor? si lo desea podría ayudarlo-giro su vista por instinto hacia la suave y cálida voz que lo llamo encontrando un muchachito menudo de apenas 1.60, cabellos castaños obscuro algo desordenados y ojos esmeralda que tímidamente le sonría sus mejillas poseían un tenue rubor apenas perceptible.

-Gracias, intento llegar al sector comercial a las oficinas de IMAGINE-regresando sus mirada al tablero busco el nombre de la compañía ingenuamente pensando que lo encontrarían pequeño dedo delineo en el mapa una ruta por estaciones y nombres que no entendía, regresando su mirada al pequeño castaño lo miro detenidamente notando el uniforme escolar característico de las secundarias ahora entendía porque su voz era tan aniñada, no era más que un adolecente de secundaria.

-La ruta 4 lo dejara cerca del sector comercial, solo deberá trasbordar 6 paradas desde aquí y tomar el metro de la línea 4 bajando 3 paradas después de tomarlo-el pequeño castaño le sonrió creyendo que su explicación bastaría para el hombre de traje negro, notando por la cara confundida que aquel enorme hombre de 1.86 no había entendido ni una sola palabra de su explicación, suspiro con desgano al ver que no podía ayudarlo así.

-Lamento no poder entenderte, no te quitare más el tiempo, gracias por la ayuda-aceptando resignado la derrota ante esa ruta infernal de nombres Haruhiko se decidió a tomar un taxi, dando un paso en dirección a la salida su brazo fue suavemente sujetado por el muchacho que le sonrió, jalándolo con delicadeza lo guio hasta el interior del metro.

-Voy en esa dirección, puedo guiarlo hasta su parada solo me desviaría un poco-la cálida sonrisa del muchacho calmo al desconfiado hombre, estudiándolo con cuidado noto lo bien educado que estaba, cedía su asiento a cualquier persona que lo necesitara sin perder su hermosa sonrisa. Supo que el muchacho se llamaba Misaki Takahashi, tenía un hermano mayor  de 23 años y su infantil mente estaba llena de comics, música y películas los 45 minutos de viaje, solo parloteaba de temas irrelevantes para Haruhiko que estaba totalmente desubicado en cultura popular, prestándole atención aprendió que cantante estaba de moda, el mejor comic que podía comprar y la película de moda ese mes.

-Muchas gracias por traerme, te debo un gran favor que gustoso pagare-ofreciéndole una respetuosa reverencia, procedió a sacar de su saco una tarjeta de presentación anotando en la parte trasera su número privado, los delicados dedos de Misaki tomaron la tarjeta mirándola con sorpresa no había ayudado a Haruhiko esperando ser recompensado en ninguna forma, intento devolverle la tarjeta no quería ser una molestia o causarle problemas al hombre si este se sentía obligado a pagarle el favor.

-¡No puedo aceptar esto Haruhiko-san! no lo hice esperando una paga-sus delgados dedos temblaron, con timidez y algo de nerviosismo trato de regresar la tarjeta. Las fuertes manos de Haruhiko apresaron las del pequeño obligándolo a quedarse con ella, las mejillas del castaño se tiñeron de un tímido rubor y sus ojos se humedecieron, una pequeña felicidad lleno su pecho, unas simples caricias bastaron para agitar su corazón.

-No Misaki, quiero agradarte como es debido. Si llegas a necesitar ayuda no dudes en llamarme, con gusto acudiré a tu llamado-termino acariciando los suaves cabellos castaños del menor, despidiéndose del chico se dirigió a las oficinas. Las esmeraldas tan hermosas del niño se negaban a dejarlo en paz, teniendo a su mente más ocupada en babear al recordar al castaño que prestar atención a su trabajo, de nuevo su día se fue al carajo.

El recuerdo del niño perecía negarse ser borrado de su mente con casi 3 semanas desde su encuentro y las ahora comunes llamadas de Misaki todos los días para contarle sobre su día, había algo en esos ojos que Haruhiko parecía negarse a olvidar ¿Inocencia?  ¿Pureza?, estando tan distraído desistió de hacer algo con el papeleo cerro su computador, no tenía mente para tratar de procesar toda la información que debía reunir para la junta del fin de semana con los accionistas de la empresa, miro su reloj cerca de las 2am sorprendiéndose de la hora y seguía atorado con el trabajo, fastidiado de todo gracias al dolor de cabeza que tenía dejo todo para irse a descansar.

Hacia un frio del demonio ese día había llovido desde temprano faltaba poco para considerarlo un tormenta, atreves de los ventanales aun podía verse una fina lluvia, siendo ya el único empleado que debía estar ya ahí además de los guardias de seguridad dentro del edificio. Uno de los vigilantes se acercó a él con un papel en las manos.

-Haruhiko-san ¿Tiene un momento? hace unos 15 minutos llego un muchacho buscándolo y nos dio esto-el hombre de unos 45 años le entrego una tarjeta, una que Haruhiko reconoció su número telefónico escrito al reverso, solo una persona poseía su número personal. Un escalofrió recorrió su cuerpo de pensar que Misaki lo estuviera buscando en esa fuerte lluvia, era ya demasiado tarde para que un estudiante de secundaria estar fuera tan tarde y más con el clima tan horrible, temía que algo terrible le hubiera pasado.

-¿Dónde está el muchacho? ¿Sigue aquí?-Haruhiko pronto fue guiado a una oficina del primer piso, donde aquel muchacho fuera atendido por lo poco que el hombre había dicho el muchacho había llegado golpeado y mojado hasta los huesos, sus heridas todas superficiales fueron atendidas de inmediato. Su corazón se estrujo al ver a Misaki con el labio partido, la sangre manchando su camisa y  su ojo izquierdo poseía un notable moretón, las esmeraldas llenas de lágrimas se fijaron en el pelinegro al ingresar a la oficina, el pequeño castaño corrió a los brazos de Haruhiko buscando su consuelo.

-Perdóname Haruhiko-san no sabía a quién más acudir. Tenía miedo y no supe a donde más venir-aferrándose más al regazo del mayor, Misaki escondió su rostro bañado en llanto  en el pecho del pelinegro, el delgado y pequeño cuerpo de Misaki temblaba por el frio y el llanto, correspondiendo al agarre Haruhiko acaricio con cuidado su castaño cabello aun húmedo y frio. Uno de los vigilantes entro si hacer ruido, entre sus manos traía una mochila abierta con ropa, el ver esa ropa metida a prisa y sin cuidado lo  alarmo, sujetando el mentón del castaño lo obligo a mirarlo a los ojos.

-¿Que ocurrió Misaki? ¿Quién te hizo esto? dímelo-la voz fría y firme del hombre le indicaron al más joven que no debía esconder nada. Misaki se apartó de Haruhiko limpiando sus lágrimas, medito como decir lo que le había pasado como y como había terminado en esa situación, golpeado y echado de su propio hogar por su hermano, quien decía amarlo hasta que descubrió el secreto que escondía con tanto cuidado y recelo.

-Mi hermano. El me golpeo yo... yo... estoy enamorado-sus esmeraldas se llenaron de lágrimas de nuevo al decir esas simples palabras, agacho la mirada lleno de vergüenza ¿cómo podría explicar que estaba enamorado de un hombre? y al ser descubierto por su hermano había desencadenado todo esto ¿cómo justificar esa repulsiva sensación? Los dedos de Haruhiko limpiaron con cuidado y ternura sus lágrimas, atrayéndolo a su regazo lo dejo llorar.

-¡¡Esa no es razón para golpearte!! ¡¿Te puso la mano encima por algo tan ridículo?!-escuchar la razón por la que aquel lindo niño fue golpeado le hizo hervir la sangre por la ira, lo poco que había tratado en persona al castaño le demostraron que era un niño hermoso e inocente, sin ninguna clase de perversión y una persona bondadosa.

-Estoy enamorado de un hombre... mi... mi hermano se enteró me grito cosas horribles, me golpeo y echo de casa. Haruhiko-san eres la única persona con la que cuento-Misaki poseía la esperanza de ser ayudado por ese hombre, aun si su contacto en su mayoría era por el celular después de ese día, toda su familia le había dado la espalda. Después de ser golpeado y echado de casa por su hermano busco ayuda con sus familiares a quienes su hermano había ya contactado dándoles una retorcida versión de las cosas, estos se pusieron de lado de Takahiro cerrándole las puertas y negándole ayuda.

-Vamos a casa, no debes seguir aquí afuera o te enfermaras. Sígueme Misaki-acariciando la mejilla del muchacho lo incito a seguirlo al estacionamiento, le había dado  su palabra de ayudarlo cuando lo necesitara y ahora necesitaba más que nunca su apoyo. Las esmeraldas se llenaron de nuevo con aquel brillo que recordaba, tomando su mochila lo siguió hasta su modesto auto, un auto para 5 personas de 4 puertas pintado en gris plata. Haruhiko tomo la mochila arrojando al bote de basura furioso, no necesitaba nada que aquel desgraciado hubiera comprado, el castaño lo miro asombrado por esa acción.

Misaki dentro del auto observo curioso como Haruhiko se paseaba de un lado a otro después de marcar un número. Su rostro mostraba una clara molestia al esperar que su llamada fuera contestada, solo pudiera acudir en busca de ayuda en una situación así lejos de ser su amigo, sabía que el hombre como abogado podía sacarlo de ese problema.

-Hatori. Soy yo, necesito un favor búscame en mi pent-house lleva a tu equipo. Si es algo serio-Haruhiko no dudo en llamarlo, tomarían muestras del abuso si Hatori se movía bien obtendría la custodia del niño, pasara lo que pasara no lo dejaría regresar con el infeliz que lo había lastimado, no ahora que él lo estaría protegiendo.

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Escucho la puerta abrirse, dejando caer el libro que leía corrió a la puerta arrojándose a los brazos del mayor, escondiendo su rostro en el pecho del pelinegro, sus mejillas se tiñeron de un sutil carmín al respirar el olor de la colonia que este había usado.

-Bienvenido a casa Haruhiko-san, te extrañe-sus ojos verdes miraron con gran cariño y amor al pelinegro, tenía ya 2 meses viviendo con él. Lo había ayudado desde ese día, lo cuidaba y protegía era gracias a él que aún seguía estudiando, el mismo día que llego obtuvo su propio cuarto, Haruhiko le compro ropa y matriculo en otra escuela, Misaki lo amaba cada día más. Nunca le diría que su hermano lo corrió y golpeo cuando descubrió una fotografía de Haruhiko sentado y bebiendo café frente a IMAGINE, Misaki la había tomado con su celular a escondidas, una en la había escrito pequeños mensajes de amor hacia el mayor.

-Estoy en casa ¿Estás listo Misaki?-acariciando con ternura sus cabellos suaves y delicados, le sonrió, notando como el rubor en las mejillas del castaño aumento, esa acción le pareció adorable no sabía desde cuando lo veía así todo en Misaki le parecía hermoso. Hoy el pequeño cumplía 16 y le había pedido de regalo ir a una feria, para un día tan especial le había comprado ropa nueva y zapatos. Sin darse cuenta su pulgar delineaba los labios del menor ¿Cómo podía explicar lo que Misaki le producía?

-Haruhiko-san ¿Nos vamos?-las mejillas de Misaki tenían un rojo intenso, su corazón amenazaba con salirse de su pecho al sentir el pulgar del mayor jugar con sus labios, su cuerpo entero se estremeció con ese roce. Amaba demasiado a Haruhiko, sabía que no podría seguirlo ocultando por mucho tiempo, hoy se arriesgaría a declarársele esperando que el mayor pudiera corresponder a sus sentimientos y ser ya una pareja.

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Sostenía una fotografía de ambos, Misaki sonriendo sentado sobre las piernas de Haruhiko y este lo abrazaba por la cintura, la sonrisa del castaño era delicada e irradiaba felicidad, había sido corto su recorrido gracias a Misaki, el castaño quería subir a la rueda de la fortuna. Lo noto nervioso desde la fotografía que les habían tomado de sorpresa mientras Misaki jugaba haciéndole cosquillas, su sonrisa le parecía hermosa a Haruhiko.

-Haruhiko-san ¿Puedes cerrar los ojos?-el rubor en sus mejillas era escondido por la obscuridad, había comenzado a anochecer. Jugando torpemente con su camisa trataba de controlar sus nervios, estando solos en aquella cabina tan pequeña lo tenían nervioso. El pelinegro que había prometido complacerlo en todo no pregunto el motivo de la petición, solo cerró los ojos como Misaki se lo había pedido.

Armándose de valor se levantó de su asiento, sentándose sobre las piernas de Haruhiko, colocando con cuidado sus rodillas a los lados para no lastimar al mayor al apoyar el peso de su cuerpo, colocando sus manos en los hombros del pelinegro. Tomo aire varias veces tratando de calmarse, por inercia Haruhiko había sujetado la cintura de Misaki, este al fin se armó de valor uniendo sus labios con los de Haruhiko en un beso torpe e inexperto que solo había durado unos segundos. Haruhiko abrió los ojos asombrado.

-Me gustas Haruhiko-san. Yo estoy enamorado de ti-recargando su cabeza en el hombro del pelinegro se aferró a su ropa. Tenía miedo de ser rechazado y apartarlo de su lado, cerró con fuerza sus ojos al sentir las caricias del mayor por su espalda, separándose de él vio sus labios apresados en un beso más profundo sintiendo como sus labios eran devorados.

-Me gustas Misaki, sé que me estoy enamorando de ti-confeso acariciándole la mejilla con gran delicadeza, observando como los ojos del menor se llenaban de lagrimas, apresándolo en un abrazo desesperado, sabía que no era correcto tener a Misaki como amante tenía solo 16 años y el 28, no había podido evitarse sentirse atraído por el castaño, su inocencia que irradiaba lo arrastraban sin ser consiente hasta hacerlo caer a sus pies. Uniendo sus labios de nuevo se olvidaron por completo del mundo, solo existían ellos 2 en ese momento.

Ninguno imagino que su felicidad solo duraría un año y medio, cuando la llegada del afamado escritor Usami Akihiko destruyo todo, el amor enfermizo del escritor por el castaño había ocasionado el accidente donde Misaki quedaría en coma y Chiaki perdería la vista.

Notas finales:

ewe..como te lo prometi SARY aqui esta la conty espero te guste y a mis demas lectores.

espero aclarar un poco algunas preguntas que an surgido y dar paso a otras tantas


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